No morirá lo que debe sobrevivir a una terapia de amor intensiva.
Si algo está enfermo, está con vida.
Lo que tus labios no puedan besar se esfumarán.
Y no escucharás más palabras lascivas en la terapia de amor intensiva.
Lo sucedido nos lastima, nuestro pasado nos suele matar.
Credulidad.
Solo puede sobrevivir nuestro amor en terapia intensiva.
Hare lo que me pidas.
Hare que me lo pidas.”
Y así pasaron
algunos días, Delfi ya se sentía mejor y le habían sacado los puntos… Aún así,
me había quedado en la casa de Paula todos los días, con la excusa de querer
estar con Delfi y con la excusa implícita de poder estar cerca de Pau.
Era sábado y Pau estaba preparando fideos con salsa bolognesa para cenar.
- ¿Necesitas ayuda Pau?
- ¿Queres poner la mesa?
- Bueno, dale. –Besé su mejilla y ella sonrió.-
Sí, en la semana nos habíamos robado algunos besos y dedicado algunas miradas…
Eso sí, no habíamos aclarado nada y a pesar de que habíamos dicho que íbamos a hablar, ya no lo creíamos tan necesario.
Puse la mesa y fui a buscar a Delfi para cenar los tres, en familia. ¡Y qué lindo sonaba!
- Hija… Veni, que tenes que tomar el remedio.
- ¿Hasta cuándo mami?
- Hasta que se termine, ya queda poquito. –Dijo sirviéndolo.-
- Pero es feo.
- Ya sé, pero es para que estés bien del todo. Dale, por fas. –Delfi rio.- Toma.
Delfi tomó el jarabe y luego un poco de jugo.
Lo bueno de ese jarabe es que le generaba un sueño demasiado pesado.
Vimos un rato la tele, los tres en el living y luego la acompañamos a dormir.
- Que descanses hija. –Dije y besé su frente.-
- Gracias papi.
Pau entró al cuarto con una manta que le había pedido Delfi y la tapó.
- ¿Mejor así?
- Sí, gracias ma.
- De nada mi amor, hasta mañana. –Besó su mejlla y Delfi sonrió.-
-
Estaba preparando café para Pedro y para mí, algo nerviosa porque sabía que Pedro no se iba a ir a dormir sin intentarlo. Lo conocía de pies a cabeza.
Me acerqué al living y le di un café, me senté en frente de él y tomé un poco de mi taza. Nos miramos y reímos.
- ¿Pasa algo? –Preguntó.-
- No, nada.
- Te conozco.
- ¿Entonces para qué preguntas?
- ¿Qué pasa?
- Que te conozco a vos, eso pasa. –Reímos.-
- Entonces deberías saber que no voy a hacer nada malo.
- Mmm…
- ¿Mmm qué?
- Yo no estaría tan segura.
- ¿Tan mala persona me crees?
- Mala persona no.
- ¿Y qué me crees entonces?
-Pensé unos segundos.- Una persona que no para hasta obtener lo que quiere.
- ¿Y qué es lo quiero? –Me encogí de hombros.- No te hagas la boluda.
–Reí.- No, no me hago la boluda.
- A vos te quiero.
- Hay que ver si yo te quiero a vos entonces… -Dije y tomé un poco de mi café.-
-Tomó un poco de su café también.- Sé leer tu mirada.
- Qué hambre tenes nene.
- Sí, de vos.
Y me quería esconder adentro de la taza. Tomé un poco y la dejé a un lado. Él hizo lo mismo.
Abracé mis piernas, sobre el sillón, como para frenarlo un poco… aunque, no era eso lo que quería, tampoco quería regalarme.
Pedro besó mis rodillas y yo reí.
- No me respondiste.
- ¿Qué te tengo que responder?
- Un monumento a hacerte le boluda tenes vos eh.
–Reí.- Para un poco Pepe.
- ¿Por qué?
- Porque sí.
- No tengo ganas de frenar. –Acarició mi mejilla.- Y vos tampoco.
- No quiero seguir sufriendo.
- ¿Por qué vas a sufrir?
- Sabes que esto ya está muy hecho mierda.
- Quiero que lo arreglemos.
-Suspiré.- Me da miedo, perdón, pero no lo puedo evitar.
- Te quiero cuidar…
-Sonreí y se acercó a mí.- Pepe…
- ¿Qué haces?
- Lo que vos y yo queremos hacer.
- Querer no siempre significa poder.
- Si no lo intentamos, no vamos a saber si este es el caso o no.
- ¿No vas a parar, no?
- Mmm… No, cuando quiero algo lo consigo.
-Reí.- A veces te odio.
- Hey. ¿Por qué?
- Porque no hay necesidad de que te ame tanto. –Mordí mi labio y suspiré.-
-Sonrió y acarició mi nariz.- ¿Eso es un sí?
-Me encogí de hombros.- Puedo hacerme un poco la difícil, pero negarme a vos es demasiado complicado para mi organismo.
