martes, 24 de noviembre de 2015

108. Todo mi mundo.

“Eres tú la luz que yo quiero para despertar, es tu amor lo que me mueve y lo que hace girar, todo mi mundo.

Eres tú mi centro, mi equilibrio y gravedad, eres tu quien yo deseo, sepas mi verdad y todo mi mundo, abrirte mi mundo.

Eres tú en el lugar en el que yo quiero siempre estar, es tu amor el cambio que hace evolucionar todo mi mundo.

Es tan normal verte reír y volar.”




Pasaron dos semanas y aunque pareciera que no, de a poquito las cosas se acomodaban… O me estaba acostumbrando a que así sean.


No sabía muy bien.

- Mami…
- ¿Qué Delfi?
- ¿Vamos a cenar?
-Reí.- ¿Ya tenes hambre?
- Son las diez.
- ¿En serio? No me di cuenta. –Reí.-
- Tengo hambre.
- ¿Y qué queres comer?
- Sándwich de pollo con tomate.
- Dale, ahora preparamos.

Nos acercamos a la cocina y luego comimos en la mesa. 

- Ma. ¿Te puedo preguntar algo?
- Obvio hija.
- ¿Vos lo extrañas a papá?
- Sí Delfi, mucho.
- ¿Y siguen siendo novios?
- No sé eso hija.
- ¿No sabes?
- No… Cuando vuelva, seguro hablemos.
- Ah…
- ¿Te enoja?
- No mami.
- ¿Segura?
- Sí, porque a mí también me pone triste que no esté.
- Bueno, pero siempre va a ser tu papá y siempre te va a amar, mucho.
- Sí, ya sé… Yo también a él. –Hizo una pausa.- Pero me sigue enojando que nos haya dejado.
- No, no pienses así.
- Pero me enoja.
- No estés enojada con él, no es lindo eso.
- Pero vos estás enojada. ¿O no?
- Vos no pienses en lo que me pasa a mí. –Hice una pausa y suspiré.- Yo estuve mucho tiempo enojada con mi papá y no sabes cuánto me arrepiento.
-Ella se acercó a mí y se sentó en mis piernas.- Bueno, pero papá está bien. ¿O no?
- Sí Delfi.
- Capaz en unos días se me pase.
- Vas a ver que sí. –Corrí el pelito de su cara.- ¿Por qué no terminas de comer?
- ¿Puedo quedarme acá?
- Obvio que sí Delfi.
- Gracias mami.

Terminamos de cenar y luego nos fuimos a ver una peli tomando helado en el living.

- ¿Ya te vas a dormir? –Pregunté cuando la vi ir al baño.-
- Quiero leer un poco.
- Ah, está bien. ¿Te gusta ese libro?
- Sí, me encanta.
- Entonces seguí leyendo, dale.

Delfi se fue a su cuarto y yo me fui al mío. La noche seguía siendo el peor momento del día. Lo extrañaba. Lo necesitaba.

“¿Estás?” –Le pregunté.-

“Sí Pau, hola.”

“Hola. ☺ ¿Cómo estás?”

“Bien, acá. ¿Vos?”

“Bien…”

“¿Bien?”

“Sí, no sé. Me cuesta estar en la cama, darme vuelta y no encontrarte.”

“A mí también…”

“No sé cómo voy hacer para olvidarte.”

“¿Olvidarme?”

“No le encuentro otra solución, y no sé qué hago hablándote. Ya te lo dije, me haces repetir todo mil veces.”

“Es que no puedo creer lo que me decís.”

“Yo no puedo creer lo que hiciste.”

“Siempre volvemos a lo mismo.”

“Todo se resume a que nunca supimos como cuidarnos.”

“Esta vez fui yo.”

“Pensé que eso no hacía falta aclararlo.”

“Tengo la ilusión de que puedas perdonarme.”

“Anda dejándola de lado.”

“Intentalo al menos.”

“¿Te pensas que no lo intenté?”

“Amor… Por favor.”

“No puedo Pedro. ¡No puedo!”

“¿Y el amor?”

“Y no sé, en algún lado lo voy a tener que esconder.”

“No seas así.”

“Soy como puedo. ¡Te lo dije mil veces! Me voy a intentar dormir. Chau.”

Apagué mi celular antes de que vuelva a hablarme… O peor, de que yo vuelva a hablarle.

La escuché a Delfi ir al baño y se quedó en la puerta de mi habitación.

- ¿Qué pasa Delfi?
- Nada.
- ¿Nada?
-Rio.- No tengo sueño.
- ¿Queres venir acá?
- ¿Podemos jugar a algo?
- ¿A qué?
- A las cartas…
- Bueno, dale. ¿Las traes?
- Sí.

Delfi se fue a buscar las cartas y luego se sentó frente a mí, en mi cama.

- ¿A qué jugamos?
- ¿Chinchón?
- Bueno, dale.

Mezclé las cartas y repartí.

Así pasamos un poco de más de una hora jugando a las cartas.

En cierto punto, me preocupaba Delfi… Porque de ese ataque de crecer que había tenido, de preguntar, de querer saber, de separarse un poco… Volvió a ser como siempre, super apegada a mí. No me dejaba casi nunca sola y me daba miedo que estuviese preocupada por mí.

Quería mostrarme fuerte ante ella, pero a veces no podía. 

- Delfi… ¿Podemos hablar de algo?
- Sí. ¿De qué ma?
-Suspiré.- No es que no me guste pasar tiempo con vos, es lo que más más me gusta hacer, pero…
- ¿Qué?
- ¿Vos estás preocupada por mí?
- Un poquito.
- No tenes por qué estarlo.
- No quiero que estés triste. ¿Está mal?
-Sonreí.- No mi amor, pero yo no estoy triste.
- Ma, dale.
- En serio… Ya estoy mejor, como vos. Con el tiempo, se va pasando.
- Pero quiero estar con vos.
- A mí me encanta que quieras estar conmigo. –Tomé sus manos.- Pero también está bien que te sigas viendo con tus amigas, o que hagas cosas sola como antes.
- ¿No te gusta que esté con vos?
-Sonreí.- Me encanta hija, pasar tiempo con vos es lo mejor del mundo para mí, pero no quiero que te preocupes por mí de más… Sos una nena que está creciendo y no tenes que olvidarte de eso.
-Me abrazó por la espalda.- A mí me gusta estar con vos, también es lo que más me gusta.
-Sonreí.- ¿Me prometes algo?
- Sí.
- ¿Vas a hacer todo, todo lo que tengas ganas este verano?
- Sí mami, pero entre esas cosas está estar con vos.
- Ay, te amo tanto. –La tomé de sus manos e hice que quedara frente a mí.-
- Yo también ma. –Nos sonreímos.- Me voy a dormir…
- Dale. 
- Hasta mañana mami. –Besó mi mejilla.-
- Hasta mañana hija. –Besé su frente y se fue a su habitación.-

Sin lugar a dudas, todo valía la pena por ella. Todo.


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼

Tenganme un poco de paciencia, quise que estos chicos sufran un poco.

https://www.youtube.com/watch?v=7bNgGJQ466Q Todo mi mundo - Axel.

1 comentario:

  1. "Tenganme un poco de paciencia" Mmm bueno lo pienso para el proximo capitulo y te respondo dale? Jajaja

    ResponderEliminar