domingo, 27 de diciembre de 2015

Epílogo: Primera vez.♥


Pedro ingresó en un estacionamiento y lo miré expectante, nerviosa, ansiosa. Estaba segura de que la sorpresa me iba a encantar, pero me moría por besarlo. Lo único que quería y necesitaba era besarlo.

Bajó del auto y se acercó a abrirme la puerta y me dio la mano para bajar, le sonreí, tomé su mano y bajé. Él cerró la puerta. Lo besé, tomándolo del cuello y él me tomó por la cintura luego de ponerle la alarma al auto.


-Me separé un poco él y le sonreí.- Quiero besarte, besarte y solo besarte. –Le dije entre besos y él me abrazó con más fuerza.-
- Me encanta… -Me besó.- Pero, tengo un lugar mejor en donde podemos besarnos todo lo que quieras. –Sonreí y me besó.- ¿Vamos?
- Dale. –Me tomó de la mano y salimos del estacionamiento.- ¿A dónde vamos? –Le pregunté.-
- Ya llegamos, es solo una cuadra.
-Sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro.- Me encanta que tengamos esta salida solos.
- No es solo una salida. –Lo miré.- Es nuestra noche de bodas. 
-Sonreí y lo besé.- Me encanta mucho más.

Cuando estábamos en la esquina, tapó mis ojos y yo reí. Me hizo caminar algunos pasos, y al estar en la puerta, los destapó. Me abrazó por la espalda y yo sonreí. 

- ¿Cómo sabías que me gusta este hotel? –Preguntó con una sonrisa.-
- Tengo mis contactos. –Dijo riendo y también reí.- Tu hermana.
- Ah, son cómplices ahora.
-Rio.- ¿Entramos? –Besó mi mejilla.-
- Dale. –Me di vuelta y lo besé.- Gracias.
- No agradezcas, que todavía no viste nada. –Sonreí ilusionada, nos besamos y entramos.-

Pedro pidió el acceso a la habitación nupcial y subimos por el ascensor, él me abrazaba por la espalda y besaba mi cuello. Yo nos miraba en el espejo, con mis manos sobre las suyas.

- No es por pecar de soberbia, pero hacemos una linda pareja. –Él miró al espejo también.- ¿No?
- La más linda de todas. ¿Sabes por qué?
- ¿Por qué?
- Porque nos amamos. 
- Sonreí y giré mi cabeza para pober besarlo.- Te amo mi amor.
- Te amo bonita. –Volvimos a besarnos y bajamos del ascensor.-

Él abrió la habitación y me dejó pasar primero. Sonreí al ver todo y se acercó a mí.

- Sos increíble. –Lo besé.- Es hermoso todo esto.
- Quiero que sea una noche que recordemos siempre.
- Nunca me voy a olvidar de este día, fue uno de los más lindos de mi vida. –Lo besé.- Y estoy segura que esta noche tampoco la voy a olvidar. –Sonreímos y volvimos a besarnos.-

Era una habitación sumamente hermosa, toda en colores cálidos y fotos nuestras sobre la cama, recorriendo el camino de nuestras vidas. Sobre la mesita de luz, había un champagne que Pedro se encargó de destapar para servir dos copas, me ofreció una y la agarré.

- ¿Por qué brindamos? –Preguntó.-
- Mmm… Porque esta historia se siga escribiendo, y a pesar de que seguro tenga momentos lindos y momentos feos, que su final sea feliz. –Lo besé.- Estoy segura de que así lo va a ser. –Choqué su copa con la mía y sonrió.-
- Yo quiero brindar porque… -Hizo una pausa y suspiró.- No puedo creer tener una mujer tan hermosa, y no hablo solo de lo físico, a mi lado. Porque no puedo creer todo lo que me bancaste y todo lo que me perdonaste. –Dijo con lágrimas en los ojos.- Te amo mucho más de lo que puedo poner en palabras. –Le sonreí y chocamos las copas, para tomar un poco cada uno.-

Hice que se sentará en un sillón y me senté sobre sus piernas.

- Mi amor… -Susurré en su oído y sequé sus lágrimas.- ¿Me escuchas?
- Sí. –Respondió y cerró sus ojos.-
- Te lo dije hoy, el pasado ya está, lo que pasó… pasó. Los dos nos mandamos cagadas, los dos nos lastimamos el uno al otro. –Besé su mejilla.- Pero ya fue, hoy lo único que me importa es esto que tenemos. –Hice que me mire.- Nuestra familia. –Lo besé.- Dale, no quiero que vivas con esa culpa encima, porque no sirve de nada y no tiene sentido.
- ¿En serio ya te olvidaste de todo?
- No quiero olvidarme, es parte de nuestra historia.
- ¿Me lo perdonaste?
- Sí mi amor, ya pasó, ya está. –Lo besé y lo abracé.- No llores más, que tiene que ser una linda noche.
-Me abrazó con fuerza por la cintura.- Te amo Pau.
- Yo también te amo Pepe. –Besé su cuello y nos quedamos un rato abrazados.-

- Perdón.
-Me separé de él.- No pidas perdón, que seas sensible también me enamora. –Sonreímos.-
- ¿Queres comer algo?
- Mmm… ¿Además de a vos? –Reímos.-
- Puedo pedir una picada y la comemos acá.
- Dale, me gusta.
- En realidad, ya está pedida. –Dijo riendo.- Ahora la traen.
- Buenísimo entonces. –Dije secando sus mejillas y él tomó mi mano para besarla.- Sos muy lindo. ¿Sabes?
-Sonrió.- Vos sos linda. –Nos dimos un beso y en ese momento, tocaron la puerta.-  Voy.
- Dale.

Pepe se levantó y abrió la puerta. Una mucama nos dejó la picada sobre una mesita ratona y se retiró.

- Qué rico todo esto. –Dije mientras Pepe se sentaba a mi lado, posé mi mano en su pierna y apoyé mi mentón en su hombro.- Me conoces mucho.
- Vos te dejaste conocer.
- Eso es verdad. –Reímos y nos besamos.-
- ¿Comemos?
- Dale. –Dije agarrando un pedacito de salame.-

Comimos y Pepe sirvió más champagne. Estábamos sentados en la cama, enfrentados, cada uno con su copa. Tomó mi mano y le sonreí.

- ¿Te enojas si llamo a los chicos? –Le pregunté.-
- No tonta, llamalos y hablamos los dos, así los saludamos hasta mañana. 

Sonreí y llamé a Delfi y a Fran, hablamos los dos con ellos y cuando corté el teléfono, Pepe me sacó la copa y el celular de las manos, para dejar todo a un lado.

