viernes, 25 de diciembre de 2015

149. Un paso más.

“Ella era hermosa, pero no como esas chicas en las revistas, ella era hermosa por la forma en que pensaba. Ella era hermosa por esa chispa en sus ojos cuando hablaba de algo que amaba, ella era hermosa por su  habilidad para hacer sonreír a otras personas, incluso cuando estaba triste. No, ella no era hermosa por algo temporal como su apariencia. Ella era hermosa en lo más profundo de su alma.”

Y por eso, quería vivir el resto de mi vida a su lado.




El tiempo pasa y pasa para todos…


Delfi tenía trece y Fran dos años. ¡Sí, era una locura pensarlo! Era una locura mirar para atrás y ver todo lo que pasamos para poder llegar a este presente. Un presente que me llena el alma, que me hace feliz y me hace sentir completamente plena.

Fran vino caminando, muy torpemente porque recién comenzaba a hacerlo, hasta mi habitación. Yo estaba sentada en la cama, corrigiendo trabajos prácticos.

- Hola Fran. –Dije moviendo mi mano y él rio.- ¿Queres venir?
- Sí… -Dijo y sonreí.-
- Vení entonces. –Lo alcé y lo senté en mis piernas, él miró lo que estaba haciendo y rio.- ¿Qué pasa hijo?

Él apoyó su cabeza en mi pecho.

- ¿Tenes sueño?
- Sí.
- A ver… -Corrí las cosas de la facultad y me acomodé, con él acostado sobre mí.- Dormí un ratito que mamá te cuida. –Besé su cabeza y comencé a masajear su espalda, hasta que se quedó dormido.-

Suspiré profundamente y sonreí. Desde que había vuelto con Pedro que todos los momentos de mi vida cotidiana eran de puro disfrute y estaban llenos de amor.

¡Y sobre todo desde que había llegado Fran! Definitivamente él había terminado de unirnos.

Fran era un nene super tierno y tranquilo, de a poco comenzaba a caminar y a hablar. Era rubio, de ojos claros y con rulitos. ¡Un bombón! 

Sí, me tenía enamorada.

Me estaba quedando dormida, yo también, cuando entró Delfi.

- Perdón. –Dijo.-
- No pasa nada, vení… -Delfi se acercó a mí y se sentó a mi lado.-
- Necesito que me ayudes con algo.
- ¿Con qué hija?
- Con algo de la escuela.
- Lo dejo a Fran durmiendo y voy. ¿Dale?
- Dale.

Delfi se fue y me paré, con Fran en mis brazos, a quien dejé sobre mi cama, la cual rodeé con almohadones y la seguí a mi hija.

Delfi estaba enorme realmente, ya le quedaban muy pocas cosas de nena y estaba entrando en esa fatídica etapa de la adolescencia, que si bien me asustaba bastante, a la vez, me tranquilizaba la confianza que había generado en ella.

Su cuerpo se estaba desarrollando demasiado rápido. Sus rulos ya no eran tan marcados, sus caderas estaban más anchas, pero aún así seguía siendo super flaca y sus pechos habían crecido muy rápido. ¡Más rápido que a mí!

Me veía completamente reflejada en ella y me alegraba haber podido revertir aquella situación de mi adolescencia, veía la nena o la mujercita que fui yo en sus ojos, pero mucho más feliz y eso me daba mucho orgullo… 

Porque cuando la tuve en lo único pensé fue en hacerla feliz, en que no quería que sufra como sufrí yo y, a pesar de todas las que pasamos, la sonrisa que tenía hoy me llenaba el alma.

- ¿Con qué necesitas ayuda hija?
- Con esto, mira… -Me mostró unas telas y unas cintas.- Son las cosas que me diste vos y tengo que hacer la maqueta que te conté. Necesito pegamento.
- Ahora te voy a buscar.
- Y que me ayudes, porque tengo miedo de hacer lío.
-Reí.- Dale, busco pegamento y traigo unas galletitas. ¿Queres?
- Sí, dale. –Me respondió y yo busqué las cosas que había dicho recién.-

Pasé la tarde ayudándola con esa maqueta hasta que la terminamos.

- Quedó buena eh. –Le dije.-
- Gracias por la ayuda ma.
- De nada hija. –Le sonreí.- ¿Me haces un favor? –Dije juntando todo lo que había quedado en el piso.-
- ¿Qué?
- ¿Te fijas si Fran se despertó?
- Bueno…

Delfi fue hasta el cuarto y volvió con Fran en sus brazos.

- Estaba despierto, jugando con las almohadas. –Dijo riendo y lo dejó en suelo.-
- ¿Tenes hambre Fran?
- Sí. –Sí era lo único que decía clarito.-
- Entonces ahora preparo una chocolatada para los dos. ¿Te quedas con él Delfi?
- Sí mami, tranquila.
- Gracias hija.

-

Aquella noche, me aseguré de que los chicos durmieran porque necesitaba un momento a solas con Pau. Cuando quiso entrar a nuestro cuarto, se lo impedí y la tomé por las manos.

- ¿Qué pasa amor? –Preguntó.-
- Vení conmigo. –Dije nervioso e hice que me siguiera.-
- ¿A dónde?
- Vos vení…

La llevé hasta el balcón y no sabía muy bien por dónde empezar… 

No creí que iba  a estar tan nervioso después de tanto tiempo ni de tantas cosas.

