141. Embarazo.

¿Cómo explicar la sensación de tener a tu bebé creciendo en tu vientre? ¿De sentirlo moverse? Sentís sus pataditas y te sentís más llena que nunca. Tu bebé se está gestando ahí adentro, aunque no puedas creerlo. Está dentro de tu cuerpo, es una parte tuya y siempre lo va a ser.

Mientras lo sentís, observas como va cambiando la vida de todos a su espera y sabes que la tuya también va a cambiar para siempre.

Dentro tuyo hay una nueva personita para cuidar y llenar de amor.

Los meses pasaron y mi panza ya estaba enorme, exactamente de ocho meses. El embarazo había sido mucho más tranquilo de lo que pensaba y la felicidad me brotaba por los poros. 

Era un bebito y se iba a llamar Francisco. Nombre que elegimos con la ayuda de Delfi, que quería estar presente en todo momento.

Su habitación ya estaba lista para recibirlo y nosotros también. ¡No podíamos más de la ansiedad!

Supimos que era un nene a los 4 meses y decidimos su nombre a los 5… El mismo mes que dejé de ir al trabajo, aunque claro que estaba de licencia.

A Delfi ya se le habían ido todos los miedos y hasta creo que estaba más feliz que nosotros… La idea de ser la hermana mayor que iba a cuidar siempre a su hermanito la hacía muy feliz.

Y yo no podía más… Era real que la felicidad completa había llegado a mi vida.

Salí de bañarme y me puse la ropa interior, para ir al cuarto y mirarme en el espejo de cuerpo entero. Sonreí, mi cuerpo estaba lleno de marcas, pero eran las marcas más hermosas. Busqué mi celular y me saqué varias fotos.

Estaba sola y hacía calor, asique me acosté así en mi cama y me quedé un rato allí… Tan solo sintiendo las pataditas de mi bebé.

Cerré mis ojos  y solo me concentré en sentirlo. No veía la hora de tenerlo en mis brazos.

Escuché la puerta, seguro era Pedro… No me movería de allí. Me acomodé en la cama y esperé a que venga.

- Ay, no… Si me esperan así me voy a morir de amor. –Dijo mirándome y le sonreí.-

- Vení con nosotros… -Dije ofreciéndole mi mano.-

Pedro sonrió y se acostó a mi lado, posó su mano en mi panza y me besó.

- ¿Cómo estás?

- Bien… ¡No se queda quieto un segundo!

- Me parece que ya tiene ganas de salir.

- Faltan unas semanas todavía… Pero no doy más.

- Se te nota en la carita. –Sonreí.-

- ¿Delfi dónde está?

- Con mi hermana…

- ¿Entonces puedo quedarme acá?

- Podes quedarte acá y hacerle unos masajes a tu mujer. ¿Qué te parece?

- Dale. –Me besó.-

- Espero que me visto.

- Quedate así…

-Reí.- Mmm…

- Dale, no voy a hacer nada tonta.

- Más te vale, porque no me puedo ni mover. –Reímos y nos besamos.-

- Dale, sentate.

-

Pau se sentó y ató su pelo con un rodete. Yo llené mis manos con su crema y comencé a hacer masajes en su espalda.

- Relajate mi amor.

- Eso intento. –Dijo con sus manos en su panza.-

-Besé su nuca.- Cerra los ojos. –Sonreí e hice lo que me dijo.- Respira hondo… Exhala profundo.

- ¿Es el curso de preparto? –Pregunté riendo y él me abrazó por la espalda, posando sus manos en mi panza.-

- Encima que intento ayudarte.

-Reí.- Sos tan tierno. –Tiré mi cabeza hacia atrás para poder mirarlo y acaricié su mejilla.-

- Vos sos tierna con esa panzota.

- Mmm… Una vaca tierna. –Reí.-

- No, sos hermosa.

- Me encanta que me quieras convencer, pero no lo vas a lograr.

Pepe se sentó a mi lado y me besó.

- Sos hermosa, siempre.

- ¿Te gustaría que esté así para siempre?

- Mmm… -Me habló al oído.- No, porque así no podemos hacer cosas de grandes. 

-Largué una carcajada.- ¿Cosas de grandes? –Seguí riendo.-

- Vos me entendes. –Guiñó el ojo y volví a reír.-

- Sos un tarado… Pero me haces reír tanto. –Lo besé.- ¿Me extrañas mucho?

- Un poco…

- No te la crees ni vos. –Dije riendo.-

- Te extraño, pero esto que estamos viviendo es solo ahora y me hace muy feliz.

-Sonreí y lo besé.- Después de Fran cerramos la fábrica eh.

-Rio.- La fábrica sí, la práctica no. –Volví a reír y nos besamos.-

- ¿Me pasas la ropa?

- No seas mala.

- Mira si la charlita te calienta, no, no… -Reímos.- En serio, en un ratito vuelve Delfi.

- ¿La trae tu hermana?

