No hablaré del final por ninguna razón.
En silencio despertarás de tu historia de amor.
Cuando arrojes al mar las cenizas de la pasión… No hablare del final por ninguna razón.”
- Porque
me agarra algo parecido a lo que vos me contaste y es horrible.
- ¿Pero por qué? –Tomó mis manos.-
- No sé Pau, pero siento que no puedo estar con nadie.
- No entiendo Pepe, perdón.
- No quiero estar solo con Delfi por miedo a que me pase.
- ¿Fuiste al médico?
- Me dijo que no era algo físico.
-Asintió con su cabeza.- Ahora te toca a vos animarte a ir al psicólogo…
Me acosté y apoyé mi cabeza en sus piernas.
- Tranquilo, yo voy a estar con vos.
- Ahora tengo miedo yo.
- ¿Miedo de qué?
- No puedo dejar de pensar en que nos vamos a separar.
- ¿Por qué?
- No sé, pero tengo miedo de que terminemos hechos mierda.
- Si nos cuidamos, eso no va a pasar. –Besó mi frente.-
- Me siento horrible, un día me desperté sintiéndome así y no hay manera de
poder evitarlo.
- Lo sé Pepe, lo sé. ¿Queres quedarte a dormir?
- Sí…
- Anda a mi pieza que yo ahora voy.
Me levanté y ella me besó.
Fui a su cuarto y me desvestí, solo dejándome el boxer, para meterme en su
cama.
Al ratito, ella llegó y sin decir nada, se desvistió para acostarse a mi lado.
Me abrazó por el costado y enroscó sus piernas a la mía, posó su mano sobre mi
pecho.
- Tenes que hacer caso acá… -Dijo acariciando mi pecho.- La cabeza en estos
casos te juega una muy mala pasada.
-La abracé.- Te juro que quisiera entender qué es lo que me pasa.
- Lo sé mi amor, tranquilo que te entiendo. Ahora cerra los ojos y trata de no
pensar en nada, solo concetrate en escuchar a tu corazón y en sentir que estoy
con vos.
- Te amo.
- Yo también te amo.
Después de un rato, ella se quedó dormida enroscada en mi cuerpo y yo no podía
dejar de pensar.
Sentía que todo aquel que
estuviese cerca de mí iba a salir lastimado y no quería eso.
-
Me desperté al día siguiente y sonreí al verlo dormir a mi lado. Lo llené de
besos, hasta que se despertó.
- Buen día mi amor. –Susurré.-
- Hola. –Respondió y yo lo besé.- ¿Delfi?
- Vuelve en un ratito… -Dije acariciando su pecho.- Te extraño. –Y mordió mi
oreja.-
- Ahora no Paula.
Y se levantó.
- Para un poquito nene. –Se acercó a mí.-
- ¿Qué queres?
- A vos te quiero.
- Bueno, hoy no.
- ¿Por qué?
- ¡Porque no Paula!
- Está bien, hace lo que se te cante… Pero después no aparezcas con la cola
entre las patas eh.
- Si no queres, no aparezco nunca más.
- Conmigo hace lo que quieras, pero con Delfina no.
- ¿Tan ogro me crees?
- No sé Pedro, últimamente no te reconozco.
- Capaz nunca me conociste de verdad.
- ¡Seguís siendo un pendejo de mierda! –Me gritó.-
- Dale, siempre usas la misma excusa porque vos te crees muy madura. ¿No?
- Más que vos, seguro.
- Cree lo que se te cante el orto Paula.
- ¡Andate de mi casa!
- Tranquila que ya me voy. –Dije comenzando a vestirme.-
- ¿Ves por qué te digo que sos un pendejo? ¡Te importa tres carajos hacerme
mierda!
- ¿Yo te importo a vos?
- Si no me importaras, anoche no hubiese insistido tanto en que me cuentes que
te pasa… Te hubiese mandando a la mierda mucho antes.
- Entonces te ahorro la situación y me voy solito. –Grité.-
Terminé de vestirme y pegué un portazo, cuando salí estaba Delfi en el living y
me quise morir.
- Papá. ¿Qué pasa? –Preguntó llorando.-
- Nada Delfina.
- ¡Papá! ¿Por qué gritas?
- ¡No me jodas Delfina!
Y continué mi camino.