- Ahora sí… -Dijo tirándose sobre mí.- Sos toda mía.
-Sonreí y rodeé su cintura con mis piernas.- ¿Sí?
- ¿Te cabe alguna duda?
- Mmm… No. –Sonreí y lo besé.- Soy tuya, para siempre.
- Te amo esposa.
-Reí.- Te amo esposo mío. –Nos besamos girando en la cama y riendo.- Las fotos Pepe.
- Uy, tenes razón. –Reímos y las juntamos.-
- Quiero ponerlas todas en el cuarto. ¿Te parece? –Le dije arrodillada en la cama, terminando de juntar las fotos.-
- Me re parece. –Dijo detrás de mí, desanudando el lazo de mi vestido. Sonreí y dejé las fotos a un lado.-
- A mí me parece que… -Besó mi hombro y sonreí.- Tengo al mejor hombre de todos, para mí. –Hice que me abrazara por el cuello y besó mi mejilla, agarré mi celular y puse la cámara frontal.- Foto, por fas. –Pepe rio y nos sacamos varias fotos, cuando dejé el celular, bajó lentamente el cierre de mi vestido y sonreí, cerrando mis ojos.- Ahora sí, podes hacer lo que quieras conmigo.
- Mmm… Qué tentador suena eso. –Dijo pasando su dedo índice por la hendidura de mi espalda.-
- ¿Es tentador?
- Muchísimo. –Dije sentándome, para poder besarlo.- Vos me tentas.
- Me encanta tentarte. –Me tiré encima de él y quedamos acostados en la cama, otra vez, sus manos acariciaban mi espalda y sus labios capturaban los míos como si no existiera un mañana.-

Sus manos comenzaron a descubrir mis hombros, asique me senté sobre su pelvis y quité la parte superior del vestido, no llevaba corpiño y él sonrió. Tomé sus manos antes de que lleguen allí y desabroché, con mucha lentitud, uno a uno de los botones de su camisa, mientras mis dedos acariciaban su piel. Abrí la camisa y desanudé su corbata, la cual le quité y la dejé caer al suelo. Volví a tirarme sobre él y nos besamos, otra vez. Sus brazos hacían que mi cuerpo presionara al suyo y eso me encantaba.

Besé toda su cara, con suaves besos mientras lo sentía respirar y mantenía los ojos cerrados. Sonreí y besé sus labios, para bajar por su cuello y quedarme un rato allí, sintiendo el olor de su piel, con mis ojos cerrados y mi mejilla sobre su hombro. Las manos de él enloquecían a mi espalda y la mía, su barba.

De un momento al otro, me giró y quedó sobre mí. Sonreí y lo tomé por la nuca, para que me besara una vez más. Su lengua bajó por mi cuello y sus labios visitaron la piel, detrás de mi oreja. 

- Te amo. –Susurró en mi oído y yo sonreí.-
-Lo tomé por la nuca, para mirarlo a los ojos y lo besé.- Te amo. –Sonreímos y volvimos a besarnos, su lengua se chocaba con la mía y él me tomó por la espalda, para que quede sentada sobre su cuerpo, con mis piernas enroscadas en su cintura.-

Se separó de mi boca, para hacer un camino de besos por mi esternón, hasta llegar a mis pechos. Sonreí y me apoyé con mis manos sobre el colchón, dejándole el camino libre.

Sus labios húmedos visitaron cada centímetro de piel de mis pechos y luego se concentraron en el lugar indicado, mis pezones, para volverme loca una vez más. Él me sostuvó por la espalda y me obligó a estar más cerca de él, mientras continuaba con su tarea, desarmó mi peinado y sonreí, en medio de suspiros que ya sonaban con fuerza. Volvió a besarme, enredando sus dedos en mi pelo.

Esta vez, fueron mis labios los que bajaron por todo su cuerpo, hasta poder desabrochar su pantalón y terminar de desnudarlo. Terminé de quitar el vestido, que aún estaba en mi cintura e hice un rodete improvisado con mi pelo, para que ahora sea él quien disfrutara. 

Su cuerpo aún temblaba, pero me obligó a subir hasta su boca otra vez.

- Recupera el aire che. –Le dije riendo.-
- ¡No seas forra! –Luego de quitar lo único que me quedaba puesto, me agarró de la cintura, haciendo que me siente sobre él y sonreí.-
-Me acerqué a su oído.- ¿Ves que no tenes aguante? ¡Me mandaste a mí! –Dije comenzando a mover mi cintura sobre la suya y él rio.-
- ¿Te pensas que va a ser uno solo? –Me abrazó por la espalda y yo sonreí.-
- Ah, ah… Menos mal. –Mordí su oreja y comenzamos a hacerlo.-

El calor de su piel contra el calor de la mía nos hacía arder, su piel transpiraba debajo de la mía que también lo hacía. Sus dedos se clavaban en mi espalda y los míos, tironeaban de su pelo. En ningún momento habíamos dejado de mirarnos, hasta que no pudimos más y nos abrazamos con fuerza para disfrutar del mejor momento. 

Pedro me corrió de encima de él y quedé acostada a su lado, tratando de recuperar el aire. Se arrodilló en el suelo, a los pies de la cama, y me tiró de mis piernas para quedar contra él. Sonreí, ahora era mi turno. Sentí su lengua comenzar a acariciarme y me tomé de las sábanas con fuerza. No podía ser tan increíble.

El placer me recorría de punta a punta y cuando creí que no podía más, lo sentí dentro de mí. Sonreí, en medio del éxtasis y él tomó mis manos, entrelazamos nuestros dedos y nos sonreímos, para disfrutarnos otra vez.

Luego de un rato, estábamos los dos en la cama, tapados con las mantas y aún desnudos. Nos habíamos tomado la última copa de champagne y acaricié su barba.

- ¿Estás bien? –Le pregunté.-
-Sonrió.- Mejor que nunca. –Tomó mi mano y la besó.- ¿Vos?
-Sonreí.- Es la primera vez en mi vida que me siento tan plena. –Me acerqué a él y lo besé.- Vos y nuestros hijos son todo lo que necesito para ser feliz.
-Acomodó un mechón de pelo detrás de mi oreja.- Sos tan hermosa… -Rozó sus labios con los míos.- Ustedes también son lo único que necesito. –Sonreímos y nos besamos.- Te amo.
- Te amo mi amor. –Nos besamos y él hizo que me acomodará sobre su pecho, acarició mi espalda y yo me tapé.- ¿Estás bien? –Rio.-
- Tengo un poco de frío. –Dije y cerré mis ojos.- Pero abrazame que se me pasa.
-Lo sentí sonreír y me abrazó.- Qué descanses mi amor.
- Vos también bonito. –Besé su pecho y nos quedamos dormidos así, abrazados.-

A la mañana siguiente, luego de desayunar, nos cambiamos (ya que Pedro había llevado ropa nuestra) y fuimos a buscar a Fran a la casa de mi hermana.

- ¡Mami! ¡Mami! –Vino corriendo a mí cuando me vio y yo lo alcé.-
- Hola Fran. –Besé su mejilla.- ¿Cómo estás? –Me abrazó y sonreí.- ¿Me extrañaste?
- Sí. –Dijo y me abrazó más fuerte.-
- Yo también te extrañé. –Susurré en su oído y él sonrió.-
- ¿A papá no lo saludas? –Le dijo Pepe. Fran rio y le dio un beso.- Mejor así. –Acarició su mejilla.-

- Gracias gorda. –Le dije a Vir cuando nos estábamos por ir.-
- Nada que agradecer Chunita.
- En serio. –Le dije y la abracé.-
- ¿La pasaron bien?
- Increíble. –Le dije riendo.- Gracias por tirarle el dato.
-Rio.- De nada. –Nos separamos.-
- Gracias por todo, posta.
- No tenes que agradecerlo, porque sé que cuando yo te necesite, vas a estar.
- Obvio que sí Vir. –Volví a abrazarla.- Estoy muy sensible. –Rio.- Sos la mejor del mundo melli, te amo.
- Ay mi Chunita, me acuerdo cuando eras una mina dura. –Reímos.- Te amo tarada. –Nos abrazamos más fuerte y Fran volvió a pedir upa, asique lo alcé.-

Luego de pasar a buscar a Fran, era hora de ir a buscar a Delfi a la escuela. Cuando nos vio a los tres juntos sonrió y se acercó a nosotros, primero lo alzó a su hermanito para llenarlo de besos y después nos saludó a nosotros.

