Hay verdades que están a la
vista de todos y verdades ocultas, que de repente te estallan en la cara.
Hay verdades que uno se las traga durante años y cuando las dice, se libera y se saca toneladas de la espalda. Decirlas cuesta, pero después todo es mucho más simple.
Dejar de esconder, libera.
La verdad es todo lo que podemos pedir. Tener la verdad en las manos y poder ejecutar a partir de ella, es lo mejor que puede pasarnos.
“Hace tiempo estoy buscando la verdad, que me lleve a donde está la eternidad… Sin la gloria, gloria, sin gloria me dejas. Una historia, un sueño nada más.
Hoy voy a viajar mil años luz, ya no cargaré ninguna cruz… Es ahora, es la hora, es la hora, es la hora de soltar tus miedos. Es la hora, es la hora de volar….
Soy lo que me inventé, lo que quiero… ¿Y tú donde estás? Si te miro te escapas… ¿A dónde vas? Aunque corras la pared, te encontrará. ¿Por qué lloras? Si no hay nada que ocultar.”

- ¿Queres que te alcance a tu casa?
- ¿Te jode?
- No Pepe, además me queda de pasada.
- Bueno, dale. -Sonrió y me dio un beso.-
- Dale, vamos que voy a llegar tarde.
- Tenes una carita.
-Suspiré.- Hago lo que puedo. -Me besó.- ¿Vamos?
- Dale. -Me dio otro beso.-
Salimos de casa y caminamos juntos hasta el estacionamiento tomados de la mano, era la primera vez que nos mostrábamos en público y eso me daba seguridad.
Estacionados, a un par de cuadras de su casa, no podíamos separar nuestros labios. Yo estaba sentada sobre él.
- Anda Pau.
-Reí.- ¡Vos no me soltas!
- ¡Vos estás encima mío!
–Reímos y nos besamos.-
- La pasé muy bien con vos. –Confesé.- Ojala se repita.
- Se va a repetir, yo también la pasé muy bien. –Nos sonreímos.-
- No te olvides de estudiar igual.
- No, te lo prometo.
-Le sonreí.- Si necesitas ayuda, estoy eh.
- Gracias, de verdad.
- Nada que agradecer. –Lo besé.- ¿Me voy a mi asiento?
- ¿Otra no queda? –Negué con mi cabeza y reímos. Me pasé a mi asiento y destrabé las puertas.- Chau linda. –Me besó.-
- Chau Pepe. –Nos dimos un último beso y se bajó del auto.-
Bajé la ventanilla y cuando se estaba yendo, le grité.
- ¡Pepe!
-Se dio vuelta y volviendo, gritó.- ¿Qué?
- ¡Te quiero! –Dije cuando ya estaba cerca.-
-Sonrió.- Yo también te quiero hermosa. –Beso.- Suerte con tus viejos.
-Reí.- Gracias. –Nos dimos un último beso y se fue.-
Subí la ventanilla y suspiré, volví a ponerme el cinturón de seguridad y arranqué. No quedaba otra que enfrentarlo.
Llegué a la casa de mis viejos y por suerte ya estaba Virgi.
- Les voy a decir. –Dije por lo bajo.-
- ¿Lo de Pedro?
- ¡No tonta! Que corté con Alejandro.
- Está bien Chuni.
- Haceme apoyo moral.
- ¿Cuándo no hermanita? –Reímos y nos acercamos a mi mamá.-
- ¿Te ayudamos ma?
- Dale, pongan la mesa. –Respondió.-
Con Virgi pusimos la mesa y mi vieja sirvió la comida. Papá abrió el vino.
El almuerzo pasó sin demasiados sobresaltos y era el momento. No lo pensé demasiado.
- Me separé de Alejandro. –Dije, sin anestesia.-
- ¿Qué? –Preguntó mi papá, nervioso.-
- Eso pa, no daba para más esa relación. Ya no había amor y no sé si alguna vez lo hubo de mi parte.
- ¿Por qué hija? –Preguntó mi mamá de mala manera.-
- ¿Por qué que mamá?
- La pasé muy bien con vos. –Confesé.- Ojala se repita.
- Se va a repetir, yo también la pasé muy bien. –Nos sonreímos.-
- No te olvides de estudiar igual.
- No, te lo prometo.
-Le sonreí.- Si necesitas ayuda, estoy eh.
- Gracias, de verdad.
- Nada que agradecer. –Lo besé.- ¿Me voy a mi asiento?
