Uno puede sentirse solo
muchas veces, pero cuando la soledad se te cuela en los huesos es cuando duele.
Cuando arde dentro tuyo.
Hacia una semana que no me
levantaba de la cama y no, juro no estar exagerando.
Me pedí vacaciones en el trabajo, ya que tenía acumuladas y acá estaba. ¡Llorando por amor!
Estaba haciendo eso mismo que toda la vida me había parecido una gilada, eso que veía en las películas y me generaba violencia… Sí, eso mismo estaba haciendo yo.
“No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos…
¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida!
No vuelvas ahora, ya no me sirve tu perdón.
Estuve tan ciega, te creí mi redentor.
Te perdiste la oportunidad. No voy a ser una muñeca más en tu vida, en tu vida.
No me pidas disimular, es inútil volver a intentar.
Ya lo siento, lo siento… Se acabó tu tiempo.
No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos.
¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida!
Una melodía que empezó y no terminó.
Amarga agonía, fría cruza por mi habitación.
Te perdiste la oportunidad. No voy a ser una muñeca más en tu vida, en tu vida.
No me pidas disimular, es inútil volver a intentar.
Ya lo siento, lo siento… Ya no hay tiempo no.
No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos.
¡Fuera de mi vida!
Hey, estaba pensando que… Que nunca es tarde para volver. ¿Para vos?
Hey… ¿Estás ahí? Dale, no me hagas esto por favor.
Hey, hey… ¿Me escuchas? ¿Me escuchas?
Ya no hay tiempo no en el desamor.
Sacrificándonos.
¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida!“
Si me preguntabas antes de conocer a Pedro si yo podía hacer esto, te respondía un no completamente rotundo… Pero, acá estaba. Llorando como una pelotuda y por él.
Mi celular sonó y por primera vez desde aquella caótica noche, lo atendí.
- Hola. –Dije, intentando sonar lo más entera posible.-
- Hola Pau. Al fin me atendes.
- No tenes derecho a reprocharme nada.
- Tenes razón, perdón.
- ¿Para qué llamas?
- Quiero que hablemos.
- No creo que haya mucho que hablar.
- Te extraño.
- Yo también, pero eso no arregla las cosas.
- ¿No hay nada que pueda arreglar las cosas?
- Me lastimaste mucho.
- Lo sé y eso es lo que más mierda me hace.
- Fue Alejandro.
- ¿Eh?
- El que sacó y mandó las fotos.
- ¿Ese Alejandro era tu ex?
- ¿Qué?
- Esa noche, Clari se encontró con los primos y sus primos estaban con amigos. Un tal Alejandro me desafió a una ronda de vodka que me volteó y ahí se me tiró esa mina encima. ¡Es un hijo de puta!
-Suspiré.- Igual, te la comiste.
- Ya sé, pero estaba dado vuelta.
- ¿Sabes qué? Yo pensaba que eras la primera persona que me había cuidado.
- Me mata que me digas eso.
- A mí me mató lo que hiciste.
- Pau… Por favor.
- ¿Por favor qué? Ponele que fue solo un chape, me traicionaste igual.
- No sé cómo pedirte perdón.
- No se arregla con un perdón.
- ¿Y cómo se arregla?
- Te juro que si lo supiera, te lo diría.
- Me muero por verte.
- No, por favor. No.
- ¿No nos vamos a ver nunca más?
- Saber de vos me pone peor.
- ¿Eso quiere decir que me queres cortar?
- Te juro que si en algún momento quiero hablar con vos, te voy a buscar.
- Me estás partiendo al medio.
- A mí tampoco me hace bien la situación.
- Necesito que me digas que puedo hacer para que estés mejor.
- Alejarte.
- ¿Es la única opción?
- Sí Pedro.
- Está bien, pero no te olvides de que te amo.
Y le corté. No soportaba que esa conversación continuara. Apagué mi celular y lo dejé a un lado, me tapé hasta la cabeza aunque hiciera calor y me hice un bollito. ¿Quién carajo iba a levantarme de la cama?
Me pedí vacaciones en el trabajo, ya que tenía acumuladas y acá estaba. ¡Llorando por amor!
Estaba haciendo eso mismo que toda la vida me había parecido una gilada, eso que veía en las películas y me generaba violencia… Sí, eso mismo estaba haciendo yo.
“No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos…
¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida!
No vuelvas ahora, ya no me sirve tu perdón.
Estuve tan ciega, te creí mi redentor.
Te perdiste la oportunidad. No voy a ser una muñeca más en tu vida, en tu vida.
No me pidas disimular, es inútil volver a intentar.
Ya lo siento, lo siento… Se acabó tu tiempo.
No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos.
¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida!
Una melodía que empezó y no terminó.
