138. Noticia.

Una noticia hermosa que nos hará compañía toda la vida. Nuestra vida, cambiará para siempre la vida de todos.

Pasaron algunos días, en los que me hice varios estudios para asegurarnos de que todo estaba bien. Estaba de 8 semanas y todo estaba perfecto, el bebé y yo.

Ya habíamos escuchado sus latidos y lo habíamos visto en la ecografía, era tan pequeñito que me desarmaba de amor. Esta vez era distinto, ya sabía lo que me esperaba y eso me tranquilizaba, todos los miedos que había tenido en el embarazo de Delfi estaban mucho más calmos.

Aunque, claro que los miedos de ser más grande estaban ahí… Pero, los médicos y sobre todo Pedro, me tranquilizaban.

Esa tarde, Pepe había vuelto del trabajo y Delfi estaba haciendo la tarea en su cuarto. Pedro vino a nuestro cuarto, en donde estaba haciendo algunas cosas del trabajo.

- Hola amor. –Dijo y me besó.-

- Hola. ¿Cómo estás?

- Bien. ¿Vos? ¿Cómo te sentís?

- Bien. –Sonreí.- Pero vení…

- ¿Qué pasa?

- Quiero hablar con vos.

- Me cambio y vengo. ¿Queres?

- Dale.

Pepe se cambió y volvió al cuarto.

- ¿Qué pasa amor?

- Quiero contárselo a Delfi, por favor. No doy más.

- ¿No preferís esperar un poco?

- No, por favor. Por favor. –Él rio.- Está todo bien… No deberíamos por qué esconderlo.

- ¿Segura?

- Dale, no seas así. –Dije haciéndome la enojada.- ¿La llamas?

- Está bien.

- ¿Me dejas que se lo diga yo? ¡Por favor!

- ¿Todo vos?

- Vos le dijiste que estábamos juntos otra vez.

- Uh, me cagaste. –Reímos.-

- Quedate igual.

- Ni loco me pierdo su carita. –Sonreímos.- La voy a buscar.

- Dale. –Me dio un beso y se fue.-

Delfi entró delante de Pepe y se sentó frente a mí. Pepe a mi lado.

- ¿Qué pasa mami?

- Tenemos que contarte algo muy importante.

- ¿Es malo?

-Negué con mi cabeza.- No mi amor, es hermoso.

- Entonces hablen.

-Reí y tomé sus manos.- Es algo que vos querías mucho.

- ¿Qué cosa? –Preguntó extrañada.-

- Mamá está embarazada. –Dije con lágrimas en los ojos y ella sonrió.-

- ¿En serio mami?

- Sí mi amor, en serio. –Dije y acaricié su carita.-

Delfi me abrazó con lágrimas en los ojos y yo también la abracé. Pepe nos miraba sonriendo.

- ¿Te gustó la noticia? –Le pregunté.-

- Sí mami, me encanta. Me pone muy feliz. –Y nos separamos.- ¿Y papá? ¿Estás feliz?

- Muy princesa. –Le sonrió y se abrazaron.-

Pepe tomó mi mano e hizo que me uniera al abrazo.

Después de un ratito, se separó de nosotros y comenzó con las preguntas.

- ¿De cuántos meses estás mami?

- De dos… Es poquito.

- ¿Faltan siete?

- Sí…

- ¡Un montón! –Dijo.-

- Se van a pasar rápido… -Le dije.-

- ¿Te puedo tocar la panza?

- Obvio hija, mira… -Tomé sus manos y las puse en mi panza, ella sonrió.- Es muy chiquitito todavía, pero si le hablas seguro que te escucha.

- ¿En serio? –Preguntó con una sonrisa.-

- En serio.

Delfi se acercó a mi panza y me dio un beso allí, con Pedro sonreímos y noté que nos estaba sacando fotos con su celular.

- Hola bebito o bebita. –Sonreí.- Yo soy Delfi, tu hermana. –Sonrió.- Estás adentro de la panza de mamá que es la mejor del mundo, ya vas a ver. –Sonreí y acarició con sus dedos mi panza.- Y papá también, es el más bueno y el más lindo. –Pepe sonrió.- Vas a tener a la mejor familia de todas, y obvio que a la mejor hermana. –Reímos y Delfi me abrazó por la cintura.- Ya quiero tenerte acá, con nosotros… Pero, sí, ya sé que falta mucho. ¡Asique crece fuerte eh! Que quiero jugar mucho con vos. –Sonreí.- Mami…

- ¿Qué mi amor?

- Quiero hablar con vos.

- ¿Me tengo que ir? –Preguntó Pepe.-

- Un ratito nada más. –Dijo Delfi.-

- Bueno, está bien… Puedo ir a preparar la merienda. ¿Quieren?

- Por favor, muero de hambre. –Dije riendo.-

- En un rato vengo entonces.

Nos dio un beso a cada una en la cabeza y se fue.

- ¿Te da mucho hambre, no? –Me preguntó.-

- Sí. –Reí.- Tengo más hambre que antes.

- Mami…

- ¿Qué mi amor?

- No es que no esté feliz, pero me da un poco de miedo.

- ¿Miedo de qué?

- De que te olvides un poco de mí.

-Negué con mi cabeza.- Vos estás loquita, eso nunca va a pasar.

