sábado, 14 de noviembre de 2015

95. Pesadilla.

Esa alarma que llega del inconciente para hacernos notar que algo, está mal. 



Mientras Delfi y Pepe se quedaron en la cama, cerré toda la casa, me puse el pijama y volví con ellos.


- Es hora de dormir Delfi. –Dije sentándome a su lado.-
- ¿Ya?
- Sí hija.
- ¿Puedo dormir acá?
- Sí mi amor.
-Sonrió y se acomodó en medio de nosotros.- ¿Me tapan?
-Reímos y la tapé.- ¿Estás cómoda?
- Sí mami.
- Que descanses hija. –Dijo Pepe y besó su frente.-
- Ustedes también.
- Hasta mañana princesa. –Dije comenzando a acariciar su pelo.-

Pasamos un rato mimándola, hasta que se quedó dormida.

- Es tan linda. –Dijo Pepe mirándola.-
- Hay alguien que está muy sensible. –Dije y acaricié su mejilla.-
-Rio.- Puede ser.

-

Estábamos los tres en la cama, Delfi dormida y nosotros dos en silencio.

- ¿Estás bien Pau?
- Perdón. -Dijo levantándose y secando sus lágrimas.- 
- ¿Perdón qué? 
- No quería llorar.
- ¿Por qué lloras?
- Necesito desahogar un poco todo lo que pasó.
- Llora todo lo que quieras…
-Sonrió.- Me siento una tarada.
- ¿Por qué?
- Porque lo grave te pasó a vos.
- No, lo peor te pasó a vos… Yo mientras estaba inconsciente, no me daba cuenta de nada. –Acaricié su mejilla.- Te la bancaste como una reina.
- Me di cuenta que sin vos, me muero mi amor.
-Sonreí y la besé.- Bueno, pensemos que esto sirvió para unirnos.
-Sonrió.- Necesito que me abraces.
- Veni…

Ella se acomodó, apoyando su cabeza en mi torso y su mano allí también. La abracé, como pude y besé su cabeza.

- Te amo Pepe…
- Te amo Pau. –La abracé más fuerte.-
- Me siento una boluda.
- ¿Por qué?
- Por haber perdido tanto tiempo.
- No pienses en eso…
- No puedo evitarlo.
- Pensa en todo lo que nos queda.
-Suspiró.- Gracias…
- ¿Por qué?
- Por aceptar venir acá, te necesito cerca.
-Besé su cabeza.- Es un placer para mí estar con ustedes.
- Te amamos muchísimo. ¿Sabes?
- Yo las amo a ustedes… 

Se levantó un poco y me besó.

- No quiero guardarme nada. –Dijo acariciando mi nariz con la suya.-
- Decime todo lo que quieras.
- Te amo con todo mi alma Pedro. –Y me besó.-
- Yo también te amo. –Volvimos a besarnos.- No llores más. –Dije y sequé sus lágrimas.-
- Me cuesta un poquito.
- Pensar que no llorabas por nada del mundo.
-Rio.- Fue fuerte lo que pasó.
- Lo sé, por eso quiero que ahora estés tranquila.
-Suspiró.- Voy a lavarme la cara y vengo.
- Dale.
- Esperame eh. –Me dijo desde la puerta.-
- No puedo irme a ningún lado.
-Rio.- Te amo.
- Te amo bonita. –Sonreímos y se fue.-

Cuando volvió.

- Tenes que dormir. –Le dije.-
- ¿A qué viene ese comentario?
- A que chalaría con vos toda la noche.
- ¿No tenes que ir a trabajar?
- Hoy y mañana, arreglé con la otra chica de la cátedra que no… El lunes sí, ya tengo que volver.
- Entonces, podemos charlar todo lo que quieras…
- Pero está Delfi.
- Eso es verdad.
- Mejor mañana.
- Mañana no te escapas de mí.
- No quiero escaparme nunca más de vos.
-Sonreí y la besé.- Dale, descansa…
- Vos también Pepe.