-Sonrió y corrió mis piernas del medio.- Sos tan linda… -Acarició mi cuello y cerré mis ojos.-
- ¿Me vas a hacer esperar mucho más? Mira si me arrepiento… -Dije riendo y él también rio.-
- Veni… -Se paró y me ofreció su mano.-
- ¿A dónde?
- ¿A dónde vamos a ir Paula? –Reí y tomé su mano.-
Fuimos hasta mi habitación y él trabó la puerta, en caso de que Delfi se despertara… Claro, rogaba que eso no suceda.
- Ahora sí. –Dijo tomándome por la cintura.-
- ¿Ahora se puede?
- Si vos queres….
- ¿Vos queres? –Pregunté tomándolo de la nuca.-
- Yo me muero de ganas.
- Yo también.
Nos sonreímos y nos acercamos lentamente para que nuestros labios pudieran unirse en un beso que comenzó siendo tierno y se convirtió en uno completamente apasionado.
Sus manos subieron por mi espalda y sonreí.
- Perdón. –Dije.-
- ¿Por qué?
- Por haber desconfiado de vos.
- No pasa nada, aunque haya sido hace mucho, yo hice algo para que eso pase.
- ¿Me perdonas?
- Obvio que sí mi amor.
- Gracias.
- No me lo agradezcas. –Acarició su nariz con la mía.-
- Te bancas demasiadas.
- Vos también.
-Me encogí de hombros.- No quiero pelear más con vos, no lo soporto.
Era sábado y Pau estaba preparando fideos con salsa bolognesa para cenar.
- ¿Necesitas ayuda Pau?
- ¿Queres poner la mesa?
- Bueno, dale. –Besé su mejilla y ella sonrió.-
Sí, en la semana nos habíamos robado algunos besos y dedicado algunas miradas…
Eso sí, no habíamos aclarado nada y a pesar de que habíamos dicho que íbamos a hablar, ya no lo creíamos tan necesario.
Puse la mesa y fui a buscar a Delfi para cenar los tres, en familia. ¡Y qué lindo sonaba!
- Hija… Veni, que tenes que tomar el remedio.
- ¿Hasta cuándo mami?
- Hasta que se termine, ya queda poquito. –Dijo sirviéndolo.-
- Pero es feo.
- Ya sé, pero es para que estés bien del todo. Dale, por fas. –Delfi rio.- Toma.
Delfi tomó el jarabe y luego un poco de jugo.
Lo bueno de ese jarabe es que le generaba un sueño demasiado pesado.
Vimos un rato la tele, los tres en el living y luego la acompañamos a dormir.
- Que descanses hija. –Dije y besé su frente.-
- Gracias papi.
Pau entró al cuarto con una manta que le había pedido Delfi y la tapó.
- ¿Mejor así?
- Sí, gracias ma.
- De nada mi amor, hasta mañana. –Besó su mejlla y Delfi sonrió.-
-
Estaba preparando café para Pedro y para mí, algo nerviosa porque sabía que Pedro no se iba a ir a dormir sin intentarlo. Lo conocía de pies a cabeza.
Me acerqué al living y le di un café, me senté en frente de él y tomé un poco de mi taza. Nos miramos y reímos.
- ¿Pasa algo? –Preguntó.-
- No, nada.
- Te conozco.
- ¿Entonces para qué preguntas?
- ¿Qué pasa?
- Que te conozco a vos, eso pasa. –Reímos.-
- Entonces deberías saber que no voy a hacer nada malo.
- Mmm…
- ¿Mmm qué?
- Yo no estaría tan segura.
- ¿Tan mala persona me crees?
- Mala persona no.
- ¿Y qué me crees entonces?
-Pensé unos segundos.- Una persona que no para hasta obtener lo que quiere.
- ¿Y qué es lo quiero? –Me encogí de hombros.- No te hagas la boluda.
–Reí.- No, no me hago la boluda.
- A vos te quiero.
- Hay que ver si yo te quiero a vos entonces… -Dije y tomé un poco de mi café.-
-Tomó un poco de su café también.- Sé leer tu mirada.
- Qué hambre tenes nene.
- Sí, de vos.
Y me quería esconder adentro de la taza. Tomé un poco y la dejé a un lado. Él hizo lo mismo.
Abracé mis piernas, sobre el sillón, como para frenarlo un poco… aunque, no era eso lo que quería, tampoco quería regalarme.
Pedro besó mis rodillas y yo reí.
- No me respondiste.
- ¿Qué te tengo que responder?
- Un monumento a hacerte le boluda tenes vos eh.
–Reí.- Para un poco Pepe.
- ¿Por qué?
- Porque sí.
- No tengo ganas de frenar. –Acarició mi mejilla.- Y vos tampoco.
- No quiero seguir sufriendo.
- ¿Por qué vas a sufrir?
- Sabes que esto ya está muy hecho mierda.
