miércoles, 23 de diciembre de 2015

145. Señorita.

Esas señales que el cuerpo nos da para hacernos notar que estamos creciendo… Ese crecimiento que no podemos evitar ni negar, tan solo aceptar. Crecer, dejar de ser una nena inocente y empezar a transformarse en una pequeña mujer.

Comenzar a transitar por aquel camino lleno de espinas y rosas.

Sonreír y decir: ¡Yo estoy acá y valgo como cualquiera!



Dejé a Fran durmiendo en su moisés y Delfi me miró seria.


- ¿Qué pasa?

Ella se acostó y me dio la mano.

- Vení conmigo. –Reí y me acosté a su lado, la abracé por su panza y besé su mejilla. Sonrió y suspiró.-
- ¿Estás bien?
- Sí mami.
- ¿Segura?
- Mmm… -Se acomodó, mirándome.-
- ¿Qué pasa hija?
- Me duele acá. –Dijo tocando su panza, abajo.-
-Sonreí.- Esos son los ovarios.
- ¿Y?
- Capaz… -Dije en su oído.- Te estés por hacer señorita.
- No, no sé si quiero. 
- Pero no vas a poder evitarlo. –La abracé.- No va a pasar nada mi amor.
-Me abrazó también.- Me da miedo.
- No, no tengas miedo… -La abracé con más fuerza.- Tranquila.
- Pero me duele.
- Ya lo sé hija, es normal que te duela.
- No quiero crecer.
-Suspiré y me separé un poquito de ella.- Crecer es normal hija.
- Pero… No quiero.
-Sonreí.- No podes evitarlo.
- Ya lo sé.
- ¿Si te abrazo te tranquilizas un poco?
- Sí.
- Vení entonces. –Volví a abrazarla y suspiré.- No va a pasar nada malo Delfi, es super normal lo que te pasa… Tranquila. –La abracé más fuerte.- Y podes contar conmigo para lo que sea. ¿Sabes?
- Sí ma, gracias.
- De nada hija. –Besé su mejilla.-

Pedro entró en ese momento y nos miró extrañado. Le negué con la cabeza y él se sentó al lado nuestro.

- ¿Qué pasa acá?
- Cosas de mujeres. –Dije y Delfi me sonrió.-
-Delfi se separó de mí.- No tenes por qué saberlas papá. 
- Bueno, bueno che. –Pepe rio.-
- Cuando Fran sea grande, hablas con él las cosas de hombres. –Delfi rio y volvió a abrazarme.-
-Susurré en el oído de mi hija.- Cualquier cosa, me preguntas. ¿Sí? Aunque esté con Fran, no importa.
- Gracias mami. –Besó mi mejilla.-
- No tenes que agradecerlo. –Se separó de mí y me sonrió.-
- Me voy a ir a mirar la tele.
- Dale.

Se levantó y la seguí.

- ¿Queres que te dé una toallita? –Le dije bajito.-
- Mmm… No. Después.
- Bueno, dale. –Besé su mejilla y ella se fue.-

-

Pau volvió al cuarto y se sentó a mi lado.

- ¿Qué pasa amor?
- Le duelen los ovarios. –Dijo y suspiró.- Vino el nene y se nos va la nena. –Dijo riendo y se acostó, hice que apoyara su cabeza en mis piernas y acaricié su frente.-
- Los nenes crecen.
- Todos crecemos. –Buscó mi mano y la besó.- 
- ¿Me estás diciendo viejo?
-Rio.- No, estoy diciendo que me encanta crecer al lado de ustedes.
-Besé su frente.- No das más de tierna.
- Ahora me va a agarrar de nuevo la sensibilidad extrema. –Dijo riendo.-
- Ay, ay, ay. –Tomé sus manos.- Y yo te voy a abrazar mucho.
- Eso es lo mejor. –Sonrió y nos besamos.-
- ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís?
- Mmm… Dolorida, pero bien. No puedo estar mal. –Sonreí.- ¿Vos?
- Feliz, muy feliz. –Besé su frente.-
- Te amo. –Dijo sonriendo.-
- Te amo bonita. –Nos besamos y sonreímos.-
- Vení, acostate conmigo… -Susurró.-

Me acosté a su lado y la abracé, ella se acomodó sobre mi pecho y mis brazos rodearon su cintura. La sentí suspirar y besé su cabeza.

- Ay, necesitaba abrazarte. –Dijo.- Mucho.
- Siempre te voy a abrazar. -Sonrió y besó mi pecho.- 
- Gracias… -Suspiró.- Me haces muy bien, a pesar de estar feliz, es mucho cambio de golpe y las hormonas me vuelven un poco loca. –Rio.- Vos me tranquilizas.
- Ya te lo dije, siempre te voy a abrazar cuando lo necesites. –La abracé más fuerte.- Y cuando no lo necesites, también.
-Rio.- Sos tan lindo.
- Vos sos linda.

Nos quedamos un rato allí, hasta que Fran comenzó a llorar.

