“La alegría afirma la vida, ilumina tu alma, convierte tus ojos en faros. La alegría mantiene vivo el niño que llevas adentro. La alegría te ayuda a ver la vida como un juego, diluye la espesura del drama.
Vuelve nuestra vida más ligera. Hace que la desesperación sea menos desesperante, que el dolor duela menos y que el placer sea más placentero.
La alegría lima asperezas, nos hermana, nos reúne, nos anima a compartir. La alegría te da paz.
La alegría nos predispone al amor, a la pasión, a la aventura. La alegría baja las defensas inútiles y mejora el sistema inmune, y lo mejor: es gratis.
La podes encontrar en un beso, en un bebé, en la música. La alegría es eso que dejas pasar buscando eso que se supone que te dará alegría.
La alegría es el único virus bueno y muy contagioso. Si lo dejan, claro.
La alegría es una fe profunda en el futuro.
La alegría es una puerta abierta a nuestro verdadero ser.”
Habían pasado
algunos días, Pepe estaba bastante mejor y seguía en casa… Si era por mí, no
quería que se vaya nunca más.
Estábamos en la cama, sentados, hablando.
- Quiero que Delfi lo sepa. –Dijo.-
- ¿Se lo contamos? –Pregunté entusiasmada.-
- Sí, dale. No quiero esconderme más. –Respondió y me besó.-
- Espera que la voy a buscar…
- No, para. Quiero levantarme de la cama.
- ¿Seguro?
- Sí.
- Bueno, dale.
Le di la mano y lo ayudé, aún sus costillas le dolían.
Me dio un beso y le sonreí.
- Vamos a buscarla juntos.
- Dale. –Le sonreí y me devolvió la sonrisa.- Amo tu sonrisa. –Confesé.-
- Y yo te amo a vos, entera. –Nos besamos y nos abrazamos.-
- Quiero cuidar esto que tenemos.
- Lo vamos a hacer mi amor.
-Suspiré.- Confío en vos.
- Haces muy bien.
-Sonreí.- Te amo… -Me separé un poco de él.- Ya sé que estoy re pesada, pero después de lo que pasó, no quiero guardarme nada.
- Nunca sos pesada, menos cuando sos tan tierna.
-Sonreí.- No hace falta que seas chamullero a esta altura del partido.
- Te juro que es verdad lo que te estoy diciendo.
- ¿En serio?
- Muy en serio.
-Sonreí y lo besé.- Te amo, te amo, te amo, te amo. –Le dije entre besos.-
- Te amo. –Sonreímos y volvimos a besarnos.-
- Estoy muy feliz.
- Yo también. –Sonreímos.- No quiero soltarte. –Dijo volviendo a abrazarme.-
- No me sueltes, podría estar acá para siempre.
- Aunque falte mucho tiempo, no puedo evitar pensar en que algún día Delfi se va a ir… Y me encantaría no quedarme solo, quisiera quedarme con vos.
-Sonreí.- Qué lindo lo que me decís. –Me separé un poco de él.- Igual, falta mucho. –Reímos.- Y ahora hay una nena que va a recibir una noticia que la va a poner muy feliz me parece.
- Tenes razón.
- ¿Vamos?
- Dale. –Nos dimos un beso.-
Nos tomamos de la mano y fuimos hasta el cuarto de Delfi. Tocamos la puerta.
- Pase. –Gritó Delfi y yo abrí la puerta.- ¿Qué pasa?
- ¿Venís al living que tenemos que hablar con vos? –Le pregunté.-
- ¿Pasa algo?
- ¿Venís? –Repetí.-
- Bueno…
La dejamos pasar primero a ella y luego caminamos nosotros. Se sentó en el sillón y nos miraba expectantes.
- ¿Qué pasa? –Preguntó, ansiosa.-
Pepe se sentó, con cuidado y yo me senté a su lado.
- ¿Estás cómodo? –Pregunté.-
- Sí, no te preocupes. –Me sonrió.-
- ¿Me dicen qué pasa? –Preguntó Delfi ya completamente impaciente.-
- Pasa que… -Dije e hice una pausa.-
- ¡Dale mamá! –Reí.-
Estábamos en la cama, sentados, hablando.