Amarga agonía, fría cruza por mi habitación.
Te perdiste la oportunidad. No voy a ser una muñeca más en tu vida, en tu vida.
No me pidas disimular, es inútil volver a intentar.
Ya lo siento, lo siento… Ya no hay tiempo no.
No voy a seguir sufriendo con este desamor.
Sacrificándonos.
¡Fuera de mi vida!
Hey, estaba pensando que… Que nunca es tarde para volver. ¿Para vos?
Hey… ¿Estás ahí? Dale, no me hagas esto por favor.
Hey, hey… ¿Me escuchas? ¿Me escuchas?
Ya no hay tiempo no en el desamor.
Sacrificándonos.
¡Fuera de aquí! ¡Fuera de mi vida!“
Si me preguntabas antes de conocer a Pedro si yo podía hacer esto, te respondía un no completamente rotundo… Pero, acá estaba. Llorando como una pelotuda y por él.
Mi celular sonó y por primera vez desde aquella caótica noche, lo atendí.
- Hola. –Dije, intentando sonar lo más entera posible.-
- Hola Pau. Al fin me atendes.
- No tenes derecho a reprocharme nada.
- Tenes razón, perdón.
- ¿Para qué llamas?
- Quiero que hablemos.
- No creo que haya mucho que hablar.
- Te extraño.
- Yo también, pero eso no arregla las cosas.
- ¿No hay nada que pueda arreglar las cosas?
- Me lastimaste mucho.
- Lo sé y eso es lo que más mierda me hace.
- Fue Alejandro.
- ¿Eh?
- El que sacó y mandó las fotos.
- ¿Ese Alejandro era tu ex?
- ¿Qué?
- Esa noche, Clari se encontró con los primos y sus primos estaban con amigos. Un tal Alejandro me desafió a una ronda de vodka que me volteó y ahí se me tiró esa mina encima. ¡Es un hijo de puta!
-Suspiré.- Igual, te la comiste.
- Ya sé, pero estaba dado vuelta.
- ¿Sabes qué? Yo pensaba que eras la primera persona que me había cuidado.
- Me mata que me digas eso.
- A mí me mató lo que hiciste.
- Pau… Por favor.
- ¿Por favor qué? Ponele que fue solo un chape, me traicionaste igual.
- No sé cómo pedirte perdón.
- No se arregla con un perdón.
- ¿Y cómo se arregla?
- Te juro que si lo supiera, te lo diría.
- Me muero por verte.
- No, por favor. No.
- ¿No nos vamos a ver nunca más?
- Saber de vos me pone peor.
- ¿Eso quiere decir que me queres cortar?
- Te juro que si en algún momento quiero hablar con vos, te voy a buscar.
- Me estás partiendo al medio.
- A mí tampoco me hace bien la situación.
- Necesito que me digas que puedo hacer para que estés mejor.
- Alejarte.
- ¿Es la única opción?
- Sí Pedro.
- Está bien, pero no te olvides de que te amo.
Y le corté. No soportaba que esa conversación continuara. Apagué mi celular y lo dejé a un lado, me tapé hasta la cabeza aunque hiciera calor y me hice un bollito. ¿Quién carajo iba a levantarme de la cama?
La soledad me había tomado
de pies a cabeza y era la sensación más horrible, porque la traición de mi
viejo aprendí a soportarla, de él no me sorprendía. ¿Pero de Pedro? ¿De Pedro?
¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Por qué? ¡Si estaba todo bien!
Era demasiado injusto. Una maldita vez que me pasaba algo lindo, que me atrevía… Una vez que conocía el amor, conocía el desamor. Claro, hay que conocer todo.
Las lágrimas rodaban sin cesar por mis mejillas. ¡Y yo que odiaba llorar!
Quería levantarme de la cama y no podía.
¿Había algo peor que la traición de la persona que más amabas en el mundo?
Porque sí, Pedro se había convertido en mi vida entera.
-
Era demasiado injusto. Una maldita vez que me pasaba algo lindo, que me atrevía… Una vez que conocía el amor, conocía el desamor. Claro, hay que conocer todo.
Las lágrimas rodaban sin cesar por mis mejillas. ¡Y yo que odiaba llorar!
Quería levantarme de la cama y no podía.
¿Había algo peor que la traición de la persona que más amabas en el mundo?
Porque sí, Pedro se había convertido en mi vida entera.
-
Quería desaparecer. Quería
no haber hecho lo que hice. Pero, por sobre todo, quería evitarle el dolor a
Paula. No soportaba hacerle mal y sabía que la estaba matando.
No tenía ganas de nada.
No quería comer. No quería salir a correr. No quería dibujar. No quería mirar la tele. No quería hablar con nadie.
No tenía ganas de nada.
