jueves, 12 de noviembre de 2015

92. Magia.

Tal vez parece que me pierdo en el camino, pero me guía la intuición.
Nada me importa más que hacer el recorrido, más que saber a donde voy.
No trates de persuadirme, voy a seguir en esto.
Sé, nunca falla, hoy, el viento sopla a mi favor, voy a seguir haciéndolo.

Las cosas brillantes siempre salen de repente, como la geometría de una flor.
Es la palabra antes que tus labios la suelten, sin secretos no hay amor.
Todo me sirve, nada se pierde, yo lo transformo.
Sé, nunca falla, el universo está mi favor, y es tan mágico.
Voy a seguir haciéndolo.

Me sirve cualquier pretexto, cualquier excusa, cualquier error.  (Todo conspira a mi favor)
Mágico, mágico.”



Finalmente, Delfi se durmió mucho tiempo antes que yo, pero aún así pude dormir un rato. 


Cuando me desperté, le envíe un mensaje a mi hermana contándole lo que le había dicho a Delfi, para que no nos pisemos con lo que supuestamente le había pasado a mamá y me levanté de la cama. 

Preparé la merienda y volví a la habitación. Dejé la bandeja a un lado y me arrodillé frente a Delfi.

- Hola hermosa, arriba. –Dije acariciando su cabeza.- Dale, remolona.
-Rio.- Tengo sueño y frío.
- Mmm… Traje una super merienda, pero me la puedo llevar si no queres.
- No, no. ¡Sí que la quiero! -Reí y acerqué la bandeja a nosotras.- ¡Qué rico! –Dijo festejando.-

Sonreí y volví a meterme en la cama de ella. Merendamos en medio de risas y algunas charlas inocentes, pero así como la bandeja de la merienda ya estaba vacía… Yo también. 

No soportaba más esa incertidumbre. 

Delfi apoyó su cabeza en mi hombro y prendió la tele. Se lo agradecí, no sabía cuánto tiempo más iba a poder simular alegría, aunque, sentirla cerca me tranquilizaba.

Eran las siete de la tarde y la escuché llegar a Virgi.

- Vino la tía… -Dije.-
- ¿Ya te tenes que ir?
- Sí, mi amor.
- Quedate un ratito más.
-Suspiré y la abracé.- Estuvimos toda la tarde juntas.
-Se separó un poco de mí.- ¿Me llamas antes de dormir?
- Dale, te lo prometo. –Ella sonrió y yo besé su frente, volví a abrazarla.-
- ¿Mañana dormimos juntas, no?
- Sí Delfi.
-Se separó un poco de mí.- Decile a la abuela que la quiero mucho.
- Dale, yo le digo. –Me separé un poquito de ella.- 
- ¿Qué pasa ma?
- ¿Con qué?
- Estás triste. ¿No me dijiste que le abuela estaba bien?
- Sí, es que estoy cansada.
- ¿Segura?
- Sí mi amor. ¿Me das otro abrazo?
- Obvio mami.
-Nos volvimos a abrazar.- Gracias mi amor.

Después de un ratito, me despedí de ella, que se quedó en mi cama.

- ¿Novedades Chu?
- No, al menos no me avisaron nada.
- ¿Ya te volves?
- Sí, ya no puedo pilotearla más con Delfi.
- Está bien, no te preocupes por ella. Yo te la cuido.
- Gracias, de verdad.
- ¡Ya dijiste mil veces gracias!
-Reí.- Le prometí que antes de dormir la llamaba. ¿Me avisas cuando ya esté en la cama?
- Sí, dale.
-Sonreí y la abracé.- Sos de fierro hermanita.
- Avisame cualquier novedad.
- Sí, dale. Yo te aviso. –Me separé un poco de ella.- Espero que las novedades sean buenas.
- Vas a ver que sí.
-Suspiré.- Me cuesta un poco tener fe.
- ¿Por qué?
- No puedo dejar de pensar en Delfi.
- Delfi va a seguir teniendo a su papá, no pienses así.
- Me enrosco sola. –Suspiré y me puse el abrigo.-
- Cualquier cosa me llamas.
- Sí Vir, gracias de verdad.
- ¡Decís gracias una vez más y te mato! –Reí.- Al menos te saqué una sonrisa. 
- Te quiero loquita. –Besé su mejilla.-
- Sabes que también te quiero Chu.

Volví a la clínica y Pedro seguía igual…

Me dejé caer en una silla y suspiré, ese olor había vuelto a invadirme.

Las horas pasaron ya no sabía qué hacer, no sabía en qué posición ponerme, no encontraba nada que diera la sensación de que el tiempo pasara un poco más rápido al menos.

Virgi me avisó que Delfi se estaba por dormir, asique la llamé.

- Hola mami.
- Hola mi amor. ¿Cómo estás?
- Bien, por dormir.
- Aprovecha la cama calentita.
- ¿Por qué?
- Porque yo estoy en una silla.
- Ah… Mañana volvemos a dormir la siesta si queres.
- Dale Delfi. Que descanses y sueñes lindo.
- Gracias mami.
- Te amo muchísimo hija. ¿Sabes?
- Yo también te amo mami. Hasta mañana.
- Hasta mañana.