- ¿Me decís que pasa Pepe?
-Reí.- Para que estoy nervioso.
- Me doy cuenta. –Dijo riendo y la tomé por la cintura, ella me abrazó por el cuello y la besé.- Dale, decime che. Soy yo. –Sonrió.-
- Bueno… -Suspiré.- Nada, estuve pensando mucho y me parece que llegó el momento de hacer algo que quiero hacer hace mucho.
- ¿Qué cosa? –Preguntó extrañada.-
- Mmm… -Besé su cuello y luego sus labios.-
- Dale, que soy ansiosa nene.
-Reí.- Bueno, para un poco. –Volví a besarla y la acorralé contra la pared. Sonreímos, amábamos estar así.-
- ¿Me decís?
-Hice una pequeña pausa y choqué mi frente con la suya, mirándola a los ojos.- ¿Te queres casar conmigo mi amor? –Pregunté un poco emocionado y su sonrisa me dijo todo.-
- Ay, sí, quiero, quiero, quiero. –Me dijo entre besos y también emocionada.-
- ¿Segura?
- ¡Muy segura! –Me besó y me abrazó.- Ay, te amo Pepe.
-La abracé con fuerza.- Te amo Pau. –Nos separamos un poco y volvimos a besarnos.-
- Estaba esperando esto hace mucho. –Dijo riendo.-
- ¿Mucho?
- Mmm… No sé si tanto, pero me gusta que sea ahora.
- ¿Sí?
- Sí, me encanta. –Me besó.- Me muero por ser tu mujer. –Nos besamos y nos sonreímos.-
- Chaves de Alfonso.
- ¡Ay, me muero! –Dijo saltando y reímos.- Te amo.
- Te amo. –Nos besamos y entramos para cerrar el balcón e ir al cuarto. Esa noche tenía un final escrito.-

Mi vida estaba completa como nunca creí que iba a estarlo. Amaba a mi mujer con la vida entera y mis hijos me hacían feliz todos los días, sentía que no podía pedirle nada más a la vida. 

Abracé a mi mujer por la espalda y llené su espalda de besos. Sus manos tomaron las mías e hizo que la abrace con más fuerza. 

- Te amo. –Dije acariciando su nuca con mi nariz y ella sonrió.-
- Te amo. –Se dio vuelta para besarme y sus manos ya estaban quitando mi remera.-
- Banque ansiosa. 
- No, hoy no quiero bancar. –Dijo acariciando mi pecho y besando mi cuello.-
-Reí.- Ay, linda. –Besé su cuello y deslicé mis manos por su espalda, debajo de la remera y ella me tiró contra la cama, quitó su remera y se tiró sobre mí.- On fire.
-Rio.- ¡No seas tarado! –Dijo besándome.-
- Me encantas así igual.
- Vos me pones así. –Volvió a besarme y nos sonreímos.-

Sus labios bajaron por mi pecho y cerré mis ojos. Amaba sentirla tan cerca de mí. Mis manos se deslizaron por su espalda, para quitar su corpiño y ella me ayudó. Su cuerpo hizo presión sobre el mío y volvimos a besarnos.

Desde que había nacido Fran, que muchas veces se nos complicaba encontrar momentos para nosotros, pero cuando los encontrábamos definitivamente los disfrutabamos y mucho más que antes.

Ella estaba acostada a mi lado, con su espalda desnuda al aire y abrazando la almohada. Acaricié su mejilla y ella sonrió. 

- Descansa mi amor. –La besé.-
- Vos también, futuro esposo. –Reímos y volvimos a besarnos.

Nos quedamos dormidos.

-

Me desperté en medio de la noche, porque lo escuchaba a Fran llorar en su cuarto. Suspiré, me puse el camisón y fui hasta la habitación.

- ¿Qué pasa hijo? –Me acerqué a su cuna.- Hey… -Lo alcé y besé su cabeza.- Tranquilo mi amor.

Me senté en un sillón del cuarto, con él en mis brazos. Lo acomodé sobre mi pecho, estaba muy transpirado.

- ¿Queres tomar un poco de agua? -Él negó con su cabeza.- Bueno, tranquilo Fran. No llores más.

Lo abracé y me quedé con él.

- ¿Qué pasa amor? –Preguntó Pepe en la puerta.-
- No sé, se despertó llorando pero ya se está quedando dormido otra vez.
- Te espero en la cama, así no lo distraemos. ¿Queres?
- Dale.

Cuando Fran se durmió, lo dejé en su cuna y volví al cuarto. Me metí en la cama y Pedro me abrazó por la espalda.

- No quería despertate Pepe.
- Me desperté porque me di vuelta y no estabas.
-Reí.- Me gusta que te fijes si estoy hasta cuando estás dormido.
-Besó mi cuello.- Linda. 
- Lindo vos. –Besé su mano.-
- Descansa lo que queda de la noche.
-Reí.- Vos también mi amor.

Y al rato, volvimos a quedarnos dormidos.


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼
Hola, chicos queda solo el último capítulo y el epílogo. ¿En qué momento? :O

Acá está la propuesta que tanto pidieron! jajaja☺

He aquí mi regalito de navidad ---> http://minifanficspyp.blogspot.com.ar/2015/12/feliz-navidad-corto-completo.html

2 comentarios: