miércoles, 30 de septiembre de 2015

39. Corazón hambriento.

“No demos todo por perdido, aún no llegó la sangre al río. Imagina un final, distinto a los demás.
Seremos lo que siempre fuimos, honestos en nuestro delirio de querer alcanzar, estrellas en el aire.
Di, si aun nos queda una razón… Si como a mí, aún te queda ese dolor
Si no te vas te hago un sitio en este corazón hambriento. Tengo una vida para amar.
Si no te vas, tengo tardes de domingo y mil inviernos eternos. Si quieres pasa adentro.
No demos todo por perdido mientras quede vida en un latido y un beso que nos salve y como antes.
Di, si aun nos queda una razón… Si como a mí, aún te queda ese dolor
Si no te vas te hago un sitio en este corazón hambriento. Tengo una vida para amar.
Si no te vas, tengo tardes de domingo y mil inviernos eternos.
Todo el mundo, si no te vas para verte despertar y mirarnos a la cara
Tu y yo, tu y yo, quemaremos la soledad c
on la llama de este incendio.”




Abrió la cerradura de su casa mientras yo besaba su nuca y la abrazaba por el abdomen.

- ¡Abrí, dale!
-Rio.- No puedo si no me soltas.
- No pienso soltarte. –Y mordí su cuello.-
- Dale, forro.
- ¡Dale vos y abrí!

Por fin abrió y la empujé sin soltarla, hasta que pude cerrar la puerta. Quité las llaves de sus manos y cerré la puerta.

- Las llaves las tengo yo, así no podes echarme.
-Rio.- ¿A vos te parece que te voy a echar sin que me lleves a la cama?
- No sé, por las dudas me prevengo.
- ¿Podes volver a besarme? –Preguntó.-
- Mmm…
- ¿Te vas a hacer desear?
-Reí.- ¡Ni loco! –La tomé por la cintura y la besé.-
- Menos mal.
- ¿Por qué?
-Se encogió de hombros.- Vos siempre decís que hay que disfrutar el ahora. ¿No?
- Ajam…
- Bueno, entonces… -Me besó.- Quiero hacerlo, no sé que va a pasar mañana. Solo sé que esto es mi ahora. –Y volvió a besarme.-
- Me encanta.
- ¿Qué cosa?
- Mmm… Vos.
-Sonrió.- Y vos a mí.

Nuestros labios volvieron a unirse en un acto desesperado, necesitando la conexión con el otro. La alcé, tomándola por la cola y ella se colgó de mi cuerpo. La llevé hasta su habitación, sin despegar mis labios de los suyos y sus manos acariciaban mi cuello por debajo de la remera.

Cuando llegamos, cerré la puerta y la trabé contra la misma. Mi cuerpo hizo presión sobre el suyo y corrí el pelo de su cara.

- Te extraño demasiado. –Dije ya agitado.-
- Y yo te extraño a vos bonito. –Y volvió a besarme, mientras se desprendía de mi cuerpo.-
- Sos tan linda… -Dije mientras besaba su cuello.-
- Vos sos lindo, vos.

Mis labios bajaron hasta que quedé arrodillado frente a ella, subí su remera, trabándola en sus pechos y mi lengua recorrió los alrededores de su ombligo, mientras mis manos presionaban su cola. Desabroché su pantalón, mientras mi lengua seguía en lo suyo y lo deslicé lentamente hasta que cayó al suelo. Mis manos ahora tenían contacto directo con su piel.

Mis besos bajaron y mi nariz la acarició con tanga de por medio. Ella suspiró y arqueó su espalda. Sonreí y lo hice una vez más, para luego depositar algunos besos en el mismo lugar, que ya es estaba humedeciendo. Subí con besos hasta su boca.

Quise llevarla a la cama cuando reímos al darnos cuenta que su jean estaba trabado en sus zapatos, la ayudé a quitar sus prendas y me empujó hasta que caí en la cama. Quise tomarla del cuello para besarla y no me dejó.

- ¿Todavía no aprendiste que a las mujeres también les gusta tomar el control por un rato?
-Reí.- Hace lo que quieras, pero primero besame. Extraño tus labios.

Ella sonrió pícara y luego de acomodarse sobre mi pelvis, mordió su labio y se acercó a mi boca. Nos unimos en un beso apasionado que terminó en dejarnos sin aire.

Con sus besos bajó por mi cuello, mordisqueó mi oreja y deslizó sus dedos por debajo de mi remera hasta quitarla y humedecer mi piel con su traviesa lengua, mientras yo la disfrutaba.
Sus manos desabrocharon mi pantalón y lo deslizaron por mis piernas hasta tener que quitar mis zapatillas y dejarme en boxer. Volvió a sentarse allí arriba y estaba por matarme. Meneó su cadera sobre la mía y mis manos se posaron sobre su cola, para ayudarla a aumentar la velocidad.

Quitó su remera y su corpiño muy sensualmente y pasó su lengua sobre sus labios, unió sus tetas con sus manos y no pude resistirme. Me senté, dejando que ella se quedará sobre mí y la llené de besos y lamidas.


Volví a su boca y ella continuó con el meneo que me volvía loco.

- Para un poco. –Dije.-
- Que poco aguante tenes.
-Reí.- Es que… -Dije a su oído.- Quiero sacarte esa tanguita.
- Después. –Sentenció y salió de encima de mi cuerpo para poder quitar mi boxer.-

Se sentó sobre mi abdomen, dándome la espalda y su cola. Sonreí y mis manos comenzaron a tocar sin pedir permiso. Ella hizo lo mismo con mi zona más íntima, hasta que estallé en sus manos.

- Así me gusta. –Dijo y sin avisarme se acostó sobre mí, corrió su tanga y comenzó a hacerlo.-
- ¡Sos una hija de puta!
- ¡Callate y disfruta!
- No tengo forro.
- No importa, tomo pastillas.

Y de a poco comenzó a aumentar la velocidad, sonreímos cómplices y nos relajamos para disfrutar del contacto más íntimo con el otro.

Cuando no aguanté más, acabé dentro de su cuerpo y ella sonrió. Se corrió de encima de mí y quitó su tanga.

- Falto yo. –Dijo agitada.-

Sonreí y con mis manos hice lo que me pidió. Su cuerpo temblaba y estaba tan tentado a hacerlo otra vez que no pude evitarlo, volví a entrar en su cuerpo y esta vez acabamos los dos a la vez.

Mi cuerpo quedó sobre el suyo, nuestra piel hervía y transpiraba. 

Mi cabeza estaba sobre sus pechos y sus manos despeinaban mi pelo.

- Te extrañaba demasiado. –Dijo sin recuperar el aire aún.-
- Yo también hermosa. –Besé su piel.-
- Quedate conmigo esta noche.
- Todas las que quieras.

Nos quedamos en silencio, lo único que se escuchaban eran nuestras respiraciones que intentaban volver a la normalidad. Mis manos acariciaban su piel y las suyas mi pelo.