Llegué a mi casa lo más rápido que pude y desarmé la cama de la bronca que
tenía.
¡Bronca de no entender qué carajo me pasaba!
¡Bronca de no poder cuidar a la gente que amaba!
¡Bronca de ser tan mierda!
¿Por qué me tenía que pasar esto?
¿Por qué tenía tanto miedo si hasta hace unos días estaba todo tan bien?
¿Por qué? ¿Por qué siempre todo era tan difícil?
Por primera vez sentía que no había vuelta atrás. ¡Y lo peor era que no
entendía por qué! No entendía que me pasaba y eso era lo que más me
desesperaba.
-
Escuché a Delfi y el segundo portazo de Pedro, corrí al living y ni bien la vi,
la abracé. Le hice señas a Virgi de que nos dejará solas y la alcé a Delfi.
- ¿Qué pasó mami?
- Sh… No llores. –Dije y la llevé a mi cuarto.-
Me metí en mi cama con ella e intenté que se tranquilizara con mis mimos.
- ¿Qué pasó con papá?
- Son cosas de grandes mi amor.
- ¿Se pelearon?
- Sí Delfi.
- ¿Por qué?
- Vos no te tenes que preocupar por eso.
- Yo quiero seguir teniendo a los dos.
- Sabes que lo que pase entre nosotros no va a cambiar nuestra relación con
vos.
- ¿Y por qué papá ni siquiera me saludó?
- Porque estaba enojado.
- ¿Conmigo?
- No princesa, no. –La abracé.-
- ¿Y por qué me gritó?
- Lo hizo sin querer hija.
- A mí me gustaba que sean novios.
- A mí también mi amor, a mí también…
- ¿Y no se pueden arreglar?
- No sé Delfi, te juro que no sé. –La abracé más fuerte.- Vos no tenes que
pensar en esas cosas.
- ¿Está mal si me enojé con papá?
- ¿Por qué te enojaste?
- Porque te gritó y porque no me saludó.
- Papá estaba enojado nada más.
- Bueno, yo también me enojé.
-Suspiré.- En un ratito lo llamas así hablan. ¿Queres?
- No.
- Dale Del…
- No, ahora no quiero. Y no me hables más de él.
- Bueno, está bien… Pero podes llamarlo cuando quieras.
- No quiero que llores mami.
- Si te quedas conmigo se me va a pasar.
- Siempre me quedo con vos.
Sonreí y besé su cabeza.
Era tremendo como el abrazo de mi hija era capaz de unir todas mis partes otra
vez, a pesar del dolor inmenso que me recorría el cuerpo.
¡No aprendía más! Seguía siendo un pendejo de mierda y se cagó en mí. Otra vez.
Otra maldita vez.
No entendía qué le pasaba, pero sí entendía que no me iba a dejar basurear más.
Aquella semana me había tratado demasiado mal y no me había gustado.
¡Yo no era la muñeca de nadie!
- Delfi…
- ¿Qué ma?
- No me gusta que estés enojada con papá.
- A mí no me gusta que papá nos grite.
- Era porque estaba enojado.
- Igual mamá.
Suspiré e hice que mi hija me mirara.
- Dale, no estés enojada.
- Quiero estar enojada.
- No es lindo estar enojada con alguien que amas.
- Vos estás enojada con papá y lo amas.
- No mezcles las cosas.
- Es lo que estás diciendo mami.
-Suspiré.- ¿Lo llamas a papá?
- ¿Vos lo amas?
- ¡Delfi!
- Respondeme solo eso.
- Sí, lo amo.
- ¡Entonces tienen que estar juntos!
-Suspiré.- ¿Podes hablar con tu papá? Me hace mal que estés enojada con él.
- Bueno, está bien.
-Sonreí.- Ahora le aviso que queres hablar con él.
- Bueno ma.
▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼
No me maten. I need bardo.
https://www.youtube.com/watch?v=FF5cRRomh2U En el borde - Soda Stereo.
Sos terriblemente shegua Adoracion Cebada! Y me encanta ultimamente ajajaja. Me encanto el capitulo, la bipolaridad de los dos, y el enojo de Delfi me dio muchisima ternura ♡
ResponderEliminarjajajajjajajja, esa es la Johi que me gusta!
Eliminar