- ¿Otra no queda? –Negué con mi cabeza y reímos. Me pasé a mi asiento y destrabé las puertas.- Chau linda. –Me besó.-
- Chau Pepe. –Nos dimos un último beso y se bajó del auto.-
Bajé la ventanilla y cuando se estaba yendo, le grité.
- ¡Pepe!
-Se dio vuelta y volviendo, gritó.- ¿Qué?
- ¡Te quiero! –Dije cuando ya estaba cerca.-
-Sonrió.- Yo también te quiero hermosa. –Beso.- Suerte con tus viejos.
-Reí.- Gracias. –Nos dimos un último beso y se fue.-
Subí la ventanilla y suspiré, volví a ponerme el cinturón de seguridad y arranqué. No quedaba otra que enfrentarlo.
Llegué a la casa de mis viejos y por suerte ya estaba Virgi.
- Les voy a decir. –Dije por lo bajo.-
- ¿Lo de Pedro?
- ¡No tonta! Que corté con Alejandro.
- Está bien Chuni.
- Haceme apoyo moral.
- ¿Cuándo no hermanita? –Reímos y nos acercamos a mi mamá.-
- ¿Te ayudamos ma?
- Dale, pongan la mesa. –Respondió.-
Con Virgi pusimos la mesa y mi vieja sirvió la comida. Papá abrió el vino.
El almuerzo pasó sin demasiados sobresaltos y era el momento. No lo pensé demasiado.
- Me separé de Alejandro. –Dije, sin anestesia.-
- ¿Qué? –Preguntó mi papá, nervioso.-
- Eso pa, no daba para más esa relación. Ya no había amor y no sé si alguna vez lo hubo de mi parte.
- ¿Por qué hija? –Preguntó mi mamá de mala manera.-
- ¿Por qué que mamá?
- ¿Por qué haces estas
cosas que nos hacen quedar mal?
- ¿A vos lo único que te interesa es quedar bien? ¿No te importa que yo sea feliz? –Pregunté con impotencia.-
- Tranqui Pau. –Dijo Virgi.-
- ¡Es mi vida! –Dije.- ¡Mi vida! Y voy a hacer con ella lo que quiera. –Hice una pausa.- Voy a hacer todo lo posible para ser feliz, y si eso les gusta o no. ¡No es mi problema!
- Tranquila hija. –Dijo mi viejo.-
- ¡Tranquilos ustedes! Me separé nada más, no es la muerte de nadie. ¡Estoy viva eh!
- No vas a encontrar otro como él. –Dijo mamá.-
- ¡Ojala! Nunca estaría con alguien así otra vez.
Virgi ayudó a que se calmaran las aguas y comimos el postre, casi en silencio de mi parte.
- Perdón, no quiero decepcionarlos. Pero es mi vida y quiero ser feliz. –Dije, con lágrimas en los ojos.- Yo los quiero, pero no entiendo por qué tienen que ser así.
- ¿Así cómo? –Preguntó mamá.-
- ¡Así ma! Siempre pensas primero en vos que en nosotras.
- ¿Vos estás de acuerdo Virgi? –Preguntó.-
- Sí ma…
- ¿De verdad? –Virgi asintió.-
- Me hacen mal. –Dijo.-
- ¡Y vos nos haces mal a nosotras con tus reacciones! –Dijo mi hermana.-
- Y las tuyas también nos hacen mal. –Dije mirando a mi papá.-
- Ustedes tienen su vida y está bien, la respetamos. ¡Pero ustedes respeten la nuestra también! –Dijo Vir.-
- Por favor se los pedimos. Queremos ser felices nada más. ¡Tenemos derecho a equivocarnos! –Y sequé una lágrima que se me escapó.-
Ellos se quedaron sin decir nada.
- ¿A vos lo único que te interesa es quedar bien? ¿No te importa que yo sea feliz? –Pregunté con impotencia.-
- Tranqui Pau. –Dijo Virgi.-
- ¡Es mi vida! –Dije.- ¡Mi vida! Y voy a hacer con ella lo que quiera. –Hice una pausa.- Voy a hacer todo lo posible para ser feliz, y si eso les gusta o no. ¡No es mi problema!
- Tranquila hija. –Dijo mi viejo.-
- ¡Tranquilos ustedes! Me separé nada más, no es la muerte de nadie. ¡Estoy viva eh!