- Perdón. –Musité.-
- No, no hables.
- Te amo. –La abracé con fuerza.-
- Yo también te amo. –Besó mi frente.- Cerra los ojitos.
- ¿Por qué?
- Porque quiero que te quedes a dormir.
- No pienso irme a ningún lado.
- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por quedarte.
- No tenes que agradecer eso, lo hago feliz.
- Yo también soy feliz cuando estamos juntos.

Nos dimos un beso y nos sonreímos. 

Y, después de un rato, nos quedamos dormidos completamente desnudos y abrazados.

-

Me desperté y no sabía si reír o llorar.

¿Qué carajo habíamos hecho? ¿Qué hacía Pedro ahí?


Me vestí y salí de la habitación, lo pensé por un rato largo y seguía con la misma opinión de siempre. Esa noche había sido nuestra despedida.

- Pedro. –Dije entrando al cuarto.- ¡Pedro!
- ¿Qué pasa?
- Andate.
- Hey. ¿Por qué?
-Suspiré y le di su ropa.- ¡Te vas!
- Pero si la pasamos bien.
- Eso no quiere decir que yo te haya perdonado.
- Pero…
- Pero nada, dale.
- Pau, por favor.
-Suspiré.- No la hagas más difícil.

Pedro no dijo nada, se vistió y se sentó en la cama.

- ¿Podemos hablar?
- ¿De qué Pedro? –Me senté frente a él.-
- De nosotros.
- Ya no hay nosotros.
- ¿Y esto que pasó recién?
- Fue nuestra despedida.
- No, por favor no… -Dijo intentando besarme.-
- No, no lo hagas. –Me separé de él.-
- Nos amamos.
- Me lastimaste.
- Ya no sé cómo pedirte perdón.
- No lo hagas, con un perdón no vas a solucionarlo.
- ¿Y cómo lo puedo solucionar?
- No se puede solucionar.
- ¡Fue solo un beso y estaba en pedo!
- ¡No me molesta el beso Pedro!
- ¿Y qué es lo que te molesta?
- Que no me cuidaste.
- Perdón, no lo hice a propósito.
- No voy a tener de nuevo al lado mío un hombre que no me valore.
- Mil veces me dijiste que querías estar conmigo porque yo te valoraba.
- Me valorabas, en pasado… ¡Vos lo dijiste! –Me levanté de la cama.- Andate, te lo pido por favor.
- Pau… -Se acercó a mí.-
- ¡Andate Pedro!
-Me dio un beso suave y lento que me desarmó.- Esto no se termina acá.

Y con ese beso y esas palabras se fue. Suspiré y me dejé caer en la cama.
  


¿Qué se suponía que debía hacer?




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Lo subo de madrugada porque no es apto para todo público.(? Jajajaj

¿Qué se supone que debe hacer Paula? Quiero leerlos!
Si no comentan hoy, LOS LINCHO. ¿Estamos?

https://www.youtube.com/watch?v=8m3r-0XTP84 Corazón Hambriento - India Martinez ft. Abel Pintos.

38. Reencuentro.

Uno puede negarlo. Negarlo para uno y para los demás. Todo, mientras estás lejos.

Cuando la vida te obliga a reencontrarte y el cuerpo te recuerda que el amor sigue ahí, latiendo como siempre. ¿Qué se hace?

“Todos mis caminos conducen a vos.” ¡Y aunque quiera negarlo es imposible! Porque juro que quiero negarlo, quiero cambiarlo, quiero evitarlo. ¡Y no puedo!

Siempre apareces, en mis pensamientos o de manera física y haces que olvidarte sea mucho más complejo de lo que había pensado.




Cada día que pasaba lloraba un poco menos. O al menos eso creía, o eso me hacía creer o… No sé.

Pero, sí, estaba bastante mejor.

Hoy saldríamos con Virgi a tomar algo y la realidad era que si siempre había creído que mi hermana era de fierro, ahora lo confirmaba.

- ¿Estás Chu?
- Sí gorda, ya voy.
- ¡Dale!
-Reí.- ¿Estoy bien?
- ¡Hermosa!
- Ay, gracias. –Sonreí.-
- ¿Vamos?
- Dale.

-

Mis amigos me convencieron de salir, yo no lo hacía desde aquella fatídica noche.

Me vestí y salí de mi casa, me estaban esperando en la esquina en el auto de Matías.

- ¿A dónde vamos? –Pregunté.-
- A tomar algo, por ahí. –Dijo Javi.-
- ¿Pero a dónde?
- Tranqui Pepe. –Me dijo Clari y me abrazó por el costado.- Yo te cuido.
-Sonreí.- Te quiero Cla.
- Yo también te quiero Pepito.
- ¿Pongo música? –Preguntó Javi.-
- Dale.

Javi arrancó y puso música, fuimos todo el viaje cantando y nos decidimos por un bar en la costanera.

-

- ¿Vamos con tu auto Vir?
- Sí, como quieras.
- No tengo nafta en el mío.
-Rio.- Dale, no hay problema.

Fuimos hasta la otra cuadra en donde Vir había dejado su auto y nos subimos, cada una se puso su cinturón de seguridad.

- ¿Vamos a la costanera? –Propuso.-
- Dale, me copa.

Y arrancó el auto.

-

Llegamos y el bar estaba bastante vacío, asique elegimos quedarnos en la barra y pedir cerveza con maní.

La charla comenzó siendo bastante boluda y terminamos recordando anécdotas de la escuela, se nos estaba por terminar el secundario y estábamos todos demasiado nostálgicos.

Se terminó la primera cerveza y pedimos otra ronda.

Era una de las primeras veces que lograba olvidarme de lo que estaba sucediendo con Paula y lograba pasar un buen momento con amigos.

-

Estacionamos y nos dirigimos al bar. Nos sentamos al lado de un ventanal, bastante alejadas del quilombo del lugar. Nos pedimos unos daikiris y comenzamos a charlar un poco. Las dos evadíamos lo que había pasado con papá, pero lo seguíamos sufriendo.

- ¿Cómo estás con lo de papá? –Le pregunté.-
-Se encogió de hombros.- Como puedo. ¿Vos?
- La verdad que todo lo que pasó con Pedro me hizo olvidarme un poco de eso, pero me sigue doliendo.
- Nos va a doler toda la vida Chu.
-Suspiré.- Sí, ya sé.
- ¿Y te gustaría conocerlos?
- Lo pensé mucho, pero la verdad es que no. No sé, no los siento mis hermanos. –Tomé sus manos.- No es de forra, pero para mí vos sos mi única hermana.
-Sonrió.- A mí me pasa igual. ¿Estará mal no quererlos?
- No sé, si él hubiese querido que tengamos una buena relación, podría haber hablado antes.
- ¿Te preocupa lo que piense papá?
-Reí.- En lo más mínimo.

Llegamos a la conclusión de que mucho no podíamos hacer, más que aceptarlo y superarlo. O intentarlo.

