Dudar es horrible, no saber qué camino elegir es desesperante.
¿Por qué
carajo le hice caso a mis impulsos? ¿Por qué me dejé abrazar? ¿Por qué le dije
lo que le dije? ¿Por qué?
Me había enterrado hasta la punta de la cabeza y sin la ayuda de nadie.
Hacia más de tres horas que estaba como una pelotuda mirando el techo de mi
habitación sin poder dormirme y todo por culpa de la cagada que me había
mandando. ¿Cagada? Bueno, no sé. ¡Pero no era necesario que pase eso! ¡Si yo no
quería!
Me prometí mil veces que no iba a dejarme llevar por lo que sentía sin pensarlo
previamente y ahí estaba… ¡Abrazándolo y diciéndole que lo amo!
“Yo también te sigo amando como siempre.”
“Pedro, por favor…”
“Perdón, es que te fuiste y me dejaste con la respuesta en la boca.”
“Es que no sé por qué te dije eso.”
“Porque lo sentís Pau.”
“Hiciste trampa….”
“¿Por qué?”
“Rompiste con nuestro acuerdo tácito.”
“¿Qué acuerdo?”
“No te hagas el boludo, los dos sabemos que sin decirnos nada, intentamos no
tener ningún tipo de contacto físico.”
“Cuando estábamos en la cama de Delfi eso no parecía preocuparte.”
“Lo hice por ella Pedro…”
“Vos también la pasaste bien.”
“Sí… ¿Está mal?”
“No, está perfecto.”
“Bueno, pero ese abrazo estuvo de más.”
“Vos y yo sabemos que no.”
“Prefiero no seguir hablando.”
“¿Por qué?”
“Porque no sé que decirte.”
“¿Estás de acuerdo con lo qué te dije?”
“Con lo de Delfi, sí…”
“Está bien, quedamos en eso.”
“Sí, dijimos eso. Me voy a intentar dormir, hasta mañana.”
“Hasta mañana hermosa.”
“Para Pepe…”
“¿Qué?”
“No, nada. Deja.”
“¡Ahora decime!”
“Prefiero guardármelo.”
“Eso no vale.”
“¿Por qué?”
“Porque no vale.”
“Está bien, solo te iba a decir que me hizo muy bien ese abrazo.”
“A mí también, gracias por al menos una vez, seguir tus impulsos.”
“¡Odio que me conozcas tanto!”
“No cambiaste demasiado en todo este tiempo.”
“¿No?”
“No, al menos no lo noto.”
“Puede ser, no sé. Me voy a dormir de verdad.”
“Está bien, qué descanses.”
“Vos también.”
Suspiré y apagué el celular. No sabía muy bien qué hacer ante esta
situación, asique fui a prepararme un té de tilo para ver si así, podía conciliar
el maldito sueño.
Me sentía encerrada en un laberinto y corriera a donde corriera. ¡Estaba Pedro!
¿Él era mi única salida?
No sabía cómo iba a terminar esto, pero si sabía que estaba bien que él la
remara. Al fin y al cabo, por culpa suya había empezado todo el “problema.” (Y
lo pongo entre comillas porque era obvio que Delfina nunca iba a ser un
problema para nosotros)
No nos había llevado demasiado tiempo aprender a llevarnos bien por ella, pero
si había sido muy complicado, al menos para mí, el hecho de perdonar lo que
había sucedido y dejar de mirarlo con rencor. ¡Y una vez que no lo miraba así
pasaba esto!
Yendo bien adentro, me muero por estar con él, pero el miedo gana. Siempre gana
el miedo en mí desde lo que pasó, porque la única vez que me la jugué me salió
mal.
El sol entraba por las hendijas de la persiana y yo aún intentaba encontrar el
sueño en alguna parte del mundo.
Sonó el timbre y yo seguía en la cama, tapada hasta la nariz.