Corté y suspiré.

- ¿Era Delfi? –Preguntó Claudio.-
- Sí, está con mi hermana.
- ¿Pero lo sabe?
- No, no. Cree que es mi mamá que está internada y que tiene apendicitis como tuvo ella, para que no se preocupe. –Hice una pausa.- ¿Quieren un café?

Ellos asintieron, asique me acerqué a una máquina de café y compré café para los tres. Iba a ser una noche dura.

Me estaba quedando dormida, cuando escuché demasiado movimiento. Me desperté asustada y sin entender nada.

- ¿Qué pasa doctora? –Pregunté acercándome.-
- El paciente se está despertando.
- ¿De verdad? –Pregunté con una sonrisa.-
- Sí, pero necesitamos trabajar.
- Está bien, gracias.

Sonreí, en medio de lágrimas y me acerqué a Claudio y Carina.

- Se está despertando… -Dije ilusionada.-
- ¿En serio? –Preguntó Cari.-
- Me lo dijo su doctora.

Tenía una mezcla de emociones que iba a matarme. Pero, claro. Estaba feliz. Muy.

Pasó alrededor de una hora y la doctora se acercó a mí.

- Quiere verla.
- ¿Puedo pasar?
- Sí, pero solo unos minutos.
- Está bien, gracias.

Entré a la habitación despacio y sonreí al verlo. Él también sonrió.

- Hola. –Dije entrando y me acerqué a él.- Hola. –Sonreí y besé su frente.- ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís?
- En mi mejor momento. –Dijo riendo.-
-Me contagió la risa.- No daba más, necesitaba que te despiertes.
-Acarició mi mejilla con su mano sana.- Ya me desperté, mirame.
-Sonreí.- En serio. ¿Cómo te sentís?
- Me duele todo Pau, estoy un poco confundido.
- ¿Te acordas lo que pasó?
- Sí, estaba yendo a tu casa y en la rotonda un auto me chocó de atrás y a partir de ahí… No sé.
- Te trajeron acá, me avisaron a mí primero. –Suspiré.- 
- ¿Delfi lo sabe?
- No, se quedó con mi hermana ayer y ahora también. Estuve con ella a la tarde.
- Quiero verla.
- Mañana la voy a buscar a la escuela y le cuento lo que pasó… 
- Por favor.
- Dale, no te preocupes. Yo la traigo.
- Gracias.
- No tenes nada que agradecer. –Suspiré y se me llenaron los ojos de lágrimas.- Me moría si te pasaba algo. –Dije y agarré su mano.-
- Estoy bien, no pienses en eso.
- No podía dejar de pensar en algo que me dijiste cuando pasó lo de mi papá.
- ¿En qué cosa?
- Me habías dicho que, los sentimientos reales suelen aparecer cuando las cosas no tienen solución.
- ¿Ya me estabas mandando para el otro? –Preguntó riendo.-
- No seas tarado. Me moría si no podía decirte todo lo que siento.
- Yo sé lo que vos sentís, como vos sabes lo que yo siento por vos. –Asentí.- Mmm…
- ¿Qué?
- ¿Me das un beso?

Sonreí y besé sus labios.

- Te amo Pedro, te amo, te amo. –Y volví a besarlo, en medio de lágrimas.-
- Te amo hermosa. –Sonreímos y volvimos a besarnos.- Hey, no llores. Ya está.
-Suspiré.- Te amo.
-Sonrió.- Yo también te amo. –Volvimos a besarnos y nos quedamos mirando unos segundos.- Sos tan linda… -Sonreí.- No sigas llorando que me muero por abrazarte y no puedo. -Reí y acaricié sus labios con mis dedos. Apoyé mi cabeza en su pecho, con cuidado y él pasó por encima de mí su brazo sano. Besé su pecho y nos quedamos allí unos minutos.-


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼

No fui tan mala esta vez... Comenten.☺


https://www.youtube.com/watch?v=-SR9iRGkmVY Magia - Gustavo Cerati.

4 comentarios:

  1. Despues de esto me das miedo. Estoy empezando a perderte por el camino que vas, ya no intuyo bien jaja. Pense que lo ibas a dejar asi mas tiempo y me cagaste shegua. Me encanto el capitulo.

    ResponderEliminar
  2. Ay! Por suerte paso lo peor (no te teniamos nada de fe jaja).
    Viste que es como te comenté en el otro blog, Pedro hasta convaleciente es un tierno y la contiene. Pau siempre negativa, que vea el vaso medio lleno ja!
    Bueno, ahora queda saber que pasará cuando Delfi se entere!
    Me encantooooo! 💗

    ResponderEliminar
  3. Me encanto!!! Pensé que iba a estar mas tiempo sin despertar! Re lindo!❤

    ResponderEliminar