- Voy al baño y vengo Vir.
- Dale, te espero acá Chu.

Fui hasta el baño y cuando estaba saliendo, me quise morir.

¿Qué hacía ahí? ¡La puta madre!

- ¿Volvemos? –Le pregunté a mi hermana.-
- ¿Por qué Chu?
- ¡Está Pedro!
- ¿Qué?
- Sí, supongo que con los amigos. No quiero que me vea, por favor.
- Hey, para. Tranquila. Si no queres que te vea, sentate.
- Por favor Virginia.
- Tenemos que pagar primero.
- Te espero en el auto.
- ¡Para boluda! ¡Para un poco!
- No puedo, me pone muy nerviosa esto. Si nos vemos, me desarma.
- Así como estás, vas a llamar la atención Paula.


-

- ¿Esa que está ahí es Paula? –Dije extrañado.-
- ¿Eh? –Preguntó Clari.- No flashees boludo.
- Me parece que sí.
- Pepe, dale.
- Ya vengo.
- ¿Vas a ir a verla?
- Necesito hacerlo Cla.
-Suspiró.- Está bien, te esperamos acá.
- Dale.

Corrí hacia dónde estaba, sonriendo de oreja a oreja.

- Hola Pau.
- ¿Qué haces acá?
- Estoy con mis amigos y te vi. No sé, me pareció que no daba no saludarte.
- ¡No daba que me saludes!
- Los dejo solos… -Y por suerte Virginia se fue.-

Me senté frente a Paula y tomé su mano.

- ¿Cómo estás?
- Bien, hasta que te vi.
- No seas tan mala.
- Soy como puedo.
- A mí me pone muy bien verte otra vez.
- A mí me hace mierda. –Y soltó su mano de la mía.-
- Solo quiero charlar un rato Pau.
- Yo no Pedro.
- Decime cómo estás al menos.
- Como puedo.
- ¿De verdad no hay nada que pueda hacer por vos?
- No, de verdad que no.
- ¿Nada, nada?
- No. –Se encogió de hombros.-
- ¿Puedo darte un abrazo?
- No Pedro.
- Por favor.
- ¿Por qué me haces esto?
- Nos va a hacer bien.

Me paré y le di las manos para que se pare.

Al principio se resistió, pero lo logré y la estaba abrazando.

- Te extraño.  –Susurré en su oído.-
- Yo también te extraño. –Me abrazó con fuerza.- Pero nos estamos haciendo mal.
- No me sueltes, por favor.
- Ojala tuviese fuerzas para hacerlo.
-Sonreí y besé su mejilla.- ¿No hay arreglo?
- Si supiera como arreglarlo, lo haría.
-Me separé un poco de ella.- Por favor mi amor…
-Sus ojos se llenaron de lágrimas.- Nos estamos haciendo mal, de verdad te lo digo.
-Rosé sus labios con los míos y suspiramos.- No puedo no hacerlo. –Y la besé, ella también me besó. Nos besamos.-
- Pepe…
- Sh… -Y volví a besarla.-
- Te quiero decir algo.
- ¿Qué?
- Te juro que lo intenté, pero no puedo.
- ¿Qué cosa?
- Dejar de amarte.


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Y en algún momento tenían que volver a verse...

No se olviden de comentar!

martes, 29 de septiembre de 2015

37. Reacciones II.

El cielo amaneció cristalizado y esta vez, las horas me pusieron al derecho y al revés. 
Para no extrañarte. 
El ácido del líquido que activa tu recuerdo, las huellas que imprimiste sobre cada movimiento. Y necesitarte. 
Que alguna de esas miles de botellas me emborrache, que crezcan tus azules sobre grises y azabaches. Soy un cachivache. 
Que lluevan setecientas toneladas de nostalgia, que vuelvan esos jueves encantados con tu magia. Para levantarme. 
Votre âme soulage la souffrance. (Tu alma alivia el sufrimiento.)”



“¿Estuve bien, no?”

“¿Quién sos?”

“El que le abrió los ojos a Paulita…”

“¿Alejandro?”

“¡Exacto! No sé de qué se sorprenden, yo le avise a mi mujer que me tengan miedo.”

“¡Sos un hijo de puta!”

“Si yo no puedo tener a Paula, no la va a tener nadie.”

“¿Por qué no la dejaste ser feliz?”

“Disculpame, el que arruinó su supuesta felicidad fuiste vos.”

“Vos me manipulaste a que lo haga.”

“Serás muy flojito entonces o no la amarás tanto como crees.”

“¿Qué sabes vos de lo que yo siento?”

“Sé mucho más de ustedes de lo que creen.”

“Ya nos hiciste demasiado mal, ya está.”

“Yo determino cuando está y cuando no está.”

“¿Qué ganas haciendo esto?”

“Que ustedes sufran todo lo que yo sufrí y sigo sufriendo por culpa tuya.”

“¿Culpa mía?”

“¡Sí! ¡Culpa tuya pendejo! Vos me la robaste.”

“Yo no hice que te dejara.”

“Vos te la garchaste cuando estaba conmigo.”

“Si se fijó en mí es porque vos no le eras suficiente.”

“¡Pendejo insolente!”


Y no le respondí más.

¿Para qué iba a hacerlo? Lo único que tenía ganas con ese tipo era cagarlo a piñas por arruinarme lo más lindo que tenía.

No era que yo no tuviese un grado de culpa, pero por él se había iniciado todo.

 ¡Sino yo ahora estaría con Paula!

- ¡Pepe! –Dijo Clari entrando a mi cuarto.-
- Clari. ¿Qué haces acá?
- No puedo verte así y además, me siento muy culpable.
- No es tu culpa, vos ya no estabas.
- Yo te convencí de ir con ellos.
- De verdad, no tenes por qué sentirte culpable.

Me abrazó y me hizo cosquillas.

- ¡No seas forra!
- ¿Salimos?
- ¿A dónde?
- A donde quieras.

Nos separamos.

- No tengo muchas ganas.
- Dale, al menos un rato.
- Clari, de verdad.
- ¿A correr? ¡No podes negarte!
-Reí.- Ya te viniste preparada.
- Para que no puedas negarte.
- Puedo igual.
- ¡No Pedro, dale!
- No tengo ganas boluda.
- Así te distraes. Salimos a correr ahora y a la noche salimos con los chicos, ya está todo organizado.
- ¿Vas a joder hasta que salgamos, no?
- Sabes que sí Pepe.

Reí y no me quedó otra.

Salimos a correr y después merendamos en la plaza.

Lo realmente grave pasó aquella noche.

Me sentía tan mal con la vida que chupé hasta el agua de los floreros. Pretendía ahogar todas las penas en el alcohol y no podía ni siquiera mantenerme en pie. De hecho, quebré a la salida del boliche.

¡Todo muy divino!

