jueves, 17 de diciembre de 2015

136. Estreno.

“Yo no quiero estar con alguien para entenderlo, cambiarlo o salvarlo de sus demonios y tormentos del pasado, yo quiero estar con alguien para hacerlo feliz y que sus días sean más llevaderos a mi lado.”



Fuimos hasta el cuarto y la dejé a Pau allí, para ir al baño.

Cuando volví, ella estaba sentada en un escritorio pequeño que teníamos en la habitación, con su pijama y su pelo acomodado con un rodete muy bien armado. Sonreí, su cuello me llamaba.

Me acerqué sigilosamente a ella, quien estaba muy concentrada en la lectura de unos folletos, y respiré en su nuca. Paula sonrió. Puse mi mano sobre lo que estaba leyendo y ella me miró riendo.

- ¿Qué pasa?
- Mmm… -Acaricié el costado de su torso.- No sé, imaginalo vos.
- No tengo mucha imaginación hoy.
- ¿No? –Pregunté a milímetros de su boca.-
- Me parece que no.
- Bueno, puedo despertar tu imaginación yo entonces. –Dije acariciando su hombro y su brazo.-

Me erguí, detrás de ella, e hice masajes en su cuello… Mis manos bajaron hasta sus pechos y ella las quitó.

- ¿Quién te dio permiso? –Preguntó muy seria, mirándome por arriba.-
- ¿Necesito permiso? –Besé su frente.-
- Mmm… No sé eh.

Reí y la distraje, besando su cuello… Lentamente, mis manos volvieron a sus pechos y esta vez no se negó. Cambié mis labios por mi lengua, que subió y bajó reiteradas veces por el costado de su cuello y mi mano se metió por debajo de su remera, continuando con las caricias en sus pechos.

Sus ojos se mantenían cerrados y suspiraba con fuerza, mientras yo continuaba con mi tarea.

La tomé por la cintura e hice que se sentara en aquel escritorio. Ella sonrió y se sentó allí, con sus piernas unidas a un lado. Me sonrió y la tomé por el cuello, para poder besarla. Las manos de Paula subieron desde mi pecho hasta mi nuca.

Mis manos bajaron lentamente por su cuerpo, hasta poder quitar, muy suavemente, la remera de su pijama. Ella, se tiró hacia atrás, aún sentada y sosteniéndose con sus manos sobre la mesita.

Bajé con mis labios hasta sus tetas, hasta que quedé arrodillado frente a ella. Me dediqué a su lado derecho, mientras con mis manos la sostenía por la cintura, mi lengua recorrió la piel de aquel lugar y con la puntita de mi lengua volví loco su pezón. Ella sonreía levemente y gemía suavemente mientras lo hacía.

Una de mis manos bajó por su abdomen y acaricié su zona más íntima. Volví a tomarla por la cintura e hice que se dé vuelta. La empujé levemente hacia el escritorio y ella se sostuvo con sus antebrazos.

Comencé a bajar lentamente el short de su pijama, mientras mis labios y mi lengua generaban placer en su cola.

Terminé de quitar el short e intensifiqué el acto, sumándole mis manos, que presionaban con fuerza su piel. Su mano se dirigió hacia su cola y posé mi mano sobre la de ella.

Su piel ya comenzaba a transpirar y sonreí, amaba sentir como su piel comenzaba a elevar la temperatura.

Me puse de pie y la sostuve entre mis brazos, hasta que hice que se sentará sobre el escritorio que estaba contra la ventana. Su cabeza quedó contra dicha ventana y se sostuvo con sus brazos.

Mis manos acariciaron sus piernas, separándolas lentamente y decidí no hacerla esperar demasiado.

Mi lengua y mis labios visitaron su zona más íntima, mientras ella disfrutaba de aquel acto. Sus manos y las mías se mantenían unidas por debajo de sus piernas.

Luego de un largo rato, me tomó por la nuca e hizo que la besé, asique eso hice. Su cuerpo se frotó contra el mío y mordí su cuello. Hizo que demos una vuelta y ahora quedé yo contra la mesa, parado y con mis manos en el escritorio.

Bajó mis pantalones y mi boxer hasta que mi zona íntima quedó al descubierto y ella tampoco dio demasiados rodeos para comenzar a hacerlo. Lo cual agradecí, porque estaba a punto de explotar.

Después de varios minutos, me tomó por el mentón y me llevó hasta la cama. Me arrodilló allí y continuó con su acción. Mi mano recorría su espalda y ella no frenaba.

La acosté en la cama y volví a visitar su zona más íntima con mi lengua, mientras ella jugaba con mi pelo y acariciaba sus pechos.

