130. A las palabras se las lleva el viento.

¿Las acciones? ¡Ni un huracán!

Con decir no alcanza, con prometer tampoco. ¿Quién ceritifica que esas palabras van a cumplirse?

¿Por qué no hacemos en vez de prometer? ¿Por qué somos así?

Nos creemos demasiado superiores y cuando tenemos que hacer lo que había que hacer: no podemos.

Me pareció extraño que Pedro no haya vuelto a hablarme, era obvio que no había podido y eso me decepcionaba… Bastante.

- ¿Estás lista hija?
- No ma. ¿Me haces unas trenzas?
- Dale. ¿Vas a buscar el peine y las colitas?
- Sí.

Delfi fue a buscar lo que le pedí y luego la peiné.

- Ya está hija.
- Gracias mami.
- De nada. –Le sonreí.- ¿Ahora sí vamos?
- Sí.

En el ascensor.

- ¿Te pasa algo ma?
- No hija.
- Tenes la cara triste.
- Es que estoy un poco cansada.
- ¿Segura?
-Reí.- Sí, segura.

Abrí la puerta del ascensor, bajamos y lo cerré.

- No te creo ma.
- No te hagas la detective vos. –Y le hice cosquillas en el cuello.-
-Revoleó los ojos.- Bueno, está bien.
- ¿Vamos?
- Sí, vamos.

Salimos del edificio y caminamos hasta la cochera en donde guardaba mi auto.

Fuimos en mi auto hasta la casa de Pedro y el portero nos abrió.

Tocamos timbre en la casa de Pedro y él vino a abrir.

- Hola papi. –Dijo Delfi sonriente y lo saludó.- Trajimos el helado. –Dijo dándoselo.-
- Gracias, ahora lo pongo en el freezer.
- Dale, voy al baño. –Dijo y se fue.-

Pedro me besó y sabía que esa cara no era de buenas noticias.

- No pude.
- Lo sabía.

Suspiré y entré.

- Perdón.
-Lo miré.- ¿Hablamos después?
- Sí, está bien. Pero…
- Después Pedro.

Delfi se acercó a nosotros.

- ¿Ya está la comida pa?
- Sí hija.
- ¿Pongo la mesa?
- Dale.

Delfi se fue a poner la mesa y yo bajé la mirada.

- Pau… -Dijo susurrando.-
- No Pepe, en serio. Ahora no.
- ¿Estás enojada?
- No, no es eso.
- ¿Segura?
- Sí. ¿Vamos a comer?
- Bueno, dale.

Cenamos y Delfi no dejaba de contar cosas, lo cual me hacía olvidar un poco de la situación. No era enojo… Estaba dolida.

Me dolía que me tratara así, aunque en el fondo, sabía que no era adrede.

- ¿Puedo dormir acá pa?
- Obvio hija, es tu casa. Igual, mamá te lleva a la escuela.
- ¿Por?
- Porque tengo que hacer cosas temprano.
- Ah bueno. Pero, quiero dormir acá.
- Quedate entonces. –Sonrió y besé su mejilla.-

-

Delfi ya se había quedado dormida y yo estaba en el living, esperando no sé muy bien qué.

Él se sentó a mi lado y puso su mano en mi pierna.

- ¿Podemos hablar?
- Creo que no queda otra. –Dije.-
- Mañana viene.
- ¿Qué? –Lo miré, sorprendida.-
- Ya tenía el pasaje, no sé. No sé qué hacer, es todo una mierda.
- Pedro, se va a ir a todo al carajo.
- Ya lo sé. ¿Pero qué queres que haga?
- Haber frenado las cosas a tiempo.
- No puedo volver el tiempo atrás.
- Ya lo sé Pedro, no me trates de boluda.
- A mí me duele más que a vos.
- No, no te creas.
- Te juro que sí, hacerle más a ustedes dos me hace mierda.
-Suspiré.- Anda a tu habitación.
- ¿Y vos?
- Voy a dormir, si la tengo que llevar a Delfi.
- Dale, no seas así.
- Hago lo que puedo, hoy no quiero dormir con vos.
- Anda a mi cuarto y yo me quedo acá.
- No, en serio.
- En serio vos. –Y me besó.-
- No quiero llorar.
- No llores… -Volvió a besarme y no pude evitar que las lágrimas rodarán por mis mejillas.-
- No puedo Pedro. No puedo más.
-Secó mis lágrimas con las yemas de sus dedos y me besó tiernamente.- Te amo.
- Pepe…
- Sh… -Me besó, tomándome por la cintura.-
- ¿Por qué sos así?