- Vamos a tu casa Pepe. –Dijo Clari.-
- No, no quiero. –Dije tambaleándome.-
- Sí, dale. Yo te acompaño.
- No quiero ir a mi casa.
- ¿Y a la mía? No hay nadie.
- Me quiero quedar acá.
- Lo llevamos Clari. –Dijo Matías.-
- Dale, ayudame.

Y así fue como me acarrearon hasta la casa de Clara.

- Yo me tengo que ir. –Dijo Matías.- Cualquier cosa me avisas…

- Dale, anda tranqui Mati.


Clara me llevó hasta el baño y me sentó en el inodoro.

- Te vas a bañar. –Dijo sacando mis zapatillas.- ¿Te desvestís solo?
- ¡Dejame de joder Clara!
- ¡Las bolas te dejo! Estás hecho mierda Pedro.

Me sacó las zapatillas, las medias y la remera.

- Dale boludo. –Abrió el agua.- Termina de desvestirte y metete abajo del agua.

Y se fue. Como pude, terminé de desvestirme y me metí debajo del agua que estaba hirviendo. 

Me senté en la bañera (porque no podía mantenerme en pie) y dejé que el agua cayera sobre mi cuerpo.

No podía dejar de pensar en ella y lo notaba en mi cuerpo. No pude evitarlo, cerré mis ojos y la imaginé desnuda delante de mí. Tuve que calmar a mi amigo con una buena paja.

- ¿Qué pasa que tardas tanto Pedro?
- Ya voy. –Dije tratando de que no notara lo excitado que estaba.-
- Dale que te hago café.

Suspiré y continué hasta estallar.

Volví a ponerme mi ropa y salí del baño. Clara me dio un café y yo no sabía con qué cara mirarla.

- Me muero de vergüenza. –Dije.-
- No tenes que tener vergüenza conmigo Pedro. Somos amigos.
- Les arruiné la noche a todos.
- Vamos a tener muchas más noches juntos.
- Espero que no sean así.
- Vas a ver que no, ya vas a estar mejor.
- No puedo dejar de pensar en ella.
- Date tiempo boludo.
- ¿Cuánto?
- Si lo supiera, te lo diría.
- No doy más.
- Hacete cargo de lo que hiciste.
- Sí, ya sé, me hago cargo. ¡Pero no sé qué hacer para revertirlo!
- Demostrale que la amas.
- ¿Cómo? Si no me quiere ni ver.
-Suspiró.- ¿Olvidarla no es una opción?
- No, te juro que no.
-Me abrazó.- ¿Puedo ayudarte en algo?
- Me estás ayudando más que nadie.
- Siempre voy a estar para vos Pepe.
- Gracias, de verdad. –Me separé un poco de ella.-
- Nada que agradecer.

Tomé un poco de café y me largué a llorar, como un nene.

- Arruiné lo más lindo que tenía, me siento un pelotudo.
- Deja de castigarte.
- ¡Pero si fue mi culpa!
- Castigándote no vas a llegar a ningún lado.
- No voy a llegar a ningún lado si no me perdona.
-Suspiró.- ¿Queres que hable con ella?
- No, no te metas.
- ¿Seguro?
- Sí, gracias, pero no hace falta.
- Bueno, como prefieras. Pero, sabes que cualquier cosa que necesites...
-Sonreí.- Gracias.




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https://www.youtube.com/watch?v=AGE2PCJyzzA canciones nostálgicas y esta. 700 toneladas - Tan Bionica.

Siganme odiando... Las entiendo! jajajajaja (?

lunes, 28 de septiembre de 2015

36. Reacciones I.

Del otro lado estoy en esta situación, todo es absurdo no importa quien falló. 
Tu escudo se rompió, la espada atravesó... Tan solo nos dejó... Sin tiempo. 
No hay nada que decir ahora, ahora, ahora... 
No hay nada por llorar se terminó, el vació nos quedó. 
Cada palabra es un suspiro que muere conmigo… Del otro lado estoy. 
Tu cielo me arrasó, mi vestido rompió, la flor que había en él conmigo lloró. 
El eco de mi voz, aún puedo escuchar, diciendo que al final... Desaparece. 
No hay nada que decir ahora, ahora, ahora... 
No hay nada por llorar se terminó, el vació nos quedó. 
Cada palabra es un suspiro, que muere conmigo… Del otro lado.
¿Dónde guardo la luz y el amor que me sobra? 

Poco a poco te vas convirtiendo en mi sombra. 
No hay nada que decir ahora, ahora, ahora... 
No hay nada por llorar se terminó, el vació nos quedó. 
Cada palabra es un suspiro, que muere conmigo… Del otro lado estoy.”





Mi hermana tenía razón. ¡No podía seguir pareciendo un trapo de piso!

Asique, ese lunes sonó la alarma y me levanté como si nada pasara. Me busqué la ropa y me fui a bañar.

Me arreglé muy tranquila y luego me preparé un café con un tostado para desayunar en el balcón… Me gustaba mucho mirar el amanecer.

Me puse mi chaqueta y salí del departamento. Saludé al encargado del edificio y caminé hasta el estacionamiento en donde guardaba mi auto para ir rumbo a mi trabajo.

Dicté la clase normalmente y en el recreo tomamos algo en el bar con mi compañera de cátedra. La clase continuó y era hora de volver a casa.

En realidad, no volví a casa. Emprendí el camino hacia el negocio de mi hermana.

- ¡Hola! –Dije cuando entré.-
- ¡Chuni! –Corrió a abrazarme.-
- ¿Cómo estás?
- Yo bien, y veo que vos también.
- Lloré demasiado ya. –Me separé de ella.-
- Me parece perfecto.
-Sonreí.- Vengo de dar clases.
- ¿Almorzamos?
- Dale.
- La llamo a mamá, que venga un rato antes, su turno empieza después de las tres cuando vuelvo a abrir.
- Dale, llamala. Hace mil no la veo.

Virgi invitó a mamá a comer en su casa (que estaba encima del negocio) y estábamos almorzando.

- ¿Cómo están tus cosas Pau?
- ¿No te contó Vir?
- Sí, pero quiero saber por vos.
- Están ma, no quiero hablar.
- ¿No hay vuelta atrás?
- No creo.
- Date tiempo. –Dijo mi hermana.-
- Vir, de verdad. No quiero pensar en eso.
- Bueno, está bien. –Respondió y comí un poco de los fideos.-

Se hizo un silencio y suspiré.

- No me morí igual.
- No seas tonta. –Dijo mi hermana.-
- No quiero que me tengan lastima.
- No te tenemos lastima. –Dijo mi mamá.-
- Bueno, está bien. Hablemos de otra cosa mejor.

Y así pasó el almuerzo.

Volví a mi casa y me dormí una siesta. (La noche anterior no había dormido casi nada y además, así me evitaba pensar)

Me desperté pasadas las cinco y me preparé unos mates, para ahora mirar el atardecer mientras merendaba.