- Quiero que Delfi lo sepa. –Dijo.-
- ¿Se lo contamos? –Pregunté entusiasmada.-
- Sí, dale. No quiero esconderme más. –Respondió y me besó.-
- Espera que la voy a buscar…
- No, para. Quiero levantarme de la cama.
- ¿Seguro?
- Sí.
- Bueno, dale.
Le di la mano y lo ayudé, aún sus costillas le dolían.
Me dio un beso y le sonreí.
- Vamos a buscarla juntos.
- Dale. –Le sonreí y me devolvió la sonrisa.- Amo tu sonrisa. –Confesé.-
- Y yo te amo a vos, entera. –Nos besamos y nos abrazamos.-
- Quiero cuidar esto que tenemos.
- Lo vamos a hacer mi amor.
-Suspiré.- Confío en vos.
- Haces muy bien.
-Sonreí.- Te amo… -Me separé un poco de él.- Ya sé que estoy re pesada, pero después de lo que pasó, no quiero guardarme nada.
- Nunca sos pesada, menos cuando sos tan tierna.
-Sonreí.- No hace falta que seas chamullero a esta altura del partido.
- Te juro que es verdad lo que te estoy diciendo.
- ¿En serio?
- Muy en serio.
-Sonreí y lo besé.- Te amo, te amo, te amo, te amo. –Le dije entre besos.-
- Te amo. –Sonreímos y volvimos a besarnos.-
- Estoy muy feliz.
- Yo también. –Sonreímos.- No quiero soltarte. –Dijo volviendo a abrazarme.-
- No me sueltes, podría estar acá para siempre.
- Aunque falte mucho tiempo, no puedo evitar pensar en que algún día Delfi se va a ir… Y me encantaría no quedarme solo, quisiera quedarme con vos.
-Sonreí.- Qué lindo lo que me decís. –Me separé un poco de él.- Igual, falta mucho. –Reímos.- Y ahora hay una nena que va a recibir una noticia que la va a poner muy feliz me parece.
- Tenes razón.
- ¿Vamos?
- Dale. –Nos dimos un beso.-
Nos tomamos de la mano y fuimos hasta el cuarto de Delfi. Tocamos la puerta.
- Pase. –Gritó Delfi y yo abrí la puerta.- ¿Qué pasa?
- ¿Venís al living que tenemos que hablar con vos? –Le pregunté.-
- ¿Pasa algo?
- ¿Venís? –Repetí.-
- Bueno…
La dejamos pasar primero a ella y luego caminamos nosotros. Se sentó en el sillón y nos miraba expectantes.
- ¿Qué pasa? –Preguntó, ansiosa.-
Pepe se sentó, con cuidado y yo me senté a su lado.
- ¿Estás cómodo? –Pregunté.-
- Sí, no te preocupes. –Me sonrió.-
- ¿Me dicen qué pasa? –Preguntó Delfi ya completamente impaciente.-
- Pasa que… -Dije e hice una pausa.-
- ¡Dale mamá! –Reí.-
- Banca
ansiosa.
- Hace dos horas estás dando vueltas.
- Dale Pau… -Me dijo Pedro.-
- ¡Bueno che! ¿Me escuchas bien Delfi?
- ¡Sí mamá!
-Reí.- Pasa que… Papá y yo somos novios otra vez. –Dije sonriente.-
- ¿En serio? –Preguntó Delfi.-
- En serio, muy en serio. –Respondió Pepe.-
Delfi no nos dijo nada, solo se acercó a nosotros y nos abrazó por el cuello.
- ¡Qué lindo! –Dijo.- Ojala esta vez no se separen. –Suspiré.-
- Te prometemos que vamos a hacer todo lo posible para que eso no pase. –Le dijo Pepe.-
- Me gusta mucho que estén juntos, porque me gusta estar con los dos en la misma casa. –Dijo y se separó de nosotros.- Y me gusta ver como se besan. –Reímos.- ¿Se dan un beso? ¡Por fis!
Pepe y yo sonreímos y nos besamos.
