lunes, 31 de agosto de 2015

3. Invitación.


Invitar no es solo pasar un momento. Invitar es hacerle notar al otro que, al menos por un rato, queremos que sea parte de nuestra vida. Al invitar a alguien, le estamos regalando un momento que nunca va a volver, un momento irrepetible.

Invitar por primera vez da intriga, porque queremos caer bien. Queremos hacer sentir bien al otro y sentirnos bien nosotros. Es un segundo primer encuentro, pero un poco más determinante que el segundo. Porque podemos conocernos y no vernos nunca más, pero invitar… Implica volver a estar juntos, volver a mirarnos, volver a tener una charla…

Invitar, invitarte, invitarnos. Aceptar que queremos pasar ese rato juntos.

Quizás, volver a sonreírnos.

“Te invito a sonreír, yo pago.”





“La edad no determina nada, puedo ser muy machito si quiero.”

“¿Y conmigo queres?”

“No te das una idea de cómo quiero.”

“¿Y estarías dispuesto a demostrármelo?”

“Cuando quieras.”

“¿No tenes miedo?”

“¿Miedo de qué?”

“De estar con una mina más grande.”

“No me importa la edad. ¿A vos sí?”

“No sé, me parece que nos estamos yendo al pasto. Ni nos conocemos.”

“Podemos conocernos cuando quieras.”

“Para un poco la moto Pedro.”

“Acelero cuando vos me dejes.”

“¿Qué sos? ¿Poeta?”

“Jajajaja, no. Dibujo, no sé si es lo mismo.”

“¿De verdad?”

“Sí, desde que soy chico.”

“¿Y sos bueno? ¿O sos un queso?”

“Creo que soy bueno.”

“¿Me mostras algún dibujo?”


Mandarle el dibujo que hice de ella me parecía demasiado, al menos en este momento. Asique le envíe otros que tenía.

“¿Qué te parecen?”

“Sos bueno de verdad…”

“Gracias, jajajaja!”

“¿Vos mañana no madrugas?”

“Puedo ir sin dormir a la escuela. ¿Vos?”

“También.”

“¿También qué?”

“Puedo ir a dar clases sin dormir.”

“Debes ser una profe re copada.”

“Mmm…”

“¿Te haces la bruja?”

“Soy.”

“Ah, bueno…”

“Ni con una manzana me convences.”

“Jajajajajaj! Me gusta tu sentido del humor.”

“No me conoces casi nada como para decirme eso.”

“Bueno, puede ser. Ya te dije, quiero conocerte.”

“No voy a ser solo una fantasía para vos eh.”

“¿Queres ser más?”

“No me interpretes.”

“Solo te pregunto. ¿Queres ser más?”

“Sinceramente, no sé ni siquiera que hago hablando con vos.”

“Eso lo sabrás vos…”

“Te estoy diciendo que no sé.”

“No te creo.”

“¡Qué hambre tenes nene!”

“Deja de decirme nene.”

“Es lo que sos.”

“Te equivocas.”

“Estar hablando con una mina más grande solo porque te la queres curtir, es de nene.”

“¿Quién te dijo que solo te quiero curtir?”

“Jajajajajajajaja! Se te nota hasta por WhatsApp…”

“Quiero que nos veamos personalmente, así te das cuenta de cómo son las cosas.”

“¿Vos me estás invitando a salir?”

“¿Es eso lo que queres?”

“Es de mala educación responder a una pregunta con otra pregunta.”

“Bueno, sí. Te estoy invitando a salir.”

“Quizás más adelante.”

“¿Eso quiere decir que hay una posibilidad?”

“Puede ser.”

“¿Y tu novio?”

“¿Ahora te acordas que tengo novio? Jajajajaja, sos un tarado.”

“Tenes razón. Poco importa.”

“Poco.”

“¿No estás bien con él?”

“Banca un toque, tampoco sos mi psicólogo.”

“No sé si eso es lo que quiero ser igual.”

“Banca en serio flaco.”

“Bueno, está bien.”

“Me voy a dormir. Chau.”

“Chau, un beso grande.”