Eliminé el contacto de Pedro de mi celular. (Aunque me sabía su número de memoria) y lo eliminé de las redes sociales…

Ojala sacarlo de mi corazón fuese tan simple, pero al menos así me evitaba el tener que saber sobre él sin quererlo.

Era momento de aceptar que volvía a estar sola y tendría que aprender a estarlo.

Me tocaba conocerme y aprender a convivir conmigo misma… Quizás, entender que la felicidad siempre depende de uno y no del otro sea la clave. ¿No?

Aunque… Pensar en la felicidad sin Pedro era tan imposible como pensar en que después de la noche no viene el día y eso me recuerda una frase:

“Nunca está más oscuro que cuando va a amanecer.”

Ojala sea así. Ahora estaba demasiado oscuro. Espero que esté por amanecer.

“Chuni, perdón si hice algo que te molesto hoy.”

“No Vir, tranquila.”

“¿Segura?”

“Sí, no te preocupes.”

“¿Estás sola ahora?”

“¿Con quién queres que esté?”

“¿Queres que vaya un rato?”

“No, gracias pero no. Prefiero pensar y acostumbrarme a estar sola.”

“Cualquier cosa, sabes que estoy.”

“Gracias hermanita.”


Suspiré y dejé el celular a un lado. El sol estaba cayendo y mi casa ya estaba oscura. No tenía ganas de moverme de donde estaba, pero estaba empezando a refrescar y lo único que me faltaba era enfermarme.

Ordené las cosas del mate y busqué una película en Netflix, necesitaba mantener mi cabeza ocupada.

Me preparé algo para cenar y me fui a mi habitación, prendí la computadora y me metí en Facebook.

“Tal vez solo fue un capítulo del libro que pudimos ser.”

Y lo publiqué en mi muro, poco me importaba lo que pensaran. Me dolía el corazón y no podía evitarlo.

Revisé los mails del trabajo y puse música para cenar…

Estar sola y saber que hay alguien que te espera quizás sea lindo, pero estar completamente sola me estaba dando cuenta de que era todo lo contrario y ni siquiera llevaba un mes.

Necesitaba llenar mi vida con cosas para distraerme y que el tiempo pasara.

Publiqué en mi Facebook que comenzaría a dar clases particulares y por suerte varias personas me habían dicho que necesitaban.

Me anoté en el gimnasio.

Comenzaría clases de baile.

¡Y si se me ocurría alguna otra cosa también la iba a hacer!

Te voy a olvidar Pedro. Yo voy a poder. Voy a poder.

“Encontrarte en algún lugar
aunque sea muy tarde, tantos odios para curar, tanto amor descartable. 
Escucharte a mi lado hablar aunque estemos distantes, es el mundo tan poco sensual que no puedo aliviarme. 
Vos sos mi obsesión, quisiera atraparte. Vos sos mi destrucción, no puedo dejar de pensar. 
Tengo que ordenar esta confusión, quiero estar libre para un nuevo amor.”

Ordené y cerré toda mi casa. Quité mi maquillaje y até mi pelo, me desnudé y me metí dentro de la cama. Todas las lágrimas que había evadido durante el día se hicieron invencibles, sin desearlo, estaba llorando otra vez.

La cama está fría sin vos mi amor.

“Esas noches que pasábamos las horas siendo uno, que pronto se hicieron humo.”

Estaba tan débil, me sentía tan mal… Que si viniera y me abrazara, le creería y perdonaría todo.

Claro que eso no iba a pasar, porque le dejé demasiado en claro que no quería verlo nunca más.

Y no lo iba a ver nunca más.

Nunca.

Cerrar mis ojos y que no apareciera su imagen me costaba demasiado, pero tenía que lograrlo.

¡Es que Pedro se había adueñado de mi alma y de mi cuerpo!

¿Para qué me deje llevar? ¿Para qué me entregué? ¿Para qué mierda? ¿Para sufrir? Estaba mejor antes.

Suspiré y golpeé con fuerza la almohada.

- ¡La puta madre! -Grité con bronca, contra la almohada.- ¿Por qué me hiciste esto Pedro? ¿Por qué? ¿Por qué me traicionaste? ¿Por qué me lastimaste así? ¡Si yo te amo! –Grité ahogada en lágrimas y me vencí.-

Estaba sola, nadie iba a venir a abrazarme esta vez.



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Punto 1: Perdonen por torturarlos tanto con Lali, capaz gente que me lea no le guste y yo vivo poniendo sus canciones, es que las amo y me vienen genial para la historia, jajaja. La de hoy es Del otro lado♥  https://www.youtube.com/watch?v=DqUKPbsi4xA 


Punto 2: Claramente necesitaba rellenar el capítulo (jajajajajaj): esta canción LA ROMPE. https://www.youtube.com/watch?v=-7Xp4EMONqY Amor descartable - Virus.
Sí, soy muy moderna para la música chicos.


Punto 3: Tenganme confianza y paciencia que la historia se pone buena... Yo ya la leí tres veces entera la novela y para que a mí me guste algo que escribo... Creo que debe estar medianamente bueno, jajaj!

Punto 4: Comenten por favor.


Punto 5: Se acerca el capítulo que quiero que lean desde el principio!

Nos leemos en el próximo capítulo. ☺

domingo, 27 de septiembre de 2015

35. Soledad.

“Soledad es estar rodeado de gente… Y que me faltes vos.”



Uno puede sentirse solo muchas veces, pero cuando la soledad se te cuela en los huesos es cuando duele. Cuando arde dentro tuyo.

Hacia una semana que no me levantaba de la cama y no, juro no estar exagerando.

Me pedí vacaciones en el trabajo, ya que tenía acumuladas y acá estaba. ¡Llorando por amor!

Estaba haciendo eso mismo que toda la vida me había parecido una gilada, eso que veía en las películas y me generaba violencia… Sí, eso mismo estaba haciendo yo.

No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos
¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida! 
No vuelvas ahora, ya no me sirve tu perdón.
Estuve tan ciega, te creí mi redentor.
Te perdiste la oportunidad. No voy a ser una muñeca más en tu vida, en tu vida.
No me pidas disimular, es inútil volver a intentar.
Ya lo siento, lo sientoSe acabó tu tiempo.
No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos.

¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida! 
Una melodía que empezó y no terminó.
Amarga agonía, fría cruza por mi habitación.
Te perdiste la oportunidad.
No voy a ser una muñeca más en tu vida, en tu vida.
No me pidas disimular, es inútil volver a intentar.
Ya lo siento, lo siento… Ya no hay tiempo no.
No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos.
¡Fuera de mi vida!
 

Hey, estaba pensando que… Que nunca es tarde para volver. ¿Para vos?
Hey… ¿Estás ahí? Dale, no me hagas esto por favor.
Hey, hey… ¿Me escuchas? ¿Me escuchas?

Ya no hay tiempo no en el desamor.
Sacrificándonos.

¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida!


Si me preguntabas antes de conocer a Pedro si yo podía hacer esto, te respondía un no completamente rotundo… Pero, acá estaba. Llorando como una pelotuda y por él.

