87. Los sentimientos reales suelen aparecer cuando las cosas no tienen solución.

“¿A dónde va lo que querés hacer y no hacés? ¿A dónde va lo que querés decir y no decís? ¿A dónde va lo que no te permitís sentir?

Nos gustaría que lo que no decimos caiga en el olvido, pero lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos. Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta.

Lo que no decimos se transforma en nostalgia, en destiempo. Lo que no decimos se transforma en error. Lo que no decimos se transforma en debe, en deuda, en asignatura pendiente.
Las palabras que no decimos se transforman en insatisfacción, en tristeza, en frustración. Lo que no decimos no muere, nos mata.
Lo que no decimos se transforma en trauma, en veneno que mata el alma. Lo que no decís te encierra en el pasado.

Lo que no decimos se transforma en herida abierta.”

Ese fatídico momento, en donde nada tiene solución… Ahí es cuando todo lo real aparece.

Cuando nos despertamos y nos damos cuenta de todo el tiempo que perdimos.

Cuando llegué, lo primero que hice fue abrazar a mi mamá y a mi hermana.

- ¿Vos tampoco lo sabías ma?
- No Pau, te juro que no.
-Suspiré.- Ya está, no se puede hacer nada.

Mi mamá se fue porque la llamaron y yo me quedé a solas con mi hermana.

- Me duele el alma. –Dije.-
- A mí también Chunita. –Y nos abrazamos.- A pesar de todo, lo quería.
- Yo también y lo peor es que me di cuenta hoy.
- A mí me pasó lo mismo. –Suspiramos al unísono.-

Y en ese momento, volvió mi mamá.

- Hay unas cartas…
- ¿De él?
- Sí, una para ustedes y otra para mí. Tomen. –Y nos dio la nuestra.-

Con Virgi nos alejamos y abrimos la carta.

“Chicas… Me cuesta un poco escribir esto, sobre todo porque sé que lo van a leer cuando yo ya no esté más, pero prefiero que sepan esto así a que no lo sepan.
Me enteré que tengo cáncer de páncreas y no hay vuelta atrás. Muchas veces estuve a punto de ir a buscarlas, pero no me animé. Soy un cobarde y lo acepto.

Perdón, perdón por todo el mal que les hice. Nunca quise que sufran por mi culpa y esa culpa de haberlas hecho sufrir tanto la arrastré hasta la tumba. Perdón. Perdón por ser un padre tan horrible, perdón por las mentiras, perdón por tantas peleas y lágrimas. Perdón, de corazón.
Las adoro y sé que ustedes, a pesar de todo, también lo hacen, porque hay algo que existe entre los hijos y los padres que es irrompible. Supongo que Pau ya lo sabrá y espero que, algún día Virgi también conozca ese sentimiento.

Sean felices mis amores, sean felices, luchen por su felicidad y no dejen que nada las lastime, ni siquiera mi muerte. A pesar de todos mis errores, me voy en paz, porque sé que dejé cinco hijos hermosos en este mundo y estoy seguro de que ustedes van a hacer las cosas mucho mejor que yo.

Siempre las voy a estar cuidando, desde donde esté. Siempre. Las amo y hasta siempre mis mellis.

Papá.”

Terminamos de leerla y nos fundimos en un abrazo infinito.

- Te amo Chunita, te amo, te amo. Y vos sos lo mejor que me dio papá.
-La abracé con fuerza.- Te amo melli, vos también sos el mejor regalo que me dejó papá.

Nos quedamos abrazadas durante un rato, hasta que los otros hijos de mi papá vinieron a saludarnos. Fue un momento bastante extraño y aunque sabía que eran mis hermanos, no quería tener una relación con ellos. No de mala, sino porque para mí un hermano es aquel con el que compartís la vida, como me pasa con Virgi… No un lazo que se fuerza.

“Nos vamos a dormir Pau, cualquier cosa tengo el celular prendido.”

“Gracias Pepe, de verdad.”

“No tenes nada que agradecer.”

“A la mañana seguro vuelvo.”

“Avisame si queres que te vayamos a buscar.”

“Después veo que hago, la verdad que no puedo pensar demasiado en eso ahora.”

“Está bien Pau, avisame si lo necesitas solamente. Delfi me pide por favor que te mande un beso y que te diga que te ama mucho.”

