Pedro se
fue y cerré la puerta, para poder irme con Delfi. No me importaba que estuviera
durmiendo, necesitaba sentirla cerca. Necesitaba no sentirme sola.
Entré en su cuarto y me descalcé, me acosté detrás de ella y la abracé por la
espalda.
- Mami. –Dijo tomando mis manos.-
- Seguí durmiendo.
- No puedo.
- No quería despertarte.
- Estaba despierta. ¿Podemos ir a tu cama?
- Sí, vamos.
Ella se levantó y fuimos hasta mi cuarto. Se acostó mirando al techo y comenzó
a llorar. Me acosté a su lado y tomé su mano.
- No llores hija.
- No quería que se vaya.
- Se va a pasar rápido.
Se giró un poco, para abrazarme por la panza y sonreí. Yo la abracé por la
cintura.
- Estoy muy triste.
-Suspiré.- Tranquila… Mamá está acá, con vos. –Besé su cabeza.- Y vas a poder
hablar con papá todas las veces que quieras.
- No es lo mismo.
- No, ya sé que no es lo mismo… Pero, al menos vas a poder hablar.
- No quiero pensar en eso ahora.
- ¿Y qué queres hacer?
- Quedarme acá con vos y dormir.
- Bueno, dale hermosa.
Me quedé con ella hasta que se quedó dormida y la envidiaba. Dormir en este
momento para mí era imposible.
Me llegó un mensaje de mi hermana y sonreí.
“Hoy a la tarde me hice la eco, va a ser
un sobrinito…”
“¿En serio? Qué lindo Vir, me muero de amor.”
“Qué poco entusisasmo.”
“Perdón, es que Pedro se fue hace un rato.”
“Ah, no sabía.”
“No, no pasa nada… No quiero sacarte la alegría, perdón.”
“No seas tonta.”
“De verdad, te juro que me pone muy feliz, pero ahora no tengo fuerzas para
sonreír.”
“¿Queres que vaya?”
“No quiero amargarte.”
“No me amargas.”
“En serio Vir, mañana vamos con Delfi a visitarte. ¿Queres? Ya vamos a estar
mejor.”
“Dale, las espero.”
“Ahora anda a descansar que dentro de poco se te acaba, jajaja”
“Vos queres dormir y no podes.”
“Exacto, pero en serio. No quiero hablar ahora.”
“¿Segura?”
“Sí, no quiero hablar porque me hace peor y quiero estar lo más fuerte posible,
por Delfi.”
“Bueno, como prefieras Chu. Nos vemos mañana.”
“Nos vemos hermanita.”
-
Volví a mi casa, tratando de evitar los mil pensamientos que pasaban por mi
cabeza y pedí un taxi para que me llevara al aeropuerto.
Hice todos los trámites previos al vuelo casi por inercia, de manera
automática. Nada me improtaba y me sentía un pelotudo.
¿Cómo podía haber aceptado?
Me estaba arrepintiendo como nunca en la vida.
“Estoy por embarcar, te aviso cuando
llego.”
“Bueno Pedro, buen viaje.”
“¿Cómo están?”
“Juntas, Delfi duerme encima mío.”
“Las amo… No se lo olviden.”
“¿No te das cuenta que me haces mierda?”
“No sé qué hacer para evitarles esto.”
“Quedarte.”
“No puedo.”
“Lo hubieses pensando antes.”
“No sé por qué lo hice.”
“Ahora es tarde.”
“Lo sé…”
Y no obtuvé más respuesta.
Llamaron a mi vuelo y apagué el celular, era momento de soltar un poco e ir en
busca de un nuevo rumbo. (Aunque no quisiera).
Me subí al avión y me indicaron mi asiento, me dejé caer allí y cerré mis ojos.
Dejé que las lágrimas cayeran, era inevitable que sucediera. Sentía mi corazón
partirse en mil pedazos, y cada segundo era peor. Era peor y todavía ni
siquiera había despegado.
El vuelo fue eterno… No, no sé cuánto duró, pero se me hizo eterno. Me dolía
todo, el cuerpo y el alma.
Por fin me bajé de allí. Era la primera vez que estaba en un país que no era el
mío y todo era raro. Muy raro, la circunstancia sobre todo.
Pedí un taxi y le indiqué a que hotel debía llegar.
Cuando llegué, dejé mis valijas a un lado y me dejé caer en la cama. Suspiré y
busqué mi celular, sonreí al ver la foto de ellas en mi fondo de pantalla y
ahora me estaba dando cuenta de que iba a a ser mucho más difícil de lo que
creía.
Conecté mi celular al wifi del hotel.
“Ya estoy en el hotel…”
“Bueno, cuando Delfi quiera hablan.”
“¿Y con vos?”
“Conmigo no.”
“Pau…”
“Pedro, hago lo que puedo.”
Suspiré y les avisé a mis papás.
-
Me despertó un mensaje al whatsapp, que por suerte solo vibró y no despertó a
Delfi, que dormía la siesta.
“Ya las extraño.”
“Cuando se despierte Delfi, te aviso y
hablan. ¿Queres?”
“Con vos quiero hablar.”
“¿De qué? Ya te dije que no.”
“De que soy un tarado, no tendría que haber aceptado.”
“Que te arrepientas ahora no sirve de mucho.”
“Lo sé, pero solo quería que lo sepas.”
“Bueno, ahora lo sé.”
- Mami.
- Delfi. Hola. –Le dije.-
- ¿Qué pasa?
- Nada, estaba hablando con papá que ya llegó.
- Ah… ¿Vamos a ir a lo de la tía?
- ¿No queres hablar con papá antes?
- No, ahora no.
- Bueno, entonces anda a cambiarte que vamos a lo de la tía.
Suspiré y me cambié yo también.
Iba a ser complicado.
Muy complicado.
Que triste que estén separados, ojala no cambien tanto cuando Pepe vuelva.
ResponderEliminarPobre Pepe... dificil situacion... espero el siguiente.
ResponderEliminar