- ¿No fueron a trabajar? –Preguntó extrañada.-
- No, nos daban el día por el casamiento. –Le dijo Pepe.-
- Ah. –Pensó unos segundos.- ¿Vamos a pasar el día juntos?
- Si quieren… -Dije yo y los dos festejaron.-
- ¿Hay planes? –Preguntó Delfi mientras comenzabamos a caminar hacia el auto.-
- Podemos comer fideos o milanesas. –Dije.-
- ¡O papá puede cocinar pollo a la portuguesa! –Dije.-
- ¡Papá! ¡Papá! ¡Papá! –Comenzó a cantar Delfi y Fran se unió, yo reí de una carcajada y me acerqué a Delfi.-
- Gracias por el cariño eh.
-Rio.- De vos me gustan otras cosas mami, pero papá cocina más rico.
-Reí.- Tenes razón. –Delfi sonrió y Pepe desactivó la alarma del auto.-

Delfi se subió en el asiento trasero, pusimos a Fran en su sillita y con Pepe nos subimos en los asientos de adelante. Cada uno se puso su cinturón y cuando estábamos por arrancar, posó su mano en mi pierna. Lo miré sonriendo y me devolvió la sonrisa.

Él arrancó y yo sonreí suspirando, dejando caer mi cabeza hacia atrás.

¿Qué importaba el resto si los iba a tener a ellos para siempre conmigo? Por primera vez pude entender que lo único que importan son los sentimientos. Me sentía rodeada de amor y sonrisas sinceras. No, definitivamente no necesitaba nada más. 




La primera vez que me animé a sentir de verdad sin dudas fue cuando llegó Pedro a mi vida, sin buscarlo, ese día mi vida cambió para siempre. Pedro fue mi despertador, por él dejé de lado esa vida de cartón que tenía y empecé a vivir de verdad, a sentir como una persona.


Obvio que aprender a sentir me llevó a pasar por una montaña rusa de emociones que muchas veces no fue demasiado grata, pero hoy estoy sobre tierra firme y con una sonrisa. Una sonrisa que se debe al hecho de tenerlo a mi lado y a que, junto a él, estemos criando a nuestros hijos.


Me di cuenta que todo se trataba de animarnos, de abrir el corazón, de sentir… Aprendí que no todas las personas son iguales, entendí que muchas valen la pena y a pesar de todo lo que pasó, él lo vale y más que nadie.

Abrirse, dejarse conocer, dejar que nos acaricien y no solo el cuerpo… Entregarse a la vida, con todas sus cosas buenas y malas, es la única manera de vivir plenamente.

“¿Te pasa a vos también que si no hubieses conocido a una persona, tu vida sería completamente distinta?”

Paula.

-

La primera vez que me enamoré de una mujer supe que mi vida iba a cambiar para siempre, ya no había vuelta atrás. De un día para el otro, Paula llegó a mi vida y a los pocos días supe que se iba a quedar en ella por mucho más tiempo del que creía.

Fue mi primer mujer y quiero que sea la única, quiero ser de ella para siempre y que ella siempre sea mía. Es difícil de ponerlo en palabras, pero Paula me hace sentir vivo, me hace sentir bien. Nos amamos, nos respetamos y aprendimos a cuidarnos… Eso que tanto nos costó, hoy nos resulta cotidiano.

Despertar cada día y tenerla a mi lado me hace sonreír, me hace feliz… Verla todos los días conmigo me recuerda que animarse esa primera vez fue lo mejor que pude haber hecho.

“Tan solo un minuto fue suficiente para quererte.”

Pedro.

-

Crecí en medio de una situación que nunca terminé de entender, aunque lo intenté. 

Nunca pude entender porque mis papás no estaban juntos si cuando se miraban a los ojos se notaba el amor infinito que había entre ellos. Viví muchas peleas, algunas reconciliaciones y más peleas.

Lloré mucho, lloré con y por mi mamá. 

Sufrí, fue feo no poder tener a los dos conmigo. No me gustaron muchas cosas que pasaron y sé que mi papá se mandó muchas cagadas, también sé que en menor medida, mi mamá también. 

Ahora sé que los dos son humanos, no son más superhéroes. ¡Pero son mis papás y los amo así! 

Hoy están juntos y todos los días me voy a dormir feliz debido a eso, tener a mi familia junta es lo que soñé toda mi vida y mi deseo se hizo realidad.

Hoy siento que estoy creciendo y lo más lindo de eso es saber que tengo a mis papás juntos, conmigo. 

Delfina.

-

Conocer por primera vez el mundo no es fácil, o eso uno piensa porque nadie recuerda ese momento… Pero, hacerlo con esta familia alrededor hace que todo sea mucho más fácil.

Nací en la mejor familia del mundo, no me equivoqué al caer acá. ¡Estuve bien!

Mi mamá es el mejor refugio cuando estoy llorando.

Mi papá me hace sentir que vuelo cuando me sube a sus hombros.

Y mi hermana me cuida hasta con la mirada.

Amo a mi familia.

Francisco.



Todo se trata de animarnos esa primera vez, de cerrar los ojos y dejarnos llevar. ¡Todo se trata de sacarnos el miedo! De saltar y dejar que el viento pegue en nuestra cara. 


Aprender que la vida es eso, animarse… Si no lo hacemos, siempre nos vamos a quedar en el mismo lugar y nuestra vida se va a transformar en una completamente plástica y sin emociones.

Cuando los ojos de alguien nos están invitando a sentir. ¿Por qué no lo vamos a hacer?

Siempre va a haber alguien del otro lado que nos esté esperando para tomarnos de la mano y hacernos sentir mil emociones juntas. Siempre hay alguien que va a despertar nuestros sentimientos más profundos…

En alguna parte del mundo está esa persona que un día vamos a conocer para que mueva todas nuestras estructuras y nos regale una vida de verdad, solo tenemos que esperar a encontrarla.

Y cuando la encontramos… ¡Hay que animarse! 

Porque todo, absolutamente todo empieza con una PRIMERA VEZ.


FIN.



▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ 





Bueeeeeeeno, hola! He aquí el final de Primera vez, me cebé escribiendo y es suuuuper largo, asique no se aceptan quejas, jajaja!

Solo tengo para decir GRACIAS, de verdad, es la cuarta novela que publico y la primera vez (justamente) que publico una que me gusta tanto, de la cual no estoy disconforme y que por sobre todo, disfruté de compartir con ustedes.
Gracias por leer todos los días, por los comentarios tan lindos y por bancarme, de verdad. Es la primera vez que pude salir de ese lugar en el que estaba estancada, escribía siempre lo mismo y lo sé.... Y con esta historia siento que me pude alejar, al menos un poco, de eso. Asique nada, estoy feliz de que haya llegado a su fin.

Espero que les guste y que si leyeron esta novela, me dejen algún comentario por acá o sino en twitter, o en ask (diciéndome quienes son por fa), pero para saber que les pareció y también para saber cuántos me leyeron, jaja!

Y, como la mayoría ya sabe... No se liberan de mí, tengo varias novelas escritas, pero la próxima que voy a publicar es la siguiente: http://abrazarsepyp.blogspot.com.ar/ de la cual, ya está subido el prólogo y el primer capítulo lo publico el 2 de enero. Es una novela más corta, tiene solo 50 capítulos. Si quieren que se las pase cuando publico, ya saben que solo tienen que avisar.


GRACIAS otra vez por bancar esta historia y por bancarme a mí, en serio ♥ POR FAVOR dejen comentarios sinceros, nada me enoja si es con respeto, quiero saber que les pareció Primera vez posta.

Gracias, gracias, gracias ♥

Y nos leemos en el nuevo blog!



sábado, 26 de diciembre de 2015

150. Casamiento.

“Amo las cosas que se pueden entrelazar:
Tus manos,
Tu cabello,
Tus dedos,
Tus piernas,
Tu lengua,
Tu vida, la mía…”




El día había llegado, tenía un millón y medio de emociones recorriéndome el cuerpo… Nunca creí que casarme me iba a movilizar tanto.


