domingo, 20 de diciembre de 2015

140. Sentirse completo.

Cuando eso que tanto deseas llega… Sentís que nada más hace falta. Te sentís completo, con una capacidad infinita de sonreír y dar amor.

Si lo deseas... Llega, puede tardar mucho o poco tiempo, pero al fin y al cabo llega… Y es cuando llega, cuando tenes esa sensación de estar completo, de no necesitar más nada, porque lo único que necesitas está a tu alrededor.

Te sentís completo cuando alguien que amas mucho te mira, te abraza o te da un beso.

Te sentís completo cuando te enteras que vas a ser mamá… Cuando sabes que hay una personita formándose dentro de tu cuerpo. Ahí sí, es imposible sentirse incompleto.




Eran las doce del mediodía y acababa de despertarme. Okei, al menos había podido descansar.


- Delfi… -Acaricié su carita.- Arriba remolona.
- ¿Qué hora es?
- Doce y media. 
-Rio.- Dormimos un montón.
- Un montonazo. –Besé su mejilla.-

Delfi se sentó en la cama y refregó sus ojitos.

- Voy al baño mami.
- Te espero acá.
- ¿Queres que traiga la comida?
- ¿Podes solita?
- Sí ma.
- ¿Segura?
- Sí. –Rio y se fue.-

Delfi trajó los sándwiches, el rollo de servilletas, dos vasos y una botella de gaseosa.

- Traje la gaseosa porque la jarra de jugo es muy pesada.
-Reí.- No pasa nada.

Serví los vasos y comenzamos a comer.

- Después llama a Cata así te pasa la tarea eh.
- Sí mami, pero cuando vuelva papá.
- Está bien. 
- ¿Podemos jugar a las cartas cuando terminemos?
- Dale.

Era una nena tan chiquita y a la vez tan grande. Me desarmaba de amor que sea mi hija y me llenaba de una mezcla de felicidad y orgullo el haberla criado así de hermosa.

Me moría de amor cuando se ponía celosa como una nena y me moría de amor cuando tenía esos ataques de “soy grande y puedo cuidarte.”

Ella siempre va a ser mi princesa, el primer gran amor de mi vida. Porque sí, los hijos son los amores más reales en esta vida. Es imposible no amarlo, a la milésima de segundo que te enteraste que existen, los amas y es un amor infinito.

No es que Pedro no sea el amor de mi vida, pero es otro amor. Y claro que sí, es el amor de mi vida, el hombre de mi vida… Con quien quiero envejecer. 

Pero, Delfi fue quien, durante muchos años, hizo que me levantara de la cama. Ella fue mi razón, mi sonrisa y la luz de mis ojos todo ese tiempo que Pedro y yo no podíamos ni siquiera mirarnos. La realidad es que cuando lo conocí no pensé que lo nuestro iba a llegar hasta acá, y cuando nos separamos, creí que olvidarlo no podía ser tan complicado…. Y lo fue tanto que nunca pude. ¡Gracias al cielo!

Ahora me sentía completa, me sentía plena… No necesitaba nada más. 

Durante muchos años me privé de sentir y ahora creo que fue porque estaba esperando al hombre indicado. Pedro me hizo sentir cosas que nunca había sentido, tanto lindas como feas. Pero, hoy todo lo que siento es lindo. Todo lo que me rodea es hermoso y más que nunca sé, que lo único que necesito para sonreír todos los días es esto: mi familia.

-

Salí del trabajo y pasé por un kiosko a comprar chocolates, para luego volver a casa.

Cuando abrí la puerta, Delfi corrió hacia mí y reí.

- ¿Qué pasa loquita?
- Mamá duerme… Sh… -Dijo tapando su boca con su dedo índice y reí.-
- ¿Sigue durmiendo?
- Se durmió recién y ahora me aburro.
-Reí.- Dejo las cosas y jugamos a algo. ¿Queres?
- Quiero dibujar…
- Bueno, dale. –Le sonreí.-
- Hay cosas que no me salen, y quiero que me enseñes.
- Dale, me encanta el plan. –Besé su cabeza.- Esperame en tu cuarto. ¿Dale?
- Dale papi.

Entré al cuarto a dejar las cosas y Pau se despertó.

