59. Familia.

Todos tenemos una familia. Un poco más chica, un poco más grande, un poco más unida o desunida… ¡Pero todos tenemos una!

La familia es esa que nos ve nacer y nos ayuda a crecer, son los que están ahí para levantarnos cuando tropezamos y para quedarse con nosotros en el suelo cuando caemos. Son quienes nos enseñan todo lo que tenemos, son los que contienen y ponen límites.

Los amamos, los odiamos, los queremos tener siempre y queremos irnos de casa. Es así, ambivalente… Es que los sentimientos fuertes suelen serlo.

Preparamos café y seguíamos en el living.

- Tenes una carita de cansada.

- No doy más.

- Fue una noche y un día…

-Reí y creo que me puse colorada.- No hagas chistes desubicados.

- No te quieras hacer la monjita ahora. –Reímos.- ¿Queres unos masajitos?

- Por favor.

- Sentate en el piso.

Me senté en el piso, frente a Pedro que estaba en el sillón y me hizo masajes por un rato.

- Gracias Pepe.

- De nada hermosa. –Besó mi cuello y sonreí.- ¿Vamos a dormir?

- Sí, por favor.

Me levanté y fuimos abrazados hasta el cuarto, nos dimos un beso antes de entrar y nos sonreímos.

Nos metimos en la cama, con Delfi en medio y él acarició mi mejilla.

- Qué descanses Pau. 

-Sonreí.- Vos también Pepe.

-

A la mañana siguiente, nos despertó Delfi.

- ¿Qué pasa Del? –Preguntó Pau, super dormida.-

- Me duele mamá.

-Suspiró y miró l ahora.- En un ratito podes tomar el remedio otra vez.

- ¡Pero me duele ahora!

- No podemos hacer nada Delfi. –Dije.- Si seguís durmiendo no te vas a dar cuenta. -Delfi suspiró y se puso boca abajo, comenzó a llorar.-

- Delfi… -Dijo Pau y acarició su espalda.- ¿Qué queres que hagamos por vos?

- Que me deje de doler.

- Pero no podemos manejarlo nosotros hermosa. –Y besó su mejilla.- ¿Queres dormir a upa de mamá?

- Sí.

- Veni entonces.

Paula se acomodó y Delfi se sentó sobre ella, apoyó su torso sobre el de su mamá y cerró sus ojitos.

- Trata de dormir.

- ¿Queres que papá te haga masajitos? –Pregunté.-

- Sí.

Me acerqué a ellas e hice masajes en su espalda, de a poco se fue tranquilizando.

- Dormí Delfi… -Dijo Pau y acomodó su pelo.- Te va a hacer bien.

Después de un largo rato, se quedó dormida y acaricié la mejilla de Pau.

- Ahora dormí vos. 

-Sonrió.- ¿Y vos?

- Voy a ir a comprarle el ibuprofeno, que ya casi no queda.

- ¿Qué hora es?

- Las ocho.

- ¿Ya?

- Sí…

- ¿No queres dormir un rato?

- No, quédense ustedes.

- ¿Seguro?

- Sí.

- Bueno, gracias. –Me sonrió y me dio un pico.- Pepe…

- No me resistí, perdón. –Reímos.- Me quedo hasta que te duermas.

- Sos tan tierno…

Pau se durmió al toque y me fui a comprarle el jarabe. 

Cuando volví, me tiré a dormir en el sillón porque no daba más.

-

Delfi me despertó y suspiré.

- Delfi…

- ¿Ya puedo tomar el remedio?

-Miré el reloj.- Sí, ahora te lo voy a buscar.

- Dale, que me sigue doliendo.

- Ya voy princesa. -Ella se corrió de encima mío.- No te levantes eh. –Ella negó con su cabeza y yo fui a buscar su jarabe.-

Sonreí al verlo a Pepe dormir en el sillón.

- Pepe… -Besé su mejilla.- Anda a la cama de Delfi.

- ¿Ya se despertó?

- Sí, pero anda a dormir. Dale.

- No, voy con ella.

- ¿Seguro?

- Sí.

- Bueno, como quieras. –Le di un beso.- Voy a buscarle el jarabe.

