viernes, 20 de noviembre de 2015

103. Propuesta.

¿Dejarlo todo e ir detrás de la propuesta?

¿Dejar la propuesta y quedarme con todo?

Qué difícil cuando la vida nos pone en una encrucijada. Miras para un lado y está la pared, miras al otro y está la espada. ¿Qué se supone que debemos hacer?

Hay que elegir, siempre hay que elegir.




Todo marchaba increíblemente sobre ruedas.

Me animaba a decir que nunca me había sentido ni tan feliz ni tan plena en mi vida. Sonreía todo el día y eso no era común en mí. Y, para coronarlo, acababa de tomar el último final y hasta mediados de febrero podía olvidarme de mi trabajo.

Delfi, que estaba de vacaciones, seguía durmiendo. ¡Pero ya era el mediodía! Abrí la puerta del cuarto de mi hija y me acerqué a ella.

- Todo muy lindo que usted esté de vacaciones, pero ya son las doce. –Dije.-
- Un rato más ma.
-Reí.- Dale Del.
- En serio…
- ¿En serio qué?
- Tengo sueño.
- ¿No queres comer?
- No mamá.
- ¿Estás bien?
- Sí, solo quiero dormir.
-Suspiré.- Delfi… Te conozco.
- Me duele un poco la panza, me quiero quedar sola.
- Está bien, cualquier cosa me avisas. ¿Sí?
- Sí ma.

Salí de la habitación y no me quedó otra que almorzar sola, una ensalada.

“Hola amor. ¿Cómo va todo?”

“Hola Pepe… Todo bien, Delfi con dolor de panza.”

“Uy, ayer comimos mucho.”

“Sí, eso es verdad. Ahora voy a ver si quiere tomar algo.”

“Te dejo entonces, hoy vuelvo un poco más tarde, tengo una reunión.”

“¿Me avisas?”

“Dale amor, un beso.”

“Otro Pepe.”

Volví al cuarto de Delfi, con un vaso de agua.

- Hija, estás toda transpirada.
- No me siento bien ma.
- Toma un poco de agua.
- No quiero.
- Dale, te vas a deshidratar sino… -Suspiró y se sentó en la cama, le di el vaso y tomó un poco.- ¿No queres ir a bañarte? Así te sacas el calor.
- Ahora no.
- Dale Delfi, estás descompuesta porque ayer comiste mucho y porque hace calor… Podes bañarte y te vas a mi pieza con el aire acondicionado. ¿Queres?
- Bueno, está bien. –Bufó.-
- Anda que te llevo ropa.

Delfi se paró sin decirme nada, pero volvió a sentarse en la cama.

- ¿Qué pasa?
- Me duele acá. –Dijo tocando su pecho.-
- ¿Pero podes respirar bien?
- Sí, es tristeza.
- ¿Tristeza por qué?
- Siento que algo malo va a pasar. –Dijo triste.-
- No hija, no te preocupes… -Suspiré.- Todo va a estar bien.
- No sé mami.
- Vas a ver que sí.
- Tengo miedo de que nos quedemos solas.
- ¿Por qué decís eso?
- No sé, lo siento.
- Mmm… Bueno, trata de no hacerle caso, porque seguro no sea nada. –Acaricié su pelo.- Anda a bañarte. ¿Te parece?
- Tenes que creerme.
- Yo te creo Delfi, pero capaz sea solo una sensación.
- Está bien mamá. –Y se fue enojada a bañar.-
-La seguí.- Para Del.
- ¿Qué? –Se dio vuelta.-
-Me arrodillé en el suelo.- No te enojes conmigo.
- ¿Por qué no me crees?
- No es que no te crea, es que capaz sea solo una sensación.
- Una sensación de que algo va a pasar.
-Sequé sus lágrimas.- No te preocupes mi amor. –Me abrazó, llorando cada vez más.- Anda a bañarte que después nos quedamos las dos en mi cama. ¿Queres?
- Sí.
-Me separé de ella y besé su frente.- Ahora te llevo ropa, dale.
- Me quiero poner el pijama.
- Te llevo otro, porque estás muy transpirada.
- Bueno. –Y se fue al baño.-

Suspiré, preocupada. Delfi era muy intuitiva. Le alcancé la ropa y no me habló. Ahora no solo estaba preocupada, sino que también tenía a mi hija molesta conmigo.

Fui a su habitación, para hacer la cama y dejar que se ventile un poco. Cuando la escuché salir del baño, me acerqué a ella.

- ¿No queres comer nada Delfi?
- No.
- ¿Segura?
- Sí. ¿Vamos a tu cama?
- Sí, dale. Yo te prendo el aire.

Delfi se acostó en mi cama y yo le prendí el aire acondicionado.

- ¿Queres que te traiga algo para tomar?
- Bueno.


-

El día laboral pasó sin mayores complicaciones, pero ya era tarde y me quería volver a casa.

“Estoy por entrar en la reunión, supongo que en una hora y media estaré por casa Pau.”

“Bueno amor, te esperamos para comer.”

“Como prefieran, sino, no pasa nada.”

“Te esperamos.”

“Bueno, gracias linda.”

El detalle era que me esperaba una reunión con mi jefe… Y, según me habían dicho era muy importante, por lo tanto, me tomé un café y me dirigí a su oficina.

Entré a esa reunión completamente tranquilo…

- Buenas tardes. –Dije e ingresé a la oficina de mi jefe.-
- Pasa Pedro.

Entré y me senté.

- Voy a ir al punto.
- Está bien. –Le dije.-
- Tengo una propuesta de trabajo muy importante para hacerte.
- Digame de que se trata.
- Llamaron para pedirte de una revista muy importante, con tirada internacional.
- ¿De verdad? –Pregunté entusiasmado.-
- De verdad, pero el problema es que no es acá.
- ¿Y en dónde es?
- En Madrid.
- ¿Madrid? 
- Sería un viaje de seis meses.
- Pero yo tengo a mi familia acá.
- Lo sé Pedro, por eso te lo digo y te doy tiempo para que lo pienses.
- Bueno, gracias supongo.
- Analizalo, es una gran propuesta.
- Lo sé. –Suspiré.- 
- Y ahora, si queres volve a tu casa que es tarde.
- Nos vemos mañana.
- Nos vemos. –Y me levanté de la silla.-

Y salí con el mundo dado vuelta.

Mi jefe me había ofrecido un viaje laboral que era una locura. Y cuando una locura, es una locura literal. Me ofrecía viajar a Madrid durante medio año y dibujar para una revista con tirada internacional. Sí, era una locura.

Una locura y un paso enorme para mi trabajo.

Pero, también… Para mi vida.

No sabía si era el mejor momento para aceptarlo. No quería arruinar mi familia, y a su vez no quería perder esa oportunidad. No era solo un trabajo, sino que era mucho dinero que podría invertir en el futuro de mi hija y de mi mujer.

Suspiré.

Salí de la oficina demasiado confundido, sin ninguna certeza.

“Estoy saliendo de la oficina Pau.”

“Está bien Pepe, ahora termino con la comida.”

Me subí al auto y suspiré. 

¿Qué se suponía que debía hacer?



2 comentarios:

  1. Mmm intuyo que la separación viene por ahí! Que situación difícil!! Complicado evaluar esa propuesta, hay que ver que piensa Pau! Delfi siempre sintiendo todo.

    ResponderEliminar
  2. Ayyy nooo miedo con estooo, se va a armar bardo!

    ResponderEliminar