Pasé sus piernas hacia el mismo lado y subí con besos hasta su cuello, la abracé por su torso y me miró.

- Me volves loca. –Dijo agitada.-
- Vos me volves loco a mí.

Ella cerró sus ojos y suspiró con fuerza, momento en el que comencé a hacerlo.

-

Caí rendida en la cama y sus labios recorrían mi espalda.

- Me haces mierda. –Dijo riendo.-
- Poco aguante tenes.
- ¿Yo poco aguante? –Preguntó seria.-
-Besé su mejilla.- Sos la mejor.
- Uy, chamullo.
- No es chamullo, sos la mejor mujer en todos los ámbitos de la vida.
-Reí.- Mejor callate.
- Creeme, mala.
- Abrazame. –Dije.-

Él me abrazó por la espalda y yo sonreí.

- Sabes que me ilusiona mucho saber que si quedo embarazada otra vez, vas a estar conmigo.
-Besó mi mejilla.- Me dolió mucho no haber podido disfrutar del embarazo de Delfi estando con vos.
- Sí, a mí me pasó lo mismo… -Suspiramos.-
- Pero ahora vamos a estar juntos.
- Va a ser muy distinto… -Volvimos a suspirar y nos quedamos en silencio.-
- ¿Vos estás seguro Pepe?
- Ya te dije que sí. ¿Vos no?
- Es lo que más quiero en la vida. –Cerré mis ojos.-
- Entonces relajate.
- Complicado estar más relajada que ahora. –Reímos y nos dimos un beso.-
- Deberíamos dormir… Mañana trabajamos.
- No me lo recuerdes.
- ¿Por qué?
- Tengo que tomar parcial, aburrídismo.
- ¿No te divierte torturarlos un poco?
-Reí.- No, me embola, porque no hago nada y corregir me enferma.
- ¿Y qué es lo que te gusta?
- Dar clases.
- Tenes mucha paciencia.
- Y bueno… Por algo estamos acá. ¿No?
- ¿Por tu paciencia?
- ¿Crees que no es así? –Reímos y nos besamos.- Okei, no respondas.
- ¿Dormimos mejor?
-Reí.- ¡Qué orgulloso que sos!
- Sh… -Me besó y se acomodó a mi lado.-
- Te cagaría a piñas. –Dije riendo.-
- ¡Hey! ¡Cuánta violencia!
-Le pegué en el hombro.- Negador.
- Ah, no. ¡Ah, no! –Me agarró de la cintura e hizo que cayera sobre su cuerpo.-
- Ah, no. ¿Qué?
-Me besó.- Ni en joda me gusta pelear con vos.
-Sonreí.- Sos un tierno. –Nos besamos y nos sonreímos.- ¿Dormimos?
- Dale.

Nos acomodamos para dormir y besó mi brazo.

- Hasta mañana mi amor.
- Que descanses Pepe.

Y al rato, nos quedamos dormidos.

-


Al día siguiente, desperté y sonreí. Apagué la alarma y besé la espalda de mi mujer.

- Es hora de arrancar el día.
- ¿Ya? –Preguntó, sin abrir sus ojos.-
- Mmm… Sí.
- No, no quiero.
-Reí.- Si te vestís, preparo el desayuno y vengo para acá con Delfi.
- Mmm… Bueno. –Y se dio vuelta.- Dame la ropa.
- ¡Vaga!
- Dale nene.

Busqué un camisón y se lo dí.

- Gracias. –Y se lo puso.-
- Tenes una cara.
- Tengo sueño Pedro.
-Reí.- Bueno che. –La besé.- Ahora te preparo un café bien cargado.
- Por favor.
- Ahora vengo.
- Te espero. –Dijo y volvió a acostarse, reí.-

-

Delfi se metió en la cama conmigo, sin decir nada y se acomodó.

- Buen día hija. –Dije al rato.-
- Buen día ma. Tengo mucho sueño.
- Yo también Delfi.
- ¿No podemos quedarnos durmiendo?
-Reí.- Ojala, pero no.
- Ufa.
- Me parece que ahí viene papá con el desayuno.
-Delfi bostezó.- Sí, ahí viene.


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ 

En un rato se viene otro capítulo muy muy lindo! ☺

4 comentarios:

  1. APAAAA LA PAPA!ESTAN ON FIRE!!!!! JAJAJA. ME ENCANTO EL CAPITULO ♡ POR FIN SOLOS DISFRUTANDO SIN CULPAS.

    ResponderEliminar
  2. APAAAA LA PAPA!ESTAN ON FIRE!!!!! JAJAJA. ME ENCANTO EL CAPITULO ♡ POR FIN SOLOS DISFRUTANDO SIN CULPAS.

    ResponderEliminar