7. Quiero volver a verte.

Las relaciones empiezan a crecer, rápido o lento, no importa. Crecen, siempre crecen.

Ya pusimos los primeros ladrillos de esa nueva casita, los cimientos son más fuertes con el correr del tiempo y no queremos que esa casita quede ahí. Queremos que se siga construyendo, que crezca. Queremos subir sus paredes y ponerle un techo.

¿Por qué? Porque necesitamos un lugar donde refugiarnos y creemos que esa persona es el lugar ideal para hacerlo. Esa persona, sin darse cuenta, se convirtió en nuestro refugio.

Por eso nos tenemos que animar a decir lo que nos pasa…

Quiero seguir construyendo con vos.

Quiero volver a verte.

De amor sabía poco y nada, más nada que poco. Pero, tenerla al lado mío dormida me movía algo dentro que nunca nadie había movido. Su cara tan tranquila, sus facciones tan lindas, su respiración tan pesada…

Acaricié con cuidado su mejilla y ella abrió los ojos.

- Perdón.
- Dormí conmigo…
- No quería despertarte.
- Veni. –Dijo súper dormida.-

Me acosté a su lado.

- ¡Conmigo dije!

Sonreí y la abracé, haciendo cucharita.

- ¿Así?
- Así está perfecto. Me gusta tenerte cerquita.
-Sonreí y besé su cuello.- A mí también.
- No hagas que siga hablando porque de dormida no tengo filtro.
- Uy, me encantaría. –Dije riendo.-
- Te hablo en serio.
- Bueno, bueno che.

La giré un poco, para poder besarla y le dije:

- Que descanses.
- Vos también.

Volvimos a acomodarnos, abrazados, y nos quedamos dormidos.

-

Cuando me desperté me dí cuenta que lo que estaba haciendo era una locura y por primera vez mi estructura se animaba a quebrarse. Era una locura y poco me importaba.

Lo besé y le dije al oído:

- Me voy.
- No, quedate un ratito más.
- Tengo que ir a hacer cosas del laburo.
- Prometeme que nos vamos a volver a ver.
- Te lo prometo. –Y volví a besarlo.-
- ¿De verdad?
- Sí, de verdad.
- La pasé muy bien con vos y no solo en la cama.
-Sonreí.- Yo también Pedro. ¿Cómo te dicen?
- Pepe.
- Pepe entonces.
- ¿Y a vos?
- Me dicen Chuni.
- ¿Chuni?
- Sí, bah. Mi hermana me dice así. Mejor decime Pau.
- Dale, Pau entonces.

Me cambié y le di otro beso.

- Nos vemos.
- Por favor.
- ¡Ya te dije que nos vamos a volver a ver!
- ¿Cuándo?
- Hablamos por WhatsApp.
- Pero no te olvides de mí.
-Suspiré.- Es imposible que me olvide de vos.
- ¿Por?
- Porque nunca la pasé tan bien con un hombre. –Lo besé.- Y basta, no quiero contarte todo.
- ¿Todo qué?
- ¡Basta dije!
- Pero…
- ¡Pero nada! Me voy.
- Un ratito más.
- Me tengo que ir de verdad.

- ¿Por qué?
- Tengo que corregir parciales para mañana.
- ¿No queres que te acompañe?
- Pedro, basta. ¡De verdad!
- Bueno, está bien. –Suspiró y me besó.- Nos vemos.
- Nos vemos, posta. –Sonreímos y nos dimos un último beso, me arrodillé a su lado y acaricié su pelo.- ¿Me puedo quedar hasta que te quedes dormido otra vez?
- ¿Queres?
- Me encantaría.
- A mí también.

Me quedé a su lado, hasta que se quedó dormido nuevamente y salí de su casa.

Llegué a mi casa y lo primero que hice fue hablarle a mi hermana.

‘Virgi, te necesito. ¿Podemos vernos?’

‘¿Qué pasó gorda? Sí, obvio. ¿Queres que vaya a tu casa?’

‘Venite y te cuento.’

