Pasó una semana
en la que decidí no contarlo y pensarlo solo… Me iba a ir, al fin y al cabo no
era tanto tiempo y era una oportunidad muy grande para mí.
Sabía que mi decisión tenía sus pro y sus contras, pero creía que Paula (aunque claro que iba a enojarse) iba a terminar por comprenderlo…
- Pau…
- ¿Qué amor?
- Tengo que hablar con vos.
- ¿Pasa algo?
- Veni al cuarto.
- ¿Qué pasa?
- Vos veni…
Entré en el cuarto y la dejé pasar a ella, cerré la puerta y nos sentamos en la cama.
- Me estás asustando Pedro.
- Me salió una oportunidad muy importante en el trabajo.
- ¿De verdad? Qué bueno amor…
- Pero tengo que irme.
- ¿A dónde? –Preguntó confundida.-
- A Madrid, por seis meses. –Tomé sus manos.-
- ¿Y te vas a ir?
- Sí…
-Se soltó de mis manos y se paró de golpe.- ¿Me estás jodiendo Pedro?
- No amor.
- No puedo creer que me lo estés diciendo en serio.
- Es una oportunidad muy buena para mí y hasta nos permitiría mudarnos.
- ¿Mudarnos?
- Sí, quiero darle un mejor futuro a mi familia.
- ¿Un mejor futuro lejos tuyo Pedro? ¿Me estás jodiendo? –Preguntó ya llorando.-
- No Pau, no… -Me paré frente a ella.-
- ¡Si me estás diciendo que te vas!
- Es solo un tiempo, vas a ver que se pasa rápido y que cuando te quieras dar cuenta, vamos a estar juntos otra vez.
- ¿Juntos otra vez? No Pedro, vos estás muy equivocado. A partir de este momento, vos y yo dejamos de estar juntos.
Y salió corriendo, suspiré. Dejé pasar algunos minutos, para tranquilizarme, y fui a buscarla.
- Pau… ¿Me escuchas por favor?
- No Pedro, andate.
- Mi amor, no seas así conmigo.
- ¿Y cómo queres que sea? –Secó sus lágrimas.- Si te vas a la mierda y nos dejas solas Pedro.
- No es así.
- ¿Y cómo es? Explicame, porque no lo entiendo.
- Me voy, para que podamos estar mejor.
- ¿Vos no entendes que lejos tuyo no podemos estar mejor, no?
- No voy a dar vuelta atrás.
- Está bien, si elegís tu trabajo antes que a tu familia, es tu vida.
- No, no estoy eligiendo así.
- ¡Sí Pedro! No quieras convencerme con boludeces. ¿Cuándo te vas?
- La semana que viene.
- Okei, habla con tu hija. Yo no la quiero ver llorar.
Y volvió a irse, pero volvió sobre sus pasos.
- Y ni se te ocurra venir al cuarto, te vas a tu casa.
- Pau…
- ¡Pau las pelotas Pedro!
Y se fue corriendo. Suspiré y salí de la casa.
-
Definitivamente no podía creerlo. ¿Me estaba jodiendo? ¿Cómo podía decirme todo eso con tanta tranquilidad encima? ¿Tan poco le importo? ¿Tan poco le importa su hija? ¿Su familia?
Si había algo que no me esperaba, era esto. Definitivamente no. Me había desilusionado, como nunca. Obvio que esa etapa de enamoramiento idealizado había muerto hacia demasiados años, pero nunca pensé que podía venir esto de su parte. Nunca pensé que iba a dejarnos solas.
Era la primera vez que lográbamos estar bien de verdad, parecíamos una familia, incluso lo éramos. Lo éramos, en pasado… Porque todo acababa de quebrarse.
No quiero sonar exagerada, pero no soporto que elija su trabajo y un par de billetes, antes que a su familia. Eso no lo podía entender, y nunca lo iba a entender.
Mi habitación había vuelto a ser un lugar sombrío y frío. Otra vez estaba sola, llorando, hecha un bollito en la cama.
Sabía que mi decisión tenía sus pro y sus contras, pero creía que Paula (aunque claro que iba a enojarse) iba a terminar por comprenderlo…
- Pau…
- ¿Qué amor?
- Tengo que hablar con vos.
- ¿Pasa algo?
- Veni al cuarto.
- ¿Qué pasa?
- Vos veni…
Entré en el cuarto y la dejé pasar a ella, cerré la puerta y nos sentamos en la cama.
- Me estás asustando Pedro.
- Me salió una oportunidad muy importante en el trabajo.
- ¿De verdad? Qué bueno amor…
- Pero tengo que irme.
- ¿A dónde? –Preguntó confundida.-
- A Madrid, por seis meses. –Tomé sus manos.-
- ¿Y te vas a ir?
- Sí…
-Se soltó de mis manos y se paró de golpe.- ¿Me estás jodiendo Pedro?
- No amor.
- No puedo creer que me lo estés diciendo en serio.
- Es una oportunidad muy buena para mí y hasta nos permitiría mudarnos.
- ¿Mudarnos?
- Sí, quiero darle un mejor futuro a mi familia.
- ¿Un mejor futuro lejos tuyo Pedro? ¿Me estás jodiendo? –Preguntó ya llorando.-
- No Pau, no… -Me paré frente a ella.-
- ¡Si me estás diciendo que te vas!
- Es solo un tiempo, vas a ver que se pasa rápido y que cuando te quieras dar cuenta, vamos a estar juntos otra vez.
- ¿Juntos otra vez? No Pedro, vos estás muy equivocado. A partir de este momento, vos y yo dejamos de estar juntos.
Y salió corriendo, suspiré. Dejé pasar algunos minutos, para tranquilizarme, y fui a buscarla.