Sentía que mi vida con Pedro estaba completamente armada, lo cual era así, y que casarnos era solo un paso más, un mimo, un regalo que nos hacíamos… Porque la realidad era que no necesitábamos ni un papel ni un anillo para estar seguros de que nos amabámos con locura.

Pero, no podía más de la felicidad, ni de la emoción, ni del amor, ni de la ansiedad.

¡Me estaba por casar con el hombre de mi vida!

“En algunas horas voy a ser la mujer de Alfonso y no te das una idea de lo feliz que me hace eso mi amor.”

“Te quiero morfar a besos, ya.”

“Tranquilidad, falta para la noche de bodas.”

“Jajajaja. ¡Quiero estar en el registro civil ahora!”

“Yo también, no pensé que me iba a pegar así casarme eh.”

“¿Y cómo te pego?”

“Camino por las paredes de la ansiedad.”

“No te caigas, jajaja.”

“Jajajaja. ¡Tarado!”

“Ya amo que me digas tarado.”

“Te amo, tarado.”

“Jajajaja. ¡Te amo tanto mi amor! Nos vemos el registro civil.”

“Nos vemos mi amor, te amo muchísimo.”

Sonreí y dejé mi celular a un lado.

- ¡Hija! ¡Quedate quieta! –Dije tratando de acomodar el lazo de su vestido.-
- ¡Es que estoy nerviosa mamá!
-Reí.- Yo estoy más nerviosa que vos, te lo aseguro. –Terminé con el moño y ella se dio vuelta.-
- ¿Estás muy nerviosa?
- ¡Muy! –Dije y suspiré.- Vos ya estás lista pero yo sigo en pijama… Y quiero que vos me ayudes a prepararme. ¿Queres?
- ¿En serio? Pensé que iba a venir la tía.
- Quiero que me ayudes vos. ¿No queres?
- Sí que quiero. –Me agarró de las manos y me llevó al cuarto. Pepe y Fran estaban en la casa de Clari.-

Me puse el vestido, color natural y lleno de puntillas, con un lazo de razo por debajo del busto. Luego, me puse una cadenita que Pedro me había regalado y una pulsera, regalo de mi hermana. Me miré al espejo y sonreí.

- Estás hermosa mami.
- Me falta peinarme y maquillarme. –Dije riendo.- ¿Me queres ir a buscar las cosas?
- Sí, ahora vengo.

Delfi me alcanzó las cosas y me maquillé, lo más natural posible. Seguido de eso, me peiné con la ayuda de Delfi… Un semi-recogido al costado. Delfi me pidió que la maquillé, asique le puse un poco de sombra y rubor.

- Te faltan los zapatos. –Dijo dándomelos.-
- Gracias hija. –Me los puse y me miré al espejo.-
- Sos una reina mami.
-Sonreí.- Gracias Delfi… Veni. –Le dije agarrando mi celular.- ¿Nos sacamos una foto?
- Dale.

Nos sacamos una foto y ella me hizo dar una vuelta.

- Me encanta que se casen ma.
-La abracé.- Te bancaste tantas de tus papás vos, que creo que hoy lo tenes que disfrutar más que todos.
- Eso ya pasó mami.
-Sonreí.- Por suerte sí, y ahora estamos todos juntos.
- ¡Al fin! –Reímos y nos separamos.-
- ¿Vamos?
- ¿Ya?
- Sí, dale. –Busqué mi cartera, Delfi agarró la suya y salimos del departamento.-

-

Acomodé el nudo de mi corbata y sonreí porque Fran estaba tironeando de mi pierna. Lo alcé y besé su mejilla.

- Estás hermoso hijo. –Dije y él rio.-

Clari entró a la habitación, silbando. 

- ¡Pero qué caños!
-Reí.- Vos también estás muy linda eh. 
- Gracias Pepe. –Sonrió.- Pau ya está yendo, asique… Podríamos ir saliendo.
- Me muero de nervios.
- Hey, tranquilo. –Golpeó mi espalda.- 
- Sí, no sé. –Reí.- Vamos que no quiero hacerla esperar. –Fran acarició mi barba y reí.-
- Me parece que el pequeño tampoco quiere hacer esperar a su mamá. –Dijo Clari y yo sonreí.-

Salimos y finalmente, llegué antes que Pau. Clari estaba con Fran en brazos y yo caminaba de un lado al otro, no daba más. Estaba nervioso, ansioso, feliz, emocionado. ¡Todo junto!

- Tranquilo nene. –Dijo Clari y reí.- 
- Es que no puedo creerlo. –Suspiré.-
- ¿Estás seguro?
- Sí, obvio que sí.
- Entonces tranquilo che. –Reí.-

En ese momento, vi venir el auto de Pau y bajaron primero Vir y Delfi… Cuando la vi bajar a Pau sonreí y ella sonrió. Saludé a mi hija y a mi cuñada y luego la besé a Pau, tomándola por la cintura.

- Estás hermosa… -Le dije susurrando.-
-Sonrió.- Vos también, estás hermoso. –Nos dimos un beso y Fran reclamaba a su mamá. Reímos y Pau lo alzó.- Este niño celoso. –Fran rio y reímos todos.-
- Están muy lindos. –Dijo Delfi acercándose a nosotros.- Me encanta verlos así. –Nosotros les sonreímos y nos abrazamos los cuatro.-

En ese momento, llegó la jueza de paz y nos invitó a pasar. Pau y yo entramos tomados de la mano, Fran a upa de Pau y Delfi con sus tías, Mateo a upa de Virgi y Joaco y Lucas (el novio de Clari) detrás de ellos. Ellos cuatro serían nuestros testigos y por suerte, llegaron nuestros papás unos minutos antes de empezar.

Pau y yo nos sentamos, frente a la jueza y tomados de la mano. Delfi se quedó con Fran a upa, en primera fila, claramente. 

La miré a Pau y ella sonrió.

- Te amo. –Dije entrelazando sus dedos con los míos.-
- Te amo Pepe. –Nos besamos y nos sonreímos.- Estoy muy feliz. –Me susurró.-
- Yo también mi amor. –Sonreímos y volvimos a besarnos.-
- ¿Podemos empezar? –Preguntó la jueza de paz, sentándose.-
- Sí. –Respondimos al unísono, los dos sonriendo.-

La ceremonia pasó, Pau y yo nunca separamos nuestras manos ni dejamos de sonreír en ningún momento. Nos paramos para firmar, primero lo hicieron nuestros testigos y después nosotros. 

La jueza nos declaró marido y mujer y nos besamos, abrazándonos y ambos llorando.

- Después de todo… Somos marido y mujer. –Susurré.- Gracias. –La besé.- Te amo con todo mi alma.
-Sonrió.- No importa lo que pasó, lo único que importa es el ahora. Basta, no te sientas más culpable por eso… Te amo, nos amamos, somos marido y mujer. ¡Es lo único que tiene que importarnos! –Me besó.- Nosotros y nuestros hijos, listo, ya está. Es todo lo que necesitamos.
-La abracé, llorando.- Te amo tanto Paula.
-La sentí sonreí.- Te amo mi amor, te amo. –Nos separamos un poco para besarnos y nos secamos las lágrimas el uno al otro y volvimos a besarnos.- 

En ese momento, corrieron Delfi y Fran a abrazarnos. Nosotros reímos y lo alcé a Fran.