‘En un ratito salgo para allá.’

¡Por fin tocó timbre! Corrí a abrirle y ni bien la vi, la abracé.

- ¿Qué pasa Chunita? –Preguntó.-
-Suspiré.- No sé, te juro que no sé.
- No entiendo gorda.
- Yo tampoco. –Me separé un poco de ella.- Pasa. –Cerré la puerta e ingresamos las dos a mi departamento.- ¿Algo para tomar?
- No, quiero saber que te pasa.

- ¿Segura?
- Sí, dale Chu.
- Está bien. –Nos sentamos frente a frente y suspiré.-
- ¿Nunca vas a dejar de ser vueltera?
-Reí.- Anoche estuve con un chico.
- ¿Qué no es Alejandro?
- ¡Y no boluda! –Hice una pausa.- Me mandé cualquiera.
- ¿Cualquiera? ¡Cualquiera es que sigas con ese pelotudo de Alejandro!
- No, no digo por él.
- ¿Y por qué lo decís?
- Tenía 18 años.
- ¿18?
- Sí boluda y la pasé increíble.
- ¿Mejor que con el nabo?
- Sin palabras, la pasé increíble. –Suspiré.-
- ¿Y qué tiene de malo este chico?
- ¡Qué es un nene!
- ¿Qué te importa la edad?
- Fue su primera vez.
- ¿Y cómo estuvo?
- Te digo que estuvo increíble nena. Sabes que con Alejandro en la cama la pasó como el orto. Pedro, así se llama, me hizo sentir de todo. –Tapé mi cara con mis manos.- Me da miedo.
- ¿Miedo a romper estructuras?
- Por algo sos mi melliza. Entendés todo sin que te lo diga.
-Sonrió.- Ay hermanita. –Sacó las manos de mi cara.- Animate…
- Para, que solo garchamos.
- Tu cara no dice lo mismo.
-Reí.- Tampoco para que me interpretes.
 - ¿Qué te importa que sea más chico?
- Me da miedo. ¡Es un nene!
- Un nene que te hizo de todo.
-Reí.- No me hagas poner colorada.
- Bueno, perdón. –Reímos.- ¿Lo queres volver a ver?
- Me muero por verlo otra vez.
- ¡Entonces hacelo!
- No es todo tan fácil Virgi.
- A vos te da miedo dejar a Alejandro.
- Exacto.
- Estirala un poco, fijate que te pasa de verdad con este Pedro. Total, el otro es tan pelotudo y goma que no va a enterarse.
-Reí.- No seas mala.
- ¡No soy mala! Soy realista.
- Forra.
- ¡Hey! Banca con la agresión.
-La abracé.- Tengo miedo hermanita.
- ¡Animate de un vez mujer!
- Tampoco voy a dejar todo por una calentura.
- ¿Y si no es solo una calentura?
- No lo sé todavía.
- Por eso te digo que te des un tiempo.
- Te voy a hacer caso.
- Obvio, porque yo soy la voz de tu conciencia en estado corpóreo.
-Reí.- Sos una tarada.
- Ay, Chuni, Chuni.

- ¿Qué?
- ¡Te quiero tanto!
- Y yo a vos hermanita.

Nos abrazamos más fuerte y terminamos muertas de risa. Así era nuestra relación y la amaba. Virgi era mi pilar desde que tenía memoria. (Y posiblemente desde antes también)

- ¿Me prometes algo? –Preguntó.-
- ¿Qué?
-Se separó un poco de mí.- Que te vas a animar a vivir de verdad.
-Suspiré.- Creo que ya lo estoy haciendo.

Vir sonrió y volvió a abrazarme.

- Gracias. –Le dije.-
- ¿Por qué?
- Por estar siempre que te necesito.
- Sabes muy bien que siempre va a ser así.
- Sabes que yo también estoy siempre. ¿No? –Reímos y nos abrazamos más fuerte.-

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Aquí el capítulo de hoy... Espero que les guste, hoy conocieron a otro personaje, fundamental para Paula, ya van a ver... ☺