- Porque no quiero que estés triste.
- Entonces hace lo que tenes que hacer.
- Ahora lo único que puedo hacer es estar con vos. –Volvió a besarme.-
- Te dije que era la última noche.
- A las palabras se las lleva el viento.
- Me estoy dando cuenta, sobre todo con vos.
- Te juro que estoy haciendo todo lo que puedo.
-Hice una pausa.- No quiero.
- ¿Qué no queres?
- Hablar, no quiero hacerte mal.
- ¿Venís? –Preguntó parándose y me ofreció su mano.-

Le sonreí y tomé su mano. Me sonrió y caminamos hasta su cuarto.

- Siempre terminamos igual nosotros. –Dije riendo.-
- A mí me parece perfecto. –Volvimos a reír y nos besamos.-
- Cerra la puerta.
- Tenes razón.

Pedro cerró la puerta, trabándola, y yo me senté en mi cama.

- No llores más. –Dijo sentado frente a mí.-
- No lo puedo evitar, quisiera ser como antes. –Dije riendo.-
- Es verdad, vos nunca llorabas.
-Reí.- Delfi me cambió tanto. –Suspiré.-
- A mí también.

Se hizo un silencio y yo sequé mis lágrimas.

- No dilates más esto, te lo pido por favor.
- Te prometo que cuando la vea, hablo con ella.
- Va a venir solo para eso, no la conozco… Pero me da pena.
-Tomó mis manos.- Pensé en pagarle el pasaje de vuelta.
- Es lo menos que podes hacer, igual es horrible.
- Sí, ya lo sé. –Suspiró.-
- No quiero ser repetitiva, pero no sé cómo terminamos así.
- Yo tampoco… Pensar que si no fuese por Delfi, no nos veíamos más.
- ¿Te hubiese gustado?
- No, siento que no podría vivir sin vos.
-Sonreí.- Me pasa lo mismo… Estuvimos mucho tiempo separados, pero con verte a veces me basta.
-Sonrió y me besó.- Quiero verte todos los días.
- Pienso… Ya que te fuiste, cuando todo se solucione, podríamos comprar una casa nueva con esa plata. ¿No? E ir a vivir los tres juntos, un nuevo comienzo.
- Definitivamente, no hay mejor plan. –Sonreímos y nos besamos.-
- ¿Mañana la vas a ir a buscar?
- Como cambias de tema. –Rio.-
- Respondeme.
- Sí, por eso no la puedo llevar a Delfi.
- Está bien, no te preocupes. Yo la llevo.
- Gracias.
- No tenes que agradecerlo. –Lo besé.-
- Sí, tengo que agradecerte.
- ¿Por qué?
- Porque a pesar de todo, me estás bancando.
- Necesito que podamos…
- ¿Ser felices?
- Exacto.
- Va a ser así. –Me besó.-
- Lo sé. –Le sonreí y volvió a besarme.-
- A pesar de todo, sigo confiando en vos.
- Gracias por eso también.
-Acaricié su barba y lo besé.- Te amo.
- Te amo. –Nos besamos y nos abrazamos.-


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¡Últimos 20 capítulos!

Ayer publiqué por acá un corto muuuuy viejo, pero que tenía ganas de volver a subir. Les dejo el link por si quieren leer ☺ http://minifanficspyp.blogspot.com.ar/2015/12/imagine-mini-fanfic-completa.html