“Chau…”

♥ ♥”

-

Dejé mi celular a un lado y me detuve a sentir lo que me estaba pasando en el cuerpo, era algo raro. Algo que nunca me había pasado.

Con una simple charla en Whatsapp me había puesto los pelos de punta, se me había erizado la piel y mis zonas íntimas se hacían eco de eso… ¡Y todo eso con tan solo imaginarlo en mi cama!

Suspiré y acaricié suavemente mi cuerpo, por debajo de las mantas, cerré mis ojos y sonreí al recordar su cara. No sabía que estaba pasando, no sabía qué era todo esto. Solo sabía que se sentía bien. Solo sabía que con hablar por Whatsapp ese pendejito me había hecho sentir mucho más que mi novio en la cama.

Imaginarlo desnudo a mi lado y todo para mí me estaba por volver loca.

“Quiero verte.”

Le mandé, sin dudas y antes de arrepentirme.

“¡Apa! Qué lindo que me digas eso… ¿Cuándo?”

“Dame tiempo.”

“¿Tiempo para qué?”

“Dame tiempo, unos días.”

“Está bien, pero no te olvides de mí.”

“Tranquilo que no creo que pueda.”

“Estamos a mano, yo tampoco puedo sacarte de mi cabeza.”


Leí su último mensaje y volví a dejar mi celular a un lado, ya apagado. Apagué también el velador y di media vuelta, mirando hacia la ventana. Se escuchaba la vida pasar y quería silenciar todo eso, quería escucharme por primera vez a mí.

▼ 
▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ 

Charlas whatsapperas para el día de hoy!

Mil gracias por todos los comentarios que me están dejando, me alegra mucho que les guste la historia. De verdad.☺

Yo juro que lo intenté, pero no me sale no subir todos los días, además, me convencieron, jajaja! Asique, voy a publicar todos los días... No puedo prometer una hora, capaz haya días que tenga que publicar a la noche, pero bueno... Voy a hacer todo lo posible para publicar siempre.

Espero que les guste el capítulo.

Dejo mi otro blog en el que publico dentro de un ratito: minifanficspyp.blogspot.com.ar ☺

domingo, 30 de agosto de 2015

2. Animarse.

¡Y si algo da miedo es eso! ¡Animarse!

Cuando estamos rodeados de lo desconocido y el vértigo se nos mete en el cuerpo.

Cuando no sabemos que es lo que hay en el otro, ese nuevo que llegó a nuestra vida y no sabemos muy bien para qué. Ese otro, que quiere algo, pero nadie sabe qué.

Cuando el miedo triunfa sobre las ganas. O cuando las ganas triunfan sobre el miedo.

Cuesta, pero animarse es lo único que podemos hacer en esta vida para intentar cambiarla.

¿Por qué quién no se merece un poco de felicidad? Y sin animarse, no vamos a llegar a nada.

Sin animarnos, nos vamos a quedar siempre encerrados en esas cuatro paredes de nuestra habitación y tapados con el acolchado.

Sin animarnos, no somos nada.

Tanto miedo, tan trágico que parecía. Y cuando lo hicimos, hasta nos da risa pensar en ese miedo que teníamos segundos atrás.

“Si emociona pensarlo, imagínate hacerlo.”
                         
   
                                   



“¿Fue ilusión mía o vos cuando me saludaste te desubicaste?”

“¿Yo? ¿Me desubiqué?”

“Me tocaste la cintura.”

“Ah, puede ser. No me di cuenta.”

“Claro, claro… No tengo 18 años como vos eh. Me doy cuenta de las cosas.”

“¿Y si lo hice qué?”

“Sos un desubicado.”

“Vos sos la desubicada que va con ese cuerpo por el mundo incendiando a todos.”

“¡Te fuiste al carajo nene!”

“Te encantó.”

“¿Qué me encantó?”

“Lo que te dije.”

“¿Cómo estás tan seguro?”

“Porque sino me hubieses dejado de hablar.”

“Sos un forro.”

“¡Apa! ¡Cuánta confianza y agresividad!”

“Vos arrancaste, tocándome y ahora tuteándome.”

“Disculpe señora profesora.”

“Olvidate de que te dé clases.”

“No me interesaban tus clases.”

