domingo, 4 de octubre de 2015

45. Dibujos.

Ser chiquito y hacer un dibujo de regalo es lo más cotidiano del mundo. Hacer un dibujo es inmortalizar un pequeño momento, un sentimiento o una emoción. Un dibujo puede encerrar muchas cosas, pero por sobre todo, un momento que un pequeño nos regala. Un momento de su vida que regalaron en hacer eso y una sonrisa que el vamos a devolver cada vez que lo veamos.




Pedro vino a buscar a Delfi y ella lo hizo entrar hasta sentarse en el sillón.

- ¿Qué pasa hija? –Preguntó.-
- Tengo que darles algo. Voy a buscar a mamá.

Y vino corriendo hacia mí.

- Anda y sentate al lado de papá.
- ¿Pasa algo?
- ¡Les tengo que dar una cosa!
- Bueno, está bien.

Hice lo que me pidió y me senté al lado de Pedro, ella se fue a su habitación.

No quise ni mirarlo, pero sentí su mano acariciar mi espalda.

- Pepe…
- Solo fue una caricia.
-Suspiré.- Por favor.
- Está bien. Perdón.
-Lo miré, sin decir nada por algunos segundos.- Ubicate.
- Está bien, perdón te dije.

Suspiré y quité mi mirada de sus ojos.

Delfi volvió con dos dibujos en sus manos.

- Teníamos que hacer un dibujo para nuestros papás, para que pongan en la heladera… Le pregunté a la seño si podía hacer uno para cada uno y me dijo que sí. Este es tuyo ma. –Y me dio uno de los dibujos.- Y este tuyo pa. –Y se lo dio.-

La realidad era que sus dibujos eran increíbles para tener solo 8 años, eso claramente lo había heredado de su padre.

- Gracias… -Dije.- Es muy lindo. –Besé su mejilla.- Dibujas tan lindo como papá. –Ella sonrió.-
- ¿A vos te gusta papi?
- Me encanta, ahora cuando llegamos lo ponemos en la heladera. ¿Queres?
- ¡Sí!
- No quiero cortar el momento, pero la abuela nos espera a cenar y primero tenemos que ir a casa a bañarte y sacarte el uniforme de la escuela.
- ¿Vamos a lo de la abuela?
- Sí.
- ¡Iuju! –Festejó y nosotros reímos.- Chau mami. –Se acercó a darme un beso.- ¡Vos también ponelo en la heladera eh!
- Obvio que sí mi amor. –Besé su mejilla.- Hasta mañana.
- Hasta mañana. –Y corrió a ponerse su campera, agarró su mochila y se quedó al lado de la puerta.-
- Chau. –Le dije a Pedro y me levanté, no soportaba ni siquiera su mirada.-

Esperé a que se fueran en el baño y luego salí. Suspiré y fui a poner el dibujo de Delfi en la heladera, ordené un poco su cuarto y la llamé a mi hermana. ¡Necesitaba una charla con ella urgente!

Cuando llegó, corrí a abrirle.

- Gracias por venir siempre que te necesito. –Dije riendo.-
- ¡Sos tremenda eh! –Me saludó y entró.- Le dije a Joaco que volvía a cenar igual.
- Está bien, con tenerte un rato me alcanza.
- ¿Qué pasó ahora?
- Adivina…
- ¿Pedro?

Suspiré y me dejé caer en el sillón.

- ¿Otra vez nena? –Se sentó a mi lado.-
- ¿Qué queres que haga si me busca todo el tiempo?
- ¿Qué pasó…?
- Delfi nos hizo pasar un día juntos, viste que a veces le pega que no estemos juntos.
- Sí…
- Bueno, pasó algo en la escuela que la sensibilizó y después de esa vez, Pedro me tiró onda otra vez.
- ¿Y qué más?
-Reí, me conocía tanto.- ¿Viste que con él intentamos no…?
- Tocarse, sí. Me parece una boludes.

