miércoles, 11 de noviembre de 2015

91. La extraña percepción del tiempo.

No creo que exista algo más subjetivo que la percepción, pero en este caso, vamos a concentrarnos en la percepción del tiempo…

El tiempo es raro, incluso a veces enemigo. El tiempo sucede en un suspiro cuando nos sentimos felices y se hace eterno cuando la angustia nos invade.

El tiempo está ahí, para hacernos notar que lo feliz hay que disfrutarlo y lo difícil, hay que atravesarlo.



Me desperté, queriendo que todo hubiese sido una maldita pesadilla, pero no. Estaba en la clínica, durmiendo en la sala de espera. Las paredes blancas me rodeaban y el olor a hospital se me metía en las entrañas sin permiso. El frío de esos pasillos cubría mi cuerpo y lo único que necesitaba era un abrazo. De él.


“Delfi ya está en la escuela Chu. ¿Cómo está Pepe?”

“Ay, gracias Vir, de verdad. Pepe está inconsciente, igual que ayer, no sé. No nos dicen nada, yo me acabo de despertar igual.”

“Ya se va a despertar, tene fe. ¡Y vos come algo!”

“Ahora voy a la cafetería.”

“¿Queres que vaya un ratito?”

“No gorda, no llegues tarde al trabajo por mí.”

“Pero quiero darte un abrazo.”

“¿Segura?”

“Sos mucho más importante que mi trabajo.”

“Si queres venir, te lo voy a agradecer mucho.”

“En un ratito estoy ahí. ¿Me esperas para desayunar?”

“Dale, te espero en la cafetería.”

“Nos vemos entonces.”

“Gracias hermosa.”

“Te amo Chunita.”

“Te amo melli.”

Suspiré y sonreí, al menos un poco. Con mi hermana no tendría que disimular nada… En frente de los padres de Pepe intentaba hacerme la fuerte, y no daba más.

Ni bien la vi, corrí a abrazarla largándome a llorar. Otra vez.

- Sh… Tranquila. –Dijo mi hermana acariciando mi espalda.-
- Si le pasa algo me muero Vir.
- No le va a pasar nada malo hermanita.
-Me separé un poco de ella.- No soporto que otra persona más se vaya sin saber lo que yo siento.
- Ante todo, Pedro sabe que lo amas con todo tu alma, se lo dicen con tan solo mirarse y por otro lado… ¡No pienses eso! Pensa que se va a despertar y que todo esto es algo que la vida les pone para que se den cuenta que tienen que estar juntos.
- No sé gorda, pasó una noche y yo ya no doy más.
- Paciencia.
- Decime de donde la saco.
-Suspiró y me abrazó.- Dale, tenes que ser fuerte.
- Gracias, por estar con Delfi y conmigo. No sé que haría sin vos.
- No tenes nada, nada que agradecer. –Me abrazó más fuerte.- Siempre voy a estar para ustedes. –Besó mi mejilla y secó mis lágrimas.- ¿Desayunamos?
- No tengo mucha hambre.
- Algo tenes que comer Chuni.
- No me pasa nada.
- Vine acá para que comas.
-Reí, un poco.- Me conoces mucho vos.
- Demasiado. –Secó mis lágrimas.- Dale, al menos un café y una medialuna.
- ¿Pedís vos?
- Dale, vos quedate acá.

Virgi se fue a pedir el desayuno y yo me quedé en una mesa, mirando por la ventana.

Desayuné con mi hermana y cuando se fue, al menos estaba un poco más tranquila.

La mañana pasó y no podía creer como en algunas situaciones el tiempo podía pasar tan rápido… Y en otras tan lento. Los segundos se me hacían eternos.

Me despedí de los padres de Pepe, para ir a buscar a Delfi a la escuela y pasar un rato con ella. 

Luego, volvería a la clínica.

- Hola mami. –Dijo cuando estuvo a mi lado.-
- Hola Delfi. ¿Cómo te fue?
- Bien. –Respondió y sonrió.-
- ¿Vamos a casa?
- Sí. ¿Y papá?
- Se tuvo que ir de viaje por su trabajo Del…
- ¿Y cuándo vuelve?
- No sé, cuando vuelva yo te prometo que te aviso. ¿Sí?
- Bueno, está bien. –Suspiró y me dio la mano.-

Preferí no decir más nada y comenzar a caminar con Delfi hasta mi auto. Fuimos hasta mi casa en silencio.

Cuando llegamos, ella se fue a su cuarto y no pude evitar llorar otra vez. 

