viernes, 13 de noviembre de 2015

94. Como si fuera la primera vez.

¿Hace cuánto tiempo no haces algo por primera vez?



Así, pasaron algunos días… Pau y Delfi venían todos los días y de a poco, yo mejoraba. Al menos, de los dolores generales en el cuerpo, por supuesto que mi brazo seguía con el yeso y para levantarme de la cama debía ponerme un corset, debido a lo que me había sucedido en las costillas. 


Hoy me darían el alta y lo agradecía, estaba seguro que un colchón como la gente me haría mejorar mucho más rápido. ¡No soportaba más el de la clínica!

Y claro, que lo más importante, los cuidados intensivos de mis amores claramente serían mucho mejores que los de la clínica.

- ¿Estás Pepe? –Preguntó Pau.-
- Eso creo.
- ¿Es muy incómodo el corset?
- Bastante. –Suspiré.- Pero hasta llegar me lo banco.
- Vamos entonces. –Me sonrió y le devolví la sonrisa.-

Delfi me dio la mano y me hizo caminar detrás de ella. Pau y yo sonreímos y la seguimos hasta llegar al ascensor.

Pau manejaba y yo iba en el asiento trasero, con Delfi.

- ¿Te duele mucho pa?
- No Delfi, solo me molesta.
- ¿Qué te molesta?
- El corset este, porque es muy duro.
- ¿Y te lo tenes que dejar?
- Hasta que lleguemos, cuando me acueste ya me lo puedo sacar.
- Yo te ayudo.
-Sonreí.- Dale princesa.

No era mi casa, pero era como si lo fuera. Asique… ¡Bienvenido a casa Pepe!

- Así como llegaste, te vas directo a la cama. –Me dijo Pau.-
-Reí.- ¿Tan rápido?
- Dale che, no me hagas renegar. –Reí.-
- Dale papi, yo voy con vos.
- Mira, hasta te lo pide Delfi. En mi pieza está tu pijama.
- ¿Fuiste a mi casa?
- ¡Fuimos! –Dijo Delfi.- 
-Sonreí.- Gracias.
- Dale, anda que yo ahora llevo una merienda para todos.

Fui con Delfi hasta el cuarto de Pau y me senté en la cama.

- Hija… ¿Me ayudas?
- Sí. ¿A qué?
- ¿Me sacas las zapatillas?
- Sí papi.
-Sonreí.- Gracias mi amor.

Delfi me ayudó y luego me terminé de cambiar… Al fin me había podido sacar ese maldito corset.

Pau se acercó a nosotros con la merienda.

- Usted, antes de merendar, se va a sacar el uniforme de la escuela. –Le dijo a Delfi y Delfi rio.-
- Bueno. ¡Pero no se coman todas las galletitas! –Reímos y se fue.-

- ¿Cómo estás Pepe?
- Bien…
- ¿Seguro? ¿No necesitas nada?
- A ustedes, nada más.
-Sonrió y me besó.- Te vas a cansar de que te cuidemos.
- Nunca me cansaría de ustedes.
- ¿Nunca?
- Nunca. –Sonreímos y nos dimos un beso.- Gracias por dejar que venga.
-Negó con su cabeza.- No tenes que agradecerlo, lo hago porque lo siento.
-Besé su mano.- Sos muy linda, gracias.
- Además, necesito sentirte cerca.
- Estoy acá.
-Me besó.- Te amo Pepe.
-Sonreí y la besé.- Te amo. –Nos separamos y reímos.-

Merendamos y Delfi se estaba quedando dormida.

- Me parece que alguien tiene sueño. –Dije.-
- Es que anoche no dormí mucho.
- ¿Por qué?
- Estaba… ¿Ansiosa se dice? Porque volvías.
-Sonreí.- ¿Queres dormir una siesta?
- ¡Sí! ¿Vos dormís también mami?
- Bueno, dale. –Dijo Pau.- Yo también tengo sueño.

Delfi se acomodó a mi lado, apoyando su cabeza en mi pecho y la abracé. Pau quedó del lado que tenía el yeso…

- Veni… -Le dije.-
- Mmm…
- Vos veni…

Pau apoyó su cabeza en mi hombro y besé su frente.

Y así, nos quedamos dormidos.

-


Cuando me desperté sonreí y suspiré. Los tapé y me levanté con cuidado, para no despertalos. 

Me bañé y limpié un poco porque la casa era un desastre.

- Mami… -Dijo Delfi acercándose a mí.-
-Hola Delfi.
- Hola. –Dijo bostezando.- 
- ¿Recién te despertas?
- Sí, pero papá sigue durmiendo.
- Dejalo, tiene que descansar.
- Mmm… Bueno.
- ¿Queres ayudarme a preparar algo para cenar?
- ¿Qué cosa?
- Mmm… Podemos hacer cazuela de verduras. ¿Queres?
- ¡Sí!
- Anda a lavarte las manos entonces.
- Bueno.

Delfi se fue a lavar las manos mientras yo buscaba las verduras en la heladera. Delfi me ayudó a lavarlas y yo las cortaba, así terminamos de poner todo en la olla.

- ¿Tarda mucho ma?
- Un rato.
- Tengo hambre.
- Aguante un poco che.
-Rio.- Estoy muy contenta de que papá esté con nosotros en casa.
-Sonreí y la abracé.- Yo también.
- ¿De verdad?
- De verdad.
-Sonrió.- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por dejarlo venir.
- No me lo tenes que agradecer, nos hace bien estar los tres juntos y además, así podemos cuidarlo. ¿O no?
- ¡Sí! Yo te quiero ayudar a cuidarlo.
-Sonreí.- Le va a encantar a papá que vos también lo cuides.

Cuando tuvimos todo listo, lo acomodamos en una bandeja y nos dirigimos a mi habitación.

- ¿Lo despertas a papá?
- Sí. –Dijo sonriente.-

Delfi se acercó con cuidado a su papá y lo llenó de besos en toda su cara.

- Hicimos la comida papi, despertate.
-Sonrió.- Hola hermosa.
- Hola. –Sonrió también.- 
- ¿Qué cocinaron?
- Cazuela de verduras. A vos te gusta. ¿No?
-Pepe sonrió.- Sí, me encanta.
- Trae la comida entonces mami.
- Bueno…

Acerqué la bandeja a la cama y nos acomodamos para comer.

Cuando terminamos, Delfi me ayudó a limpiar y se fue con Pepe.

-

- Papi… ¿Miramos una peli?
- ¿Y mamá?
- Me dijo que en un rato viene.
- ¿No es mejor si la esperamos y la vemos los tres?
- Mmm… Sí. –Rio.-
- Veni, acostate con papá.

Le abrí la cama y ella se metió allí.

- ¿Puedo dormir acá hoy? –Preguntó.-
- Obvio princesa. Me parece que ahí viene mamá.
- Busca una peli entonces.
- ¿Qué queres ver?
- Alguna que esté grabada.
- A ver…

Pau se acercó a nosotros y se acomodó al lado nuestro.

- ¿Qué peli vamos a ver? –Preguntó.-
- Mmm… ¿Cómo si fuera la primera vez?
- ¡Sí! –Dijo Delfi.-
- Vamos con esa entonces… -Y le di play.-


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