Te cuesta abrir los ojos de manera positiva, te cuesta respirar. Tenes miedo, necesitas que alguien te abrace y te susurré que todo va a estar bien porque sino, te caes.
Me desperté en
medio de la noche, porque Delfi estaba metida en mi cama y llorando.
- Delfi… ¿Qué pasa mi amor?
- Me duele mucho la panza mamá.
- Veni, acostate acá. –Dije y la abracé, haciendo que se acueste sobre mí.- Tranquila, ya se te va a pasar.
- Pero me duele mucho.
- ¿En dónde mi amor?
- Abajo, en un costado. –Señalándo.-
-Suspiré.- Quedate acá con mamá, que ya se te va a pasar. ¿No queres ir al baño?
- Tengo ganas de vomitar.
- Entonces vamos al baño, veni…
Me paré con ella a upa y fuimos al baño, vomitó varias veces y no dejaba de temblar.
Posé mi mano en su espalda y corrí el pelo de su cara, se lavó los dientes y me abrazó.
- Me siento muy mal mamá.
- Tranquila princesa, tranquila. Ya va a pasar. –Y besé su frente.- Me parece que tenes un poquito de fiebre. –Suspiré.- ¿Volvemos a la cama?
- Sí.
- Vamos entonces. –Volví a subirla a upa y fuimos hasta mi cama, ella se hizo un bollito sobre mí y yo la tapé.- ¿Queres tomar un poquito de agua?
- Un poquito.
- Quedate acá que te traigo entonces. –Besé su frente y me fui a la cocina.-
Cuando volví.
- Toma Delfi.
- Gracias. –Dijo y agarró el vaso, con su brazo temblando.- No puedo. –Dijo llorando.-
- Tranquila. –Dije preocupada.- Toma un poquito. –Dije ayudándola y ella tomó algunos tragos. Dejé el vaso a un lado y me senté a su lado, ella temblaba.- Trata de respirar tranquila mi amor.
- Quedate conmigo mamá.
- Tranquila que no me voy a ir a ningún lado. –Acaricié su carita.-
-Se acostó sobre mi cuerpo.- Tengo frío.
- A ver… -Dije y acomodé las mantas sobre su cuerpo.- ¿Queres más abrigo?
- No. –Suspiró.-
- ¿Por qué no intentas dormir?
- Me siento muy mal ma.
-Acaricié su pelo.- Bueno, quedate acá que mamá te cuida. –Besé su cabeza y la abracé con fuerza.-
- No te vayas. –Repitió.-
- No mi amor, me quedo acá. Tranquila.
- Tengo miedo.
-Suspiré.- No va a pasar nada hija.
Las horas pasaron y se sentía cada vez peor.
- Voy a llamar a papá, así te llevamos al médico.
- No, al médico no.
- Pero, mi amor… Así te da algo para que te sientas mejor. Tranquila, estás conmigo hija.
Busqué el número de Pedro en el celular y rogaba que no haya entrado a trabajar aún.
- Hola Pepe.
- Hola Pau. ¿Pasó algo? Tenes la voz rara.
- Delfi… ¿Qué pasa mi amor?
- Me duele mucho la panza mamá.
- Veni, acostate acá. –Dije y la abracé, haciendo que se acueste sobre mí.- Tranquila, ya se te va a pasar.
- Pero me duele mucho.
- ¿En dónde mi amor?
- Abajo, en un costado. –Señalándo.-
-Suspiré.- Quedate acá con mamá, que ya se te va a pasar. ¿No queres ir al baño?
- Tengo ganas de vomitar.
- Entonces vamos al baño, veni…
Me paré con ella a upa y fuimos al baño, vomitó varias veces y no dejaba de temblar.
Posé mi mano en su espalda y corrí el pelo de su cara, se lavó los dientes y me abrazó.
- Me siento muy mal mamá.
- Tranquila princesa, tranquila. Ya va a pasar. –Y besé su frente.- Me parece que tenes un poquito de fiebre. –Suspiré.- ¿Volvemos a la cama?
- Sí.
- Vamos entonces. –Volví a subirla a upa y fuimos hasta mi cama, ella se hizo un bollito sobre mí y yo la tapé.- ¿Queres tomar un poquito de agua?