- Dale.

Delfi tomó el jarabe y yo me fui a bañar. 

Cuando salí, estaban durmiendo abrazados y me morí de amor. Busqué mi celular y les saqué varias fotos, los tapé y me fui a preparar el almuerzo.

Cuando lo estaba haciendo, Pedro me sorprendió abrazándome por la espalda.

- Buen día. –Dije.-

- Buen día. –Respondió y besó mi hombro.-

- ¿Pudiste dormir?

- Sí, bastante.

- Bueno, mejor… -Suspiré.- ¿Sabes que soñé muchas veces con esto?

- ¿Sabes que yo también? –Reímos.- Parecemos una familia.

-¿No lo somos?

- Mmm… Eso creo.

Él se separó de mí y me besó.

- Para mí lo somos.

- Sí, puede ser… Pero un poco rara.

- Con el tiempo nos vamos a acomodar.

- Eso espero.

- Tene fe che.

-Reí.- Perdón, no quiero ser tan pesimista.

- ¿Qué puedo hacer?

- ¿Para qué?

- Para que seas un poquito menos negativa.

-Me encogí de hombros.- Ya se me va a pasar.

- ¿Es por lo qué hice aquella vez?

- No, ya te dije que eso ya te lo perdoné. Ya fue.

- ¿Y entonces?

- No sé, me da miedo y no puedo evitarlo.

-Me abrazó y yo escondí mi cara en su hombro.- ¿Y si te abrazo?

- Me hace muy bien.

- Entonces te abrazo fuerte. –Y me abrazó más fuerte, yo puse mis manos sobre su pecho.- Cuando te quieras dar cuenta, vamos a estar los tres juntos… Como una familia normal.

- Ojala.

- Vas a ver que sí.

Me separé un poco de él y lo besé.

- Gracias.

- ¿Por?

- Por bancarme.

- ¿Cómo no voy  bancarte?

- Te juro que me siento una histérica de mierda y no quiero ser así.

- Haces lo que podes.

- Quisiera poder más.

- Ya va a pasar, yo también me siento raro con lo que pasa.

- Igual, estoy bastante segura de esto.

- Yo también. –Me besó.- Muy seguro en realidad. –Sonreí y volvió a besarme.-

- Seguís siendo igual de protector que siempre.

-Sonrió.- Sobre todo con las personas que quiero y Delfi junto con vos son lo que más amo en el mundo.

-Sonreí y lo besé- Ustedes también son lo más importante para mí, aunque estemos separados, no podría sin ustedes. –Nos besamos y volvimos a abrazarnos.-

- No pienses en eso, porque ahora estamos juntos.

- Sí, lo sé.

- ¿Me prometes que no te vas a hacer la cabeza?

- Te prometo que lo voy a intentar.

-Me besó.- ¿Terminamos con la comida?

- Dale.

Nos dimos un beso y terminamos de preparar la comida, para ir a despertar a Delfi y almorzar con ella.

- ¿Cómo te sentís hija? –Preguntó Pepe.-

- Mmm… Me duele un poco menos.

-Le sonreí.- Eso es porque el jarabe te está haciendo bien.

- Pero me aburro acá en la cama. –Se quejó.-

- Ya vas a encontrar cosas para hacer. –Dijo Pepe.-

- ¿Qué? –Preguntó Delfi.-

- Mmm… Mirar muchas pelis, dibujar, jugar a las cartas, con las muñecas. –Le dijo.-

-Delfi suspiró.- Quiero que se queden conmigo.

-Besé su frente.- Acá estamos.

- Tengo una idea. –Dijo Pepe.-

- ¿Qué? –Preguntó Delfi.-

- ¿Queres helado de postre?

-Delfi sonrió y me contagió la sonrisa.- ¡Sí! ¡Por favor!

-Pepe rio.- Entonces ahora pedimos.

- Gracias papi.

- De nada mi amor. –Besó la mano de Delfi y yo le sonreí.-

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Tengo abierto esto hace dos horas porque no sé qué escribir acá, asique no voy a escribir nada... Jajaja! Espero que les guste el capítulo. ☺