“¿Y para qué me pediste el número?”

“¿De verdad me lo estás preguntando?”

“Sí, no voy a gastar energía en preguntarte algo de lo que sé la respuesta nene.”

“¿No es que no tenes 18 años y te das cuenta de las cosas?”

“¿Tan cagón sos que no me lo decís?”

“Me encantaste. No puedo dejar de pensar en vos.”

“Con el chamullo barato a otra. ¿Dale? Me voy a cenar con mi novio pendejo.”

Y no solo que se fue. ¡Sino que me había dejado muy en claro que tenía novio! (Bueno, como si eso importara. ¿No? Es un obstáculo, no un impedimento)

Suspiré y dejé mi celular, quise hablarle pero no sabía muy bien qué decirle, aunque estaba seguro que tarde o temprano, íbamos a retomar aquella charla.

-

Dejé el celular tirado en el sillón y me fui a bañar. ¡Qué pendejo más pesado!

Llené la bañera de agua tibia y me quité la bata, no tenía nada debajo, asique me sumergí al instante.

Escuché que tocaron el timbre y suspiré. ¡La puta madre! Salí rápido de la bañera, sequé mi cuerpo y volví a ponerme mi bata, envolví mi pelo en un toallón y fui hasta la puerta. Abrí.

- Hola mi amor. –Dijo Alejando, me besó.-
- ¿Qué haces acá?
- ¿Esa es manera de recibir a tu novio?
- Sabes que detesto que vengas sin avisarme.
- Es una sorpresa.
- Odio las sorpresas.
- Que ortiva mi amor. ¿No me vas a dejar pasar?
- ¿Para qué queres pasar?
- Mira lo que sos. –Dijo tomándome por la cintura.- No tenes nada abajo… No soy de madera.
-Suspiré.- Me siento mal, me quiero ir a dormir.
- ¿Podemos dormir juntos?
- ¡No Alejandro!
- Dale, por favor. Siempre me esquivas.
- Sabes como soy.
- ¿Y cómo sos?
- Independiente.
- ¿Eso incluye evadir el amor?
- ¡Yo no evado el amor!
- No, claro. ¿Queres que te recuerde hace cuánto no cojemos?
- ¡Cojer no es amor!
- Forma parte del amor. ¡4 meses!
- ¿4 meses qué?
- ¡Qué no cojemos!
- Que enfermo si llevas la cuenta.
- Yo no puedo seguir así.
- Nadie te obliga a seguir.
- ¿Vos me estás dejando?
- No. ¿Vos a mí?
- Tampoco.
- ¿Entonces qué carajo queres?
- ¡A vos!
- Te digo que hoy no.
- ¿Manaña?
-Suspiré.- Si me siento mejor.
- ¿Puedo pasarte a buscar por el trabajo y vamos a mi casa?
- Bueno, está bien. –Respondí vencida.-
- ¿Nos vemos entonces?
- Sí nene, ahora andate.
- ¿Un beso?
-Lo besé.- Listo, dale.
- Chau.
- Chau.

Cerré la puerta y me deslicé por ella, hasta quedar sentada en el suelo. No entendía por qué carajo seguía con esto si ya hasta me molestaba sentirlo cerca. ¡Qué complicado es todo!

Me la doy de independiente y no soy capaz de dejar a un pelotudo como este. ¡Bien Paula! ¡Bien!

Me levanté (solo porque me estaba muriendo de frío ahí en el suelo) y caminé hasta mi cuarto, dejé caer la bata y el toallón que cubría mi pelo al suelo y me metí en mi cama. Prendí la tele y allí me quedé.

De repente recordé a Pedro y busqué mi celular, quise hablarle sin saber muy bien por qué, pero no lo hice. Tampoco sin saber muy bien por qué.

Estaba dudando, cuando veo que su estado cambia a “En línea” ¡Qué difícil me la haces pendejo!

De pronto, imaginar a un alguien tan pendejo en mi cama me calentó de punta a punta. Me dio impresión, pero me excitó más que cualquier cosa, incluso sentí humedecerse mi zona más íntima.

“¿Ya terminaste con tu novio?”

¡Pendejo desubicado!

“Eso no te incumbe.”