- Un poquito.
- Quedate acá que te traigo entonces. –Besé su frente y me fui a la cocina.-
Cuando volví.
- Toma Delfi.
- Gracias. –Dijo y agarró el vaso, con su brazo temblando.- No puedo. –Dijo llorando.-
- Tranquila. –Dije preocupada.- Toma un poquito. –Dije ayudándola y ella tomó algunos tragos. Dejé el vaso a un lado y me senté a su lado, ella temblaba.- Trata de respirar tranquila mi amor.
- Quedate conmigo mamá.
- Tranquila que no me voy a ir a ningún lado. –Acaricié su carita.-
-Se acostó sobre mi cuerpo.- Tengo frío.
- A ver… -Dije y acomodé las mantas sobre su cuerpo.- ¿Queres más abrigo?
- No. –Suspiró.-
- ¿Por qué no intentas dormir?
- Me siento muy mal ma.
-Acaricié su pelo.- Bueno, quedate acá que mamá te cuida. –Besé su cabeza y la abracé con fuerza.-
- No te vayas. –Repitió.-
- No mi amor, me quedo acá. Tranquila.
- Tengo miedo.
-Suspiré.- No va a pasar nada hija.
Las horas pasaron y se sentía cada vez peor.
- Voy a llamar a papá, así te llevamos al médico.
- No, al médico no.
- Pero, mi amor… Así te da algo para que te sientas mejor. Tranquila, estás conmigo hija.
Busqué el número de Pedro en el celular y rogaba que no haya entrado a trabajar aún.
- Hola Pepe.
- Hola Pau. ¿Pasó algo? Tenes la voz rara.
- No dormimos en casi toda la noche, Delfi se
siente muy mal.
- Ay. ¿Qué le pasa?
- Le duele la panza, vomitó y tiene fiebre.
- ¿Queres que la llevemos al médico?
- ¿Vos podes venir?
- Sí, ahora aviso en el laburo.
- Dale, yo llamo a mi compañera de cátedra y le aviso que no voy.
- En un rato estoy por ahí.
- Te esperamos.
Corté y Delfi me miró llorando.
- ¿Qué pasa mi amor?
- Me siento muy mal. –Dijo sin poder contener el llanto.-
- Ahora viene papá y te llevamos al médico princesa, tranquila. –Besé su
cabeza.- Me levanto un ratito para cambiarme. ¿Sí?
- Apurate.
- Me cambio acá, al ladito tuyo.
Me levanté, la tapé y me cambié lo más rápido que pude.
- Voy a tu cuarto a buscarte ropa a vos, ya vengo.
La cambié a Delfi y controlé que en mi billetera estuviera su carnet de la
prepaga. Dejé todo preparado en el sillón y la llevé a upa, envuelta en una manta.
Cuando Pedro tocó timbre, fui a abrir y Delfi se pasó a sus brazos. Yo me
abrigué y salimos.
-
- No llores hermosa.
- Me duele mucho papi.
- Por eso te estamos llevando al médico, tranquila.
Y la entré al auto.
- Mamá, veni conmigo.
- Dale, voy con vos.
Pau se subió en la parte trasera del auto con Delfi y ella se sentó sobre sus
piernas.
Delfi no dejó de llorar un segundo y la verdad era que nos preocupaba bastante.
- Ya estamos por llegar Delfi, tranquila. –Dijo su mamá.-
- Me duele cada vez más.
- Ahora te va a revisar el médico y va a hacer algo para que te sientas mejor.
–Dijo Pau y suspiró.- Tranquila mi amor, ya llegamos.
Por fin llegamos y nos hicieron entrar en la guardia.
- Pau. ¿Queres un café?
- Dale, por favor.
Fui en busca de dos cafés y nos quedamos con Delfi hasta que por fin vinieron a
revisarla, se sentía tan mal que no se quejó ni siquiera cuando le sacaron sangre.
Le hicieron una ecografía y nos dijeron que era gastroenterocolitis. Debía
quedarse allí porque estaba algo deshidratada.
La pasaron a una habitación y le pusieron suero.