- Perdón, perdón, perdón. –Besé su mejilla.- Seguí durmiendo.
- ¿Qué hora es?
- Las dos y media, acabo de llegar. ¿Cómo te sentís?
- Mucho mejor. –Sonrió.-
-La besé.- Seguí durmiendo que Delfi me está esperando.
- Despertame antes de merendar.
- Dale. –Volví a besarla.-
- Pepe…
- ¿Qué?
- Quedate hasta que me duerma.
-Sonreí y besé su mejilla.- ¿Estás muy mimosita?
- Sensible. –Rio.-
- Me quedo acá. –Llené de besos su cuello.-
- Gracias.
- Sh…

Me quedé a su lado hasta que se quedó completamente dormida.

Me cambié y fui hasta el cuarto de Delfi. Pasamos toda la tarde juntos y me impresionaba lo bien que dibujaba. 

- ¿Está bien así pa?
- Está perfecto hija.
- ¿En serio? –Preguntó frunciendo su ceño.-
- En serio Delfi, dibujas muy bien. 
- Mmm… A mí no me convence.
-Reí.- Yo a tu edad no dibujaba ni una persona con palitos. –Reímos.-
- Me gusta mucho dibujar. –Dijo sonriendo.- ¿Voy a mejorar cuando crezca?
- Obvio que sí, mientras más años de práctica tenes… Mejor vas a dibujar.
- Ojala algún día pueda dibujar como vos.
- Vos vas a dibujar mucho mejor que yo.

Delfi sonrió y me abrazó.

- ¿Qué pasa hija?
- Quería abrazarte. –Sonreí y la abracé con fuerza.- 
- Te amo Delfi.
- Yo también te amo pa. –Besó mi mejilla y sonreí.- ¿Vos no te vas a olvidar de mí por mi hermanito, no?
-Me separé de ella.- No hija, jamás.
- ¿Seguro?
- Sí Delfi. Los amo a los dos, muchísimo. –Acaricié su carita.- Y me encanta ser el papá de los dos.
- Mmm… Bueno, perdón.
-Reí.- No me pidas perdón. –Volví a abrazarla.- Pero nunca dudes de que te amo.
- Está bien papi.
- Huelo un poco de celos. ¿Puede ser? 
–Ella rio y me separé un poco de ella.- Es que es raro, siempre fui la única.
- Ya sé que es raro, pero vas a ver que cuando seamos cuatro todo va a ser mucho más lindo. –Delfi sonrió y besó mi mejilla.-

Después de un rato, busqué la bolsa llena de chocolates que había comprado y la fuimos a despertar a Pau.

- Arriba dormilona. –Dije en su oído.-
- ¡Dale mami!
-Pau rio.- Hola. –Dijo tratando de abrir sus ojos.- No puedo tener tanto sueño. –Dijo riendo.-
- Es normal amor. 
- Sí, ya sé. –Se sentó en la cama y bostezó.- Siento que hay algo que me pega a la cama. –Reímos y le dí un beso.-
- Está bien que tengas sueño, pero no podes resistirte a esto… -Dije mostrándole una bolsa de chocolates.-
- Me parece que papá nos quiere engordar. –Dije tocando mi panza.-
- Si no queres nos vamos mami.
- ¡Ni se les ocurra! –Reímos.-

-

Aún no se movía, pero poner mis manos sobre su panza me hacía sentir algo muy lindo… Como si sintiera su energía.

- ¿Qué queres comer amor? –Preguntó posando sus manos sobre las mías.-
- Mmm… No sé.
- Hago lo que me pidas eh.
- Pastas, con salsa rosa.
- ¿Qué pastas?
- Ñoquis, creo que hay en el freezer.
- Sino, voy a comprar.
-Le sonreí y lo besé.- ¿Te quedas un ratito antes?
-Sonrió.- Dale.

Se acostó a mi lado y besó mi hombro.

- ¿Estás bien mi amor?
- Sí… Solo que me pongo sensible y todavía me quedó la sensación del susto de hoy.
-Me abrazó.- Tranquila que no pasó nada.
- Porque estabas vos para cuidarnos.
- Yo siempre voy a estar.
- Me hace muy bien que estés conmigo… -Hice una pausa.- Me estoy dando cuenta que con vos esto va a ser mucho más hermoso.
-Besó mi cabeza.- Perdón.
- ¿Por qué?
- Porque todo lo que nos perdimos… Fue mi culpa.
-Me erguí un poco, para poder mirarlo a los ojos.- Fue de los dos y son cosas que ya pasaron, no nos tenemos que preocupar por eso. –Lo besé.- Miremos para adelante, creo que tenemos razones para hacerlo. ¿No?
-Sonrió.- Te amo tanto. –Me besó y yo sonreí.-
- Te amo mi amor. –Nos besamos y volvimos a abrazarnos.-


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ 

¡Últimos 10 capítulos!



2 comentarios: