sábado, 7 de noviembre de 2015

86. Solo hay una cosa que no tiene vuelta atrás.

La muerte.


Las semanas pasaban y aunque el dolor no cesaba, el volver a acostumbrarme a la soledad no era tan tedioso como la primera vez.

Pero, un mensaje que llegó a mi celular iba a cambiar mi vida para siempre.

“Murió papá.”

“¿Qué?”

“Me acabo de enterar Chu, no sé nada.”

“No puede ser Virginia.”

“Parece que estaba enfermo.”

“¿Qué?”

“Sí, no sé…”

¿Qué? ¿Cómo? Y la sensación más ambivalente me recorrió el cuerpo de pies a cabeza. 

Me quería morir por nunca haberlo perdonado y hacia horas que no podía pensar en otra cosa. 
Lloraba, lloraba sin consuelo, porque se murió pensando que yo lo odiaba, y si bien no había sido un padre ejemplar (más bien todo lo contrario) era muy claro que sentía cariño por él.

Delfi se acercó a mí y me abrazó.

- ¿Qué pasa mami?
- ¿Lo llamas a papá y le decís que te venga a buscar?
- ¿Pero qué pasó mami?
-Suspiré.- Se murió mi papá.
- ¿El abuelo?
- Sí. –Sequé mis lágrimas.- 
- ¿Yo no lo conocí, no?
- No mi amor, hacia mucho que la tía, la abuela y yo estábamos peleadas con él.
- ¿Pero te pone triste igual?
- Sí, muy triste.

Ella me abrazó por el cuello y se quedó un rato conmigo.

- Gracias mi princesa. –Besé su mejilla e hice que se separe un poco de mí.- ¿Lo llamas a papá? Porque me quiero ir a la casa de la abuela.
- ¿Puedo ir con vos?
- Es mejor que no mi amor.
- Bueno, entonces lo llamo a papá.
- Toma… -Le di mi celu.-

-

- Hola… ¿Delfi?
- Sí, soy yo. Hola papi.
- Hola mi amor. ¿Cómo estás?
- Yo bien, pero mamá no.
- ¿Qué pasó?
- Está llorando porque se murió el abuelo. ¿Podes venir?
- En un ratito voy hermosa.
- Gracias papi. ¿Después puedo ir a tu casa? Porque mamá se quiere ir a lo de la abuela con la tía y dice que es mejor que no vaya.
- Obvio hija, venís para casa.
- Te espero papi.
- Dale, ya salgo para allá.
- Gracias pa.

Suspiré y fui hasta la casa de Paula. Luego de saludar a Delfi, me dirigí a la habitación de su mamá.

Ella estaba acostada en su cama, en posición fetal y se la escuchaba llorar desde la puerta. Me acerqué a ella y corrí el pelo de su cara.

- Hola. –Susurré y acaricié su cabeza por un rato, ella no respondía.- ¿Puedo abrazarte?
- Por favor. –Suplicó con un hilo de voz.-

Me senté a su lado y la abracé lo más fuerte que pude.

- ¿Qué fue lo que pasó?
- Estaba enfermo, y nosotras no lo sabíamos. –Suspiró.-
- Bueno, tranquila…
- Me duele que se haya muerto sin saber que, a pesar de todo, lo quería.
- Él lo sabía Pau.
- Le dije un millón de veces que lo odiaba. Lo peor, es que recién ahora me doy cuenta que lo quería.
- No te tortures con eso, no se puede volver el tiempo atrás.
- ¿Podes llevarte a Delfi a tu casa? Quiero ir a lo de mi mamá y vamos a ir al velorio.
- Obvio, no te preocupes por eso.
- Gracias.
- No es nada.
- Por estar acá también, gracias.

La abracé más fuerte y ella se refugió en mi pecho. La mimé por un rato, hasta que estuvo un poco más tranquila.

- ¿Es esta noche?
- Sí.
- Antes de ir, vas a comer algo.
- No me pasa nada Pepe.
- Pero estás blanca como el papel.
- De verdad, no tengo hambre.
- No se discute, te voy a preparar un té y vas a comer algo.
- Mmm…
- Mmm nada. –Ella sonrió y yo besé su frente.- Ya vengo.

Al ratito, volví al cuarto y le alcancé un té con un tostado.

- Gracias.
- No es nada Pau.
- Me hace bien que estés conmigo.
- Y a mí me hace bien poder estar con vos en este momento. –Sonreímos.- Come, dale.

