lunes, 12 de octubre de 2015

55. El primer paso.

“Todo contigo o nada con nadie.”

Y es por eso que no tiene sentido seguir dilatando el primer paso… Sí siempre, toda la vida, va a ser todo con vos.




Era miércoles y organicé todo para poder tener una noche romántica con Paula. Esa semana me la había pedido en el trabajo, para poder disfrutar de las vacaciones de Delfi.

“Delfi se va con Clari hasta mañana. ¿Dónde queres que nos veamos? ¿Mi casa o la tuya?”

“Mmm… En la tuya.”

“¿Te paso a buscar?”

“Si queres…”

“Si te lo propongo es porque quiero.”

“Entonces te espero. ¿A qué hora venís?”

“A las ocho. ¿Te parece bien?”

“Espero que se pase rápido.”

“Si queres voy más temprano…”

“Jajajajaj, no. Está bien, a las ocho voy a estar esperándote.”

“Quedamos así entonces hermosa.”

“Dale.”

“Esta noche es nuestra.”

“Me lo decís y se me eriza la piel.”

“Me muero por besarte.”

“Guardate esas ganas para cuando nos veamos.”

Dejé el celular a un lado y Delfi entró a mi cuarto.

- Papi.
- ¿Qué Delfi?
- ¿Hoy voy a lo de la tía Clari?
- Sí, a dormir. ¿Queres?
- ¡Sí! –Dijo festejando y sonreí.- ¿Puedo ir ahora?
- En un ratito te llevo.
- ¿Cuánto es un ratito?
- Merendamos y vamos. ¿Queres?
- Sí, dale.
- ¿Chocolatada?
- ¡Sí!

Merendamos y luego la llevé a lo de Clari, a quien le agradecí mil veces por hacerme ese favor tan significativo para mí.

Volví a mi casa corriendo y me puse a preparar la cena, pechugas de pollo con un salteado de verdura y oliva. Dejé todo en la fuente, listo para ir al horno, y me fui a bañar. Recorté un poco mi barba y elegí un jean, con zapatillas de cuero y una camisa.


“Tengo muchas ganas de verte.”

“¡No me pongas más ansiosa Pedro!”

“Jajajajaja. ¿Qué estás haciendo?”

“Me estoy poniendo linda para vos.”

“Vos ya sos linda.”

“Vos sos chamullero, ojala te calmes.”

“¿Con vos? ¡Nunca voy a calmarme!”

“Basta Pepe.”

“Hey. ¿Por qué?”

“Porque faltan algunas horas para que nos veamos y me pones ansiosa de verdad.”

“Puedo ir ahora si queres.”

“Jajajaja, no che. Banquemos un toque. ¿Vos qué haces?”

“Te cocino.”

“¿Qué cocinas?”

“¡Sorpresa!”

“¡Te odio!”

“Gracias por tanto cariño che.”

“Jajajajajja, lo bueno es que sé que voy a comer rico.”

“¿De verdad no pensabas que iba a cocinarte?”

“No, no sé, no lo había pensando.”

“Me encanta mimarte, lo sabes. Termina de prepararte que no quiero esperarte.”

“Jajaja. ¡Lindo! Gracias. Nos vemos.”

“Nos vemos Pau.”

-

Podía hacerme la boluda todo lo que quisiera, pero era en vano. Era muy claro que esa noche iba a tener un reencuentro real con Pedro y me temblaba todo, literalmente. 

Aproveché que Delfi estaba en su casa y llené la bañera para hacerme un baño de inmersión e intentar relajarme. Depilé todo mi cuerpo cuidadosamente y me puse crema hidratante de pies a cabeza.

Había intentando tres parejas desde que todo había sucedido y solo con uno llegué a la cama y después de eso, se terminó porque fue cualquier cosa menos sexo, y mucho que menos amor. Asique, me sentía demasiado nerviosa, como si fuese otra vez, mi primera vez.

Me puse mi bata y me dirigí a mi cuarto, elegí un conjunto de encaje rojo y negro (era el mejor que tenía) y me puse un pantalón de jean con zapatillas de plataforma, arriba una remerita blanca con una camisa escocesa. 

Me puse un poco de base, me delinee y usé máscara de pestañas. Luego, sequé mi pelo y lo peiné con algunas ondas.

“Te espero abajo, así no hace falta que estaciones.”

“Me parece que estás un poquito ansiosa.”

“Muy ansiosa. ¿Está mal?”

“No, me encanta.”

“Te espero abajo entonces.”

“Pongo la comida en el horno y salgo.”

“¡Cuidado que no se queme!”

“Confía che.”

“Bueno, bueno… ¡Pero veni!”

“Ya salgo linda.”

“Te espero.

Me puse el abrigo y después de cerrar la puerta de mi departamento, llamé el ascensor y bajé. Cuando lo vi venir, sonreí y salí del edificio. Él frenó en la puerta de mi casa, ya que había lugar, y yo subí. 

Sin decirnos nada, me tomó por la cara y me besó sin importar demasiado que estuviéramos en la vía pública.

- Para un poco Pepe.
- No, hoy no pienso frenar.
-Reí.- Pero vamos a tu casa.
- Solo voy porque nos quedamos sin comida. –Reímos.-
-Sonreí y lo besé.- Dale, arranca.
- Bueno, está bien che. –Reímos.-

Pedro me besó y arrancó. Fuimos hasta su casa escuchando la radio y antes de subir, Pedro guardó su auto. Cuando estábamos en el ascensor, me abrazó por la espalda y besó mi cuello.

- ¿Qué cocinaste?
- ¡Te dije que es sorpresa!
- ¡Dale, contame!
- Ya vas a ver.
- Okei, okei… Pero, entonces hace algo para distraerme.
- ¿Algo como qué?
- Mmm… -Me di vuelta y rosé sus labios con los míos. Pedro sonrió y me besó.-

El ascensor frenó y bajamos. Él abrió su departamento y entramos.

- ¡Anda a ver la comida, te lo pido por favor!
-Rio.- Dale, vos anda a dejar tu abrigo.
- ¿No me vas a dejar espiar?
- Mmm… No.
- Okei, okei. –Reímos y nos dimos un beso.-

Fui hasta el cuarto de Delfi y dejé mis cosas allí, excepto mi celular que lo llevé conmigo.

- ¿Queres comer ahora?
- Mmm… Sí. –Respondí.- Quiero el postre. –Reímos y nos besamos.-
- ¿Me dejas atenderte?
- ¿No queres que te ayude?
- No, quiero mimarte un poquito.
- Bueno, está bien. Me dejo. 
- Esperame allá, por favor.
-Reí.- Está bien, está bien.

Le di un beso y me fui de allí.

-

Pau se fue y saqué la comida del horno para acomodarla en los platos y servir la mesa. Puse un ramo de flores en el centro de la mesa y lo decoré con pétalos. Sí, un exceso de romanticismo tremendo, pero quería mimarla de verdad y estar en todos los detalles.



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Capítulo para que no se les haga taaaan larga al espera, creo que estoy alterada. Permiso.

(Comenten igual, no se me hagan los giles)

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