martes, 15 de diciembre de 2015

134. Casa nueva.

No es que lo físico condicione a lo emocional. No, esas cosas no tienen punto de comparación… Pero, saber que existe un nuevo lugar para crecer, hace que todo tenga cierto sabor especial.

Es un nuevo comienzo que nos merecemos, es un paso más juntos.

Es lo que siempre soñamos, una familia real, en su lugar y unida. Una familia con ganas de crecer, porque tenemos tanto amor que no nos alcanzamos, necesitamos un nuevo ser en nuestras vidas.




El tiempo pasó y las cosas, de a poco, se fueron acomodando y volviendo a su curso normal.

La plata estaba, pero nos llevó casi un mes decidirnos por qué lugar elegir para nuestra vida.

Dimos muchas vueltas, demasiadas quizás… Y además, Delfi había participado de la decisión.

Finalmente, la semana anterior habíamos firmado la escritura y hoy nos entregarían nuestro nuevo hogar.

Era un departamento, pero mucho más grande, más conocido como penhouse.

Lo que Pedro había ganado con ese viaje nos permitía hacerlo a un lugar así y era ahora o nunca.

Aquel penhouse tenía, tres habitaciones: una para nosotros, otra para Delfi y otra para un futuro bebé que en algún momento llegaría. Una cocina con comedor, un living, un balcón enorme y dos baños.

La mudanza había sido doble, sacar todo de la casa de Pedro y de la mía… Pero, por suerte, ya estaba todo en nuestra nueva casa. ¡Pero en cajas!

La casa nueva ya estaba toda pintada y decorada, solo faltaban poner los muebles que estaban en nuestras antiguas casas.

- Delfi… ¿Nos ayudas? –Dijo Pepe.-
- Sí. ¿Qué hago?
- Fijate que allá están las cajas con ropa, que las vas a poder mover, lleva las tuyas a tu pieza y las otras a la nuestra.
- Bueno.

Delfi comenzó a hacer lo que le pedimos y con Pepe acomodamos los sillones, las camas, la tele, la mesa y las sillas… Que habíamos traído de mi casa, solo porque estaban más nuevos y combinaban mejor.

Yo me dediqué a ordenar las cosas de la cocina y del baño, mientras Delfi sacaba su ropa de las cajas y Pedro movía las cosas más pesadas.

La noche estaba comenzando a caer y todo era un desastre aún.

- Voy a armar las camas y preparo algo para comer.
- Pau, pedimos algo.
- ¿Seguro?
- Sí, yo ahora pido unas pizzas.
- Dale, yo armo las camas. ¿Me ayudas hija?
- Bueno ma.

-

- Estoy muy cansada. –Dijo Delfi tirándose en su cama.-
- Come algo antes de irte a dormir.
- ¿Falta mucho para que traigan la pizza?
- No creo, dale. –Le dí las manos y ella se levantó.-
- Estoy muy cansada. –Repitió.-
-La abracé.- Comes y estrenas tu nuevo cuarto. ¿Queres?
- Sí, dale.

Fuimos hasta el living y la pizza estaba sobre la mesa ratona, asique cenamos los tres juntos y a Delfi se le cerraban los ojitos.

- No doy más mami. –Dijo con su cabeza apoyada en mi hombro.-
- Anda a dormir.
- ¿Vienen conmigo? Solo por hoy. –Con Pepe reímos.-
- Está bien, anda a cambiarte.

Delfi fue a cambiarse y nos llamó. Se metió en su cama nueva y yo la tapé.

- Estoy muy feliz. –Dijo.- Me encanta que estemos acá y sentir que no se van a separar otra vez.

Con Pedro nos miramos, sonriendo y unimos nuestras manos, las cuales se quedaron sobre la espalda de nuestra hija.

- Nosotros también estamos muy felices. –Dijo Pepe.-
- Muy… -Resalté y besé la mejilla de Delfi.- Dormí hermosa.
- Quedense.
- ¿Te da un poco de miedo? –Preguntó Pepe riendo.-
- ¡No te rías papá! –Lo retó.-
- Nosotros nos quedamos hija, no te preocupes. –Le dije y besé su mejilla.-

-

Delfi se quedó dormida un rato después y con Pau salimos del cuarto.

Estaba enamorado de la nueva casa… ¡Y de mi familia!

No considero que lo material sea lo primordial, pero tener un lugar nuevo nos ayudaba a comenzar otra vez. Incluso, al ser más grande, nos permitía pensar en un futuro mucho más cercano la idea de tener otro hijo, lo cual nos entusiasmaba demasiado.

