- Delfi…
¿Me escuchas una cosa?
- Sí.
- Sentate.
Delfi se sentó sobre mis piernas estiradas, mirándome.
-Suspiré.- Papá tiene derecho a tener una pareja, al igual que yo también
tengo derecho a tenerla.
- Pero vos no tenes.
- Pero, capaz algún día la tenga.
- No me gusta ma.
- Ya lo sé mi amor, pero aunque duela, tenes que entender que papá y yo no
vamos a volver.
- No entiendo su relación, van y vienen todo el tiempo.
- Perdón. –Acaricié su mejilla.- No tendríamos que haberte metido en el medio.
- Estoy enojada con papá igual.
- No Delfi, dale.
- ¿Qué?
- Estuviste seis meses esperando a que vuelva y ahora que está acá. ¿Te vas a
enojar?
- No me gusta que te haga llorar.
- No pienses en eso.
- No soy tonta.
-Suspiré.- Lo sé, pero de verdad te lo digo… Vos no tenes que estar pendiente
de lo que pase entre nosotros.
- Son mis papás.
- Lo sé, siempre vamos a serlo.
- No me gusta que peleen.
- Te prometo que no vamos a pelear más.
- Mmm….
- En serio.
- No te creo.
- Te prometo hacer todo lo posible.
- Así está mejor. –Sonreí.-
- ¿Queres que le diga a papá que venga?
- Mmm…
- Dale che, lo extrañaste un montón. ¡Aprovechalo ahora!
- Me quiero quedar un rato con vos, mejor después.
- ¿Qué queres que hagamos?
- Que nos quedemos acá.
Se sentó a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro.
- No me gusta que llores mami.
-Suspiré y la abracé con fuerza, rodeándola por la cintura.- Ya se me va a
pasar.
- Papá te hace llorar.
- El amor a veces duele.
- ¿Vos lo amas?
- No importa esto.
- ¿Y por qué decís que el amor a veces duele?
- ¿A vos no te duele estar enojada con papá?
- Sí.
- Eso es porque lo amas mucho… Si no sintieras nada por él, no te enojarías.
-Suspiró.- Es muy difícil mami.
- Ya lo sé. –Acaricié su carita.- Pero estás creciendo y tenes que saber que a
veces, la vida es un poco triste.
- ¿Y siempre que esté triste vos vas a estar para darme un abrazo?
- Siempre hija.
-Sonrió y me abrazó.- Gracias ma.
- De nada mi chiquitita. –Rio.- Dale. ¿Lo llamas a papá?
- Después.
- Pero…
-Se separó de mí.- Después, ahora quiero estar con vos. Ya te lo dije.
-Suspiré.- Está bien.
- Prende la tele.
- Bueno, dale
Me quedé un rato con Delfi y luego, busqué mi celular.
“Para que veas que no soy tan hija de
puta como pensas… Ya hablé con Delfi y quiere que la vengas a buscar. La
próxima, pensa un poquito antes de hablar.”
“Gracias.”
“No, no me lo agradezcas. No lo hice por vos, lo hice por mi hija.”
“Siempre pones esa excusa.”
“¡No voy a dejar que me sigas basureando Pedro!”
“No te estoy basureando.”
“¿Vas a venir a buscarla o qué?”
“Ahora voy nena, ahora voy.”
“Okei.”
No sabía si lo que quería era herirlo, pero al menos así me asegurab de
mantenerlo lo suficientemente lejos para que no me siga hiriendo a mí.
Cuando supe que estaba en la puerta, le dije a Delfi que abra y me fui a mi
cuarto. No quería verlo.
-
- Hola Delfi.
- Hola. –Dijo mirando para abajo.-
Yo entré, cerré la puerta y me agaché a su altura.
- Yo te perdono, pero si me prometes algo.
- ¿Qué cosa?
- Mi mamá no va a sufrir más por tu culpa.
-Suspiré.- Nosotros vamos a arreglar nuestras cosas.
- No peleen más.
- No Delfi.
- En serio.
- En serio. –Le sonreí.-
- ¿Vamos a tu casa?
- Dale.
Volví con Delfi a mi casa y cenamos.
- Papá.
- ¿Qué?
- Quiero ver a mamá.
- ¿Ahora?
- Sí.
- Es muy tarde hija.
- No me importa.
- Delfi, dale.
- Quiero que venga.
- ¿Por qué?
- ¡Porque la quiero ver! –Me gritó y agarró su celular.-
-
Recibí una llamada de Delfi y la atendí.
- Hola hija. ¿Cómo estás?
- Quiero verte ma.
- Mañana nos vemos si queres.
- No, ahora.
- Es muy tarde Delfi, es hora de dormir.
- No me importa.
-Suspiré.- Ya nos grande para darte cuenta de que es tarde para que vaya.
- No me importa mamá, quiero que vengas.
- Delfi, mi amor…
- Veni, dale. –Me dijo al borde del llanto y suspiré.-
- Dejame hablar con tu papá.
- Pero vení.
- Te mando un mensaje.
- Bueno…
Suspiré y le corté.
“Pedro… ¿Te jode que vaya?”
“No, vení si queres.”
“No es que quiera…”
“No me expliques, si queres venir, vení.”
“Bueno, está bien. En un rato estoy por ahí.”
Busqué las llaves del auto y mi campera, para poder salir. Cerré el
departamento y bajé.
Esto iba a ser más complicado de lo que pensaba. Aunque quisiera que sea una
nena para siempre, también necesitaba que crezca y que pueda entender algunas
cosas.
Cuando llegué, ella corrió a abrazarme.
- ¡Viniste! –La abracé y besé su cabeza.-
- ¿Qué es lo que pasa?
- Quiero estar con vos.
-Suspiré.- ¿Pasó algo?
- No.
- ¿Segura?
- Sí ma.
Me agarró de la mano y me llevó a su cuarto.
- ¿Qué es lo que pasa Del? Te conozco.
- Tengo miedo.
- ¿De qué?
- De que alguno se vaya.
- Yo nunca me voy a ir, a ningún lado, sin vos. –La abracé.- Nunca, nunca.
- ¿Y papá?
- Tampoco mi amor, tranquila. –Besé su mejilla.-
- ¿Y por qué se fue?
- Por su trabajo, pero no se va a ir más.
-Suspiró.- Quedate conmigo.
- Bueno mi vida, tranquila. ¿Sí?
▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼
El próximo capítulo, EL PRÓXIMO CAPÍTULO.
OTROOOO
ResponderEliminarComo los maneja Delfi!!!!! Y me parece a mi o Pedro se está cansando de siempre haber estado y contenido a Pau? Las cosas cambiaron y muuuchooo.
ResponderEliminarOtro por favor!!!! mimiroxb
ResponderEliminarMe encanto el capitulo! Y que bueno leer la frase en mayuscula que pusiste al final jajaja
ResponderEliminar