- Pau… ¿Me escuchas por favor?
- No Pedro, andate.
- Mi amor, no seas así conmigo.
- ¿Y cómo queres que sea? –Secó sus lágrimas.- Si te vas a la mierda y nos dejas solas Pedro.
- No es así.
- ¿Y cómo es? Explicame, porque no lo entiendo.
- Me voy, para que podamos estar mejor.
- ¿Vos no entendes que lejos tuyo no podemos estar mejor, no?
- No voy a dar vuelta atrás.
- Está bien, si elegís tu trabajo antes que a tu familia, es tu vida.
- No, no estoy eligiendo así.
- ¡Sí Pedro! No quieras convencerme con boludeces. ¿Cuándo te vas?
- La semana que viene.
- Okei, habla con tu hija. Yo no la quiero ver llorar.
Y volvió a irse, pero volvió sobre sus pasos.
- Y ni se te ocurra venir al cuarto, te vas a tu casa.
- Pau…
- ¡Pau las pelotas Pedro!
Y se fue corriendo. Suspiré y salí de la casa.
-
Definitivamente no podía creerlo. ¿Me estaba jodiendo? ¿Cómo podía decirme todo eso con tanta tranquilidad encima? ¿Tan poco le importo? ¿Tan poco le importa su hija? ¿Su familia?
Si había algo que no me esperaba, era esto. Definitivamente no. Me había desilusionado, como nunca. Obvio que esa etapa de enamoramiento idealizado había muerto hacia demasiados años, pero nunca pensé que podía venir esto de su parte. Nunca pensé que iba a dejarnos solas.
Era la primera vez que lográbamos estar bien de verdad, parecíamos una familia, incluso lo éramos. Lo éramos, en pasado… Porque todo acababa de quebrarse.
No quiero sonar exagerada, pero no soporto que elija su trabajo y un par de billetes, antes que a su familia. Eso no lo podía entender, y nunca lo iba a entender.
Mi habitación había vuelto a ser un lugar sombrío y frío. Otra vez estaba sola, llorando, hecha un bollito en la cama.
-
Llegué a mi casa y me fui a bañar, necesitaba tranquilizarme para no mandar a
todo y a todos a la mismísima mierda. Me había esperado muchas reacciones, pero
nunca creía que iba a llegar a tanto.
No era tan ilógico lo que estaba pensando en hacer, era un crecimiento
profesional que pasaría rápido y que me permitiría mejorar muchísimo nuestro
nivel de vida… No era que las cosas nos faltaran, pero tampoco nos sobraban.
“¿Esto no tiene vuelta atrás?”
“Si te quedas, podría llegar a considerarlo.”
“Ya dije que sí en la empresa.”
“Okei, entonces no.”
“Pau… Por favor.”
“¿Por favor qué Pedro? ¿Por favor qué?”
“No seas así conmigo.”
“¡Vos generaste todo esto!”
“Perdón, creí que era algo bueno.”
“No digas boludeces.”
“Yo las amo.”
“¿Y por eso nos dejas solas?”
“Voy a volver.”
“Cuando vuelvas no sé si voy a estar.”
“Pau… Mi amor…”
“No Pedro basta. Esto se terminó.”
“Me estás haciendo mierda.”
“Vos a mí también.”
“¿Me equivoqué demasiado, no?”
“Mucho más de lo que crees.”
“Te amo, nunca lo olvides.”
“¡Basta Pedro!”
“Te lo pido por favor, pensalo al menos.”
“No quiero ni pensar que van a pasar seis meses en donde no te voy a ver.”
“¿Eso quiere decir que me amas?”
“¿Pensas que de un segundo al otro puedo dejar de amarte? Ojala fuese tan
simple.”
“Quiero verte.”
“Ahora no Pedro, ahora no.”
Suspiré y dejé el celular a un lado… Dormir fue casi imposible.
Al día siguiente, me pedí el día porque no estaba en condiciones de ir a
trabajar y la fui a buscar a Delfi a un cumpleaños.
- Hola pa. ¿Qué haces acá? –Preguntó extrañada.-
- Hola Delfi… Vine porque necesito hablar con vos.
- ¿De qué?
- ¿Vamos a casa?
- ¿A la tuya?
- Sí…
- Bueno, está bien.
Cuando estuvimos en mi casa, se sentó en el sillón y yo me senté frente a ella.
- ¿Qué pasa pa?
- Primero… ¿Vos sabes que papá te ama más que a nada en el mundo, no?
-Sonrió.- Sí pa, yo también.
- Bueno… Entonces…
- ¿Qué?
- Papá se tiene que ir.
- ¿A dónde?
- A Madrid… Por un tiempo.
- ¿Cuánto?
- Seis meses. –Dije con miedo.-
- ¿Qué? –Preguntó quebrando en llanto.-
- Es por trabajo mi amor.
- ¿Por trabajo te vas y nos dejas solas a mamá y a mí? –Y se paró, yéndose a la
puerta.- ¡Quiero que mamá me venga a buscar!
- Hija… Por favor.
- ¿Qué?
- ¿Me escuchas?
- No, no quiero. Quiero a mi mamá.
- Delfi.
- ¿La llamas o me llevas?
-Suspiré.- Te llevo, dale.
Todo el viaje intenté que me entienda, pero era en vano. Estaba incluso más
enojada que Paula.
¡La puta que me parió!
¿Por qué había dicho que sí antes de contarlo?
Ahora, ya no había vuelta atrás.
▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼
No sé muy bien qué agregar acá abajo, solo que si quieren saber como sigue no deberían matarme...
No hay comentarios:
Publicar un comentario