- ¡Ya va! –Grité poniéndome la bata.-
- ¡Mamá! ¿Estabas durmiendo?
-Reí.- Sí, me quedé re dormida. –Delfi rio y después de saludarme, se fue a su
cuarto.-
- ¿Te dormiste muy tarde? –Preguntó Pedro.-
- Casi ni dormí, no podía dejar de pensar.
- ¿Pensar en?
- No te hagas el boludo, si sabes de que hablo.
- Quiero que lo pongas en palabras.
- ¿Qué más queres que te diga después de lo de anoche?
- No sé, lo que vos quieras.
- Que no me gusta estar hablando de esto con Delfi cerca.
- Está bien, tenes razón. Me tengo que ir igual.
- ¡Delfi! –Grité.- Veni a saludarlo a papá que se tiene que ir.
Delfi vino a saludarlo y luego se fue otra vez.
- Nos vemos Pepe.
- Nos vemos.
Se acercó a mí y besó sentidamente mi mejilla. Yo sonreí muerta de nervios y
cerré la puerta.
Hacía más de ocho años que nuestra relación amorosa había llegado a su fin y
juro que me sentía una adolescente que está conociendo a su primer novio.
Los nervios me invadían de punta a punta y sentía ese torbellino de mariposas
en el estómago, y la realidad era que no sabía cuánto tiempo iba a aguantar
haciéndome la dura frente a él.
- Hija. ¿Me bancas que me baño?
- Sí ma, yo me quedo jugando.
- Me apuro.
- ¿Para?
- ¡Viene la tía!
- Ah, es verdad… -Besé su cabeza y me fui a bañar.-
En la ducha, intenté encontrar la calma que Pedro me había robado, pero aún así
me apuré porque vendría mi hermana. Estaba secando mi pelo, cuando vino Delfi.
- ¿Pasa algo hija?
- Están tocando timbre ma.
- Ay, no escuchaba. Debe ser la tía.
- ¡Anda a abrirle!
-Reí.- Ahora voy. –Dije mientras dejaba el secador de pelo y me dirigí a
abrir.-
- ¡Al fin nena! –Dijo mi hermana.-
-Reí.- Perdón, estaba con el secador. Escuchó Delfi.
- ¿Recién ahora bañándote?
- Ahora te cuento.
- Ah, bueno… -Y vino Delfi a saludarla.-
Al ratito, Delfi estaba en su habitación.
- ¿Qué pasó?
- Me mandé una cagada.
- ¿Qué hiciste?
- Anoche, fui a cenar a lo de Pepe y nos quedamos con Delfi hasta que se quedó
dormida… Y después tomamos un café y… -Suspiré.- Me dio un abrazo, me dio un
beso en el cachete que me desarmó y le dije que lo seguía amando.
- ¡Al fin boluda!
- ¿Vos decís?
- Sí nena, al fin.
-Reí.- La cuestión es que no dormí en toda la noche. Me siento de quince años.
- ¡Dale cabida de una vez al pobre pibe!
- Para un poco.
- ¿Te vas a hacer desear?
- ¡Obvio!
- ¿Eso quiere decir que es un sí?
- Si no me arrepiento.
- ¡Al fin Chunita! ¡Al fin!
Reímos.
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Contame en QUÉ momento pasaron 50 capítulos que no me enteré... Quedan 100! jajajaj!
POR FAVOR COMENTEN!
corto finalizado por aquí: minifanficspyp.blogspot.com.ar ☺
Que Paula reaccioneeeee!!! Jajajaja me encanto el capitulo!!
ResponderEliminarYa va... Ya va! jajaja! Gracias!
ResponderEliminarMe encanto el capitulo! Que deje de hacerse la boluda y rogar que ya PASARON AÑOS. Que se deje amar -.-
ResponderEliminarbueno, banque cebada!
EliminarQ afloje de una vez!!! Quiero verlos juntos otra vez!! mimiroxb
ResponderEliminarya no queda casi nadaa
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