domingo, 6 de septiembre de 2015

9. Cuando los cuerpos arden.

Hay cosas que no pueden negarse y una de esas cosas es que cuando la piel existe, EXISTE.

Cuando los cuerpos arden… ARDEN.

Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida implica también aprender a disfrutar de los momentos más íntimos. Disfrutar de estar con alguien a nivel sexual también es parte de la vida y disfrutarlo no tiene nada de malo. ¡Dejen de decir esas boludeces!

La pasábamos bien, nos hacíamos sentir bien. Estar juntos era demasiado placentero y nunca nos cansábamos.

Nuestros cuerpos encajaban demasiado bien y no habría por qué negarlo. 


Me sorprendió, abrazándome por la espalda. Besó mi cuello y me estremecí. Su mano derecha se deslizó por mi pierna y uní mi mano a la suya.

- Hola. –Dijo mientras besaba mi cuello.-
- Hola. –Sonreí y sentí su cuerpo aprisionar al mío.-
- ¿Cómo estás? –Preguntó llevando su mano a uno de mis pechos.-
- Ahora que estás acá conmigo, increíble.
- ¿Tanto como increíble?
- Más que increíble. –Y su mano se deslizó hacía el centro de mi cuerpo, su dedo pasó por allí y cerré mis ojos.-
- Me pones mucha presión.
- Estás preparado para tenerla.
- ¿Vos decís?
- ¡Re digo!

Me di vuelta y lo tomé por la nuca para besarlo. Mi lengua buscó la suya y lo saqué de mi boca.

Con todo el deseo del universo en nuestras miradas, sus manos se deslizaron hasta mi cola y mi mano derecha hacía su masculinidad. Volvimos a unir nuestras bocas en un beso que comenzó lento y terminó apasionado por demás.

Me subió al lavatorio del baño, haciendo que me siente allí y me separé apenas algunos milímetros de él, ya sin aire.

- ¡No podes volverme tan loca!
-Sonrió cómplice y pasó su dedo índice por debajo de mi pollera.- Me encanta.
- Vos me encantas a mí.
- Y vos a mí.

Y sin aguantar más, volvimos a unir nuestras bocas y nuestros cuerpos.

- Está muy mal esto que estamos haciendo. –Dijo.-
- ¿Ahora te importa?
-Rio.- No, podría hacer esto toda la vida.
- Entonces no frenes ahora.
- Como usted diga señorita. –Y corrió el pelo de mi cuello para poder marcar un chupón allí.-

Armé un rodete improvisado con mi pelo y lo dejé, ya era completamente suya. ¿Para qué lo iba a negar?

Mi cuerpo ardía de punta a punta y no me había sacado ni siquiera media prenda. Mis piernas sostenían con fuerza su cintura y ya lo sentía despertar. Busqué desesperadamente su boca y mi lengua enroscó la suya.

Quité su camisa deslizando lentamente mis dedos por sus brazos y quedó con una remera blanca.

- Quiero meterme en la ducha. –Dije.-
- ¿Conmigo?
- ¿Me dejarías sola?
- Jamás. –Sonreímos cómplices y nos besamos.

Quitamos nuestros zapatos y pantalones. Abrí la ducha. Lo empujé y de un segundo al otro estaba empapado. ¡No podía ser tan hermoso! Me agarró del brazo y me obligó a estar frente a él, también me empapé y nuestras bocas estaban unidas otra vez.-

Yo no llevaba corpiño, asique mi remera mojada transparentaba mis pezones excitados. Pedro quitó mi remera e hizo que quedara contra la pared, me apoyó con mucha fuerza y me comió la boca. Con sus labios bajó hasta mi delantera y las devoró con besos, lamidas y mordidas. Siguió bajando por mi panza y bajó mi tanga lentamente. Besó mi zona más íntima y me estremecí. Levanté una de mis piernas hacia la parecita que había en la bañera y lo tomé por su nuca e hice que se arrodillara. Sonreímos cómplices y su lengua ya estaba haciendo estragos en mí. Con sus dedos terminó de llevarme al paraíso.

Lo levanté de su remera y se la quité. Mientras lo besaba, mi mano se metió por dentro de su boxer. Sus manos acariciaban mi espalda. Nos resbalamos y caímos en la bañera, reímos y me acomodé sobre su pelvis.

Besé sus hombros y bajé por su pecho hasta llegar a su boxer, el cual quité con mis manos.