- Sí… ¿Me pasas la ropa? –Rio y me alcanzó la ropa.-

Me paré, para poder vestirme, pero volví a sentarme.

- ¿Estás bien?

- Me quedo sin aire. –Dije tratando de respirar.-

- Quedate acá, no tenes por qué levantarte.

- ¿Seguro?

- Sí… -Me besó.- Yo preparo algo para comer. ¿Queres?

- No tengo mucho hambre.

- ¿Me estás hablando en serio?

- ¡No seas malo! –Le pegué en el hombro y reímos.- Hace mucho calor.

- ¿Una ensaladita? Sino, te va a bajar la presión.

- Mmm… Bueno.

- Ahora te la preparo y cocino algo para Delfi y para mí.

- Gracias mi amor. –Lo besé.-

- Nada que agradecer. –Nos dimos otro beso y él se fue.-

- ¡Mami! –Dijo corriendo hasta sentarse en la cama.- ¿Cómo estás? ¿Cómo está Fran?

-Sonreí.- Hola hija. –Besé su mejilla.- Estamos bien.

- ¿Seguro?

-Reí.- Sí.

- ¿Fran se movió mucho hoy?

- Muchísimo.

- ¿En serio?

- Sí, ya tiene ganas de salir… -Tomé su mano y la puse en mi panza.- ¿Lo sentís?

-Sonrió.- Sí, se mueve un montón.

-Besé su frente.- Vos te movías igual.

- ¿De verdad?

- Vos no me dejabas dormir de lo que te movías.

- Perdón. –Dijo riendo y yo también reí.-

- Me parece que hoy Fran tampoco me va a dejar.

- ¿Falta mucho para que nazca?

- Ya te dije que no sé Delfi.

- ¿Por qué no sabes?

- Porque en este mes, puede nacer cualquier día… Seguramente, después del 20…

- Quiero conocerlo.

- Yo también quiero conocerlo. –Sonreímos.- Pero por ahora, sigue alojado acá.

- Dale Fran… -Dijo hablándole a mi panza.- Te queremos conocer y darte muchos besos. –Besó mi panza y sonreí.-

Cuando levanté la vista, Pepe estaba en la puerta, sonriendo. Entró con la comida y cenamos en la cama.

- Una pregunta… -Dijo Delfi.- ¿Cuándo nazca Fran yo voy a estar con ustedes?

- No, no se puede mi amor… A la sala de parto solo podemos entrar papá y obvio que yo. –Dije riendo.- Pero, la primera persona en conocerlo, vas a ser vos.

- ¿Y en dónde me voy a quedar?

- Con la tía Vir.

- ¡Sí! ¿Y voy a dormir con ellos?

- Seguramente, hasta que volvamos a casa.

- Ah… ¿Y cuándo vuelven?

- Seguramente unos días después de que nazca.

- Es hora de ir a dormir Delfi… -Dijo Pepe.-

- Un ratito más… -Pidió Delfi.-

- No, dale hija… Anda a dormir. –Le dije.-

- Bueno, está bien. –Dijo haciendo puchero y reímos.- Me voy… Chau Fran. –Besó mi panza.- Chau mami…. –Besó mi mejilla y la abracé.-

- Que descanses princesa.

- Gracias ma.

Lo saludó a Pepe y se fue.

- Es tan linda… -Sonreí con lágrimas en los ojos.-

- Uh, como te estaría pegando la sensibilidad. –Reímos y me abrazó.-

- No seas malo. –Le dije.-

- No soy malo, solo soy realista.

-Reí.- Abrazame mejor.

- Estoy en eso.

- ¿Te cuesta mucho abrazarme?

- ¿Por qué decís eso? –Se separó un poco de mí.-

- Soy una bola.

- Hey, hey, hey. –Me besó y volvió a abrazarme.- Te puedo abrazar todo el tiempo que quieras.

- Gracias.

- ¿Por qué?

- Porque me mentís para que me sienta bien.

- No te miento tonta. –Me llenó de besos toda la cara.- Es la verdad.

- Mmm… -Dije con lágrimas en los ojos.-

- No, no llores. –Besó mis labios.-

- Te juro que tengo ganas de pegarme. –Dije riendo.-

- Tengo un plan mejor.

- ¿Cuál?

- Llenarte de besos.

- Mmm… Me parece interesante.

- ¿Sí?

- Sí, muy.

Sonreímos y nos besamos.

- Veni… 

- ¿A dónde?

- Acá, así dormimos.

-Sonreí y me acosté en la cama.- ¿Prendes el aire? Tengo mucho calor.

- Dale, ahora lo prendo.

- Gracias.

Pepe prendió el aire y se acostó frente a mí.

- Qué descansen. –Me besó y posó su mano en mi panza.-

- Vos también Pepe.

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Se acerca el final gente... Comenten por favor!☺

Para que sepan, el 26 de diciembre subo el último capítulo y el 27 el epílogo que es el final.