- ¡Al fin! –Dijo Delfi.- Soñé esto toda mi vida. –Con Pau sonreímos y la abrazamos, llenándola de besos.-
- Gracias hija. –Le dijo Pau.-
- De verdad, sos de oro Delfi. –Le dije y volvimos a abrazarnos.-
- No lloren. –Nos dijo y reímos.-

Fran golpeaba las manos, buscando atención y reímos.

- Hey, hey. –Dijo Pau haciéndole cosquillas en la panza y Fran rio, queriendo que Pau le haga upa. Pau lo alzó y Fran le dio un beso a su mamá.- Te amo hijo. –Pau besó su mejilla y Fran sonrió.- ¡Qué celoso es este nene! –Dijo haciéndole cosquillas.-

En ese momento, se acercó nuestra familia a saludarnos y nos abrazamos con todos, quienes nos felicitaron.

-

La felicidad me recorría el cuerpo de punta a punta. Todos los días creía que no podía estar más feliz y al día siguiente, me sorprendía de mí misma porque era mucho más feliz que el día anterior y hoy había ido más allá de todos los récords.

No es que crea que la felicidad sea eterna ni constante… Pero, cuando tenes tantos pequeños momentos de felicidad en un día es casi como si lo fuera.

- Tu hermana se ofreció a llevar a los chicos a su casa a dormir esta noche, no acepto que me digas que no.
-Reí.- Dale, que los lleve. –Lo besé.- Así esta noche es nuestra. –Sonreímos y nos besamos.-

Eran las siete de la tarde y nos estábamos yendo del restaurant, en donde habíamos pasado el almuerzo y la merienda. 

Nos despedimos de los chicos y cuando creí que nos estábamos yendo a casa… Pedro me sorprendió.

- No preguntes, es sorpresa.
-Reí.- Okei, me dejo sorprender. –Le guiñé el ojo y me sonrió.-

▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼

Sí chicos, llegó el último capítulo... ¡Y el casamiento que tantas me pidieron!

Este no es el final oficial, porque mañana se viene un epílogo que por cierto me gusta mucho y es bastante largo, asique nada... No me despido hoy, me despido mañana!

Espero que les guste y por favor comenten ☺

Gracias por leer hasta el final ♥


viernes, 25 de diciembre de 2015

149. Un paso más.

“Ella era hermosa, pero no como esas chicas en las revistas, ella era hermosa por la forma en que pensaba. Ella era hermosa por esa chispa en sus ojos cuando hablaba de algo que amaba, ella era hermosa por su  habilidad para hacer sonreír a otras personas, incluso cuando estaba triste. No, ella no era hermosa por algo temporal como su apariencia. Ella era hermosa en lo más profundo de su alma.”

Y por eso, quería vivir el resto de mi vida a su lado.




El tiempo pasa y pasa para todos…


Delfi tenía trece y Fran dos años. ¡Sí, era una locura pensarlo! Era una locura mirar para atrás y ver todo lo que pasamos para poder llegar a este presente. Un presente que me llena el alma, que me hace feliz y me hace sentir completamente plena.

Fran vino caminando, muy torpemente porque recién comenzaba a hacerlo, hasta mi habitación. Yo estaba sentada en la cama, corrigiendo trabajos prácticos.

- Hola Fran. –Dije moviendo mi mano y él rio.- ¿Queres venir?
- Sí… -Dijo y sonreí.-
- Vení entonces. –Lo alcé y lo senté en mis piernas, él miró lo que estaba haciendo y rio.- ¿Qué pasa hijo?

Él apoyó su cabeza en mi pecho.

- ¿Tenes sueño?
- Sí.
- A ver… -Corrí las cosas de la facultad y me acomodé, con él acostado sobre mí.- Dormí un ratito que mamá te cuida. –Besé su cabeza y comencé a masajear su espalda, hasta que se quedó dormido.-

Suspiré profundamente y sonreí. Desde que había vuelto con Pedro que todos los momentos de mi vida cotidiana eran de puro disfrute y estaban llenos de amor.

¡Y sobre todo desde que había llegado Fran! Definitivamente él había terminado de unirnos.

Fran era un nene super tierno y tranquilo, de a poco comenzaba a caminar y a hablar. Era rubio, de ojos claros y con rulitos. ¡Un bombón! 

Sí, me tenía enamorada.

Me estaba quedando dormida, yo también, cuando entró Delfi.

- Perdón. –Dijo.-
- No pasa nada, vení… -Delfi se acercó a mí y se sentó a mi lado.-
- Necesito que me ayudes con algo.
- ¿Con qué hija?
- Con algo de la escuela.
- Lo dejo a Fran durmiendo y voy. ¿Dale?
- Dale.

Delfi se fue y me paré, con Fran en mis brazos, a quien dejé sobre mi cama, la cual rodeé con almohadones y la seguí a mi hija.

Delfi estaba enorme realmente, ya le quedaban muy pocas cosas de nena y estaba entrando en esa fatídica etapa de la adolescencia, que si bien me asustaba bastante, a la vez, me tranquilizaba la confianza que había generado en ella.

Su cuerpo se estaba desarrollando demasiado rápido. Sus rulos ya no eran tan marcados, sus caderas estaban más anchas, pero aún así seguía siendo super flaca y sus pechos habían crecido muy rápido. ¡Más rápido que a mí!

Me veía completamente reflejada en ella y me alegraba haber podido revertir aquella situación de mi adolescencia, veía la nena o la mujercita que fui yo en sus ojos, pero mucho más feliz y eso me daba mucho orgullo… 

Porque cuando la tuve en lo único pensé fue en hacerla feliz, en que no quería que sufra como sufrí yo y, a pesar de todas las que pasamos, la sonrisa que tenía hoy me llenaba el alma.

- ¿Con qué necesitas ayuda hija?
- Con esto, mira… -Me mostró unas telas y unas cintas.- Son las cosas que me diste vos y tengo que hacer la maqueta que te conté. Necesito pegamento.
- Ahora te voy a buscar.
- Y que me ayudes, porque tengo miedo de hacer lío.
-Reí.- Dale, busco pegamento y traigo unas galletitas. ¿Queres?
- Sí, dale. –Me respondió y yo busqué las cosas que había dicho recién.-

Pasé la tarde ayudándola con esa maqueta hasta que la terminamos.

- Quedó buena eh. –Le dije.-
- Gracias por la ayuda ma.
- De nada hija. –Le sonreí.- ¿Me haces un favor? –Dije juntando todo lo que había quedado en el piso.-
- ¿Qué?
- ¿Te fijas si Fran se despertó?
- Bueno…

Delfi fue hasta el cuarto y volvió con Fran en sus brazos.

- Estaba despierto, jugando con las almohadas. –Dijo riendo y lo dejó en suelo.-
- ¿Tenes hambre Fran?
- Sí. –Sí era lo único que decía clarito.-
- Entonces ahora preparo una chocolatada para los dos. ¿Te quedas con él Delfi?
- Sí mami, tranquila.
- Gracias hija.

-

Aquella noche, me aseguré de que los chicos durmieran porque necesitaba un momento a solas con Pau. Cuando quiso entrar a nuestro cuarto, se lo impedí y la tomé por las manos.

- ¿Qué pasa amor? –Preguntó.-
- Vení conmigo. –Dije nervioso e hice que me siguiera.-
- ¿A dónde?
- Vos vení…

La llevé hasta el balcón y no sabía muy bien por dónde empezar… 

No creí que iba  a estar tan nervioso después de tanto tiempo ni de tantas cosas.