La escuché venir y sequé mis lágrimas rápidamente. 

- Mami. ¿Qué vamos a comer?
- ¿Queres milanesas?
- Bueno. ¿Puedo ayudarte?
- ¿No preferís ir a ver la tele?
- No, me quiero quedar con vos. Te extrañé ayer y hoy no me diste ni un beso. –Dijo tristona y me quise morir.-
- Ay, perdón mi amor. –Me agaché a su altura y la abracé para llenarla de besos.- Es que mamá tiene muchas cosas en la cabeza y está distraída. –Me separé un poco de ella.- ¿Me perdonas?
- Sí. –Volvió a abrazarme y suspiré.-
- Gracias princesa.
- ¿Hacemos las milanesas? ¡Tengo hambre!
-Reí.- Dale.  –Me separé un poco de ella.- ¿Queres papas fritas también?
- ¿En serio? –Preguntó sonriendo.-
- Sí, en serio. ¿Queres?
- Sí mami, obvio.
-Sonreí.- Entonces hacemos.

La alcé para que se sentará en la mesada y puse las milanesas al horno, luego ella lavó las papas y yo las corté para empezar a freirlas.

- Hoy me parece que volves a dormir con la tía.
- ¿Por qué?
- Porque yo no puedo quedarme con vos y papá no está.
- ¡Ufa!
-Suspiré.- Te prometo que mañana vengo y dormimos las dos en mi cama. ¿Queres?
- ¿Pero qué es lo que pasa mamá?
- ¿Con qué Delfi?
- Algo raro pasa y no me lo estás diciendo.
- No mi amor, nada que ver.
- ¡Mamá!
- ¿Qué Delfi?
- Soy chiquita, pero no tonta.
- Es que la operaron a la abuela. ¿Te acordas lo que tuviste vos?
- Sí…
- Entonces yo me quedo con ella de noche.
- ¿Y la tía?
- Está con ella ahora.
- Ah… ¿Y por qué no me lo dijeron antes?
- Para que no te preocupes Delfi.
- ¿Está bien?
- Sí mi amor, está bien.
- Quiero ir a verla.
- Bueno… Después vemos, ahora vamos a comer. ¿Te parece? –Dije dudosa.-
- Sí.
- ¿Qué te parece si vas poniendo la mesa?
- Bueno mami.

Comimos y yo acomodé un poco la cocina mientras ella miraba la tele. Hablé con Carina y no había novedades de Pedro, asique me quedaría un rato más con mi hija

- Delfi… ¿Tenes tarea?
- No mami.
- ¿Segura?
-Rio.- Sí, segura.
- Mmm… ¿Qué te parece si vamos a dormir una siesta juntas?
- ¿Tenes sueño mami?
- Mucho. 
- Bueno, entonces sí. –Apagó la tele y sonreí.-
- ¿Queres sacarte el uniforme de la escuela?
- Sí…
- Yo me doy una ducha rápido y voy a la cama con vos.
- Bueno, te espero para dormir.
- Dale mi amor. –Besé su cabeza.-

Me duché en cinco minutos, solo para sacarme ese maldito olor a hospital y me fui a la habitación. Delfi me estaba esperando dentro de la cama, sonreí y me acosté a su lado. Hice que se acostara sobre mí y la abracé.

- Mamá necesita mimos. –Dije intentando que mi voz no se quebrara.-
-Delfi me abrazó.- Dormí mami, que yo te cuido.
-Sonreí, muertísima de amor y la llené de besos.- Sos tan linda. –Hice una pausa.- Te amo y siempre te voy a cuidar. ¿Sabes? Pase lo que pase.
- Te amo mamá.

Se hizo un silencio, hasta que ella me miró.

- ¿Qué pasa hija?
- Te quiero hacer mimitos hasta que te duermas. –Dijo acariciando mi cara.-
-Sonreí, agarré su manito y la besé.- Acostate conmigo y dormimos juntas.
- Pero…
- Dale, así dormimos la siesta las dos. Me hace bien dormir con vos cerquita.
-Sonrió.- Bueno, está bien. –Y volvió a acomodarse sobre mí.-

Sonreí en medio de lágrimas y me quedé con ella. La tapé y la abracé con fuerza.

No podía evitar pensar en negativo… No soportaría verla sufrir. Necesito que te despiertes mi amor… Por ella, por vos y por mí.



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Bueno, que se yo... Si quieren odiarme un toque.

1 comentario:

  1. Si te odiamos un toque mucho. Delfi y sus mimos son lo mas de lo mas ♡

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