“Fue solo una pregunta, quería volver a hablar con vos…”

“¿Para qué?”

“Ya te dije, me encantas.”

“¿Y con eso qué hacemos?”

“No sé, decime vos hermosa…”

“No, yo no voy a decir nada.”

“¿Puedo decir yo entonces?”

“Si queres…”

“Me encantaría verte…”


¡Directo al arco! Sin rodeos, eso me gusta.

“¿Para qué…?”

“¿Me estás jodiendo?”

“Sos un nene para mí.”

“¿Y qué tiene que ver eso?”

“Me pone un poco incómoda.”

“No seas prejuiciosa…”

“No, no es eso. Es que....”

“¿Qué?”

“No, nada. Deja, esto es cualquiera.”


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ 

Hola a todos por aquí... Dejo el segundo capítulo. Gracias por los comentarios que me dejaron en el primero, sigan comentando por favor.☺

El martes publico nuevamente en este blog.

Si quieren que les pase la novela, solo avisenme! Y como va a ser siempre, en un ratito subo el adelanto del próximo capítulo a instagram.com/fanficspyp

Por último, ayer arranqué un corto en este blog minifanficspyp.blogspot.com.ar el cual, claramente, están invitadísimos a leer.

☺☺

viernes, 28 de agosto de 2015

1. Conocernos.

¿Alguna vez llegamos a conocer al otro por completo? ¿Y a nosotros mismos?

Conocer: busco y no encuentro ningún significado que me parezca suficiente para la palabra. ¿Qué es conocer? ¿Conocerse? ¿Conocernos?

Ante todo, creo que hay que conocerse a uno mismo. Meterse dentro de uno y conocerse, aunque sea difícil y muchas veces dé miedo… Porque si no nos gusta lo que encontramos tenemos que atrevernos a cambiar.

Entonces, el primer paso es: Conocerse.

Y una vez que nos conocimos, hay que atreverse una vez más… Para poder conocer al resto, o al menos a algunos. ¿Y qué es más difícil? ¿Conocer o dejar que nos conozcan?
Definitivamente, lo segundo es más difícil. Una vez que reconocimos nuestras miserias, hay otro que también las va a conocer y eso es lo que da miedo. Eso nos paraliza, no nos deja ser nosotros mismos.

Pero, antes de todo eso… Hay que cruzar miradas por primera vez.

El resto, viene después.

Probablemente, todas las personas en el mundo idealizan el amor y fantasean con encontrar al príncipe azul. ERROR, eso nunca va a cumplirse. Si tenes la suerte de enamorarte, va a ser de una persona de carne y hueso con miserias igual que vos, y eso es lo que tiene que tranquilizarnos. Todos somos iguales.



¿Y qué pasa si es la primera vez que ocurre? Todo es más fuerte, todo se siente el doble, todo es nuevo y todo nos atrapa. A todo queremos acercarnos. Todo lo queremos experimentar, todo lo queremos CONOCER.


Las cosas hoy cambian, peligro vas a encontrar

El llanto no podrá curar la herida de tu corazón. No todo está perdido aún.
Oye, alguien te está llamando
Un ser, dos mundos son, te guiará tu corazón y decidirá por ti…






Acabábamos de bajar del bondi, mis amigos caminaban un par de pasos adelante y el tema de charla era: sus minitas. “Que Maru esto, que Tati lo otro.” Todos cojen, todos la pasan bomba menos yo, y en cierto punto ya estaba acostumbrado a que todo sea así, me había acostumbrado a estar sentado y ver como la vida pasa en el resto.

Tenía 18 años y era virgen, hasta a mí me daba risa y se me ocurrían mil burlas, pero la verdad es que no estaba nada bueno. Necesitaba hacerlo de una vez, mis hormonas no soportaban demasiado tiempo más. ¡Estaba en edad!

- ¡Dale Pepe! –Me gritó Matías.-
- Estoy acá pendejo.
- Pero veni con nosotros.

Suspiré y me acerqué a ellos. Caminé las cuadras que faltaban junto a mis amigos y cuando llegamos nos quedamos en la puerta, debíamos esperar al resto de mis compañeros y a la psicopedagoga de la escuela.