- ¿No?

- No Delfi, vos siempre vas a ser mi princesita. –Tomé sus manos.-

- Pero ahora… Vas a tener un hijo nuevo.

- Voy a tener dos hijos, ya los tengo en realidad, igual de importantes para mí, y los amo a los dos tanto que no me entra en el cuerpo. –Acaricié su nariz.- Los dos, junto con papá, son lo más importante que tengo en la vida, y los voy a cuidar siempre. Toda la vida.

- ¿A papá también? –Preguntó riendo.-

- Obvio, yo lo cuido a papá y papá me cuida a mí.

- ¿No vas a dejar de cuidarme nunca?

- Jamás mi amor. –La abracé.- No dudes de eso.

- No quiero que dejes de amarme.

- Es imposible que yo deje de amarte hija.

- ¿Voy a poder ayudarte a cuidar a mi hermanito?

-Me separé un poco de ella.- Me encantaría que me ayudes.

- ¿En serio? –Preguntó ilusionada.-

- En serio. –Le sonreí.- Me encanta hacer cosas con vos… Y sería hermoso que me ayudes con el bebé.

- ¿Es nene?

- No, no sé todavía. ¿Vos qué queres que sea?

- Mmm… No sé. –Rio.- 

- ¿Me escuchas una cosa?

- Sí.

- No dudes, nunca jamás, de que te amo Delfi. 

-Sonrió.- Vos tampoco dudes de que te amo. –Me abrazó.- Y tampoco de que sos la mejor mamá del mundo. –Nos abrazamos con fuerza.-

- Te amo princesa.

- Te amo mami. –Nos separamos un poco y nos sonreímos.-

- Mira que ahora sos la hermana mayor eh.

- ¿Y? ¿Eso es malo?

-Reí.- No mi amor, tener un hermano es hermoso… 

- ¿Vos la queres mucho a la tía Vir, no?

- La amo. Ella también me cuida mucho y yo la cuido mucho a ella.

- ¿Yo voy a poder cuidar a mi hermanito?

- Obvio, eso es lo lindo de ser la hermana mayor.

-Sonrió.- ¿Te enojaste con lo que te dije?

- No Delfi… Pero, si me voy a enojar si dejas de preguntarme todo lo que quieras.

- Siempre te pregunto todo lo que quiero.

- Mejor así entonces. –Besé su frente.- No dudes de todo lo que siento por vos, de verdad te lo digo. –La abracé contra mi pecho.- Siempre voy a ser tu mamá y eso me llena de felicidad, de orgullo y de amor.

-Posó su mano en mi panza.- ¿Ves que tenemos a la mejor mamá del mundo? –Sonreí y la abracé más fuerte.- Mami… -Se separó de mí.-

- ¿Qué Delfi?

- ¿Qué tenes que hacer?

- ¿Con qué?

- ¿Podes seguir yendo al trabajo? ¿No le hace mal al bebé?

-Sonreí.- No, por ahora puedo ir…

- Ah… ¿Me vas a dejar que te cuide a vos también?

-Sonreí y volví a abrazarla.- Sos tan hermosa hija. ¡Tan! –Besé su mejilla.-

- Vos sos linda ma.

-Reí.- Vos me ganas.

Y en ese momento, entró Pedro con la merienda.

- Apa, apa. ¡Veo mucho amor por acá y yo afuera!

-Delfi rio y caminó encima de la cama, hasta que llegó a él.- Podes unirte.

- ¿Sí? –Preguntó Pepe.-

- Sí, pero si nos das la comida. –Le dije.-

- Me parece que mamá tiene hambre. –Dijo Delfi riendo.-

Pedro dejó la bandeja sobre la cama y nos acomodamos.

- ¿El bebito y vos están bien, no? –Me preguntó Delfi.-

-Sonreí.- Sí…

- ¿Segura?

-Reí.- Sí, ya fuimos al médico.

- ¿Cuándo? –Preguntó extrañada.-

- Cuando estabas en la escuela.

- Me mintieron. –Dijo un poco enojada.-

- Solo queríamos saber que estaba todo bien para contarte. –Le dije.- ¡No te enojes che! 

- Mmm… -Dijo Delfi riendo.-

- Te vamos a contar todo hija. –Le dijo Pepe.- No te enojes.

- Todo es todo eh. –Dijo.-

- ¿Queres ver las ecografías? –Le pregunté.-

- ¡Sí! –Dijo entusiasmada.-

Busqué el sobre en mi mesita de luz y se lo mostré.

- No se entiende nada. –Dijo riendo, Pepe y yo también reímos.-

Le explicamos donde estaba el bebé y ella se tildó mirándolo.

- Lo quiero cuidar. –Dijo Delfi.-

- Bueno, si queres cuidar al bebé, ahora tenes que cuidar a mamá porque está en su cuerpo. –Le dijo Pepe.-

- Eso es re loco. –Rio.-

- Sí, es loco. ¡Pero mamá necesita que la cuides igual!

Delfi se acostó a mi lado, apoyó su cabeza en mi hombro y su manito en mi panza.

- ¿Me vas a dejar que te cuide mami?

- Obvio que sí princesa.

Delfi sonrió y yo besé su frente.

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Creo que ya lo dije, pero AMO a Delfi...

Últimos doce capítulos!