- Bueno, es como nos sale.
- ¿Y qué pasó?
- Hace un rato, Delfi nos hizo sentarnos a los dos acá y me pasó la mano por la espalda. Nunca creí que una simple caricia podía darme vuelta el mundo así.
- No es una simple caricia, es una caricia de Pedro.
- Me quiero morir boluda.
- Mira Chu, te voy a decir lo mismo de siempre.
- ¿Qué?
- Que tenes que tener en claro lo que queres… Si lo queres a él, jugatela y sino, salí y busca otra cosa.
- Ya lo intenté.
- Y no funcionó.
- Lo amo a él.
- ¿Y qué es lo que te frena? No me digas que el beso con la minita porque no te creo.
-Reí.- No, eso pasó hace mil y fue una pendejada.
- ¿Y entonces?
- Me da miedo.
- ¿Qué te da miedo?
- Ilusionarme y sobre todo, ilusionar a Delfi y que no funcione. Porque lo que tuvimos fue fuerte, fue hermoso, pero fue hace mucho tiempo y fue algo demasiado fogoso… Yo no sé si estamos preparados para vivir como familia, tengo miedo.
- Si no te la jugas, nunca lo vas a saber.
- No quiero seguir lastimando a Delfi.
- Ella no tiene por qué enterarse.
- No es boluda Vir.
- Pero es una nena, hay cosas que puede no saber.
- No, no sé.
- Yo te doy mi opinión…
- Sí, ya sé.
- Yo te puedo hacer de niñera cuando necesites.
-Reí.- Para un poco la moto.
- Yo paro todo lo que quieras, el que no para es este. –Y señaló mi corazón.-
- Me vuelve loca.
- ¡Entonces intentenlo!
- ¡Me da miedo!
- Con el miedo no se llega a ningún lado.
- No quiero que tomes a mal lo que te voy a decir, pero quizás no lo entendes porque todavía no tenes hijos, pero vas a ver que el día que los tengas, no te va a importar sufrir con tal de verlos a ellos bien.
- ¿Pero vos no crees que Delfi estaría más feliz con ustedes juntos?
- Sí, pero si la ilusionamos y no funciona va a sufrir muchísimo.
- Por eso te digo que pueden intentar en secreto.
- No sé si estoy preparada.
- Entonces no pongas todas las culpas en tu hija.
-Suspiré.- Hago lo que puedo.
- Lo que vos haces es amarlo en secreto hace casi nueve años Paula.
- ¿Está mal?
- No, no sé si está mal. Pero un día vas a terminar explotando.
- Es lo que no quiero.
- Entonces tener que terminar con esto, o volves con él o empezas una historia nueva.
- Lo decís como si fuese fácil.
- Fácil no es, pero tampoco es llegar a la luna.
- Tampoco para que me tires tanta tierra.
- ¡Estoy tratando de que abras los ojos Chunita!
- Hago lo que puedo.
- Te lo digo porque te quiero y porque quiero verte bien, te mereces ser feliz más allá de tu hija, que entiendo que sea lo más importante para vos. ¡Pero no tenes que olvidarte que sos mujer también!
-Suspiré.- Me cuesta gorda.
- Si vos me pedís ayuda, la vas a tener… Pero cuando decidas algo, porque la decisión es tuya y yo acá no puedo hacer más.
- Gracias. –La abracé.-
- Pasan los años y te tengo que seguir diciendo que no agradezcas. –Reímos.-
- Es que no sé qué haría sin vos.
- Lo mismo que yo sin vos… ¡Nada! –Reímos y nos separamos.-
Su celular sonó y era Joaquín.

- Anda gorda, de verdad.
- ¿Segura?
- Sí… 
- Bueno, trata de que la próxima vez que me invites esté mi sobri.
-Reí.- ¡Interesada!

La despedí a mi hermana y fui hasta mi cama, en dónde me dejé caer.

“Pedro, te pido por favor que dejes de buscarme. Me haces mal.”

“Está bien, perdón. No era mi intención.”

“Ya está, dejalo ahí.”

“Si te hace mal es porque algo sigue pasando.”

“En serio te lo estoy pidiendo.”

“Yo también… ¿No podemos hablar al menos?”

“No Pedro, nuestra historia tuvo un punto final hace rato.”

“Para mí fue un punto seguido.”

“No voy a hablar más.”

Tiré el celular a la mierda y escondí mi cara en la almohada, estaba llorando otra vez.

-

- Papi. ¿Qué pasa?
-Suspiré.- Nada mi amor. ¿Ya estás lista?
- ¡Tenes la cara triste!
- No pasa nada Delfi.
-Se cruzó de brazos.- Soy chiquita, pero no tonta.
- ¿Me das un abrazo?
- Obvio papá. –Dijo riendo y me abrazó.-
- Gracias mi amor.
-Besó mi mejilla.- No estés triste.
- No Delfi. –La abracé con fuerza.-


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Sí, Paula es terca.

Sí, en algún momento va a reaccionar.

(Tenganle un poco de paciencia).

Sigan comentando.☺

4 comentarios:

  1. Que Paula reaccione porque tienen que volver a estar juntos... Ah me encanto el capitulo!! 😊

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  2. Cuando ella reaccione en mi cabecita se escuchara cantar al coro de angeles porque sera un milagro. Que terca!!!!!! Y Delfi es lo mas de lo mas.

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