No quería comer. No quería salir a correr. No quería dibujar. No quería mirar la tele. No quería hablar con nadie.
Solo quería estar con ella.
(Y dejar de sentir tanta culpa)
Me levanté de la cama y me asomé por la ventana de mi habitación… Como quisiera verla venir. Claro que eso no sucedería.
(Y dejar de sentir tanta culpa)
Me levanté de la cama y me asomé por la ventana de mi habitación… Como quisiera verla venir. Claro que eso no sucedería.
- Hijo. ¿Venís a comer?
- No tengo ganas ma.
- Dale Pepe.
- En serio vieja.
Mi mamá entró al cuarto y se paró detrás de mí.
- No tengo ganas ma.
- Dale Pepe.
- En serio vieja.
Mi mamá entró al cuarto y se paró detrás de mí.
- Seguir echándote la culpa no va a mejorar las cosas.
- Ya lo sé.
- ¿Y entonces?
- Me da bronca haber arruinado algo tan lindo.
- No podes volver el tiempo atrás hijo.
- ¡Ojala pudiera!
- Ya va a pasar.
- La amo, te juro que la amo.
- El amor es así. Ya va a llegar otra mujer.
- Pero yo la quiero a ella.
- Si no la podes tener, vas a tener que dejarla ir.
- No quiero ni pensarlo.
- Bueno, está bien. Pero algo tenes que comer.
- Me lavo la cara y voy.
- Está bien, te espero.
- Está bien, te espero.
Mi vieja se fue y yo fui al baño. Me lavé la cara e hice el esfuerzo de ir a comer.
-
- ¡Hoy te levantas Paula!
–Dijo mi hermana.-
- El lunes, cuando tenga que volver a trabajar.
- ¡Hoy!
- No jodas Vir.
- No jodo. –Y me destapó.- Anda a bañarte, dale.
- No sos mi vieja.
- No, soy tu hermana y quiero verte un poco mejor.
- En serio.
- ¡En serio vos! Anda a bañarte que te llevo ropa.
- ¿Vas a romper las bolas hasta que vaya, no?
- Exacto.
Suspiré y me levanté.
- ¡Esa es mi Chuni! –Reí.- Dale, anda.
Le hice caso a mi hermana, bah, estaba siendo sometida a mi hermana porque me estaba empujando al baño.
- ¿Te desvestís solita?
- ¡Sos una tarada! –Dije riendo.-
- Pero te hice reír. –Besó mi mejilla.-
- Gracias por bancarme tanto hermanita.
- Te dije mil veces que no agradezcas, lo hago porque te amo.
-Sonreí.- Sos de oro. –Nos abrazamos.-
Me bañé y Virgi me hizo comer.
Me sentía una nena. ¡Y lo odiaba!
- El lunes, cuando tenga que volver a trabajar.
- ¡Hoy!
- No jodas Vir.
- No jodo. –Y me destapó.- Anda a bañarte, dale.
- No sos mi vieja.
- No, soy tu hermana y quiero verte un poco mejor.
- En serio.
- ¡En serio vos! Anda a bañarte que te llevo ropa.
- ¿Vas a romper las bolas hasta que vaya, no?
- Exacto.
Suspiré y me levanté.
- ¡Esa es mi Chuni! –Reí.- Dale, anda.
Le hice caso a mi hermana, bah, estaba siendo sometida a mi hermana porque me estaba empujando al baño.
- ¿Te desvestís solita?
- ¡Sos una tarada! –Dije riendo.-
- Pero te hice reír. –Besó mi mejilla.-
- Gracias por bancarme tanto hermanita.
- Te dije mil veces que no agradezcas, lo hago porque te amo.
-Sonreí.- Sos de oro. –Nos abrazamos.-
Me bañé y Virgi me hizo comer.
Me sentía una nena. ¡Y lo odiaba!
https://www.youtube.com/watch?v=IcieaSUuEqM mi canción preferida en el universo encajaba a la perfección con lo que escribí.
Sí, se viene una pelea fuerte y cosas que estoy muy ansiosa por publicar!
Que arranquen piola la semana☺
Jajaja te amo les clavas un capitulo que es para secuestrarte y no largarte hasta encontrar los archivos de los caps que siguen y en el final pones "que arranquen piola la semana" como no quererte?
ResponderEliminarPdt: espero no haber dado la idea para que re rapten ajajaja.
jajajajajajajajajaja, amor a tus comentarios♥
EliminarAhora estoy ansiosa x lo que va a pasar!
ResponderEliminarSiendo sincera en este cap me dio pena Pedro! Pero igual se merece lo que le pasa, se tiene que hacer cargo de sus actos y las consecuencias que vendrán!
chan chan chan !!! jaja
Eliminar