- ¿Me decís que pasa Pepe?
-Reí.- Para que estoy nervioso.
- Me doy cuenta. –Dijo riendo y la tomé por la cintura, ella me abrazó por el cuello y la besé.- Dale, decime che. Soy yo. –Sonrió.-
- Bueno… -Suspiré.- Nada, estuve pensando mucho y me parece que llegó el momento de hacer algo que quiero hacer hace mucho.
- ¿Qué cosa? –Preguntó extrañada.-
- Mmm… -Besé su cuello y luego sus labios.-
- Dale, que soy ansiosa nene.
-Reí.- Bueno, para un poco. –Volví a besarla y la acorralé contra la pared. Sonreímos, amábamos estar así.-
- ¿Me decís?
-Hice una pequeña pausa y choqué mi frente con la suya, mirándola a los ojos.- ¿Te queres casar conmigo mi amor? –Pregunté un poco emocionado y su sonrisa me dijo todo.-
- Ay, sí, quiero, quiero, quiero. –Me dijo entre besos y también emocionada.-
- ¿Segura?
- ¡Muy segura! –Me besó y me abrazó.- Ay, te amo Pepe.
-La abracé con fuerza.- Te amo Pau. –Nos separamos un poco y volvimos a besarnos.-
- Estaba esperando esto hace mucho. –Dijo riendo.-
- ¿Mucho?
- Mmm… No sé si tanto, pero me gusta que sea ahora.
- ¿Sí?
- Sí, me encanta. –Me besó.- Me muero por ser tu mujer. –Nos besamos y nos sonreímos.-
- Chaves de Alfonso.
- ¡Ay, me muero! –Dijo saltando y reímos.- Te amo.
- Te amo. –Nos besamos y entramos para cerrar el balcón e ir al cuarto. Esa noche tenía un final escrito.-

Mi vida estaba completa como nunca creí que iba a estarlo. Amaba a mi mujer con la vida entera y mis hijos me hacían feliz todos los días, sentía que no podía pedirle nada más a la vida. 

Abracé a mi mujer por la espalda y llené su espalda de besos. Sus manos tomaron las mías e hizo que la abrace con más fuerza. 

- Te amo. –Dije acariciando su nuca con mi nariz y ella sonrió.-
- Te amo. –Se dio vuelta para besarme y sus manos ya estaban quitando mi remera.-
- Banque ansiosa. 
- No, hoy no quiero bancar. –Dijo acariciando mi pecho y besando mi cuello.-
-Reí.- Ay, linda. –Besé su cuello y deslicé mis manos por su espalda, debajo de la remera y ella me tiró contra la cama, quitó su remera y se tiró sobre mí.- On fire.
-Rio.- ¡No seas tarado! –Dijo besándome.-
- Me encantas así igual.
- Vos me pones así. –Volvió a besarme y nos sonreímos.-

Sus labios bajaron por mi pecho y cerré mis ojos. Amaba sentirla tan cerca de mí. Mis manos se deslizaron por su espalda, para quitar su corpiño y ella me ayudó. Su cuerpo hizo presión sobre el mío y volvimos a besarnos.

Desde que había nacido Fran, que muchas veces se nos complicaba encontrar momentos para nosotros, pero cuando los encontrábamos definitivamente los disfrutabamos y mucho más que antes.

Ella estaba acostada a mi lado, con su espalda desnuda al aire y abrazando la almohada. Acaricié su mejilla y ella sonrió. 

- Descansa mi amor. –La besé.-
- Vos también, futuro esposo. –Reímos y volvimos a besarnos.

Nos quedamos dormidos.

-

Me desperté en medio de la noche, porque lo escuchaba a Fran llorar en su cuarto. Suspiré, me puse el camisón y fui hasta la habitación.

- ¿Qué pasa hijo? –Me acerqué a su cuna.- Hey… -Lo alcé y besé su cabeza.- Tranquilo mi amor.

Me senté en un sillón del cuarto, con él en mis brazos. Lo acomodé sobre mi pecho, estaba muy transpirado.

- ¿Queres tomar un poco de agua? -Él negó con su cabeza.- Bueno, tranquilo Fran. No llores más.

Lo abracé y me quedé con él.

- ¿Qué pasa amor? –Preguntó Pepe en la puerta.-
- No sé, se despertó llorando pero ya se está quedando dormido otra vez.
- Te espero en la cama, así no lo distraemos. ¿Queres?
- Dale.

Cuando Fran se durmió, lo dejé en su cuna y volví al cuarto. Me metí en la cama y Pedro me abrazó por la espalda.

- No quería despertate Pepe.
- Me desperté porque me di vuelta y no estabas.
-Reí.- Me gusta que te fijes si estoy hasta cuando estás dormido.
-Besó mi cuello.- Linda. 
- Lindo vos. –Besé su mano.-
- Descansa lo que queda de la noche.
-Reí.- Vos también mi amor.

Y al rato, volvimos a quedarnos dormidos.


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼
Hola, chicos queda solo el último capítulo y el epílogo. ¿En qué momento? :O

Acá está la propuesta que tanto pidieron! jajaja☺

He aquí mi regalito de navidad ---> http://minifanficspyp.blogspot.com.ar/2015/12/feliz-navidad-corto-completo.html

jueves, 24 de diciembre de 2015

148. Disfrutar el momento.

“En el momento que dejas de pensar en lo que puede pasar, empiezas a disfrutar de lo que está pasando.”



- ¡Al fin papá!

-Reí.- ¡Cuánta impaciencia che!
- Tengo hambre. –Dijo fulminándome con la mirada.-
- ¿Te gustó lo que traje?
- Sí, sabes que me encantan las facturas.
- Por eso traje.
- Gracias papi. –Sonrió y le devolví la sonrisa.-
- ¿Chocolatada para vos?
- ¡Sí!

Preparamos la merienda y fuimos hasta la habitación. Fran estaba tomando la teta y Pau tenía la cara rara.

- ¿Estás bien amor?
- Sí…
- ¿Segura?
- Sí amor.
- No te creo.
-Rio.- Me duele mucho el cuello.
- ¿Queres masajitos?
- Cuando Fran termine.
- Bueno…. –La besé.- Te traje el té.
- Gracias amor.
- ¡Lo hice yo papá! –Dijo Delfi y yo reí.-
- Mira como se hace el cancherito che… Gracias hija.
- De nada mami.

Delfi me sacó la lengua y reímos.

Merendamos juntos y Fran se quedó dormido, asique Pau lo dejó en su moisés.

- Al fin se quedó solito. –Dijo y volvió a la cama.- Estuvo todo el día a upa.
- ¿Qué la pasaba?
- No sé, intenté todo. –Suspiró.- ¿Dónde están mis masajes? –Reclamó y yo reí.-

Comencé a hacerle masajes.

- ¡Lo único que hace Fran es comer y dormir! –Dijo quejándose y Pau y yo reímos.-
- Es muy chiquitito todavía. –Dijo Pau.-
- Quiero que juguemos.
- Tene un poco de paciencia, que vas a tener toda la vida para jugar con él. –Le dije y Delfi sonrió.-
- Ma… -Tomó mis manos.-
- ¿Qué Delfi? –Dijo cerrando los ojos por la contractura.-
- ¿Te duele mucho?
- Mucho. –Suspiré y Delfi empezó a hacerle masajes en las piernas y en los pies.- Uy, así me siento una reina. –Dijo sonriendo.-
- Sos nuestra reina Pau.
- La más linda. –Agregó Delfi y Pau sonrió.-

-

Me quedé dormida en la cama y cuando me desperté, me sentía mucho mejor. Me estaba dando cuenta de que estaba grande y mi cuerpo ya no rendía como antes.

Bostecé y busqué algo de ropa, me aseguré de que Fran estuviese tranquilo con Pepe y me fui a bañar.

- ¡Al fin vino mamá! –Dijo moviendo las manitos de Fran y yo reí.-
- ¿Muchos problemas por acá?
- El único problema es que no puedo darle la teta, ya te lo dije. –Reímos y me senté al lado de ellos.-

Fran me tiró los bracitos y lo alcé sonriendo.