Primero lo hice con mis manos y luego con mi boca. Sus gemidos me enloquecían.

Buscó un forro en el bolsillo de su pantalón, que había quedado tirado en el baño y se lo puse.

Nos levantamos muy torpemente y me trabó contra la pared, haciendo que levante nuevamente mi pierna y cuando me di cuenta, ya estaba dentro mío.

Mis uñas se clavaban en su espalda y él mordía mi cuello. Ambos gritábamos desesperadamente.

Me colgué de él, sin dejar de estar unidos y fuimos hasta el cuarto, me dejó caer en la cama y aumentó la intensidad. Claro, ahora estábamos más cómodos.

Tiré con fuerza de su pelo y grité. Su cuerpo se abalanzó sobre el mío y mordí su oreja.

- Me vas a hacer explotar. –Dije.-
- Me encantaría.
- Sos tremendo.
- Vos sos tremenda mujer.

Y, aunque no lo creía posible, lo hizo más rápido aún.

Su cuerpo temblaba sobre el mío que hacía lo mismo. Ambos estábamos tratando de volver a la realidad.

Pedro quiso moverse y se lo impedí.

- No, quedate acá. Me gusta sentirte cerca, me haces sentir segura. –Confesé.-
-Besó mi hombro.- Sos tan hermosa.

Lo abracé con fuerza y nos quedamos un rato allí.

Se separó un poco de mí y comenzó besando mi cuello, cuando interrumpió mi celular. ¡La puta madre!

- Hola. –Respondí.-
- Hola amor. ¿Dónde estás?
- Con Virgi, te avise.
- Pero…
- Pero nada, te dije que este finde no nos veíamos.

Y mientras Pedro, no dejaba de besar mi abdomen y me hacía cosquillas con su barba.

- ¿Mañana?
- No, mañana tampoco.
- No nos vemos nunca.
- Nunca coincidimos. ¿Qué le vamos a hacer?
- ¡Ponerle un poco de onda Paula!
- No rompas Alejandro.
- ¿Estás segura que estás con tu hermana?
- ¡Sí nene! ¿Queres que te pase con ella?
- No, no está bien.

Obvio, siempre arrugaba.

- Pero…
- ¿Qué queres Alejandro?
- ¿Vos estás bien?
- Sí, no te preocupes.
- Te noto rara.
-Suspiré.- Cuando nos veamos hablamos.
- ¿Cuándo nos vemos?
- No sé, cuando pueda.
- Espero tu llamado.
- Sí Alejandro. –Revoleé mis ojos.-
- Quedamos así. –Me respondió.-
- Entonces te dejo, un beso.
- Otro. –Respondió enojado y corté.-

Suspiré y Pedro no frenaba.

- Perdón. –Dije.-
- ¿Era él, no?
- Sí. –Suspiré.- Te juro que no lo aguanto más.
- No pasa nada. –Dijo e intentó besarme.-
- No, no. Para.
- ¿Qué pasa?
- No quiero ahora.
- ¿Y qué queres?
- No sé.

Y comencé a vestirme.

- Pau… -Tocó mi hombro.-
- Pepe, en serio.
- No quiero que estés mal.
- Estoy como puedo.

Y me paré.

- ¿A dónde vas?
- A la cocina. –Le respondí.-
- ¿Puedo ir con vos?

Me encogí de hombros y salí del cuarto.

-

Suspiré cuando ella ya se había ido y comencé a vestirme, para poder ir atrás de ella.

No quería que nada ni nadie arruinara nuestro fin de semana solos.


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Siempre tiene que existir alguien que rompa un poco las pelotas... Lo dice la ley. (?

11 comentarios:

  1. aaahiiii q lindo. justo en ese momento tiene q llamar Alejandro?? arruino todo este chabon .. jaaaaa Muy bueno el cap,

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  2. Venia todo super hot y me haces esto??? No podes estar tan mala hoy Camilaaaaaa -.-
    Como podes romper mi corazon de esta forma? A mi y a todos tus fieles lectores! Asi no eh :(
    Pdt: Estoy super dramatica hoy ajajaj

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  3. me gusto mucho este cápitulo...que justo llamo alejandro interrumpiendo todo...

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  4. Inoportunisimooo!! Corto todo lo lindo que tenían, Pau va a tener que solucionar esto pronto.
    Ya quiero el de mañana por el adelanto que nos diste. :/

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  5. No podes dejar asi el capitulo... Necesito otro ya!!

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