miércoles, 16 de diciembre de 2015

135. Familia unida.

Ese lazo invisible e irrompible, que nos unirá toda la vida. 



Era domingo y me desperté temprano, asique decidí cambiarme e ir a comprar facturas para preparar un buen desayuno.


Cuando ya tuve todo listo sobre una bandeja, la dejé en nuestro cuarto y la fui a despertar a Delfi.

- Buen día… -Dije y besé su mejilla.- Arriba señorita.
- Tengo sueño pa.
- Hay un super desayuno con facturas en mi cuarto… Pero, si queres te quedas. –Dije y comencé a irme.-
- No, no, no. ¡Voy! –Dijo saliendo de la cama y reí.-
- Anda y desperta a mamá.

Delfi fue hasta nuestro cuarto y se sentó detrás de su mamá.

- Mami, buen día. –Dijo corriendo el pelo de su cara.- Dale ma, papá trajo un desayuno buenísimo.
-Pau sonrió y abrió sus ojos.- Buen día hija.
- Hola mami. –Besó su mejilla y Pau la abrazó.- Levantate, dale.
-Rio.- Para un poco che, que me acabo de despertar. –Se sentó.- Buen día amor. –Me dio un beso.-
- Buen día. –Sonreímos y ellas se acomodaron en la cama, yo acerqué la bandeja allí y me senté con ellas.-

Desayunamos los tres juntos y ellas dos se metieron en la cama, otra vez.

- ¿No piensan levantarse? –Pregunté.- Hay muchas cosas para ordenar todavía.
- Tenemos sueño pa.
-Reí.- No sean vaguitas.
- Dale Pepe, dentro de un rato.
 - Mmm… -Corrí la bandeja de la cama y me acerqué a ellas.-
- Acostate vos también papi.

Reí y me abalancé sobre ellas, haciéndoles cosquillas.

- No, dale Pedro. ¡No! –Dijo riendo e intentando sacarme.-
- Papá… ¡Basta! –Dijo riendo y yo también reí.-
- No, hay que despertarse. –Dije e intensifiqué las cosquillas.-
- Nos levantamos, nos levantamos. –Dijo Pau y yo frené.-
- ¡Dale! ¡Arriba! –Dije.-

Pau la miró a Delfi y ambas agarraron las almohadas y comenzaron a pegarme. Agarré otra almohada y los tres nos moríamos de risa.

Terminé acostado en la cama, boca abajo, Delfi sobre mi espalda y Pau boca arriba a mi lado.

- Estoy para dormir otra vez eh. –Dije y reímos.-
- ¿No era que querías levantarte? –Preguntó Pau burlándome y reímos.-
- ¿Saben qué es lo único que quiero?
- ¿Qué papi?
- Estar con ustedes siempre. 

Ellas sonríeron y me llenaron de besos.

- Las amo. –Dije abrazándolas y besé la cabeza de cada una.-
- Te amo papá, y a vos también te amo ma.
- Ay, los amo tanto. –Pau nos abrazó con fuerza y besó mi mejilla.-

Nos quedamos un rato allí, en la cama… 

- Fuera de joda, hay mil cosas para hacer. –Dijo Pau.-
- En un rato ma. –Dijo Delfi y reímos.-
- Pero sino, no vamos a terminar más.
-Delfi bostezó.- Estoy cansada.
- Dale, un poco de energía. ¿Dónde está la juventud? –Dije y Delfi rio.-
- Dale hija. –Dijo Pau  y se sentó en la cama.-
- Mmm… -Se tapó hasta la cabeza y reímos.-

Con Pau nos miramos cómplices y la llenamos de cosquillas.

Hasta que por fin decidimos arrancar el día.

- ¿Puedo quedarme en pijama? –Preguntó Delfi.-
- Sí hija, nos quedamos todos en pijama y nos bañamos antes de ir a dormir. –Dijo Pau.-
- Buenísimo. ¿Qué es lo que hay que hacer hoy?
- Mmm… ¿Queres que vayamos a ordenar tu placard? ¿Y tu biblioteca?
- ¿Mi pieza? –Preguntó sonriente.-
- Sí. ¿Queres?
- ¡Sí! –Dijo festejando.- Vos ayudame con eso y que papá ponga las cosas en mi pared.
-Sonreí.- Dale, ahora llevo los clavos y el martillo.

Y el cuarto de Delfi, nos llevó el día entero.