- No vas a encontrar otro como él. –Dijo mamá.-
- ¡Ojala! Nunca estaría con alguien así otra vez.
Virgi ayudó a que se calmaran las aguas y comimos el postre, casi en silencio de mi parte.
- Perdón, no quiero decepcionarlos. Pero es mi vida y quiero ser feliz. –Dije, con lágrimas en los ojos.- Yo los quiero, pero no entiendo por qué tienen que ser así.
- ¿Así cómo? –Preguntó mamá.-
- ¡Así ma! Siempre pensas primero en vos que en nosotras.
- ¿Vos estás de acuerdo Virgi? –Preguntó.-
- Sí ma…
- ¿De verdad? –Virgi asintió.-
- Me hacen mal. –Dijo.-
- ¡Y vos nos haces mal a nosotras con tus reacciones! –Dijo mi hermana.-
- Y las tuyas también nos hacen mal. –Dije mirando a mi papá.-
- Ustedes tienen su vida y está bien, la respetamos. ¡Pero ustedes respeten la nuestra también! –Dijo Vir.-
- Por favor se los pedimos. Queremos ser felices nada más. ¡Tenemos derecho a equivocarnos! –Y sequé una lágrima que se me escapó.-
Ellos se quedaron sin decir nada.
- Para Pau… -Dijo mi papá.-
- ¡Respondan algo! –Grité.-
- Hey Chuni, para un poco. –Me frenó mi hermana.-
- Puede que tengan razón… -Dijo mi mamá, sin mirarnos.-
- No puede. ¡La tenemos! –Y Virgi me pellizcó el brazo, tratando de frenarme.- ¡Nos hacen mierda con esa manera de pensar!
Y me levanté de la mesa.
- ¡Pienselo por lo menos!
Y me fui.
Virgi me siguió.
- ¡Chuni para!
- ¿Qué pare qué boluda? ¡Estoy harta!
- No les hace bien que los trates así.
- Prefiero que sufran un poco ahora y no después, cuando les presente a Pedro.
-Suspiró.- Andate mejor.
- ¿Vos también te vas a poner en mi contra?
- No, sabes que no.
- ¿Y entonces?
- Te estás yendo un poco al carajo.
- ¡Está bien Virginia!
Me puse mi abrigo, agarré mi cartera y me fui a la mierda. Me subí a mi auto y me largué a llorar. ¿Tan equivocada estaba? ¡La puta madre!
Arranqué y me fui a mi casa. No tenía ganas de hacer nada.
“¿Cómo te fue?”
“Omito comentarios Pepe.”
“¡Uy! ¿Para tanto?”
“Sí, igual no importa.”
“Si que importa…”
“Es que es largo y me pelee con mi hermana también, si queres cuando nos veamos, te cuento.”
“¿Queres que vaya?”
“No Pepe, no hace falta.”
“¿Segura?”
“Sí, me voy a tirar a dormir. Gracias igual.”
“Cualquier cosa avisame.”
“Gracias, en serio. ♥”
“¿Algún día vas a dejar de agradecer?”
“Ya te dije, no estoy acostumbrada a que me traten así.”
“Acostumbrate porque conmigo siempre va a ser así.”
“Gracias, en serio. Te quiero.”
“Yo también te quiero Pau.”
“Me haces bien. (Te juro que intento no ser pesada)”
“¡No sos pesada! ¡Sacate esa idea de la cabeza!”
“Mmm…”
“¿Mmm qué? Vos también me haces bien.”
“¡Lindo! ¿Te enojas si quiero dormir un rato?”
“Obvio que no, descansa.”
“Gracias.”
“¡Basta de gracias!”
“Jjajaja, perdón.”
Silencié mi celular y me dispuse a dormir.
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He aquí la canción que más me identifica en el universo: https://www.youtube.com/watch?v=RucRCU-8YiI
Ayer empecé un nuevo corto, si quieren leer: minifanficspyp.blogspot.com.ar ☺
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ResponderEliminarRifaba una trompada justo hoy... y los padres de Paula compraron todos los numeros sabias? Que forritos los dos! Me caen pesimo #piña
ResponderEliminary todavía no leyeron naditaa
EliminarAh eso no es nada de lo piensan y hacen los padres de Paula? Son peores?Me da lástima por Pau, suerte que lo tiene a Pedro!
ResponderEliminarjajaja, ya verán :O
Eliminarmuuuy bueno el cap, espero q los padres no le digan nada cuando le presente a Pedro
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