-Pau me abrazó por la espalda y besó mi cuello.- ¿Vamos a la camita?
- Mmm…
-Rio.- Estoy muy cansada eh.
-Me di vuelta, para mirarla.- ¿No nos mudamos para tener otro hijo?
- ¿Y eso qué tiene que ver?
- Tenemos que empezar a practicar. –Ella rio y yo la besé.-
- Sos un tarado.
- Respeto che.
- Tengo sueño, de verdad.
- Mmm…
- No seas malo.
- Tenemos casa nueva.
- Y toda una vida para disfrutarla. –Me besó y se fue al cuarto.-

Okei mi amor. Okei.

Cuando fui al cuarto, ella ya estaba en la cama, tapada y a punto de quedarse dormida.

Me acosté a su lado y acaricié su mejilla. Ella sonrió.

- Estás muerta.
- Te dije que tengo sueño.
- ¿Queres unos masajitos?
- Pepe…
- ¿Qué? Masajitos dije.
- Te conozco.
- Dale, así dormís mejor. –Besé su hombro y ella sonrió.- ¿Puedo?
- Me haría muy bien. –Sonreímos y nos besamos.-

Comencé a masajear su espalda y ella mantenía sus ojos cerrados.

- Estás muy contracturada Pau.
- Ya sé, estuvimos todo el día a mil.
- Ay, pobrecita ella. –Besé su nuca y ella sonrió.-
- Seguí…
-Reí.- Bueno, está bien.

Continué un rato más con los masajes y ella fue a tomarse un ibuprofeno. Cuando volvió, se metió en la cama y tomó mi mano.

- Estoy muy feliz. –Susurró.-
-Sonreí y besé su frente.- Yo también, muy feliz. –La abracé por la cintura y ella apoyó su cabeza en mi pecho.-
- Son lo que siempre soñé.
- Ustedes son mucho más de lo que yo siempre soñé.
-Sonrió y besó mi pecho.- Te amo tanto, tanto. –Me abrazó con fuerza.-
- Te amo mi amor. –Nos besamos y nos sonreímos.-
- Quisiera estar así, para siempre.
- ¿Qué te lo impide?
- ¿Ahora? Creo que nada. –Sonrió.-
- Nada. –La besé.-
- ¿De verdad queres que tengamos otro hijo ahora?
- Sí…
- ¿Seguro?
- Sí amor, para que no se lleven tantos años con Delfi, aunque ya sean muchos… Y para que vos dejes de preocuparte por la edad.
- Pero vos no querías que sea ya.
- Cambié de opinión.
-Sonrió.- Gracias… Es muy importante para mí que sea ahora.
- Lo sé, y sea ahora o en dos años, va a ser igual de hermoso.
- Te amo Pepe.
- Te amo hermosa. –Nos besamos y volvimos a acomodarnos en la cama.- Hasta mañana Pau, descansa.
- Hasta mañana mi amor.


Pasó un rato y me levanté para ir al baño.

- ¿Pasó algo? –Preguntó Pau cuando volví.-
- No.
- ¿Seguro?
- Sí amor. –Reí.-
- No sé, capaz habías ruidos o algo así, no conocemos todavía.
- Tranquila, solo fui al baño.
-Rio.- Estoy un poco perseguida.
- ¿Estás como Delfi?
-Rio.- Puede ser.
- Tranquila, es seguro… Por eso lo elegimos también.
- Sí, ya sé. –Volvió a cerrar los ojos.-
- Me parece que estás demasiado tensionada. ¿No hicieron efecto mis masajes?
- Sí, un poco.
- ¿Queres más?
-Sonrió.- No, no hace falta.
- ¿Segura?
- Sí Pepe, dormí, dale.
- Vos también dormí. –Dije y me acomodé en la cama.-
- Sí amor.

Besé su frente y ella sonrió.

- Descansa Pepe.
- Vos también Pau.


▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ ▲ ▼ 

Tanto me pidieron los capítulos lindos que si ahora no comentan...

5 comentarios:

  1. aaahhhhiiii muy bueno. al fin viven juntos.. amo esta novela

    ResponderEliminar
  2. Q lindo cap!! Solo falta el bebe!!! mimiroxb

    ResponderEliminar
  3. Que bueno que tienen casa nueva!!! Ahora mas juntos que nunca!! 😍😚

    ResponderEliminar
  4. Que lindoo ♡ Me imagino hasta la casa y me causa una sonrisa. Por fin unidos enfrentando el camino que tanto querian transitar.

    ResponderEliminar