- Son los papás más lindos de todos. –Y volvió a abrazarnos.-
- Vos sos la hija más hermosa del universo. –Le dije y ella sonrió.-
-Se separó un poco de nosotros.- Yo tengo mucha suerte.
- ¿Por qué? –Le preguntó Pepe.-
- Porque a pesar de todo, siempre los tengo a los dos y eso me hace feliz, me hace bien que estén conmigo y ahora me pone muy, muy feliz que sean novios otra vez. ¡Amo que mis papás estén juntos!
Con Pedro sonreímos, muertos de amor y la abrazamos con fuerza.
- Te amamos mucho hija. –Le dijo Pepe.-
- Más de lo que te imaginas. –Dije y besé su mejilla.-
Con Pepe, nos miramos por encima de los hombros de Delfi y nos sonreímos.
- ¿Qué les parece si hacemos una cena de festejo? –Propuso Pedro.-
- ¿Cocinas vos? –Preguntó Delfi, separándose de nosotros.-
- Sí, dale, así salgo un poco de la cama. ¿Queres pizza?
- ¡Sí! –Dijo Delfi festejando.-
Al día siguiente, Virgi había venido a casa…
- ¿Se lo podemos contar a Delfi? –Preguntó.-
- Obvio, se va a poner re contenta.
- Tengo las ecografías.
- Ay, quiero verlas.
- Mira… -Dijo buscando las fotos en su cartera.-
- Ay, me muero de amor. –Dije mirándolas.-
- Es muy chiquitito.
- Obvio nena… -Suspiré.- Pero disfruta porque se pasa rápido.
- Eso hago.
- Muy bien entonces. –Reímos.- ¿Queres que la vaya a buscar a Delfi?
- Dale.
- Ya vengo entonces.
- Delfi… ¿Venís que la tía quiere contarte algo?
- Bueno.
- Dale.
Delfi se acercó a Virgi y se sentó a su lado. Yo volví a sentarme en donde estaba.
- ¿Qué pasa tía?
- Tengo algo para contarte.
- ¿Qué cosa?
- La tía está embarazada. –Dijo tocando su panza.- Vas a tener un primito o una primita.
- ¿En serio? –Preguntó sonriente y nos contagió la sonrisa.-
- En serio Delfi. –Respondió Vir.-
- ¿Y está ahí adentro?
- Sí hija… -Le dije.- Vos también estabas adentro mío.
- Claro…
- ¿Puedo tocarte la panza tía?
- Obvio mi amor… Mira. –Tomó sus manitos y las posó en su panza.-
- No se mueve todavía.
- No… Dentro de un par de meses.
- Ah… ¿Y vos mami?
- ¿Yo qué hija?
- ¿Cuándo vas a tener un hermanito mío en tu panza?
-Reí.- No sé Delfi.
Virgi me miró y reímos.
- Mami, yo quiero tener un hermanito. –Dijo.-
- Bueno, pero ahora aprovecha que vas a tener un primito.
- Es verdad. –Dijo y sonrió.- ¿Te puedo dar un abrazo tía?
- Obvio hermosa.
Se abrazaron y me morí de amor.
- ¿Estás contenta? –Le preguntó.-
- Sí, pero igual, quiero que sigas siendo mi tía eh.
-Virgi rio y yo también.- Eso siempre va a ser así Delfi.
- Hace dos horas estás dando vueltas.
- Dale Pau… -Me dijo Pedro.-
- ¡Bueno che! ¿Me escuchas bien Delfi?
- ¡Sí mamá!
-Reí.- Pasa que… Papá y yo somos novios otra vez. –Dije sonriente.-
- ¿En serio? –Preguntó Delfi.-
- En serio, muy en serio. –Respondió Pepe.-
Delfi no nos dijo nada, solo se acercó a nosotros y nos abrazó por el cuello.
- ¡Qué lindo! –Dijo.- Ojala esta vez no se separen. –Suspiré.-
- Te prometemos que vamos a hacer todo lo posible para que eso no pase. –Le dijo Pepe.-
- Me gusta mucho que estén juntos, porque me gusta estar con los dos en la misma casa. –Dijo y se separó de nosotros.- Y me gusta ver como se besan. –Reímos.- ¿Se dan un beso? ¡Por fis!