- Yo lo traigo. –Le dije y después de besar su frente, me levanté.- ¿Qué pasa señorito? –Dije alzándolo y él rápidamente se acomodó sobre mi pecho.- ¿Era solo caprichito? –Reí y volví a la cama, me senté al lado de Pau y Pau tomó la manito de Fran.-
- Hola hermoso. –Besó su manito.-
- No, no, no. Ahora que se quedó conmigo no lo llames.
-Rio.- Tonto. –Me besó y se acostó a nuestro lado.- Me encanta verlos juntos. –Sonreí.-

-

Delfi entró al cuarto, se sentó a mi lado y no dijo nada.

- ¿Estás bien Delfi?
- Sí. –Suspiró y se acostó, cerró sus ojos y yo la abracé.-
- ¿Segura?
- Me siento un poco mal.
- ¿Qué te pasa?
- La panza.
-Suspiré.- Tranqui, ya se te va a pasar. –Besé su cabeza y ella se quedó con nosotros.-

Fran y Pepe estaban muy tranquilos allí y Delfi salió corriendo al baño. 

La seguí y esperé un rato del otro lado de la puerta.

- Hija. ¿Necesitas algo? –Le pregunté.-
- Sí, pasa. –Dijo nerviosa.-

Entré y ella estaba temblando.

- Hey, tranquila. –Tomé su mano.- Tranquila. –Acomodé el pelo detrás de su oreja.- No pasa nada Delfi. –Sus ojos estaban llenos de lágrimas.- Hey, no es nada malo. –Besé su mejilla y busqué las toallitas.- ¿Te quedas acá que voy a buscarte otra bombacha? –Ella asintió.-

Cuando volví, le enseñé cómo usar la toallita y puse su ropa sucia a lavar. 

Nos lavamos las manos y ella me abrazó. Sonreí y la abracé con fuerza.

- Tranquila mi chiquitita. –Besé su cabeza.-
- ¿Podes venir conmigo a mi cuarto?
- Obvio que sí.
- ¿Y Fran?
- Está con papá, no te preocupes. ¿Me esperas ahí? –Delfi asintió.-

Delfi se fue a su cuarto y yo la seguí, pero frené en mi cuarto.

- ¿Se está quedando dormido? –Pregunté.-
- Sí, está muy pancho.
- Necesito ir con Delfi… Se indispusó. –Dije y sonreí.- Entretenelo todo lo que puedas.
- Dale, no te preocupes.

Le dí un beso a cada uno y cuando fui al cuarto de Delfi, ella estaba acostada en su cama, hecha un bollito. Me acerqué a ella y me arrodillé delante de su cama, acaricié su frente y le sonreí.

- Mamá…
- ¿Qué hija?
-Suspiró.- ¿Me abrazas?
-Sonreí.- Siempre mi vida. –Me senté en la cama y ella se acercó a mí, la abracé y comenzó a llorar.- ¿Qué pasa Delfi? No llores.
- Perdón.
- ¿Por qué?
- Porque pasa ahora que vos seguro queres estar con Fran y… No quería.
-Suspiré e hice que mirara.- Hey, hey, hey… -Tomé sus manos.- No tenes que pedir perdón, los dos son mis hijos y siempre voy a estar… Para los dos. –Remarqué.- Siempre, toda la vida. –Delfi se encogió de hombros.- Esta bien, pasó cuando tenía que pasar… -Acomodé su pelo.- En serio, no pienses en eso. –Volví a abrazarla.- Mamá va a estar siempre que la necesites y si yo no me doy cuenta de que me necesitas, solo tenes que ir a buscarme… Porque siempre voy a estar.
-Suspiró y me abrazó con fuerza.- Me siento mal mami.
- Ya lo sé mi amor… Es normal que te pase eso.
- ¿Cuánto tiempo dura?
-Me separé un poco de ella.- Como mucho, una semana… Pero solo duele los primeros días. 
- Mmm… No me quiero levantar de la cama.
- Tengo una idea.
- ¿Cuál?
- Te preparo un submarino, con mucho chocolate y tostadas con dulce de leche… Y merendamos mirando una peli. ¿Qué te parece?
- Sí, por favor. 
-Sonreí.- Ahora preparo entonces. –Acaricié su mejilla.- Con una condición.
- ¿Cuál?
- Nunca más dudes de que mamá va a estar ahí, con vos, siempre. –Ella negó y me abrazó.- Te amo hija.



▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ 

Últimos cinco capítulos... Y personalmente, este que acabo de publicar es uno de mis preferidos.♥

3 comentarios:

  1. OTROOOO <3 ESTO ES MUY TIERNO <3 AMO A DELFI <3 PERO ME DA PENA <3

    ResponderEliminar
  2. Claramente este capitulo es tmb mi preferido. Me encanto y me emocione. Que momentooo ♡♡♡

    ResponderEliminar
  3. Me encanto este capitulo! Lo ame! Me emocione y todo! Delfi es muy tierna!❤

    ResponderEliminar