- Quiero que lo arreglemos.
-Suspiré.- Me da miedo, perdón, pero no lo puedo evitar.
- Te quiero cuidar…
-Sonreí y se acercó a mí.- Pepe…
- ¿Qué haces?
- Lo que vos y yo queremos hacer.
- Querer no siempre significa poder.
- Si no lo intentamos, no vamos a saber si este es el caso o no.
- ¿No vas a parar, no?
- Mmm… No, cuando quiero algo lo consigo.
-Reí.- A veces te odio.
- Hey. ¿Por qué?
- Porque no hay necesidad de que te ame tanto. –Mordí mi labio y suspiré.-
-Sonrió y acarició mi nariz.- ¿Eso es un sí?
-Me encogí de hombros.- Puedo hacerme un poco la difícil, pero negarme a vos es demasiado complicado para mi organismo.
-Sonrió y corrió mis piernas del medio.- Sos tan linda… -Acarició mi cuello y cerré mis ojos.-
- ¿Me vas a hacer esperar mucho más? Mira si me arrepiento… -Dije riendo y él también rio.-
- Veni… -Se paró y me ofreció su mano.-
- ¿A dónde?
- ¿A dónde vamos a ir Paula? –Reí y tomé su mano.-
Fuimos hasta mi habitación y él trabó la puerta, en caso de que Delfi se despertara… Claro, rogaba que eso no suceda.
- Ahora sí. –Dijo tomándome por la cintura.-
- ¿Ahora se puede?
- Si vos queres….
- ¿Vos queres? –Pregunté tomándolo de la nuca.-
- Yo me muero de ganas.
- Yo también.
Nos sonreímos y nos acercamos lentamente para que nuestros labios pudieran unirse en un beso que comenzó siendo tierno y se convirtió en uno completamente apasionado.
Sus manos subieron por mi espalda y sonreí.
- Perdón. –Dije.-
- ¿Por qué?
- Por haber desconfiado de vos.
- No pasa nada, aunque haya sido hace mucho, yo hice algo para que eso pase.
- ¿Me perdonas?
- Obvio que sí mi amor.
- Gracias.
- No me lo agradezcas. –Acarició su nariz con la mía.-
- Te bancas demasiadas.
- Vos también.
-Me encogí de hombros.- No quiero pelear más con vos, no lo soporto.
- No vamos a pelear más.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque el amor es más fuerte.
-Reí.- Ay te amo chamullero.
-Sonrió.- Te amo bonita.
Sonreí y me tiré sobre él, para que caiga a la cama, sin poder dejar de
besarlo. Sus manos subieron hasta mi cuello, haciendo que aquel beso se
intensifiqué aún más y yo jugaba con su barba.
Mis manos se deslizaron por debajo de su remera y sonrió.
- Permiso eh… -Dije y comencé a quitársela.-
- Soy todo tuyo.
Sonreí y lo besé, terminé de quitar su remera y lo llené de besos, mientras mis
manos lo acariciaban y las suyas se enredaban en mi pelo.
- Me encanta que seas todo mío. –Dije volviendo a su boca.-
- Siempre voy a ser tuyo.
- ¿Siempre?
- Siempre. –Y volvimos a besarnos.- Te amo.
- Te amo.
Sonreímos y nos besamos nuevamente, él comenzó a quitar mi remera y subí mis
brazos para ayudarlo. Llenó de besos mi piel y me anticipé, quitando mi
corpiño, sonreímos cómplices y sus besos aumentaron en aquella zona.
Su cuerpo estaba sobre el mío y terminó de desnudarme. Con mis piernas lo
sostuve sobre mí y lo obligué a ir a mi boca.
- Te extraño. –Susurré.-
- Yo también mi amor.
Lo ayudé a que él también se desnude y nos sonreímos, ambos agitados sin ni
siquiera haber comenzando.
Hizo que me siente sobre su cuerpo, dejando su espalda sobre el respaldo de la
cama y me besó, para comenzar a hacerlo. Sus manos me sostenían con fuerza y
las mías estaban sobre su pecho. Sus labios se unieron a los míos y ambos
estábamos a punto de estallar.
Y he aquí la reconciliación oficial. ♥
https://www.youtube.com/watch?v=DkmshzUZXKI Terapia de amor intensiva. - Soda Stereo.
Vamooos carajo!!! Aguante el jarabe de Delfi viejaaaaa!!! Jajaja
ResponderEliminarJajajajajajajaja aguante Delfiii
Eliminarjajajjaja, me reí
Eliminar❤❤❤❤❤❤
ResponderEliminar☺♥
EliminarQue lindo los 2 capítulos!!!! :D
ResponderEliminarY todas morimos de amor!!! mimiroxb
ResponderEliminar☺♥ jaja
EliminarNo se puede pedir mas nada!! Puro A M O R!
ResponderEliminarDelfi es una genia!! Ojalá sigan así...
Gracias Lau!
Eliminar