“Decile que la amo muchísimo y que le mando un beso enorme. (A vos también, las dos cosas)”

“Estamos con vos, no te olvides.”

“Gracias, de verdad.”

Nos despedimos de mi papá, y esa mañana fue el entierro.

Acompañamos a mi mamá a su casa y nos pidió quedarse sola.

Joaquín me ofreció alcanzarme hasta la casa de Pedro y se lo agradecí. Mi hermana se fue con él.

Toqué timbre en la casa de Pedro y él vino a abrirme.

- ¿Te desperté? Perdón.
- No, no te preocupes.

- No sé ni que hora es.

- Tranquila, pasa.

Entré en la casa de él y nos dimos un abrazo.

- ¿Cómo estás?

- Como puedo… No sé, sinceramente no sé.

- Tenes que darle tiempo.

- Eso dicen. –Suspiré y me separé de él.- ¿Delfi?

- La desperté para ir a la escuela y no quiere, para mí lo mejor es que vayan a tu casa y se queden juntas.

- ¿Decís que falte?

- Sí Pau, necesita estar con vos.

- ¿Vos tenes que ir a trabajar?

- Las puedo llevar a tu casa y me voy.

- ¿Harías eso por mí?

- Eso y mucho más.

-Sonreí.- Gracias. –Y besé su mejilla.- ¿Delfi duerme?

- Creo que sí, pero anda a despertarla. Lo único que me dijo en toda la noche era que quería estar con vos.

Sonreí e ingresé en el cuarto de Delfi. Me arrodillé a su lado y acaricié su frente.

- Hola mi amor. –Susurré.-

- Mami, viniste.

- Te dije que iba a venir.

- Quería estar con vos. –Tomó mi mano y la besó.-

- Ya estamos juntas hermosa.

Ella se sentó y me abrazó.

- Papá nos lleva a casa. ¿Queres?

- Sí, pero no quiero ir a la escuela.

- Está bien, podes faltar.

- Gracias.

Pedro nos llevó hasta mi casa y cuando llegamos, me fui a bañar. Delfi me estaba esperando en su cama.

- ¿A vos te pone triste lo que pasa Delfi? –Le pregunté.-

- ¿Tendría que estar triste? –Preguntó confundida.-

- No… -Me senté a su lado.- Solo pregunté.

- Vos estás triste. –Y apoyó su cabeza en mi pecho.-

- Ya se me va a pasar mi amor.

- Quiero estar con vos hasta que se te pase.

- Sos lo más lindo que tengo. ¿Sabes? 

Al rato, Delfi se quedó dormida y yo no podía dejar de pensar… Pero estaba tan triste y cansada, que finalmente el sueño me venció.

-

Salí de trabajar y volver a mi casa no tenía sentido, lo único que quería era estar con Paula asique, me mandé sin pensar demasiado en las consecuencias.

Toqué timbre y Pau vino a abrirme.

- Pepe, no sabía que venías…

- Yo tampoco, pero quería estar un rato con vos. ¿Puedo?

- Sí, pasa.

- ¿Delfi?

- Está durmiendo.

- Entonces podemos hablar un rato.

- ¿De? 

- No sé, de algo que te distraiga.

- Creo que va a ser complicado.

Nos sentamos en los sillones y ella suspiró, dejó caer su cabeza en el respaldo del sillón.

- No pensé que me iba a doler tanto.

- Los sentimientos reales suelen aparecer cuando las cosas no tienen solución.

- La vida es una mierda a veces.

- La vida es vida, depende de uno la manera de atravesarla.

- ¿Decís?

- Yo creo que sí…

- Puede ser, no sé. No quiero reflexionar sobre la vida igual, no me da la cabeza.

- ¿Comiste algo?

- No.

- ¿Queres algo?

- No, de verdad que no. Prefiero después, cenar algo.

- ¿Segura?

- Sí, gracias igual.

- No me lo agradezcas, lo hago porque lo siento.

- ¿Qué sentís?

- Que quiero estar con vos. –Le sonreí.-

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Bueno, claramente a esta altura de la novela estaba sin ideas y choreaba offs de Casi Ángeles a lo loco. (lo aviso solo para que sepan que soy chorra, pero conciente y asumida, jajaja)