- Quedénse conmigo. –Rogó Delfi.-
- Obvio mi amor, nos quedamos los dos con vos. –Dijo Pau tomando su manito.-
- ¿Te sigue doliendo mucho Del? –Pregunté.-
- Sí, mucho.
- Bueno, si tenes ganas de ir al baño o de vomitar, avisanos. ¿Sí? –Dije.-
- Sí. –Suspiró.- Tengo frío.
- Ahora voy a pedirte una manta. –Dije y salí de la habitación.-
Pedí una manta y compré unas galletitas, porque Pau y yo estábamos solo con
aquel café encima.
Cuando volví a la habitación, Pau estaba acostada en la cama y Delfi sobre
ella. Yo acomodé la manta sobre mi hija y al ratito, se quedó dormida.
- Tranqui. –Le dije a Pau y acaricié su mejilla.-
- Me mata verla así.
- Ya está, se le va a pasar.
- Estuvo toda la noche así.
- Pero estamos acá y la están cuidando.
- Sí, ya sé. Pero, me pone mal no poder hacer nada para que se sienta mejor.
- Estar con vos, es lo que mejor le va hacer.
-Sonrió.- Aunque no lo hayamos elegido, nunca me voy arrepentir de que seas el
papá de mi hija.
-Sonreí.- Sos la mejor mamá que le podría haber tocado.
Nos sonreímos.
- Compré galletitas. ¿Queres?
- No me pasa nada. –Dijo.-
- Dale, así no te baja la presión.
-Rio.- De verdad Pepe.
- Compré tus preferidas, no podes negarte.
-Volvió a reír.- Sos terrible.
-Reí.- Dale. ¿Comemos?
- Está bien.
-
Cerca del mediodía, Delfi ya no aguantaba más el dolor y fui a buscar un
médico.
Volvieron a revisarla y a hacerle todos los estudios, porque el médico dudaba
de su diágnostico. Le pasó un calmante por el suero y ahora estaba un poco más
tranquila.
- En un par de horas vuelvo y les doy el resultado, con ese calmante se va a
sentir mejor.
- Muchas gracias. –Dije y el médico se fue.-
- Mami…
- ¿Qué mi amor?
- ¿Y papá?
- Tenía que hablar con alguien del trabajo, ahora viene.
- Veni conmigo…
- Obvio mi amor. –Me acerqué a ella y me senté en una silla, al lado de su
camilla y corrí el pelito de su cara.- ¿Te sentís un poco mejor?
- Un poquito.
- Ese calmante te va a hacer bien.
-
Cuando estaba volviendo a la habitación, el médico me frenó en la puerta.
- ¿Usted es el padre de Delfina Alfonso?
- Sí. ¿Qué pasó?
- Tenemos que operarla.
▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼
Sí, Delfi va a hacer todo (incluso inconscientemente) para unir a sus papás.
AVISO: estos días (es decir las próximas semanas) voy a estar publicando en horarios medio raros, jajaja, solo aviso para que si ven que no subo en el día NO ES QUE NO VOY A SUBIR, solo que voy a subir tarde. SUBO TODOS LOS DÍAS EN EL HORARIO QUE PUEDA.
La razón de todo esto sería que la facultad me tiene hasta las bolas. ;)
Dicho esto, me retiro a estudiar -.-
Espero que les guste el capítulo y por favor comenten ;)
AVISO: estos días (es decir las próximas semanas) voy a estar publicando en horarios medio raros, jajaja, solo aviso para que si ven que no subo en el día NO ES QUE NO VOY A SUBIR, solo que voy a subir tarde. SUBO TODOS LOS DÍAS EN EL HORARIO QUE PUEDA.
La razón de todo esto sería que la facultad me tiene hasta las bolas. ;)
Dicho esto, me retiro a estudiar -.-
Espero que les guste el capítulo y por favor comenten ;)
Pobre Delfi me da ternura ♡
ResponderEliminarPobrecita delfi.. Me mata de amor ❤
ResponderEliminarUh pobre Delfi, somatizo tanto que terminó operada (apendicitis?) Los une sin quererlo también, la adoro! ;)
ResponderEliminarTe leo a cualquier hora jajaj...
Que lindo capitulo! pobre Delfi! le pasa todo junto!! jajjaja ojala que esto los una mucho mas!
ResponderEliminar