- Hola bonito. –Besé su nariz y lo acomodé en mis brazos, él buscaba mi pecho y reí.- Esperame un toque desesperado…
- ¿Queres que te traiga la almohada?
- Dale, por favor.

Pepe me alcanzó la almohadita para amamantarlo y me acomodé en el sillón, para comenzar a darle la teta.

- ¿Estás cómoda?
- Sí amor, gracias. –Me sonrió.- ¿Delfi está en el cuarto?
- Sí. ¿Por qué tanta preocupación?
- No quiero que se sienta desplazada.
- Tranquila. ¿No viste la sonrisa que tiene?
-Asentí sonriendo.- Me da miedo igual.
- Tranquila, relajate.
-Suspiré.- Me cuesta un poco. –Dije ayudándolo a Fran con mis dedos.-
- Tenes que estar relajada, así podes disfrutar.
- Estoy disfrutando…
- Pero disfrutar más.
-Sonreí.- Sí, puede ser.
- Tranquila. –Me besó.- 
- No sé qué sería sin tus cuidados.
-Sonrió.- Nada. –Dijo riendo y yo también reí.-
- Claramente. –Lo besé y lo miré a Fran que me estaba buscando.- Estoy acá, no te pongas celoso de papá. –Dije riendo y Pepe también rio.-
- Es que él es más lindo que yo y te quiere toda para vos. 
-Reí.- Puedo repartirme con todos.
- ¿Segura?
- Sí. –Sonreí y me devolvió la sonrisa.-

Lo miramos a Fran durante un rato, hasta que no quiso más y Pepe le hizo el provechito caminando por el living. Luego, volvió a sentarse a nuestro lado, lo acostó en sus piernas porque se estaba quedando dormido. Yo apoyé mi cabeza en el hombro de Pepe y sonreí.

- Es hermoso. –Acaricié su manito.-
- Muy. –Besó mi frente.- Y vos también sos hermosa.
- ¿A qué viene?

Pepe no respondió, dejó a Fran en su cochecito, ya dormido en el pasillo, para no despertarlo. Tomó mis manos y me miró.

- ¿Qué pasa? –Le pregunté.-
- Que sos hermosa viene a que pensé que no podía estar más enamorado de vos, pero desde que nació Fran me sorprendes aún más todos los días. –Me besó.- Me enamoras, todo el tiempo.
-Sonreí.- Si te enamoro con esta facha, me amas de verdad. –Dije riendo.-
- Te amo tanto que ni te lo imaginas.
-Sonreí y lo besé.- Te amo tanto mi amor. –Volvimos a besarnos y nos sonreímos.- Gracias.
- A vos… Ustedes son todo lo que necesito. –Nos abrazamos y reímos.- Te amo. –Besó mi hombro.-
- Te amo Pepe. –Nos abrazamos más fuerte y volvimos a separarnos, para poder darnos otro beso.-

Nos quedamos un rato, charlando y mimándonos con Fran en mis brazos, hasta que Delfi salió de su cuarto.

- ¿Qué pasa Delfi? –Preguntó Pepe.-
- Nada. –Se encogió de hombros.-
- ¿Nada? –Le pregunté.-
- No, nada. –Respondió.-
- Mmm… No te creo. –Le dije y me acerqué a ella.- Tenes los ojitos llorosos. –Y acomodé a Fran en el cochecito.-
- No me pasa nada mamá.
- Hey… -La tomé de las manos hasta que se sentó en el sillón, con nosotros.- Estás triste. ¿Qué pasa?
- Extraño.
- ¿Qué extrañas? –Preguntó Pepe.-
- Me siento mala.
- ¿Qué pasa Del? –Le pregunté.-
- Es que extraño estar con ustedes y me siento mala, porque Fran no puede hacer nada solo, entonces los necesita más que yo.
-Y casi me muero del amor.- Vos podes estar con nosotros todo el tiempo que quieras, ya lo hablamos… No importa que estemos con Fran.
- A veces están con él y prefiero irme, no quiero molestar.
-Pepe la abrazó por el costado.- Nunca molestas hija.
- Nunca. –Repetí.-
- Pero… -Dijo ella y lo miré a Pepe, la abrazamos entre los dos y no la dejamos continuar.-
- Pero nada hija. –Besé su cabeza.- Papá y yo estamos siempre, para los dos.
- No me gusta sentir esto. –Dijo.-
- Es normal. –Dijo Pepe.- Pero, si lo decís y te quedas con nosotros, se te va a pasar.
- Perdón, ya sé que lo hablamos muchas ma, pero no se me pasa.

La abrazamos más fuerte y la llenamos de besos y cosquillas.

- No, basta, basta. –Dijo.- 
- ¿No estás más triste? –Pregunté.-
- No. –Sonrió y nosotros frenamos.-
- Bueno, mejor entonces. –Dijo Pepe y le dio las manos, para que se siente.-
- Te amamos princesa. –Dije y besé su mejilla. Ella sonrió.-
- En serio, perdón. –Dijo tapando su cara.- Ya soy grande y me siento una tonta. –Ay. ¡Te morfo a besos hija!.-
- No pidas perdón hija, está bien que hables lo que te pasa… Es lo que traté de demostrarte siempre, que podes hablar conmigo, o con nosotros, de lo que sea y me hace feliz saber que confías en nosotros. –La abracé.- No pasa nada, ya está.
- Gracias ma, a vos también pa.
- De nada hija. –Dijo Pepe y se unió al abrazo.-

Pasamos un rato, en el que intentamos distraerla y Fran volvió a despertarse.

Me acerqué a agarrarlo y él estaba con sus ojos super abiertos, mirando para todos lados. Sus manitos señalaron a Delfi.

- Me parece que alguien quiere estar con su hermana. –Dije y Delfi sonrió.- 
- Sentate bien hija. –Le dijo Pedro.-

Delfi se acomodó y yo apoyé a Fran en sus brazos, Fran sonrió un poquito y me morí de amor.

Fui a buscar la cámara y les saqué varias fotos, ellos tan solo se miraban.

- Quiero que crezcas así podemos jugar. –Dijo Delfi.-
- Ya va a crecer che. –Le dije y Delfi rio.-
- Me parece que hay que cambiarle el pañal. –Dijo Delfi riendo.-
- ¿Y vos me ayudas? –Dije alzándolo.-
- No, a eso no. –Dijo riendo y yo también reí.-
- No es tan grave che. –Le dije riendo.-
- Pero no quiero, me quedo con papá.
- Bueno, bueno. ¡Está bien! –Reí y me fui.-

Lo acosté en mi cama, sobre el cambiador y cambié su pañal.



▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ 

Bueno, hasta aquí los capítulos dobles... Estos días estuve subiendo dos porque sinceramente después de este domingo se me iba a complicar mucho subir algunos días y por ser el final, quería subirlo tranquila. Asique nada, quedan dos capítulos (viernes y sábado) y el epílogo que es el final, el domingo.
Espero que les estén gustando estos capítulos que taaaaanto esperaron, jajaj!

Feliz noche buena para todos, disfruten y festejen que a pesar de todo siempre hay algún motivo, o eso creo. En fin. ☺♥



147. Regalos.

“Muchos siguen creyendo que lo importante es el regalo, cuando lo importante son las manos de quien nos da ese regalo.”



Delfi estaba en la escuela.


“Gorda… ¿Tenes algo qué hacer? ¡Quiero verte!”

“En quince minutos estoy en tu casa Chunita.”

“Dale, te espero. Mandame un wap que Fran duerme.”