Estábamos por conocer una universidad… ¡Divertidísimo!

Sí, soy estudioso, pero la verdad es que en este momento lo que menos me interesa es pensar en la universidad. Ni siquiera sé que voy a estudiar, considero que es demasiada presión sobre una persona que con apenas 18 años tengas que elegir la carrera a la que te vas a dedicar el resto de tu vida. Repito: Demasiada. Me gustaban muchas cosas, pero lo que más me gustaba era dibujar. Dibujaba cualquier cosa, especialmente mujeres. Mujeres desnudas.

También me gustaba muchísimo el rock nacional y correr, pero eso está muy lejos de ser una carrera universitaria.

- Hola Pepe. –Dijo Clari y se sentó al lado mío.-
- Hola Cla. ¿Cómo andas?
- Bien. ¿Vos?
- Bien. ¿Por qué no fuiste a la escuela? Te extrañé.
-Sonrió.- Me quedé dormida. –Reímos.- ¿Asique me extrañaste?
- Sí, sentarse con estos pelotudos no es lo mismo. –Volvimos a reír.-

No, no es lo que están pensando. No quiero levantarme a Clara, ella es… ¿Cómo explicarlo?

Es mi hermana, sí. Eso es. Vamos juntos a la escuela desde salita de 3 y somos muy unidos.

Clari me conoce más que nadie, sabe leer lo que me pasa con tan solo mirarme y a mí me pasa lo mismo con ella.

Me distraje hablando con mi amiga hasta que… ¡Por fin se dignó a llegar la psicopedagoga!

Entramos a la universidad y creo que mi cara denotaba las poquísimas ganas que tenía de estar en ese maldito lugar, con lo tentadora que estaría mi cama para dormir la siesta.

Ya habíamos terminado la visita guiada y ahora estábamos esperando que vengan a darnos una charla. Estábamos en una especie de auditorio, con las luces tenues. ¿Soy sincero? Me estaba quedando dormido.

Clara me codeó cuando entró el grupo de profesores y no me quedó otra que abrir los ojos.

¡Y menos mal que los abrí!

Esa mina rajaba la tierra, caminaba y se abría una grieta en el suelo. ¡No puedo explicar lo buena que estaba! Con su trajecito de señora, sus lentes y su rodete. No pude evitarlo, mi vista bajó a su escote y mi parte más íntima se hizo eco, como nunca.

No pude escuchar nada de lo que dijo, ni ella ni ninguno de los otros. Solo podía pensar en esa mujer desnuda, ante mis ojos. Besándola y acariciándola. Haciéndola mía.

Ni bien terminó la charla, corrí al baño y allí intente calmarme. Estaba prendido fuego, y no exagero. Es tan literal como lo leen.

No podía dejar de imaginar su perfecto cuerpo completamente descubierto y ante mí.

Si mal no había escuchado, se llamaba Paula y tendía alrededor de 30 años. (Sí, ya sé. Lo que estoy pensando es una locura)

Cuando salí del baño, mis compañeros se habían ido y justo pasó ella caminando. Mis ojos se dirigieron a su parte trasera y la verdad es que si no me limitaba, volvía a terminar en el baño.

- ¡Espere, espere! –Dije corriéndola.-
- ¿Qué pasa? –Preguntó ella y se dio vuelta.-
- Hola, soy Pedro.
- Hola, yo soy Paula.
- Sí, estaba en la charla de recién. La escuché.
- Ah… ¿Le quedó alguna duda?
-Pensé dos segundos.- ¿Usted dijo que daba clases de contabilidad, no?
- Así es.
- Necesito una particular porque no capto ni media en la escuela. –Mentí.- ¿Usted no da clases?
- Sí…
- ¿Puede pasarme su número? Por favor.
- Bueno, está bien.

Busqué mi celular muy torpemente y ella me dictó su número. Luego, yo le dí el mío.

- Gracias, la llamo entonces.
- Está bien, espero su llamado.

La tomé de la cintura y la saludé, dándole un beso en mi mejilla. No volví a mirarla y me fui.