Mi celular sonó y por primera vez desde aquella caótica noche, lo atendí.

- Hola. –Dije, intentando sonar lo más entera posible.-
- Hola Pau. Al fin me atendes.
- No tenes derecho a reprocharme nada.
- Tenes razón, perdón.
- ¿Para qué llamas?
- Quiero que hablemos.
- No creo que haya mucho que hablar.
- Te extraño.
- Yo también, pero eso no arregla las cosas.
- ¿No hay nada que pueda arreglar las cosas?
- Me lastimaste mucho.
- Lo sé y eso es lo que más mierda me hace.
- Fue Alejandro.
- ¿Eh?
- El que sacó y mandó las fotos.
- ¿Ese Alejandro era tu ex?
- ¿Qué?
- Esa noche, Clari se encontró con los primos y sus primos estaban con amigos. Un tal Alejandro me desafió a una ronda de vodka que me volteó y ahí se me tiró esa mina encima. ¡Es un hijo de puta!
-Suspiré.- Igual, te la comiste.
- Ya sé, pero estaba dado vuelta.
- ¿Sabes qué? Yo pensaba que eras la primera persona que me había cuidado.
- Me mata que me digas eso.
- A mí me mató lo que hiciste.
- Pau… Por favor.
- ¿Por favor qué? Ponele que fue solo un chape, me traicionaste igual.
- No sé cómo pedirte perdón.
- No se arregla con un perdón.
- ¿Y cómo se arregla?
- Te juro que si lo supiera, te lo diría.
- Me muero por verte.
- No, por favor. No.
- ¿No nos vamos a ver nunca más?
- Saber de vos me pone peor.
- ¿Eso quiere decir que me queres cortar?
- Te juro que si en algún momento quiero hablar con vos, te voy a buscar.
- Me estás partiendo al medio.
- A mí tampoco me hace bien la situación.
- Necesito que me digas que puedo hacer para que estés mejor.
- Alejarte.
- ¿Es la única opción?
- Sí Pedro.
- Está bien, pero no te olvides de que te amo.

Y le corté. No soportaba que esa conversación continuara. Apagué mi celular y lo dejé a un lado, me tapé hasta la cabeza aunque hiciera calor y me hice un bollito. ¿Quién carajo iba a levantarme de la cama?

La soledad me había tomado de pies a cabeza y era la sensación más horrible, porque la traición de mi viejo aprendí a soportarla, de él no me sorprendía. ¿Pero de Pedro? ¿De Pedro? ¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Por qué? ¡Si estaba todo bien!

Era demasiado injusto. Una maldita vez que me pasaba algo lindo, que me atrevía… Una vez que conocía el amor, conocía el desamor. Claro, hay que conocer todo.

Las lágrimas rodaban sin cesar por mis mejillas. ¡Y yo que odiaba llorar!

Quería levantarme de la cama y no podía.

¿Había algo peor que la traición de la persona que más amabas en el mundo?

Porque sí, Pedro se había convertido en mi vida entera.

-

Quería desaparecer. Quería no haber hecho lo que hice. Pero, por sobre todo, quería evitarle el dolor a Paula. No soportaba hacerle mal y sabía que la estaba matando.

No tenía ganas de nada.

No quería comer. No quería salir a correr. No quería dibujar. No quería mirar la tele. No quería hablar con nadie.

Solo quería estar con ella.

(Y dejar de sentir tanta culpa)

Me levanté de la cama y me asomé por la ventana de mi habitación… Como quisiera verla venir. Claro que eso no sucedería.

- Hijo. ¿Venís a comer?
- No tengo ganas ma.
- Dale Pepe.
- En serio vieja.

Mi mamá entró al cuarto y se paró detrás de mí.

- Seguir echándote la culpa no va a mejorar las cosas.
- Ya lo sé.
- ¿Y entonces?
- Me da bronca haber arruinado algo tan lindo.
- No podes volver el tiempo atrás hijo.
- ¡Ojala pudiera!
- Ya va a pasar.
- La amo, te juro que la amo.
- El amor es así. Ya va a llegar otra mujer.
- Pero yo la quiero a ella.
- Si no la podes tener, vas a tener que dejarla ir.
- No quiero ni pensarlo.
- Bueno, está bien. Pero algo tenes que comer.
- Me lavo la cara y voy.
- Está bien, te espero.

Mi vieja se fue y yo fui al baño. Me lavé la cara e hice el esfuerzo de ir a comer.

-

- ¡Hoy te levantas Paula! –Dijo mi hermana.-
- El lunes, cuando tenga que volver a trabajar.
- ¡Hoy!
- No jodas Vir.
- No jodo. –Y me destapó.- Anda a bañarte, dale.
- No sos mi vieja.
- No, soy tu hermana y quiero verte un poco mejor.
- En serio.
- ¡En serio vos! Anda a bañarte que te llevo ropa.
- ¿Vas a romper las bolas hasta que vaya, no?
- Exacto.

Suspiré y me levanté.

- ¡Esa es mi Chuni! –Reí.- Dale, anda.

Le hice caso a mi hermana, bah, estaba siendo sometida a mi hermana porque me estaba empujando al baño.

- ¿Te desvestís solita?
- ¡Sos una tarada! –Dije riendo.-
- Pero te hice reír. –Besó mi mejilla.-
- Gracias por bancarme tanto hermanita.
- Te dije mil veces que no agradezcas, lo hago porque te amo.
-Sonreí.- Sos de oro. –Nos abrazamos.-

Me bañé y Virgi me hizo comer.

Me sentía una nena. ¡Y lo odiaba!

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https://www.youtube.com/watch?v=IcieaSUuEqM mi canción preferida en el universo encajaba a la perfección con lo que escribí.

Sí, se viene una pelea fuerte y cosas que estoy muy ansiosa por publicar!

Que arranquen piola la semana☺

34. Fin.

¿Cómo ponerle fin a algo tan lindo? ¿Cómo decirle basta a una relación que nos mantiene vivos?

¿Por qué? ¿Por qué nos lastimamos? ¿Por qué somos así? ¿Por qué no sabemos cuidar al otro?

¿Por qué el amor duele tanto? ¿Cuál es el sentido de hacer sufrir a la persona que amas?

Pienso y pienso y no le encuentro explicación ni necesidad al nivel de complicación que tenemos los seres humanos, complicación que generamos nosotros solos. ¡Con lo fácil que es amar!

¿Por qué arruinamos todo lo que tocamos?

Es difícil poner un fin, pero necesario.

“Te digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.”




No, no había chances de que esto siguiera. ¡No me importaba si había sido solo un beso o 20 noches en un hotel! ¡Fin y para siempre!


Junté sus cosas y las dejé dentro de una bolsa para cuando viniera, ganas de revoleárselas por la cabeza claro que no me faltaban.

