sábado, 26 de septiembre de 2015

32. Besos.

“No se trata solo de sexo. No me malinterpretes. El sexo es increíblemente genial, pero cuando tienes una conexión con alguien, cuando sientes algo tan fuerte por alguien, sólo un beso es suficiente para que tus rodillas se sientan débiles. Y simplemente no se puede superar eso.”



Atravesamos la puerta de mi casa y me colgué de su cuello, lo único que quería era besarlo. Besarlo hasta la eternidad. Sus labios eran mi sabor preferido, la sensación que generaba en mí con tan solo un beso me volvía loca.

Con ese mismo beso fuimos hasta la cama y allí nos quedamos, charlando.

- No te pregunté. ¿Cómo te fue hoy en la psicóloga?
- No me gusta mucho hablar de esas cosas.
- Solo decime cómo te fue.
- Bien, creo. Hablé mucho de lo de mi papá y eso me angustió un poco, no sé.
- ¿Y seguís angustiada? -Me encogí de hombros y él se tiró sobre mí, llenándome de cosquillas.-
- ¡No! ¡No seas forro! –Dije riendo y tratando de sacarlo de encima mío.-
- ¿Yo forro?
- ¡Sí, vos!
- ¿Yo? –Y aumentó las cosquillas.-
- Prefiero que me beses. –Dije.-
- ¿Sí?

Asentí y frenó con las cosquillas para besarme.

- ¿Ves? Así está mejor.
- Puede ser. –Respondió y reímos.-
- ¡Es, es! –Dije y volví a besarlo.-
- Okei, okei. –Reímos.-
- ¿Miramos una peli?
- ¿Queres ver una peli?
- La noche es larga che.
- ¿Y qué peli queres ver?
- Mmm… -Me senté en la cama y agarré el control remoto.-
- Que sea entrenida eh.
- ¿Vos solo queres eso?
- No tonta. –Besó mi mano.-
-Reí.- Sos tremendo.
- Es que vinimos a la cama y…
- ¿Y qué? –Pregunté y apagué la tele.-
- Y mi cuerpo no se controla.
-Reí.- Sos terrible.
- Ya te dije que vos me pones así.
- En la cocina hay unos bombones…
- ¿Yo no te alcanzo?
-Reí.- ¡Sos un tarado!
- ¿Me estás pidiendo que vaya a buscarlos?
- Exactamente. –Reímos y me dio un beso antes de irse.-

Cuando volvió…

- Los bombones los traje yo, asique ahora te la bancas.
- ¿Qué cosa?
- Mmm… ¿Queres un bombón?
- Sí.
- Entonces me vas a tener que dar un beso. –Le di un beso.- ¡Un beso de verdad! –Reí y le comí la boca.- Okei, okei… Ahí va mejor. –Y me dio un bombón en la boca.-
- ¿Queres? –Pregunté.-

 Él asintió y mordió un pedazo del bombón que tenía en mi boca.

- La caja la sigo teniendo yo igual. –Pensó unos segundos.- ¿Queres otro? –Asentí.- Te vas a tener que sacar la remera. –Reí y lo hice.-
- ¡Quiero mi bombón!
- Un poquito más…
- ¿Un poquito más qué?
- El corpiño.
- ¡Sos tremendo! –Me puse de espaldas y lo quité.- ¡Si queres verme, el bombón!

Pedro rio y se puso de frente a mí, me dio el bombón en la boca y mordí sus dedos. Mientras comía el bombón, besó la piel de mis pechos sin ningún tipo de pudor, a la vez que yo desacomodaba su pelo.

- ¡Quiero otro!
- Esto se pone interesante. –Quitó mis zapatillas y mis medias.-
- ¿Eso solo?
- ¡No, ni loco! –Reímos.- La calza… -Reí y me paré, para quitar mi calza y mostrarle mi cola.- ¡Sos un fuego! –Dijo.-
- ¡Mi bombón! –Me dio otro bombón en la boca y volví a ponerme de espaldas, para que tocará todo lo que quisiera.-
- ¡Falta un bombón! –Recriminé.-
- Queda una sola prenda…
- Sacala vos. –Dije provocativa.-

Y claro que él no lo dudó, quitó lentamente mi tanga hasta que cayó en el suelo. Me di vuelta y le di un bombón en la boca, él me dio el otro.

Lo agarré de la remera y lo llevé hasta que quedó parado contra el placard. Sonrió y me besó, sus manos se posaron en mi cintura y era increíble como con un beso me volvía loca. Tan solo con un beso me hacía temblar de punta a punta.

Quité su remera y la mandé al diablo. Mis manos recorrieron su pecho y mi boca no se separaba de la suya.

