martes, 29 de septiembre de 2015

37. Reacciones II.

El cielo amaneció cristalizado y esta vez, las horas me pusieron al derecho y al revés. 
Para no extrañarte. 
El ácido del líquido que activa tu recuerdo, las huellas que imprimiste sobre cada movimiento. Y necesitarte. 
Que alguna de esas miles de botellas me emborrache, que crezcan tus azules sobre grises y azabaches. Soy un cachivache. 
Que lluevan setecientas toneladas de nostalgia, que vuelvan esos jueves encantados con tu magia. Para levantarme. 
Votre âme soulage la souffrance. (Tu alma alivia el sufrimiento.)”



“¿Estuve bien, no?”

“¿Quién sos?”

“El que le abrió los ojos a Paulita…”

“¿Alejandro?”

“¡Exacto! No sé de qué se sorprenden, yo le avise a mi mujer que me tengan miedo.”

“¡Sos un hijo de puta!”

“Si yo no puedo tener a Paula, no la va a tener nadie.”

“¿Por qué no la dejaste ser feliz?”

“Disculpame, el que arruinó su supuesta felicidad fuiste vos.”

“Vos me manipulaste a que lo haga.”

“Serás muy flojito entonces o no la amarás tanto como crees.”

“¿Qué sabes vos de lo que yo siento?”

“Sé mucho más de ustedes de lo que creen.”

“Ya nos hiciste demasiado mal, ya está.”

“Yo determino cuando está y cuando no está.”

“¿Qué ganas haciendo esto?”

“Que ustedes sufran todo lo que yo sufrí y sigo sufriendo por culpa tuya.”

“¿Culpa mía?”

“¡Sí! ¡Culpa tuya pendejo! Vos me la robaste.”

“Yo no hice que te dejara.”

“Vos te la garchaste cuando estaba conmigo.”

“Si se fijó en mí es porque vos no le eras suficiente.”

“¡Pendejo insolente!”


Y no le respondí más.

¿Para qué iba a hacerlo? Lo único que tenía ganas con ese tipo era cagarlo a piñas por arruinarme lo más lindo que tenía.

No era que yo no tuviese un grado de culpa, pero por él se había iniciado todo.

 ¡Sino yo ahora estaría con Paula!

- ¡Pepe! –Dijo Clari entrando a mi cuarto.-
- Clari. ¿Qué haces acá?
- No puedo verte así y además, me siento muy culpable.
- No es tu culpa, vos ya no estabas.
- Yo te convencí de ir con ellos.
- De verdad, no tenes por qué sentirte culpable.

Me abrazó y me hizo cosquillas.

- ¡No seas forra!
- ¿Salimos?
- ¿A dónde?
- A donde quieras.

Nos separamos.

- No tengo muchas ganas.
- Dale, al menos un rato.
- Clari, de verdad.
- ¿A correr? ¡No podes negarte!
-Reí.- Ya te viniste preparada.
- Para que no puedas negarte.
- Puedo igual.
- ¡No Pedro, dale!
- No tengo ganas boluda.
- Así te distraes. Salimos a correr ahora y a la noche salimos con los chicos, ya está todo organizado.
- ¿Vas a joder hasta que salgamos, no?
- Sabes que sí Pepe.

Reí y no me quedó otra.

Salimos a correr y después merendamos en la plaza.

Lo realmente grave pasó aquella noche.

Me sentía tan mal con la vida que chupé hasta el agua de los floreros. Pretendía ahogar todas las penas en el alcohol y no podía ni siquiera mantenerme en pie. De hecho, quebré a la salida del boliche.

¡Todo muy divino!

- Vamos a tu casa Pepe. –Dijo Clari.-
- No, no quiero. –Dije tambaleándome.-
- Sí, dale. Yo te acompaño.
- No quiero ir a mi casa.
- ¿Y a la mía? No hay nadie.
- Me quiero quedar acá.
- Lo llevamos Clari. –Dijo Matías.-
- Dale, ayudame.

Y así fue como me acarrearon hasta la casa de Clara.

- Yo me tengo que ir. –Dijo Matías.- Cualquier cosa me avisas…

- Dale, anda tranqui Mati.


Clara me llevó hasta el baño y me sentó en el inodoro.

- Te vas a bañar. –Dijo sacando mis zapatillas.- ¿Te desvestís solo?
- ¡Dejame de joder Clara!
- ¡Las bolas te dejo! Estás hecho mierda Pedro.

Me sacó las zapatillas, las medias y la remera.

- Dale boludo. –Abrió el agua.- Termina de desvestirte y metete abajo del agua.

Y se fue. Como pude, terminé de desvestirme y me metí debajo del agua que estaba hirviendo. 

Me senté en la bañera (porque no podía mantenerme en pie) y dejé que el agua cayera sobre mi cuerpo.

No podía dejar de pensar en ella y lo notaba en mi cuerpo. No pude evitarlo, cerré mis ojos y la imaginé desnuda delante de mí. Tuve que calmar a mi amigo con una buena paja.

- ¿Qué pasa que tardas tanto Pedro?
- Ya voy. –Dije tratando de que no notara lo excitado que estaba.-
- Dale que te hago café.

Suspiré y continué hasta estallar.

Volví a ponerme mi ropa y salí del baño. Clara me dio un café y yo no sabía con qué cara mirarla.

- Me muero de vergüenza. –Dije.-
- No tenes que tener vergüenza conmigo Pedro. Somos amigos.
- Les arruiné la noche a todos.
- Vamos a tener muchas más noches juntos.
- Espero que no sean así.
- Vas a ver que no, ya vas a estar mejor.
- No puedo dejar de pensar en ella.
- Date tiempo boludo.
- ¿Cuánto?
- Si lo supiera, te lo diría.
- No doy más.
- Hacete cargo de lo que hiciste.
- Sí, ya sé, me hago cargo. ¡Pero no sé qué hacer para revertirlo!
- Demostrale que la amas.
- ¿Cómo? Si no me quiere ni ver.
-Suspiró.- ¿Olvidarla no es una opción?
- No, te juro que no.
-Me abrazó.- ¿Puedo ayudarte en algo?
- Me estás ayudando más que nadie.
- Siempre voy a estar para vos Pepe.
- Gracias, de verdad. –Me separé un poco de ella.-
- Nada que agradecer.

Tomé un poco de café y me largué a llorar, como un nene.

- Arruiné lo más lindo que tenía, me siento un pelotudo.
- Deja de castigarte.
- ¡Pero si fue mi culpa!
- Castigándote no vas a llegar a ningún lado.
- No voy a llegar a ningún lado si no me perdona.
-Suspiró.- ¿Queres que hable con ella?
- No, no te metas.
- ¿Seguro?
- Sí, gracias, pero no hace falta.
- Bueno, como prefieras. Pero, sabes que cualquier cosa que necesites...
-Sonreí.- Gracias.




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https://www.youtube.com/watch?v=AGE2PCJyzzA canciones nostálgicas y esta. 700 toneladas - Tan Bionica.

Siganme odiando... Las entiendo! jajajajaja (?

6 comentarios:

  1. Le pegaria ochenta mil patadas en cada huevo al idiota del ex de Paula. Sisi asi de fina la frase que tire -.-

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  2. que hdp el ex de paula...estaban tan bien ellos...

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