El llanto se mezclaba con bronca y con desilusión. ¡Era un pendejo y me tendría que haber dado cuenta antes! No ahora que estoy enamorada en cuerpo y alma de él.

Le pedí que viniera cuando terminara con sus amigos, le dejé la puerta abierta y las fotos sobre la bolsa. ¡Que lo encuentre él a ver con que cara me mira! ¡Forro!

-

Un amigo me alcanzó hasta la casa de Pau, ya que estaba yendo directamente del boliche y el portero (quien ya me conocía, me abrió). Subí hasta el departamento de Paula.

Me extrañó ver la puerta abierta, pero entré y con un poco bastante de culpa. 

¡Y cuando vi esas fotos me quise morir!

- ¡Llevate tus cosas y no vuelvas más! –Dijo Paula, acercándose a mí.- ¡Nunca!
- No para Pau, por favor.
- ¿Qué pare qué nene?
- Dejame que te explique.
- ¿Qué queres explicarme? ¿Cómo chapa la otra? ¿Cómo te la garchaste? No entiendo que queres explicarme.
- La conocí hoy.
- Veo que no perdiste el tiempo.
- No es lo que vos pensas y no garchamos.
- No es lo que yo pienso, es lo que dicen las fotos.
- Por favor…
- ¡Por favor andate!
- Estaba muy en pedo, ella se me tiró.
- Y vos no te preocupaste por correrla.
- Amor, por favor.
- ¡Amor las pelotas! –Me dio la bolsa.- Son todas tus cosas, para que no tengas que volver.
- Yo te amo…
- ¡Te hubieses acordado antes pendejo! ¡Porque eso es lo que sos, un pendejo! ¿Cómo no me di cuenta antes? ¡Este final era obvio! ¡Tenes 18 años, no sabes cuidar una mierda!
- Sabes que no es así. –Dije con lágrimas en mis ojos. Me estaba clavando una daga en el pecho.-
- No, no lo sé. –Y ella lloraba hace rato.- Andate de mi casa, por favor.
- Pau…
- Te estoy hablando en serio Pedro.

Suspiré y lo intenté una vez más.

- Dejame explicarte.
- ¡No tengo ganas de escucharte! ¡Te vas!

Y no me quedo otra que dar media vuelta e irme. Ella me cerró la puerta en la cara.

-

Cerré la puerta y me apoyé sobre ella, sin poder dejar de llorar.

- No llores, por favor. –Dijo del otro lado.-
- Andate, te lo ruego.
- Quiero abrazarte.
- ¡Lo hubieses pensando antes!
- Hay una explicación.
- No me interesa, nada va a sacarme esa imagen de la cabeza.
- Por favor.
- Andate, me haces peor.
- Quiero explicarte lo que pasó.
- Eso no va a arreglar nada Pedro.
- Pero al menos vas a saber la verdad.
- La verdad son esas fotos.
- Pau…
- Andate, te lo estoy pidiendo por favor.
- ¿No me vas a dejar pasar?
- Hoy no.
- ¿Otro día?
- No sé.
- Pero…
- Quiero estar sola.
-Suspiró.- Está bien, pero no te olvides de que te amo. –Y lo escuché irse.-

Me desarmé y me dejé caer al suelo, abracé mis rodillas y no podía respirar de lo tanto que estaba llorando. De un segundo al otro, mi corazón había estallado en mil pedazos.

“¿Me salió bien, no Paulita?”

“¿Quién sos?”

“El que te abrió los ojos… Digo, el que te mandó las fotos.”

“¿Quién mierda sos?”

“No puedo creer que me hayas borrado, soy Alejandro mi amor. ¿No me reconoces en la fotito? ¿No te acordas de mi amenaza? ¿Dónde quedó tu buena memoria? ¿Se fue con tu buen gusto?”

“¡Sos un hijo de puta!”

“Encima que te hago el favor… Si queres saber más, los vi garchar en el baño. Ojala te des cuenta que haberte separado de mí fue el peor error de tu vida.”

“¿Por qué sos tan cínico?”

“Quiero que sufras como yo sufrí y sigo sufriendo.”

“¿Qué carajo ganas con todo esto?”

“Venganza, es lo único que quiero.”

Y lo bloqueé, lo que menos necesitaba en ese momento era su cinismo.

-

Me sentía el pelotudo del siglo y encerrado en un laberinto sin salida. ¡No sabía qué hacer para que al menos me escuchara!

Igual, razonándolo… ¡Era imposible hablar en estas circunstancias! 

Era mejor esperar a que se calmaran un poco las aguas. (O quizás, quería consolarme pensando en eso)

Llegué a mi casa y me di una ducha helada. ¡No podía sentirme peor! Se me partía la cabeza y el corazón.

Intenté hablarle al WhatsApp, pero creí que era mejor no atosigarla. (Mejor hubiese sido no salir Pedrito)

-

Virgi me preparó un té y me lo llevó a la cama.

- No quiero Vir, gracias.
- Hace un día que no comes nada.
- No quiero.
- Por lo menos toma el té, te va a hacer bien.
- Lo único que me va a hacer bien es que alguien me diga que fue un sueño.
- Estás enamorada de verdad.
- Lo amo con todo mi alma. –Dije en medio de un llanto desconsolado.- ¡Creí que por fin había encontrado la felicidad y mira como terminó!
- Capaz con el tiempo puedas perdonarlo.
- Sabes que no soporto la traición.
- Pero el amor, a veces hace cosas imposibles.
- No me enrosques con eso, por favor.
- Bueno, pero al menos toma el té.
- Vir…
- ¡Dale Chunita! ¡Dale! –Dijo y besó mi mejilla.-
-Suspiré.- Sos pesada eh.
- Igual que vos.

Me senté en la cama y tomé un poco de té.

- ¿No queres nada para comer?
- No, de verdad.
- Un par de galletitas aunque sea.
- Me duele la panza.
- ¡De no comer Paula!
- Solo dos.
- Está bien.

Virgi me ofreció un par de galletitas de agua.

- ¿No tenes que ir al negocio?
- No, no te preocupes Chu. Me voy a quedar con vos.
- Gracias.
- Sabes que hay cosas que ni se agradecen.
- Me duele todo.
- Ya va a pasar hermanita. –Y acarició mi brazo.-
- Eso espero.



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Sí chicos... ¡Están como el culo!

sábado, 26 de septiembre de 2015

33. Error.

Todo puede ser hermoso… Todo puede marchar sobre ruedas. Podemos sonreír hasta de dormidos y sentirnos llenos de amor.

Pero… Un simple momento, puede cambiar todo.

Un error, puede dar vuelta el mundo.





“Pau, hoy salimos con los chicos. ¿Te enojas si no nos vemos?”

“No Pepe, no pasa nada. Me veo con Virgi seguro.”

“Nos vemos mañana entonces…”

“Dale, mañana soy toda tuya.”

“Que tentador suena eso.”

“Jajajaja, que la pasen lindo. (Y pensa mucho en mí).”

“Siempre pienso en vos.”