Salí corriendo de la universidad y volví a mi casa, lo más rápido que pude. Llegué y después de evadir el cuestionario de mi madre, me encerré en la pieza y busqué una hoja y mis lápices. No podía sacarme su imagen de mi cabeza, asique la dibujé. Claro que sin ropa y con cada detalle.

No lo pude evitar y bajé mi pantalón y mi boxer, y con ese dibujo frente a mis ojos lo hice otra vez.

Escuché a mi mamá subir y me acomodé la ropa rápidamente, tapé el dibujo con mi notebook y abrió la puerta.

- ¿Qué queres mamá?
- Saber como te fue hijo, no me contaste nada.
-Suspiré.- No hay mucho que contar.
- Siempre hay algo para contar.
- ¡Para vos que sos mujer ma! Para mí no. ¿Me podes dejar solo?
- ¿Tenes que estudiar?
- Sí, sí. –Mentí.-
- Bueno, está bien. ¿Queres que te traiga una merienda?
- No vieja, estoy bien así.
- Cualquier cosa me avisas.
- Sí ma.

Y por fin cerró la puerta, agarré mi celular y me tiré en la cama. Entré en WhatsApp y busqué su contacto, abrí su foto de perfil y sonreí. Era demasiado hermosa.

Quise hablarle, pero no me animé. Dejé el celular a un lado para no ser guiado por un impulso y prendí mi computadora.

La busqué en Facebook y la encontré. ¡Vamos Pepito! Examiné su perfil de punta a punta, pero no había demasiado. Solo algunas fotos que reconfirmaban mi teoría de que se partía sola.

Mis amigos estaban organizando una salida para ese finde en un boliche, asique me sume a su charla, intentando distraerme. (Si es que eso era posible. No podía olvidar su tan hermosa figura)

- Hijo. ¡A comer!
- ¡Ahí voy vieja! –Grité desde mi cuarto.-

No sabía muy bien cómo, pero se habían hecho las diez de la noche. Dejé mi computadora sobre el dibujo y bajé a cenar, fui testigo y debí responder el cuestionario de mi vieja, hasta que por fin pude volver a mi cuarto.

Me puse a estudiar para un oral que tenía al día siguiente y la verdad era que me estaba cayendo a pedazos.

Enchufé el celular porque se me estaba muriendo y me preparé un café para intentar aguantar un poco más.

Las ideas de Aristóteles me las pasaba por los huevos. ¡Qué ganas de joder loco!

No veía la hora de terminar la escuela, aunque como no tenía ni idea de lo que iba a hacer en mi vida, era mejor seguir así.

En fin… Espero poder rendir bien mañana ante la vieja mal atendida esa.

Guardé todo dentro de mi mochila, ya muerto de sueño.

Apoyé la cabeza en la almohada y entró mi vieja…

- ¿Qué pasa ma?
- Vine a saludarte hijo, hasta mañana.
- Hasta mañana vieja.

Apagué el velador y cerré mis ojos.

Pero mi celular sonó y me desconcerté al ver quien era.

▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ 

¡Hola a todos! Estoy por aquí un día antes porque, además de que mi día se alivianó mucho (porque me suspendieron la clase de la facu)... soy muy ansiosa y quería que lean el primer capítulo.

Lo único que pido es que COMENTEN, se los ruego!

En un rato subo adelanto del segundo capítulo al instagram, el domingo lo publico completo acá en el blog. instagram.com/fanficspyp

Notese mi nivel de madurez que el fragmento de canción que puse es de Dos mundos son, de Tarzán: https://www.youtube.com/watch?v=KDWZFoRX3ik ♥

Y obvio, si quieren que se las pase me avisan.

Espero que les guste este nuevo comienzo.☺

¡Buen finde!

miércoles, 26 de agosto de 2015

Prólogo: Primera vez

Todo comienza con una primera vez  y nada da más miedo que eso. Cuando amamos por primera vez nos dejamos caer al vacío, no sabemos con que nos vamos a encontrar y eso es lo que da temor, salir del lugar de confort.




Todo, todo lo que hacemos de manera cotidiana (o de vez en cuando) en algún momento lo hicimos por primera vez, incluso respirar. Todo tiene una primera vez en esta vida.
Algunas veces, esas primeras veces dan un poco más de miedo y en otras nos sentimos un poco más seguros.