“Dale, no te preocupes.”

Cuando Virgi me avisó que estaba, le abrí por el portero y luego en mi casa. 

Cuando nos vimos, nos abrazamos… La última vez había sido en la clínica, cuando había ido a conocer a Fran.

Virgi entró, con Mateo en el cochecito que venía durmiendo.

- ¿Algo para tomar? ¿Comer?
- No, acabo de desayunar… Vení, sentate tranquila.
-Reí y me senté frente a ella.- Acá estoy. –Sonreí.-
- ¿Cómo estás?
- Bien, feliz. –Sonreí.-
- Se te nota, en la cara, en la expresión del cuerpo, en todo.
- Estoy muy feliz, de verdad. 
- Me encanta verte así Chu. 
-Sonreí y la abracé.- Tenes que ver mucho con esto vos.
- ¿Yo?
- Sí, vos. Me bancaste siempre.
-Sonrió.- Siempre te voy a bancar hermanita.
-Me separé un poco de ella.- Lo que más feliz me hace de que ahora esté Fran, es saber que van a tener una relación tan linda como la nuestra. –Sonreímos.-
- A mí me pasa lo mismo, te juro.
- ¿Te gustaría tener otro?
- Dentro de un par de años, sí.

Sonreímos como dos boludas y volvimos a abrazarnos.

- Te amo Chunita hermosa.
- Te amo melli linda. –Nos abrazamos más fuerte y reímos.-

En ese momento, Mateo comenzó a llorar.

- Alguien se despertó celoso me parece. –Dijo Vir alzándolo.- Tranquilo que vas a despertar a Fran.
- Ya se va a despertar igual. ¿Preparo mate?
- No parar un segundo eh.
-Reí.- ¿Queres?
- Bueno, dale. –Buscó la mamadera de Mateo.- De paso, se la lleno.
- Dame que la lleno yo nena.
- Pero…
- ¡Sh! –Se la quité de las manos y me fui hasta la cocina.-

Obvio que cuando estaba por cebar el primer mate, Fran se despertó.

- ¡Era obvio! –Dije riendo.-
- Anda, que yo me quedo con esto.
- ¿Segura?
- Sí, además Mateo ya está jugando… -Hizo una pausa.- A parte, se te cae la beba, te morís por ir a buscarlo.
-Reí.- Ya vengo.
- Dale, te espero.

Fui hasta el cuarto y cuando me asomé por el moisés, Fran sonrió y se tranquilizó.

- Buen día hermoso, buen día. –Dije alzándolo y besé su mejilla.- Hola hijo. –Le dí otro beso y lo acosté en mi cama.- Vamos a cambiarnos y a ponernos más lindo para ir a ver a la tía y a conocer al primo. ¿Queres? –Me miró y me morí de amor.-

Le cambié los pañales y luego su ropita. 

- Ahora sí. –Dije tomándolo en brazos y él buscó mi pecho.- Ahora te doy de comer, tranquilo che. 

Fui hasta la cocina, tiré el pañal y me acerqué al living.

- Hola principito. –Dijo Virgi saludándolo con su mano.-
- No estamos con cara de muchos amigos porque mamá no me dio de comer. –Le dije.-
-Rio.- Es hermoso igual.
- Me lo morfaría a besos todo el día.
- ¿Quién te lo impide? –Reí y comencé a amamantarlo.-

Mateo se acercó hasta nosotros y miraba todo extrañado.

- ¿Qué es esa cara hijo? –Dijo levantándolo y lo sentó en sus piernas.- Él es Fran… Tu primito. 

Mateo se acercó a Fran y acarició su mano.

- Cuidado hijo. –Le dijo Vir.-
- Dejalo. –Le dije.-
- Pero con cuidado.

Mateo lo miró mientras tomaba la teta y buscó su mamadera, para tomar su agua. Reímos.

- Vir…
- ¿Qué Chu?
- ¿Queres acompañarme a buscar a Delfi y almorzamos acá? ¿O tenes algo qué hacer?
- No, dale. Me encantó el plan.
- Genia. –Reímos.-

-

Esa tarde, en lo único que pensaba era en volver a mi casa. Cuando salí del trabajo, pasé por el centro y compré regalos para todos porque no me resistí.

Me extrañó entrar a casa y no encontrar a nadie, fui hasta el cuarto y estaban los tres en la cama.

- ¡Ah bueno! Veo que la pasan mal sin mí. –Todos reímos.-
- Vení papi. –Dijo Delfi.-
- Hola princesa… -Me acerqué a Delfi y besé su mejilla, ella hizo lo mismo conmigo.-
- Hola al principito. –Besé la cabeza de Fran.-
- Y hola a la reina. –Pau rio y la besé.- ¿Cómo están?
- Acá estamos, con mucho stress. –Dijo Pau y reímos.-
- Veo, veo… -Volvimos a reír.-
- ¿Qué son esas bolsas pa?
- ¡Pero qué chusma esta chica!
-Delfi rio.- ¿Qué son pa?
- Cerra los ojos.
- ¡Dale!
- Dale vos, cerra los ojos.

Delfi cerró sus ojos y le di su regalo.

- Ahora podes abrirlo.

Delfi abrió los ojos y sonrió, abrió el regalo y me abrazó.

- ¿Te gustó?
- Sí pa, gracias. Me lo voy a estrenar para el cumple de Cata. –Dijo mirando el vestido.-
- Dale. –Le sonreí y busqué el resto de los regalos.- Este es para vos amor… -Dije dándole una bolsa.- Y este es para Fran, pero te lo doy a vos. –Reímos y Pau abrió los regalos.-
- Gracias, me encanta todo. –Me besó.-
- De nada, tenía ganas de mimarlos un poco.
-Sonrió y volvió a besarme.- Tierno.
- Pa… -Dijo Delfi.-
- ¡Dejame darle un beso a mamá che! –Dije haciéndole cosquillas y ella rio.- ¿Qué hija?
- ¿Preparamos la merienda? Tengo hambre y Fran no quiere despegarse de mamá. 
-Reí.- Dale… Traje algo para merendar también.
- ¿También? –Preguntó con una sonrisa.-
- Sí. –Me paré y le di la mano.-
- ¿Qué trajiste? –Preguntó dándome la mano y parándose.-
- Anda a ver a la cocina…
- Bueno, pero vos vení eh.
- Ahora voy hija.

Delfi se fue y le dí un beso a Pau.

- Anda, dale.
- Quería darte un beso che. –Sonreímos y volvimos a besarnos.- ¿Algo en especial?
- Un té. ¿Puede ser?
- Dale.
- Gracias mi amor.

Le dí un beso y me fui a la cocina, con mi hija.

-

Quise dejar a Fran en su moisés, pero se largó a llorar otra vez.

- ¿Qué pasa hijo? –Dije alzándolo otra vez.-

Me acerqué a mi cama y me senté con él en brazos, revisé su pañal otra vez y estaba limpio… Ya había comido y seguía llorando.

- Tranquilo mi amor. –Me paré y comencé a hamacarlo boca abajo sobre mis brazos.- ¿Así te gusta? –Pregunté ya que se estaba tranquilizando.- Me parece que sí. –Besé su cabeza.-

Continué hamacándolo hasta que se tranquilizó y volví a mi cama, con él a upa.

Volvió a buscar mi pecho.

- ¿Tenes hambre otra vez?

Y él seguía con su manito allí, haciendo fuerza. Reí.

- Bueno, ahora te doy de comer Fran.

Acomodé mi ropa y desabroché mi corpiño, él puso su manito sobre mi pecho y yo lo ayudé con mis dedos, para que comience a tomar la leche.

- ¡Cuánta hambre gordito!