Nos acomodamos y ella apagó la luz.

- Hasta mañana.
- Hasta mañana.

Nos quedamos dormidos, y al rato nos despertamos porque Delfi estaba llorando.

- ¿Qué pasa hija? –Preguntó Pau.-
- Tuve un sueño muy feo.
- ¿Qué pasó? –Pregunté y ella me abrazó.-
- Soñé que no te despertabas. –Dijo ahogada en llanto y la abracé.-
- Tranquila princesa, que fue solo un sueño. –Besé su cabeza.-
- Era muy feo papá.
-Suspiré.- Pero estoy bien, mira… Me estás abrazando, te estoy abrazando.
- Me asusté mucho.
- Ya está Delfi, ya pasó. –La abracé más fuerte.-
- ¿Queres tomar un poquito de agua mi amor? –Preguntó Pau.-
- Sí…
- Ahora te traigo.

Pau se fue, y volvió con un vaso de agua.

- Toma princesa.
- Gracias ma. –Se sentó y agarró el vaso.-
- Toma tranquila. ¿Sí? –Dijo Pau.- 
- Sí… -Tomó un poco y suspiró.-
- ¿Mejor? –Pregunté.-
- Un poquito. –Respondió y tomó un poco más.-
- ¿Queres que te acompañe a lavarte la cara? –Preguntó Pau.-
- Sí.
- Veni entonces…

-

Me paré y le di la mano a ella para que me acompañé. Se lavó la cara en el baño y luego yo me agaché, para quedar a su altura.

- ¿Mejor mi amor?
- Sí. –Suspiró.-
- No llores más, fue solo un sueño Delfi.
- ¿Me abrazas ma?
- Obvio princesa.

La abracé y la alcé. Besé su mejilla y ella me abrazó por el cuello.

- ¿Volvemos con papá?
- Sí…

Volví al cuarto con Delfi en mis brazos y se sentó en la cama.

- Quiero dormir en el medio de ustedes. –Dijo.-
-Reímos.- Dale… -Dijo Pepe.- Veni.

Me metí en la cama y ella se acomodó en medio nuestro.

- Tengo a los mejores papás del mundo. –Dijo y con Pepe sonreímos.-
- Y nosotros a la hija más hermosa. –Dije y besé su frente.-
- ¿Estás mejor princesa? –Preguntó Pepe.-
- Sí, pero es mejor si me abrazan.

¡Ay, no podía ser tan tierna!

Con Pedro, pasamos nuestros brazos sobre su cuerpo y unimos nuestras manos.

- Así… -Dijo Delfi y sonrió.-
- Descansa y soña cosas lindas. –Dije.-
- Nosotros te mimamos hasta que te duermas… -Dijo Pepe.-

Y así nos quedamos, hasta que se quedó dormida.

- Vos también dormí. –Le dije a Pepe.-
-Rio.- Dejame un poco.
- ¿Qué queres hacer?
- Mirarlas.
-Mordí mi labio, muerta de amor.- Sos tan lindo.
- Ustedes son lindas. –Sonreí.-
-Acaricié su mejilla y él besó mi mano.- ¿Te sentís bien?
- Sí… ¿Por?
- ¿No te duele nada?
- Mmm… En comparación a los primeros días, estoy para correr una maratón.
-Reí.- Si necesitas algo, me avisas.
- Sí Pau, no te preocupes.
- Shhh… ¡Quiero dormir! –Dijo Delfi y nosotros reímos.-
- Perdón, perdón. –Dije.-
- ¿Son novios otra vez? –Preguntó.-
- Mejor dormí Delfi… -Dijo Pedro, sonriéndome.-
- Quiero saber…
- Dormí hija, dale. –Y besé su cabeza.-
- Ufa… -Reímos con Pepe.-



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Capítulo tierno para el día de hoy...

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