Es tan complicado que nuestro corazón y nuestra mente tire para un mismo lado, que es hasta innecesaria tanta contradicción en un ser.
Tenemos que aprender a romper con esas contradicciones, animarnos de una buena vez… Animarse otra vez, porque no se puede vivir lleno de contradicciones… Siempre volvemos a lo mismo, hay que decidirse por lo que nos haga felices.
Fue una
semana rara de esas raras en un cartel de neón que parpadea 80 veces por
segundo.
Me sentía flotando en una nube de la inestabilidad que me recorría de pies a
cabeza, tanto emocional como físicamente.
¡Pedro no había perdido ni media oportunidad y estaba a punto de volverme loca!
(Y de caer a sus pies, otra vez)
Pasa que ya no éramos los mismos pendejos de antes, y sobre todo pasa que ahora
tenemos una hija a la que tenemos que cuidar.
Y, hablando de mi hija, acaba de empezar sus vacaciones de invierno.
Pero, volviendo al tema principal de este asunto: Pedro. ¿Qué hago? ¿Qué carajo
hago? Mi corazón se muere por tirarse en sus brazos y entregarse y mi
conciencia me obliga a mantenerme en el molde. ¿Tan difícil era ponerse de
acuerdo la puta madre? ¿Tan contradictorios tenemos que ser en esta vida?
Encima, ahora está por venir a comer con nosotras y yo vuelvo a sentirme una
nena de 15 años que está nerviosa por entrar al aula porque está su enamorado…
Con la pequeña y clara diferencia de que estoy cerca de los 40.
En fin, mis capacidades de reacción cuando lo vea podían ser tan infinitas e
incalculables que me quedaría dormida enumerándolas.
Sonó el timbre y yo estaba terminando de delinearme.
- Decile que ya vamos Delfi. ¡Pero no abras!
- Bueno ma.
Terminé con el delineador, lo más rápido que pude, tratando de no parecer un oso
panda y fui a abrirle. Delfi estaba delante de mí.
- Hola. –Dije tratando de no temblar cuando abrí la puerta.-
- Hola Pau. –Me dio un beso en la mejilla y sí, ya estaba todo dicho.-
Pedro se agachó para saludar a Delfi.
- Hola princesa. ¿Cómo estás?
- ¡Feliz porque vamos a comer los tres juntos!
-Pepe y yo sonreímos.- ¿Puedo pasar?
- Obvio papi.
Pedro entró y yo cerré la puerta.
- ¿Qué vamos a comer mami?
- Milanesas a la napolitana con papas fritas. ¡Tenes prohibido quejarte! –Todos
reímos.-
- Delfi, tengo algo para vos. –Le dijo su papá.-
- ¿Qué?
- Cerra los ojos.
Delfi cerró los ojos y Pedro le puso una bolsa en sus manos.
- Ahora abrilos y fijate que hay adentro.
Delfi abrió la bolsa y había una remerita hermosa, color verde agua (el color preferido
de Delfina) llena de flores y mariposas.
- La vi y no pude evitar pensar en que te iba a gustar.
- Gracias papi. –Lo abrazó y me morí de amor.-
Bueno, volviendo a la realidad de que probablemente dentro de un par de horas
la que estuviese abrazando a Pedro sea yo, me quemé con la fuente por pelotuda
y nerviosa.
Quise hacerme la fuerte, pero me ardía demasiado.
- Para un poco Pau. –Dijo Pedro agarrándome de la muñeca y abrió el agua fría
para poner mi mano debajo.-
- Soy una tarada.
- Hey, puede pasarle a cualquiera.
-Reí.- Sí, es verdad.
- ¿Tenes algún gel hidratante?
- Sí, en el baño.
- Anda a ponerte que yo sirvo esto.
- ¿Seguro?
- Sí mujer, anda. –Reímos y fui a tratar de calmar aquel ardor.-
En fin, pasado el incidente, estábamos los tres sentados en la mesa, comiendo.
- Pa. ¿Me cortas la milanesa?
- Obvio que sí.
- Gracias.
Los miraba interactuar y me moría de amor. Podría pasar muchas horas
haciéndolo.
- ¿Qué queres que hagamos estas vacaciones Delfi? –Preguntó Pedro.-
- ¡Ir al cine! Y a los juegos.