Pero... 

¿Cuándo esa primera vez tiene que ver con el amor qué es lo que pasa?
¿Cómo manejamos las primeras veces en aquel mundo tan desconocido?
¿Cómo nos damos cuenta que estamos amando de verdad a alguien por primera vez?
¿Cómo se hace para poder confiar en alguien y entregarnos al otro por primera vez?
¿Cómo se soporta la primera desilusión amorosa?
¿Qué se hace cuándo nos reconciliamos por primera vez?
¿Cómo se reacciona cuando ya la pelea no tiene nada de primera vez?
¿Cómo se hace la primera vez que traemos un hijo al mundo?


Todo en esta vida son preguntas. Todo. Siempre hay más dudas que certezas y más cuando se trata de aquel mundo tan desconocido que tanto se empeñan en llamar "amor".

Posiblemente sea real eso de que el amor es lo único que necesitamos para sobrevivir en este mundo, en esta vida.

Pero, entregarse al amor por primera vez no es tan simple como parece... Y menos, si después de esa primera vez, llega la desilusión.



                                                                   


Pedro Alfonso. 18 años.

Cursar el último año del secundario es divertido, muy divertido... ¡Tu vida es pura joda! Pero, llega un momento en el que te das cuenta de que por primera vez tenes que hacerte cargo de tu vida. Hay que decidir que estudiar, lo cual implica elegir una futura profesión. Hay que empezar a hacerse la idea de que tus viejos no van a mantenerte toda la vida, y eso es difícil. Cuando, por primera vez, te das cuenta que estás creciendo, es como si te dieras de lleno contra una pared.

Si me preguntan que me gusta: dibujar es mi pasión. ¿Pero cómo hago para vivir de eso? Imposible.

A pesar de tener fama de chamullero con las minas, nunca pude ir más allá de dicho chamullo. Nunca pude ir más allá de unos besos. Ya no sé qué hacer, necesito tener mi primera vez. Necesito saber qué se siente, cómo es. Hacerlo yo solo frente a una XXX, no es lo mismo. Sí, soy virgen.

Mis viejos se llaman Carina y Claudio. Soy hijo único... Y eso tiene más contras que otra cosa. ¡No soporto que mi vieja sea tan sobreprotectora conmigo!
Yo acepto estar creciendo... Pero ella parece que no.
Por último, y ya dejo de molestarlos. Clara es mi mejor amiga, mi hermana, quién más me conoce. Mi confidente. La conozco desde el jardín y desde aquel entonces que somos inseparables.

Busco tener mi primera vez... Pero también busco enamorarme. No soporto demasiado a esos hombres que buscan a una mina para pasar una noche y ya está. No. Quiero tener algo real, no algo pasajero... Sí, capaz sea un poco chapado a la antigua y muy probablemente por eso sea que nunca pude concretar. Pero soy así. No puedo evitarlo.









Paula Chaves. 28 años. 


Crecer rodeada de mentiras y engaños te marca. Es inevitable... Y quizás sea por eso que vivo mintiéndome a mí misma. Estoy de novia con Alejandro hace años y siento cualquier cosa por él, menos amor. No me cuida, no me ama, no me tiene en cuenta. O, en realidad, no sé si es él o si soy yo. Y no hablo solo de la vida en pareja, también hablo de la cama. Nunca pude sentir demasiado en esas circunstancias. He llegado a pensar que eso no es para mí, y hasta estoy convencida de aquello. No nací para tener sexo.

Soy profesora de Contabilidad en una Universidad y vivo sola, por suerte. Creo que no soportaría vivir con alguien. ¡Y menos con mi novio! Mientras más lejos esté, mejor.

Mis papás se llaman Liliana y Jorge. Tengo una hermana melliza, Virginia, que es el amor de mi vida. Lo que siento por ella nunca voy a sentirlo por nadie, mi hermana es todo para mí. Mi confidente y mi amiga. Nos cuidamos, nos aconsejamos. Siempre estamos para la otra. Es por ella que muchas veces no caí.