En ese momento, Delfi entro al cuarto.

- ¿Puedo pasar?
- Sí hija. –Le dijo Pau.-

Delfi se sentó al lado de su mamá y la abrazó.

- ¿Pasa algo Delfi? –Le preguntó.-
- Quiero estar con vos, porque a mí me hace bien estar con vos cuando estoy triste, entonces supongo que a vos te hace bien estar conmigo ahora.
-Sonrió en medio de las lágrimas y la abrazó con fuerza.- Me llenas de fuerzas mi amor.
- Te amo mami.
- Yo también te amo hija, no te das una idea de cuanto.

Pau comió un poco y luego se fue a cambiar al baño, yo la estaba esperando en su cuarto y Delfi se había ido a prepararse la mochila para ir a mi casa.

- ¿Podes ir sola?
- Sí, no pasa nada.
- Puedo llevarte si queres… Vamos con Delfi, que quiere estar con vos. Y después, me la llevo.
- No quiero que me siga viendo así.
- Pero va a estar mejor si puede estar con vos.
- ¿Decís?
- Sí Pau.
- Bueno, entonces sí. Pero no quiero que esté en el velorio, no lo conoció y no quiero que lo conozca así, además, es muy chiquita.
- No te preocupes, te dejamos y nos vamos.
- Gracias.
- Sh… -Quise besarla, pero ella me apartó.-
- No Pepe.
- Era un mimo nada más.
- Yo te agradezco que estés conmigo, me hace muy bien. –Suspiró.- Pero no te aproveches.
- No quise aprovecharme, de verdad. –Tomé su mano.- Solo quería que te sientas un poquito mejor. –Besé su frente.-
- Gracias. –Se levantó de la cama.- Ya vengo.

Y se fue.

Suspiré y fui a buscar a Delfi.

Estábamos los tres en el auto, Delfi no dejaba de abrazar a su mamá y eso me mataba de amor, incluso, cuando llegamos no quería separase de ella.

- Quiero estar con vos mami.
- Yo lo sé mi amor, ya lo sé. –Dijo llorando.- Pero, vos siempre estás conmigo, estás acá. –Tocó su pecho.-
- Pero quiero estar de verdad.
- Hija. ¿Me escuchas?
- Sí.
- Es mucho mejor si vos te vas con papá, te prometo que mañana te voy a buscar y te quedas conmigo todo el tiempo que quieras.
- ¿Por qué no puedo ir?
- Porque no es un lugar lindo y mucho menos para los nenes como vos.
- Pero no quiero que estés triste.
- Hay momentos en donde uno no puede evitar la tristeza… -Suspiró.- Y ahora mamá necesita pasar por esto.
- ¿No puedo hacer nada?
- No princesa, lo mejor que podes hacer ahora por mí es ir con papá.
- Bueno, está bien. –Suspiró y secó sus lágrimas.- 
- ¿Me das un abrazo antes de irte?

Delfi se aferró a su mamá y Pau la abrazó con todas sus fuerzas.

- Te amo Delfi. 
- Yo también te amo mami.
- Te prometo que voy a estar bien, porque vos estás conmigo.
-Delfi sonrió y besó su mejilla.- Mañana no te olvides de ir a buscarme eh.
- No mi amor, quedate tranquila. –Besó su cabeza y se bajó del auto.- Gracias Pepe.
- No es nada Pau. Cualquier cosa, me avisas.
- Gracias de verdad.

Y se fue.

- ¿Vamos a casa Delfi?
- Sí. –Respondió sin muchos ánimos y claramente tenía una tarea demasiado difícil aquella noche, hacer que mi hija sonría.-


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼

11 comentarios:

  1. Que tierna que es Delfi mimando a su mama. Me mata ♡

    ResponderEliminar
  2. Que dulce que es delfi !!

    ResponderEliminar
  3. Delfi no da mas de tierna! ❤ me mata de amor

    ResponderEliminar
  4. Me asuste al principio. Pobre Pau!
    Me mata de amor Delfi y su ternura! Pepe siempre al pie del cañón!! :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No quería creerlo pero con vos todo puede pasar jaja. Después volvía el espíritu o reencarnado no se ja

      Eliminar
  5. Dios como me asuste creyendo que era Pedro!!, pobre Pau, esta de mal en peor.... lindisiima Delfi, hasta parece mas grande!! escribis hermoso

    ResponderEliminar