- ¿Algo más original hija? –Pregunté riendo.-
- ¿Podemos ir a ver a las princesas al teatro?
- Mmm… Estaría bueno. –Dijo Pedro.- Después me fijo en Internet. ¿Queres?
- ¡Sí! –Dijo Delfi festejando y yo sonreí.-
Y así fue como la cena pasó y el helado también.
Delfi estaba muerta de sueño y se estaba quedando dormida con su cabeza en mis
piernas.
- Hija. ¿Queres que te llevemos a la cama? –Pregunté.-
- Sí. –Respondió refregando sus ojitos.-
Pedro se puso de pie y le dijo.
- ¿Te llevo? –Delfi asintió y Pedro la alzó, si quizás suene raro que teniendo
8 años la llevemos a todos lados a upa, pero es que era tan flaquita que no
podíamos evitarlo, todo el tiempo que pudiéramos hacerlo, lo íbamos a hacer.-
Pedro la llevó hasta su cama y ella se cambió acostada.
- ¿Me cantan? –Preguntó y con Pedro nos miramos extrañados.- Dale, la canción
de la otra vez. ¡Por favor!
Con Pedro nos miramos riendo y yo apagué la luz, nos arrodillamos a su lado y
le cantamos aquella canción hasta que se quedó dormida.
Emprendí el camino hacia el living y Pedro me siguió. Cerró la puerta.
Okei, Delfi ya dormía, eso quería decir que no había nada ni nadie que se
interpusiera entre él y yo, excepto mi conciencia. (La cual estaba siendo
vencida por mi corazón)
- No, vos hoy no te escapas. –Dijo abrazándome por la espalda.-
- No puedo irme muy lejos.
- ¿No?
- Creo que no.
- Bueno, mejor. –Besó mi hombro y yo cerré mis ojos.-
- Pepe…
- No, no pongas excusas.
- ¿Está bien esto?
- No lo sé, pero es lo que sentimos.
-Suspiré y me di vuelta, quedó tan cerca su boca de la mía que sentir su
exhalación tan cerca me hizo temblar de pies a cabeza.- ¿Me prometes algo?
- ¿Qué?
- Delfi no va a salir lastimada, pase lo que pase entre nosotros.
- Te lo prometo, porque yo tampoco quiero que pase eso.
- Ella no tiene la culpa de nada.
- Obvio que no.
- Pregunta demasiado.
- ¿A vos también? –Preguntó riendo.-
- Sí, todo el tiempo. –Reí también.-
- Si pasa algo de verdad, se va a enterar.
-Suspiré.- Eso es lo que me da miedo.
- No pienses en eso ahora.
- Me cuesta un poco.
- Siempre te costó no pensar en el futuro.
- ¿Te acordas de muchas cosas? –Pregunté riendo.-
- Muchas más de las que te imaginas.
Y se hizo un silencio en el que ninguno supo muy bien que decir, él me
sorprendió tomándome por la cintura y yo puse mis manos sobre su pecho,
tratando de que no haga absolutamente todo lo que quiera conmigo.
Su boca se acercó muy lenta a la mía y los dos sabíamos que ese momento era
inevitable. Sentí sus labios rozarse con los míos y sentí que el corazón se me
iba a salir del pecho. Notó que estaba temblando, asique me tomó con más fuerza
y se acercó a mi oído.
- Tranquila hermosa, me conoces.
-Reí.- Me siento una adolescente.
- Me encanta generar eso en vos.
- Yo me siento una boluda Pedro.
- Ay, sos tan hermosa. –Y besó mi cuello.-
- Pepe…
- Sh.
Volvió a besar mi cuello y cerré mis ojos. ¿Qué sentido tenía negarse a algo
que deseaba tanto? Necesitaba sentir sus labios sobre los míos o moriría.
Estábamos a milímetros cuando algo cayó en el balcón y me asusté. Me acurruqué
en el pecho de Pedro.
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La parte positiva de todo esto es que no saben la dirección de mi casa, jajajajajaja!
TE ODIO POR DEJARLO AHI! SOS MUY MALA! ASI EN MAYUSCULAS PORQUE ES UN GRITO! CARAJO MIERDA.
ResponderEliminartanto amor me va a matar johanna
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