“Lindo
.”

Me saqué una foto y se la envíe.

“¿Sí? ¿Estoy lindo?”

“Para rajar la tierra, cuidadito con las minitas en el boliche eh.”

“Que miren todo lo que quieran…”

“¡Hey!”

“Que miren, total la única que toca sos vos.”

“¡Sos un tarado!”

“Un tarado que te ama.”

“Yo también lo amo al tarado. Qué la pases bien.”

“Gracias Pau, un beso grande.”

“Otro para vos Pepe.”


Terminé de prepararme y salí de mi casa. ¡Hoy era noche de amigos! Haríamos una previa en la casa de Mati y luego iríamos a algún boliche.

La realidad era que tomar no era algo que me enloqueciera demasiado, si tomaba era porque me gustaba, no para quebrar… Asique, llegué al boliche bastante lúcido. La saqué a bailar a Clari y pasé un largo rato con ella.

- ¡Allá están mis primos! –Dijo Clari.-
- ¿Tus primos?
- Sí Pepe, no sé que onda.
- Anda con ellos si queres.
- ¿Me acompañas?
- Pero están los chicos Clari.
- Un toque y volvemos.
- Bueno, está bien.

Seguí a mi amiga y me presentó a sus primos y a los amigos de sus primos…

Okei, quería pasarla bien y con amigos. Todo bien Clari, pero me aburro.

- ¿Una cerveza? –Me ofreció uno de esos chicos.-
- Bueno, está bien. –Dije, intentando no sonar descortés.- Gracias.

Comencé a tomar la cerveza y al menos, mi amiga estaba a mi lado.

- Yo me vuelvo Cla.
- Un rato y vamos.
- Un rato nada más.
- ¡Sí Pepe!
- Okei, okei.

Tomé un poco de cerveza y me puse a hablar con el chico que me había ofrecido.

-
¿Tu nombre?
- Alejandro. ¿El tuyo?
- Pedro.

Y de repente había pedido una ronda de vodka que me ofreció.

- No, yo paso. Gracias.
- Dale, no seas flojito.
- Es que estoy bien con la cerveza.
- Hasta tu amiga está tomando.
- Bueno, pero a mí no me gusta.
- Uno, dale.
-Suspiré. ¡Pesado!.- Está bien… -Y tomé uno. Quemó como la puta madre que me parió.-
- ¿Otro?
- No, ya está.
- Hacemos una ronda. Cinco cada uno, el que más rápido se los clava, gana.
- De verdad, no.
- ¡Dale!
- No flaco, no.
- Un poco de diversión amigo.
-Suspiré, pensaba perder.- Okei.

Y al tercero creo que ya no sabía ni mi nombre. ¡No tenía resistencia!

- ¡Veni Manu! –Dijo Alejandro.- Te presento a Pedro, un amigo.
- Hola Pedro. –Y besó la comisura de mi boca.-
- Hola. –Respondí.-
- Permiso eh. –Se sentó sobre mis piernas y yo no tenía ni fuerza para correrla.- ¿Tomaste mucho, no?
- Un poco.
- Mejor, así es más divertido. –Y me besó.-
- Para un poco piba.
- Divertite un poco. –Y volvió a besarme.-

-

- ¿Cómo están las cosas con Pepe? –Preguntó mi hermana.-
- Bien, mejor que nunca. –Sonreí.-
- ¿Para tanto?
- Sí Vir, te juro que estoy hasta las manos.
- Se te nota en la cara.
- Me siento una boluda, te juro.
- No, está bien Chuni.
- Eso espero.
- ¿Por qué decís eso?
- No, no sé. Tengo miedo de que no sea eterno.
- No pienses así.
- Hay veces que me agarra pensar así.
- No va a pasar nada boluda, Pedro te ama.
- Eso es verdad. ¡Y yo lo amo a él!

-

Manuela no dejaba de besarme ni de toquetearme. ¡Y la verdad es que lo hacía muy bien!

Aún así, quería quitarla de encima mío y no podía. ¡La puta madre!

- Tengo novia flaca.
- ¿Está acá?
- No.
- Entonces no se va a enterar. –Dijo mordiendo mi oreja.-
- Pero no me gusta estar haciendo esto.
- No seas cagón.
- No soy cagón.
- Sí, lo sos. –Y me besó metiéndome la lengua hasta el esófago.- Además, te estás despertado conmigo… -Dijo acariciando mi parte más íntima.-
- ¡No hagas eso!
- Te encantó.
- Sí, pero no quiero estar con vos.
- Un poquito, tu novia no se entera. ¡Dale!
- No quiero que mi novia se entere de algo que no va a pasar.
- ¿La vas a jugar de fiel ahora?
- Soy fiel. –Dije y la saqué de encima mío.-
- No te la crees ni vos gordito.
-Suspiré.- Que vos no me creas no me cambia la vida.
- Solo una noche te estoy pidiendo.
- Ni una, ni media, ni ninguna.
- Sos un flojito nene.

Y cuando me quise dar cuenta, ni el pibe este, Alejandro estaba… Y Clara tampoco.

¡Estaba yo solo con esta mina!

- Me voy, disculpame.


Y me fui en busca de mis amigos.

-

Estaba con mi hermana, tomando un café, cuando un sobre pasa por debajo de la puerta.

- ¿Qué es eso? –Pregunté.-
- A ver… -Mi hermana se acercó y lo agarró.- No tiene remitente ni nada.
- Qué raro.
- Abrilo. –Y me lo dio.-
-Lo abrí extrañada y cuando vi lo que había dentro me quería morir.- ¡Es un forro! –Grité con bronca.-
- ¿Qué es Chu?
- ¡Mira! –Y le mostré las fotos.-
- ¿Es él?
- ¡Sí Virgi! ¡Es él! Terminó siendo un forro. –Y me largué a llorar como una nena.-
- Hey, no. No llores. –Y me abrazó.- Seguro haya una explicación.
- ¡Se está comiendo a otra! No hay mucha explicación.
- La foto capaz es vieja.
- ¡No Vir! Hoy me mandó una foto antes de irse y estaba vestido así. –Dije con bronca.- Es un forro y no hay vuelta atrás. ¡Lo es! –Grité.-


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Y bueno chicos... En algún momento tenía que empezar el bardo posta.

He aquí que la historia empieza de verdad! Quiero que sepan que desde que empecé a publicar que esperaba subir este capítulo, jajaja! Bah, en realidad tengo ganas de que lean lo que va a pasar a partir de acá... ;O

Y como no me voy a mandar al muere sola, quiero que sepan que cuando yo estaba escribiendo quería que se peleen y no encontraba un motivo, entonces hice consulta con @soyemocional y ella me ayudó a planear esta maldad. (Igual te quiero Johi♥)

Matenme a mí igual. 


¡Comenten!

Prometo que esto tiene un por qué. La novela iba a durar 50 capítulos hasta que se me ocurrió una continuación y para que continúe tiene que pasar esto.