Pepe y yo sonreímos y nos besamos.
- Son los papás más lindos de todos. –Y volvió a abrazarnos.-
- Vos sos la hija más hermosa del universo. –Le dije y ella sonrió.-
-Se separó un poco de nosotros.- Yo tengo mucha suerte.
- ¿Por qué? –Le preguntó Pepe.-
- Porque a pesar de todo, siempre los tengo a los dos y eso me hace feliz, me hace bien que estén conmigo y ahora me pone muy, muy feliz que sean novios otra vez. ¡Amo que mis papás estén juntos!
Con Pedro sonreímos, muertos de amor y la abrazamos con fuerza.
- Te amamos mucho hija. –Le dijo Pepe.-
- Más de lo que te imaginas. –Dije y besé su mejilla.-
Con Pepe, nos miramos por encima de los hombros de Delfi y nos sonreímos.
- ¿Qué les parece si hacemos una cena de festejo? –Propuso Pedro.-
- ¿Cocinas vos? –Preguntó Delfi, separándose de nosotros.-
- Sí, dale, así salgo un poco de la cama. ¿Queres pizza?
- ¡Sí! –Dijo Delfi festejando.-
Al día siguiente, Virgi había venido a casa…
- ¿Se lo podemos contar a Delfi? –Preguntó.-
- Obvio, se va a poner re contenta.
- Tengo las ecografías.
- Ay, quiero verlas.
- Mira… -Dijo buscando las fotos en su cartera.-
- Ay, me muero de amor. –Dije mirándolas.-
- Es muy chiquitito.
- Obvio nena… -Suspiré.- Pero disfruta porque se pasa rápido.
- Eso hago.
- Muy bien entonces. –Reímos.- ¿Queres que la vaya a buscar a Delfi?
- Dale.
- Ya vengo entonces.
- Delfi… ¿Venís que la tía quiere contarte algo?
- Bueno.
- Dale.
Delfi se acercó a Virgi y se sentó a su lado. Yo volví a sentarme en donde estaba.
- ¿Qué pasa tía?
- Tengo algo para contarte.
- ¿Qué cosa?
- La tía está embarazada. –Dijo tocando su panza.- Vas a tener un primito o una primita.
- ¿En serio? –Preguntó sonriente y nos contagió la sonrisa.-
- En serio Delfi. –Respondió Vir.-
- ¿Y está ahí adentro?
- Sí hija… -Le dije.- Vos también estabas adentro mío.
- Claro…
- ¿Puedo tocarte la panza tía?
- Obvio mi amor… Mira. –Tomó sus manitos y las posó en su panza.-
- No se mueve todavía.
- No… Dentro de un par de meses.
- Ah… ¿Y vos mami?
- ¿Yo qué hija?
- ¿Cuándo vas a tener un hermanito mío en tu panza?
-Reí.- No sé Delfi.
Virgi me miró y reímos.
- Mami, yo quiero tener un hermanito. –Dijo.-
- Bueno, pero ahora aprovecha que vas a tener un primito.
- Es verdad. –Dijo y sonrió.- ¿Te puedo dar un abrazo tía?
- Obvio hermosa.
Se abrazaron y me morí de amor.
- ¿Estás contenta? –Le preguntó.-
- Sí, pero igual, quiero que sigas siendo mi tía eh.
-Virgi rio y yo también.- Eso siempre va a ser así Delfi.
- ¿Siempre?
- Siempre, siempre. –Besó su mejilla.-
- Entonces sí, estoy muy contenta.
Virgi y yo volvimos a reír.
▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼
Ese off de CA es mi vida entera más o menos.
Cuanto amor!! Muy felices, me encanta!
ResponderEliminarPronto puede venir el hermanito (no paraba de pedir jaja) ;)
Es tan tierna esta nena por favooor ♡♡♡
ResponderEliminarEs tan tierna DELFINA!!♡♡♡
ResponderEliminarme encantó el capítulo