- Tus labios son mi lugar preferido en el mundo. –Dije.-
-Me aprisionó contra su cuerpo.- Vos sos mi lugar en el mundo. –Sonreímos y nos besamos sin piedad por minutos demasiado extensos.-

Mis manos se encargaron de desabrochar y bajar su pantalón, sin dejar de besarlo, mi mano comenzó a frotarlo a medida que mis labios se desesperaban aún más.

Me separé de sus labios y besé su cuello y garganta. Bajé por su pecho hasta quedar arrodillada frente a él, su sonrisa ya me enloquecía. Saqué su boxer y sonreí. Lo tomé entre mis manos y luego lo hice con mi boca mientras mi mano tocaba mi lugar más íntimo. Ambos estábamos demasiado excitados.

Me obligó a pararme y me tiró en la cama, con sus manos acarició mis piernas a medida que las iba abriendo y sonreí. Era mi turno.

Sus besos comenzaron en mi abdomen y sus dedos me acariciaban lentamente en aquel lugar predilecto. Mis manos sostenían con fuerza las sábanas que estaban debajo de mí cuando sus besos comenzaron a bajar y me recorrieron entera, después de sus labios vino su lengua. ¡Y me hizo estallar!

Me dejó volver a la realidad con pequeñas caricias en aquel mismo lugar y subió hasta mi boca.

- ¿Puedo seguir?
-Reí.- Sos un tarado.
- Tenes cada vez menos aguante.
- Si no lo haces. ¡Te mato! –Dije tomándolo del cuello.-

Lo sentí entrar de a poco y sí… Otra vez era suya.

-

Paula descansaba a mi lado, boca abajo y abrazando la almohada.

Con mi mano acariciaba su espalda y ella tenía una sonrisa estampada en la cara.

- Quiero que esto dure para siempre. –Dijo.-
- Siempre es ahora. Siempre es hoy.
-Sonrió.- Entonces, quiero que esto dure para todos los hoy de mi vida.
-Reí y besé su mano.- Sos tan linda…
- ¿Así?
- Así es cuando más linda sos. Toda despeinada y desnuda, a mi lado.
-Sonrió y abrió sus ojos.- Vos me dejas así.
- Por eso, es cuando más linda estás.
-Rio.- Veni.
- Estoy acá.
- ¡Más cerquita!

Me acerqué a ella hasta que quedamos frente a frente, solo nos separaban algunos centímetros.

- ¿Qué pasa?
- Quería besarte. –Y me besó.- Por mucho tiempo.
-Reí.- Soy todo tuyo.

Sus labios y los míos, la conjunción perfecta.

Se quedó dormida y yo no podía dejar de mirarla. Demasiado hermosa para ser real.

Y qué si el amarte me cuesta la vida, y qué si aunque siempre te pienso tu olvidas, y qué si esperando me quedo sin días, si probarte es un acto suicida… ¿Y qué? ¿Y qué? 

Y qué si mi karma es tu boca prohibida, y qué si hasta el alma por ti vendería. y qué si mi cielo se llena de espinas, si probarte es un acto suicida yo prefiero morir a tu lado a vivir sin ti.

Y qué si es veneno lo que hay en tus besos. Y qué si mi amor para ti es solo un juego ¿Y qué? Ya no puedo cambiar lo que siento, yo no puedo elegir porque... Te amo... Yo te amo... 


Y qué si tu amor hacia mí dura un día, y qué si ese amor en verdad me asesina, y qué si el tocarte al infierno me envía, si probarte es un acto suicida yo prefiero morir a tu lado a vivir sin ti.”

Me levanté al baño y cuando volví, ella estaba despierta.

- Veni a dormir Pepe.
- Estoy desvelado.
- ¿Estás bien? –Preguntó.-
- Sí, es solo que no me puedo dormir.
- ¿Queres unos masajitos relajantes?
- Mmm… Me encantaría. –Dije y me senté en la cama.- Pero vos estabas durmiendo.
- Pero tengo toda la noche para dormir.

Dijo y se arrodilló detrás de mí, presionó con sus pechos mi espalda y sonreí.

- Creí que eran solo masajes.
- Solo son masajes. –Dijo masajeando mi cuello.-
- Mmm… Controlate entonces.
- Estoy controladísima yo.
- ¿Sí?
- Sí. –Y besó mi cuello.- Cerra los ojos y relajate.

Suspiré y cerré los ojos, ella continuó con los masajes.



▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼

Capítulo de sábado... Nos leemos en el próximo por el mismo canal. (?

Sean piolas y comenten☺☺☺

3 comentarios:

  1. me encantooo!!!estan prendidos fuegooo...♥♥

    ResponderEliminar
  2. Jajaja estan a full! Me mata Pedro tan picaron... y ella que no se queda atras. Esta recuperando todo lo no vivido con el otro idiota.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajajaa, tenía que endulzarlos para que después no me odien tantoo(?

      Eliminar