Como persona, soy muy dura y fría. Nunca lloro, y las pocas veces que lo hago me odio. Odio llorar, odio mostrarme sensible. Es algo que no soporto, porque yo no soy sensible.

También, suelen decir que soy negadora... Yo digo que no, porque soy negadora. Niego que no quiero cortarle a Alejandro.

Muchas veces siento que no nací para vivir la vida, sino que vine a este mundo solo para pasar desapercibida.

Ojala algún día pueda sentir algo real por primera vez.


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ 


¡Hola! Otra vez yo por acá, sí... Ya sé, me tienen hasta en la sopa. Posta que mi idea era terminar la novela anterior y dejar de publicar, al menos por un tiempo, pero en mis vacaciones de invierno surgió esta idea y no pude evitar escribirla.


La novela ya está terminada y tiene un total de 150 capítulos, sumándole a ese número el prólogo y el epílogo... Teniendo en cuenta que no voy a subir todos los días por cuestiones facultativas y de que intento tener una vida además de ser una adicta a las redes (jajajaja) voy a estar aquí por un tiempo largo, espero que me acompañen y les guste esta historia.


Antes de que pregunten, aclaro que la idea es subir, alrededor de 3 ó 4 capítulos por semana.

Respecto a la novela, intenté alejarme todo lo que pude de mis novelas anteriores. En este caso, como leen, nadie tiene una historia dramática ni nada por el estilo (quienes hayan leído mis novelas anteriores supongo que sabrán de que les hablo). En "Primera Vez" intenté que sea una historia más común o cotidiana, aunque claramente van a existir conflictos para que la historia pueda desarrollarse. Además, aunque al principio no se vea tanto, más allá de que los protagonistas son ellos dos, voy a incluir otros personajes de su entorno, para que no sea todo tan monótono.

Espero que estos cambios que hice sean productivos y les sigan gustando mis escrituras... Para ser sincera, a pesar de que la novela (y todo lo que incluye, que ya verán que no es solo la novela en sí) me llevó alrededor de un mes, escribirla me costó, porque muchas veces sentía que "no pasaba nada" en relación a mis novelas anteriores, pero aún así intenté no alejarme de mi idea principal de: no drama excesivo.

La historia es una historia de amor, quizás en algunos momentos simples y en otros compleja. Pero, es eso... Una historia de amor, con sus idas y vueltas, con momentos lindos y con momentos feos, con personajes que se irán y otros que vendrán.

A su vez, para generar un poco más de cambio, se me ocurrió (bah, no se me ocurrió a mí, jajaj) la idea de ponerle un nombre a cada capítulo, cada capítulo irá acompañado con una foto y con un pequeño texto un poco más impersonal y no tan directo con la novela, que tendrá relación con lo que sucede en el capítulo y con el nombre... Quizás ahora no se entienda tanto, pero seguramente con el tiempo van a comprenderlo.

Lo último, a nivel personal, es la primer novela y que disfruto de escribirla desde el principio hasta el final. Me gustó hacerla y en ningún momento la odié, situación que es rara en mí, porque mis novelas anteriores se me terminaron haciendo densas... Asique, nada, espero que a ustedes también les guste ;)

Por último, así ya dejo de aburrirlos... Para esta novela me hice una cuenta en instagram, por el hecho de que siento que es mucho más cómodo hacer avisos ahí (por ejemplo: cuando voy a subir) o subir adelantos también allí, porque es mucho más simple para quienes quieran buscarlo que en Ask o Twitter... O, esa es mi sensanción. Asique, si quieren tener novedades de la novela, acá dejo los links y siempre van a estar al costado del blog.

Espero, por favor, leer sus comentarios y opiniones respecto a este nuevo comienzo.☺

- Si quieren tener adelantos y saber cuando voy a subir capítulos, ya que no subiré todos los días, sigan mi instagram: instagram.com/fanficspyp

- Si quieren que les pase la novela, solo tienen que avisar en mi cuenta de twitter: https://twitter.com/fanfictionpyp/with_replies

- Para cualquier consulta, además, tengo mi cuenta de ask: ask.fm/paulashines

Ahora sí, me despido... El SÁBADO subiré el primer capítulo, ya que este fue solo un pequeño comienzo.