Las paredes eran de color lila y habíamos colgado algunos cuadritos con frases, además algunas fotos en una especie de sogita y algunas figuras de madera.

Además, había un escritorio blanco que hacia juego con su cama y su mesita de luz, también blancas. El acolchado era estampado, de color lila y sobre el mismo, aún estaban sus muñecas.

Colgué algunos estantes, en donde ella puso sus libros, sus películas y algunos discos de música.

El placard, era de color violeta y tenía colgado en las manijas corazones tejidos.

Por último, la televisión y la computadora.

- ¡Quedó re lindo! –Dijo Delfi mirando todo.-
- ¿Sí? ¿Te gusta? –Preguntó Pau.-
- Sí ma, me encanta. –Sonrió.-
- Buenísimo entonces… Pero, ahora es hora de bañarse.
- No ma.
-Rio.- Sí, dale que mañana tenes que ir a al escuela.
- Ufa.
- ¿Ufa qué? ¡Anda a bañarte, dale!
- Un rato más.
- ¡Estás muy vaga hoy Delfi!
-Rio.- Hicimos todo el cuarto.
- Por eso, tenes que ir a bañarte.
- Mamá.
- ¿Qué? –Rio.-
- Está bien.
- Anda, dale.

-

Delfi fue a bañarse y yo fui para la cocina, en donde estaba Pepe.

- Qué rico. –Dije mirando todo.-
- Mira que falta eh.
- Delfi se está bañanando, después voy yo.
- Dale. –Nos besamos.-
- ¿Te ayudo?
- ¿Queres cortar la verdura?
- Dale.

Lo ayudé a Pepe, hasta que fui a bañarme y luego cenamos.

- Delfi, es hora de ir a dormir. –Le dije.-
- Un rato más mami.
- Ya es tarde hija, mañana es lunes.
- Mmm…
- ¿Mmm qué?
- ¿Puedo leer un rato antes de dormir?
- Sí, dale.

Ella quiso irse, pero la frené.

- ¿No pensas saludar?
-Rio y se acercó a mí.- Sí ma. –Besó mi mejilla y me abrazó.-
- Hasta mañana hija.
- Hasta mañana ma. –Susurró en mi oído.- Estoy feliz, te amo.
-Sonreí.- Yo también estoy muy, muy feliz. –La abracé con más fuerza.- Te amo bonita. –Besé su mejilla y ella se fue.-

Ordené la cocina mientras Pedro se estaba bañanando y después, acomodé algunas cosas en el living… Aunque aún, faltaba muchísimo.

Pedro me sorprendió abrazándome por la espalda y reí.

- Me asustaste nene.
- Perdón, perdón. –Besó mi mejilla.-
- Está bien, por hoy te perdono. –Reímos.-
- ¿Seguís ordenando?
- Mientras te bañabas…
- Pero ya estoy limpito.
- Mmm… A ver… -Me di vuelta y olí su cuello.- 
- ¿Y?
- Oles muy rico. –Sonreí y besé su cuello.-
-Me abrazó por la cintura y reímos.- Vos también oles muy rico. –Dijo respirando en mi cuello.- Somos una pareja que va muy perfumada por la vida. –Reímos.-
-Me separé un poco de él.- Somos más que eso… Somos una familia. –Sonreí.- Y eso me hace muy feliz.
-Sonrió y me besó.- Podemos ser una familia más grande… -Dijo acariciando mi espalda con sus dedos.-
- Tremendo sos.
- Esa habitación pide estreno.
-Reí.- No paras nunca vos eh.
- Es que con una mujer tan linda, es imposible.
-Mordí mi labio y miré su boca.- Vos sos lindo. –Lo besé.-
- Vos me ganas eh.
-Reí.- No sé… Para mí, ganas vos. –Mordí su labio inferior y luego lo besé.-
- No, definitivamente ganas vos. –Sonreímos y nos besamos.-

Nos separamos, solo para respirar un poco y reímos.

- Me gusta la idea de estrenar nuestro nidito de amor. –Le dije, acariciando su nuca.-
- ¿A mí sabes lo que me gusta? –Preguntó aferrándome a su cuerpo, por mi cintura.-
- ¿Qué?
- ¡Vos! 
-Sonreí y lo besé.- Y vos me gustas a mí.
- ¿Mucho?
- ¡Muchísimo!

Besándome, me empujó hasta llegar a nuestro nuevo cuarto…




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